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Shay Goldstein es productora en la emisora de radio pública de Seattle desde hace casi una década, y no puede imaginarse trabajando en ningún otro lugar. Últimamente, sin embargo, rivaliza con su nuevo compañero, Dominic Yun, que acaba de salir de un máster en periodismo y está convencido de que lo sabe todo acerca del medio. Cuando la emisora está en apuros y necesita algo nuevo que la dinamice, Shay tiene una idea que su jefe aprueba con entusiasmo: De ex a ex, un programa y podcast donde dos ex hablarán de sus fallos en pareja y ofrecerán consejos amorosos en directo. A pesar de no haber salido nunca juntos, Shay y Dominic son los presentadores perfectos. Ambos se detestan y son capaces de ver los defectos del otro sin mucho esfuerzo. Y aunque a ninguno de los dos les gusta la idea de mentir a sus oyentes, la alternativa es el despido. La audiencia se involucra rápidamente y De ex a ex escala puestos en los rankings de podcasts. A la vez que el éxito del programa aumenta, también lo hace su mentira, especialmente cuando Shay y Dominic empiezan a sentirse atraídos el uno por el otro. En una industria que valora la verdad, ser descubiertos podría suponer el final de algo más que sus carreras.
Me apetecía ponerme con este libro porque, aparte de que hacía mucho tiempo que no leía romántica adulta contemporánea, había visto buenas opiniones y la sinopsis me llamaba la atención. Aún así, me ha gustado incluso más de lo que pensaba.
Mientras leía no podía parar de pensar en cómo me estaba encantando en la obra y en lo maravillosa que me parecía. No me había dado cuenta de lo mucho que necesitaba una lectura así hasta que la empecé.
La trama es genial y la he sentido natural, los personajes son adorables, su relación muy sana y el ritmo fluido.
Una de las cosas que más me gustan es que es una comedia (me he reído un montón con las salidas de la protagonista y con las conversaciones entre la pareja principal) pero también trata temas serios como el propósito en la vida, el duelo, la soledad, la pérdida y la misoginia en el entorno laboral. Tiene un trasfondo profundo pero no es un drama: no es una historia triste y en ningún momento se regodea en la pena o muestra pesimismo.
Tanto Shay como Dominic son muy tiernos. Ella ama la radio desde pequeña, lleva diez años trabajando en la emisora y no soporta al chico nuevo que cree saber más que nadie sólo porque tiene un máster. Él quiere usar su formación para hacer del mundo un lugar mejor (y es consciente de que Shay le tiene manía). Cuando les proponen trabajar juntos presentando un nuevo programa, aunque tengan que mentir y fingir que son ex, ambos deciden aceptar sin saber que eso limaría las asperezas entre ellos.
Los dos me han gustado muchísimo, les he cogido un montón de cariño y me han parecido súper cuquis tanto juntos como por separado. Sentía sus escenas muy reales y espontáneas, además de pasármelo en grande con los diálogos que comparten: divertidos, ingeniosos e irónicos. La forma en que su relación va evolucionando me pareció muy bonita y se me caía la baba con ellos y con las cosas que se decían.
No voy a negar que este libro tiene varios clichés que funcionan, como el fake dating o el compartir cama, y si bien es cierto que el final es demasiado de película para mi gusto (suele ocurrir en este tipo de obras) había muchas partes de la trama que me sorprendieron por no ir a lo fácil ni a lo que sería más típico.
A veces, entre capítulo y capítulo, podemos encontrar transcripciones del programa de radio que Shay y Dominic presentan juntos. Son oro.
Estoy deseando leer más de la autora; por suerte, la editorial acaba de publicar La chica del tiempo (y espero que traigan más novelas).
De ex a ex puede que sea mi mayor descubrimiento últimamente. Es el tipo de libro que te hace sentir como en casa y te deja el corazón calentito. Sin duda, está en mi top de este año.
Leyna