sábado, 15 de noviembre de 2008

Seguro contra inseguros

Cuando una estrofa contenga el verso que diga esa palabra
recordarás haberla ya leído, ¿si?
Si, la palabra, yo la dije todo el tiempo.
UN extranjero será siempre eso:
un extranjero.
Todo el tiempo pedí permiso,
dije que no iba a funcioanr,
que no valía el esfuerzo,
que aburriría.

No levanté paredes, pero pinte la doble raya amarilla ahí en el piso.
Esta es la diagonal 22, mantenete del otro lado,
Pero vos venias a los volantazos limpios,
cantando a la par de la radio.
¿Que ibas a oír?
No miraste los espejos.
Yo era el de la bocina siempre,
el que viene por la diagonal veintidos torcido.
El que se cruza con todos,
encontrarme es nada recomendable.

Yo soy ese, sí,
el que la cambiaron la piel por una cápsula,
y le clavaron en el craneo una espoleta.
Va por ahí deprisa buscando las afueras,
tratando de ponerse lo más lejos posible.
La gete piensa que voy a un baile de disfraces,
pero yo te lo dije, ¿recuerdas?, cuando quisiste arrastrame a aquella reunión.

Yo ya dije:no.
Lo dije, no es para mí,
no creo que esa gente quiera conocerme.
Soy un problema andante,
soy el gato negro,
soy como cruzarse setenta veces por debajo de una misma escalera.
Iba buscando las afueras,
tocaba y tocaba bocina,
pero vos aún así me buscabas,
cantando esas canciones que hablaban del valor de tus sentimientos.

Eso no es mérito,
todos los tenemos y ninguno vale más que el de ninguno.
Ponerlos en palabras no tiene sentido,
cualquier oportunista podría hacerlo,
sólo hechos concretos son sus signos inequívocos.
En fin,
dejalo ahí.
Hicimos lo que le echamos en cara tantas veces a otros,
quisimos pasar todos a un tiempo por un mismo sitio.
¡Blonk!
No había más salida que el desastre,
yo te lo dije,
mantenga su carril,
era la doble línea amarilla...
Yo dije esa palabra:
Yo soy un inadaptado social.
Tengo la espoleta clavada en el cráneo,
sólo puedo soñar con desactivarla,
o irme a estallar lejos.
Pero en fin...
otra vez sentado en el pavimento con el volante en las manos,
y vos en vez de insultarme, vienes a ver como estoy,
no tengo más opción que darte un empellón.
Disculpa, nada personal,
y seguir corriendo por la diagonal veintidos
antes que se accione el detonador.

Aunque no sirva,
perdón,
impacto contra un animal está cubierto por la póliza,
you know.

El Poeta del Asfalto, Buenos Aires, noviembre de 2008

1 comentario:

DEARmente dijo...

Me gusta mucho la entrada de este poema, es la que nos introduce a esta aventura!

"yo soy ese, sí,
el que le cambiaron la piel por una cápsula"

que cosas!