Es tradición en mi familía, hacer esta receta cuando estamos juntas, mi madre, mi hermana y yo.
Normalmente en época de frío y sobretodo en Semana Santa.
Cada una tiene asignado un papel en la receta desde hace yo no sé cuanto tiempo y hoy la comparto con
vosotr@s para que si os apetece probeis.
Ajustando los ingredientes a la cantidad que querais siempre que se guarden las proporciones.
Aquí teneis la receta fotografiada del recetario con letra de mi hermana.
En lugar de "gaseosas del papelillo" o soda en sobre, puede utilizarse levadura Royal. Falta la harina, que incoporaremos al final hasta que adquiera la consistencia adecuada.
Pero como una foto vale más que....
Y comienza la receta. Todas manos a la obra.
Mi madre controla que no se olvide ningún ingrediente.
Batimos las claras a punto de nieve y después incorporamos las yemas batidas y el resto de los ingredientes.
Seguimos mezclando hasta que la mezcla está homogénea. Y según dice mi madre, siempre batir en la misma dirección. Yo creo que esto es una creencia, y que no ocurre nada, pero mejor que no te vea, que siempre comenta lo mismo.
Ahora empezamos a añadir la harina. Al principio nos ayudamos del mismo batidor. Para la medida de 6 huevos puede necesitar entre 1 y 1.5 kg. Se añade poco a poco para que se mezcle bien.
Cuando el batidor ya no puede más, se sigue añadiendo harina y nos ayudamos con las manos.
Y continuamos amasando y añadiendo harina hasta que la masa no se nos pegue a las manos, lo que quiere decir que ya no admite más.
Dejamos reposar la masa y mientras calentamos abundante aceite en una freidora o recipiente hondo. Para saber si el aceite está en su punto, podemos añadir al aceite ya caliente un trozo de pan y cuando esté frito ya podemos ir friyendo los roscos.
Mi madre le da la forma,
Mi hermana los frie,
Controlar la temperatura del aceite para que no se frian demasiado rápido, porque entonces quedan tostados por fuera y crudos por dentro.
Y sigue siendo tradición que entonces llega mi padre y se calienta un café con la excusa de que los ha de probar para ver si esta vez salieron buenos. La foto no es muy buena porque fué cazado al vuelo.
Y mi papel es una vez escurridos, depositarlos en la bandeja y cuando están fríos cubrirlos de azucar glas, o como digo yo, darles el toque final.
Y montar los recipientes donde guardarlos. Después son para el desayuno, para la merienda, para un kit-kat (pausa), para una visita, una bandeja para este, una bandeja para esta....
Y hechos el Viernes Santo, se disponen a ser acabados en pocos días.
Espero que os guste a aquellas que decidais probarlos.