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lunes, 10 de junio de 2013

Mr. Bloom y los peces salados

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(Publicado originalmente en Madrid Sindical)

Si cebas un pavo digamos con harina de castañas sabe a eso. Comes cerdo a cerdo. ¿Pero entonces por qué los peces de agua salada no están salados? ¿Por qué es eso?
James Joyce. Ulises

El mercado de pescado (Joachim Beuckelaer, 1568)
Nadie, ni siquiera el narrador omnisciente, responde a la pregunta de Mr. Bloom. Está claro que James Joyce no era divulgador. Claro que no se trata de un problema sencillo, ni siquiera para los peces. Los seres vivos necesitan el agua para vivir, y la única agua de la que disponen los peces marinos es el agua salada. De manera natural, la sal debería acumularse en sus tejidos. Pero no es así.

viernes, 11 de febrero de 2011

Siempre hay un pez más grande

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(Contribución de El neutrino al Primer Carnaval de la Biología, organizado por Micro Gaia. Aunque trata sobre bichos un poquito más grandes que las bacterias.)

En las búsquedas de Google que conducen a El neutrino hay un tema recurrente: los récords del reino animal. Después de El rinoceronte más grande, hoy le toca el turno al pez más grande.

Tiburón ballena (Robbie N. Cada, FishBase)
El número uno no tiene discusión: es el tiburón ballena (Rhincodon typus), que, afortunadamente, sólo se alimenta de plancton. Habita en aguas cálidas de todos los océanos, y puede medir hasta 20 metros de longitud, según las últimas mediciones realizadas mediante fotogrametría asistida por láser (medida sobre una fotografía en la que la escala absoluta está determinada por dos haces láser situados a una distancia conocida) publicadas en el número de enero de 2011 del Journal of Fish Biology, y pesar más de 36 toneladas.

Esturión beluga (Robbie N. Cada, FishBase)
El tiburón ballena, como todos los tiburones, pertenece a la clase de los condrictios, la de los peces cartilaginosos. Los peces óseos, por su parte, constituyen la superclase de los osteictios. Entre ellos, el más grande es el esturión beluga (Huso huso), que habita en las cuencas de los mares Negro y Caspio, y ocasionalmente en el Mediterráneo, tanto en agua dulce como en agua salada. El esturión beluga más grande del que se tiene noticia medía 8 metros y pesaba 3.200 kilos, aunque hoy en día, debido a la pesca a la que se ve sometido para la obtención del caviar, es difícil encontrar ejemplares tan grandes.

Regaleco (George Brown Goode y Tarleton H. Bean, 1895)
Hay otro pez óseo que sin ser más grande es más largo que el esturión beluga (y quizá incluso más largo que el tiburón ballena): el regaleco (Regalecus glesne), un pez serpentiforme que habita en las profundidades marinas, entre los trescientos y los mil metros de profundidad, y que puede llegar a medir hasta 17 metros, aunque su peso no supera los 300 kilos.

Aunque el esturión beluga remonta los ríos para desovar, no se le considera un pez estrictamente de agua dulce. Entre los peces de agua dulce, la competición para elegir el pez más grande está más reñida. Hay división de opiniones según las fuentes que se consulten.

Según FishBase, el más largo es el paiche (Arapaima gigas), que habita en la cuenca del Amazonas y en otras cuencas sudamericanas, y puede alcanzar los 4,5 metros de longitud, aunque no supera los 200 kilos de peso. Sin irse tan lejos, se puede ver uno en Faunia, en Madrid, o al menos se podía ver hace unos años; no llegaba a esas dimensiones, pero de todos modos era impresionante. Sin embargo, otras fuentes no dan al paiche más de 2,5 metros de longitud.

Para la Wikipedia, es más larga la raya gigante de agua dulce (Himantura chaophraya). Vive en los grandes ríos y estuarios del sudeste asiático, mide 4,6 metros de largo por 1,9 de ancho, y tiene un aguijón venenoso de hasta 40 centímetros en la cola, que puede perforar incluso el hueso. Aunque para FishBase no mide más de 2,4 metros, en lo que todas las fuentes están de acuerdo es en que con sus 600 kilos es el pez de agua dulce más pesado.

Pez espátula del Yangtsé (1868)
Para National Geographic, el pez de agua dulce más largo es el pez espátula del Yangtsé (Psephurus gladius), que en el pasado podía llegar a los 7 metros de longitud y 450 kilos de peso. Pero el pez espátula del Yangtsé se encuentra en peligro de extinción, y no se ha visto ningún ejemplar salvaje desde 2003. Sus medidas registradas según otras fuentes no sobrepasan los 3 metros y 300 kilos.

