Se alza,
se pone de puntillas,
quiere llegar tan lejos:
escalar por la fronda
alcanzar la copa de los árboles
y allí
dominar el paisaje
y tal vez desde la hoja
más avanzada del ramaje
se dispone a volar.
Planear sobre la tierra
humedecerse del salitre del océano
y descender al corazón del bosque
atravesar el desierto
que los tártaros abandonaron hace siglos
y deslizarse por las calles
de la noche de las metrópolis
entre la bohemia y los lances
de los pendencieros.
Todo está ahí
en su mano vindicadora
de las fantasías:
al agitar las páginas
las palabras se desparraman
y se mezclan
y el viento las aventa llevándolas
tan lejos
donde otro niño de acero
las volverá a ordenar
y repetirá la hazaña
en otra lengua
sobre los mismos sueños.
¡Qué sugerente la imagen de la mano que busca, libro en mano, escapar de la frondosidad de los árboles! Como aquel fruto del árbol del conocimiento que Eva nos ofreció sacrificando su inmortalidad.
ResponderEliminarUna aparentemente insignificante escultura, que no la recuerda prácticamente nadie, en un lugar apartado de un parque. Pero yo sé que los árboles leen por las noches y comparten la clorofila con las letras invisibles y repletas de bondad del libro que el niño enarbola.
EliminarGeniales letras en un día en el que son homenajeadas.
ResponderEliminarUn saludo.
Los Días deberían de ser Cada Día, ¿verdad? Saludo.
EliminarAprovecho para decirte que ayer mencioné tu blog en mi apunte sobre Castilla y el 23 de abril, espero que con acierto.
ResponderEliminarUn saludo.
http://enarchenhologos.blogspot.com.es/2013/04/castilla.html
Muy amable, Enric. Tema arduo el de 1521, los Comuneros y el supuesto sentimiento que hoy pueda haber en la población de esta Castilla que, cual decía con tristeza Don Antonio, "desprecia cuanto ignora".
EliminarQue bien has relatado la magia de la lectura, ese viaje a alguna parte de nosotros mismos.
ResponderEliminarFue un momento de ocurrencia, un particular homenaje a la palabra narrada que cotidianamente debemos nutrir.
EliminarAgitar las páginas es agitar nuestro interior.
ResponderEliminarMiquel
No te quepa duda, Miquel. Y sacarlo y ponerlo en circulación. Nada hay más sano.
EliminarParece querer llegar al cielo con el libro, para que los ángeles , las nubes, las estrellas...puedan recrearse con la lectura, mientras nos contemplan, pasando páginas e hilvanando sueños .
ResponderEliminarBesos.
Y toda esa ascensión se encuentra en cada libro, en cada lectura, en cada ensimismamiento. Volar es adquirir más visión. Un abrazo.
EliminarLeer libros es quizás la única ventaja que podemos tener sobre los analfabetas, y no leerlos dice mucho de las aberraciones de la humanidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Pero no olvides ampliar el concepto "analfabeto". Hay mucho titulado y ejecutivo que no sabe ni aprende las lecturas...Saludos.
EliminarEls mateixos somnis en altres llengües... gran veritat.
ResponderEliminarDe lo que podría deducirse que las lenguas (y otras expresiones) son hijas de los sueños, tal vez. Gracias, Olga.
EliminarGran veritat tot el poema. La literatura passa d'una mà a una altra.
ResponderEliminarLas manos rehacen siempre las literaturas, Helena. Gracias por comentar.
EliminarLa lectura alimenta a muchas vidas, de muchos lugares de muchas culturas...y nos hace volar y descender...
ResponderEliminarMe gust'o la poesia
Nos vuelve cuerdos y nos enloquece, depende para qué. Me apunto al sentido que tú le das. Gracias.
EliminarMuy evocadoras líneas. He llegado volando y me quedo porque me gusta tu paisaje. Saludos del seguidor previo a la centena!
ResponderEliminarMe parece bien tu caída, Daviblio, hay que reforzar los ámbitos de las letras en tiempos de necedad en que se otorga excesivo valor a una determinada clase de valor (se me entiende, supongo)
EliminarSaludos.
Precioso, justo y evocador.
ResponderEliminarGracias por seguirme! Merci de me suivre sur http://laperraextremena.blogspot.com.es/
Gracias a ti por detenerte y leer. Saludos.
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