Finalmente, según el Libro Guiness de los récords el pez de agua dulce más grande es el siluro gigante (Pangasianodon gigas), aunque no pasa de 3,2 metros de longitud y 350 kilos de peso. También se encuentra en peligro de extinción, y vive en el río Mekong. No es una referencia muy científica, pero lo cito aquí porque de un pariente del siluro gigante, el más pequeño Pangasianodon hypophthalmus, que habita también en el sudeste asiático, en las cuencas del Mekong y del Chao Phraya, proceden los filetes de panga que de un tiempo a esta parte han aparecido en nuestras pescaderías.

¿Existen peces más grandes, desconocidos para la ciencia, hoy en día? En 1930, el barco oceanográfico Dana recogió una enorme larva de tipo leptocéfalo de 1,83 metros de longitud, que recibió el nombre de Leptocephalus giganteus. Las larvas leptocéfalas son alargadas, comprimidas y transparentes, y son características de las anguilas, entre otros peces. En el hipotético caso de que su ciclo de crecimiento fuera semejante al de la anguila, el pez adulto mediría unos treinta metros. Pero no sólo las anguilas tienen larvas leptocéfalas. Aunque el ejemplar pescado por el Dana se ha perdido, del estudio de la anatomía de otros especímenes semejantes (aunque algo más pequeños), clasificados en la misma especie, se ha concluido que no pertenecen al orden de los anguiliformes (que comprende las anguilas, las morenas y los congrios), sino a la familia de los notacántidos o anguilas espinosas, que a pesar de llevar también el nombre de anguila pertenecen a un orden diferente, el de los notacantiformes. En las anguilas espinosas, el crecimiento se produce casi exclusivamente en el estado larvario; parece descartado entonces que el espécimen del Dana fuera una larva de la legendaria serpiente de mar.

Un regaleco encontrado en la costa estadounidense del Pacífico en 1996 (U.S. Navy, 1997)

miércoles, 25 de febrero de 2009

Un pez psicodélico




©David Hall/seaphotos.com

Hace poco más de un año, tres buceadores observaron un extraño pez en el concurrido puerto de Ambon, una de las islas Molucas, en Indonesia. Se trataba de un pez del tamaño de un puño, muy vistoso, con el cuerpo gelatinoso cubierto de gruesos pliegues de piel que lo protegen de los afilados corales en los que viven, y decorado con rayas blancas y naranjas. Nunca antes habían visto un pez semejante, así que se pusieron en contacto con varios expertos para tratar de identificarlo. Finalmente, una foto del pez llegó a manos de Ted Pietsch, un ictiólogo de la Universidad de Washington, que se jugó su reputación a que se trataba de un rape, aunque, a diferencia de la mayoría de éstos, carece del apéndice sobre la cabeza que les sirve de cebo para atraer a sus presas. Ahora, las pruebas de ADN realizadas han confirmado que se trata de una nueva especie de rape, que ha sido bautizada por Pietsch con el nombre de Histiophryne psychedelica.

El nombre específico, psychedelica, es apropiado no sólo por el colorido del animal, sino por su comportamiento. Las aletas laterales, como en otros rapes, son más parecidas a patas que a verdaderas aletas. De hecho, muchos rapes prefieren reptar en lugar de nadar. Pero Histiophryne psychedelica salta; usa sus aletas para impulsarse lejos del suelo y expulsa agua por las agallas para propulsarse. Con la cola curvada hacia un lado, parece un balón de goma rebotando de un lado a otro sin control.

Otra característica sorprendente de la nueva especie es que su cara es aplanada, con los ojos dirigidos hacia delante. Se trata de un caso único entre los rapes; es posible que este pez tenga visión binocular, como el ser humano.

Se ha observado que los vivos colores de este pez se desvanecen en pocos días en los ejemplares conservados en alcohol. El pez se vuelve blanco, pero un examen microscópico de la piel puede detectar aún las rayas. Esto ha llevado a Pietsch a examinar dos ejemplares blanquecinos conservados en la colección de peces de la universidad, que habían sido pescados en Bali en 1992; de hecho, estos individuos tienen el rayado distintivo de Histiophryne psychedelica. La universidad tenía dos ejemplares de la nueva especie desde hace 17 años, pero nadie se había dado cuenta.