De un tiempo a esta parte la invasión de personajes y conceptos del mundo del cómic son una realidad cotidiana. Tanto en cine como en televisión, hordas de superhéroes abruman nuestras pantallas, convirtiéndose así en parte fundamental y rentable del mundo audiovisual actual.
Lejos han quedado aquellos primeros atisbos de los que hoy en día es una verdadera invasión.
Son clásicos de la televisión la primera serie de Batman, Wonder Woman o la entrañable, pero cutre, serie de la Masa (Hulk)o de Spiderman.
O clásicos del cine como las películas de Superman de Richard Donner.
Estos productos no dejaban de ser anecdóticos dentro de la industria del cine y la tele. Parecía que los personajes del cómic sólo podían triunfar en la TV como series de dibujos animados: Spiderman, los Superamigos de DC, los Pitufos, los Transformers... todas series de dibujos que en los años 80 hacían las delicias de los chavales de aquel entonces, pero sin llegar a los éxitos de los tebeos en el cine y televisión de hoy.
En los años 90 surgieron las películas de Batman de Tim Burton; y en televisión series como las Aventuras de Lois y Clark (Superman) o Flash; películas y series de éxito comercial que mantuvieron la llama de los superhéroes mediáticos encendida.
Con el cambio de siglo llegó el "boom" de las películas de superhéroes, consolidándose como género cinematográfico: Los X-Men, Spiderman, los 4 Fantásticos, Hulk, Daredevil, Elektra fueron grandes éxitos gracias a los avances en efectos espaciales y a presupuestos multimillonarios para su promoción, con recaudaciones muy copiosas para las arcas de la industria del cine.
En televisión series como Smallville gozaron también de buenas audiencias temporada tras temporada.
Estas circunstancias hicieron que la todopoderosa Disney viese el filón que son los superhéroes y con un pestañeo del ratón Mickey compró Marvel y se puso a hacer películas de superhéroes como churros, una tras otra, con tramas que enganchaban y entrelazaban las mismas, generando una expectación total sobre estas pelis.
Iron Man, Thor, Hulk, El Capitán América, Los Vengadores, etc... se fueron sucediendo, batiendo récords de espectadores y recaudación, generando una fiebre por este tipo de cine antes nunca visto.
Todas la industria del cine se ha lanzado a una carrera sin freno por hacer pelis de superhéroes a lo Marvel. La Warner, poseedora de los derechos de DC, se estaba quedando atrás y con un tímido primer intento llamado Green Lantern, empezó a lanzar nuevas películas de sus buques insignias: nuevas versiones de Superman y de Batman.
La trilogía de Batman realizada por Christopher Nolan demostró que el género de superhéroes podía ofrecer además de "blockbuster" palomiteros, películas de una inmensa calidad.
Estos éxitos cinematográficos animaron a lanzar a la televisión productos derivado del cómic perfectos para hacer series: Marvel lanzó Agentes de SHIELD y DC la serie de Arrow.
Y al igual que en el cine, las cadenas de TV vieron que en sus parrillas tenían que tener al menos una serie basada en algún cómic, pues los ingresos publicitarios que generaron Héroes o actualmente, The Walking Dead, no pueden ser ignorados.
Se avecinan series de Marvel como Agente Carter, Daredevil, Luke Cage, Puño de Hierro, Jessica Jones y de DC como Flash, Gotham o Constantine.
Y con respecto a películas, el aluvión de Disney/ Marvel es colosal comparado con el arranque del proyecto Warner / DC con su Superman y Batman que derivará en una futura peli de la Liga de la Justicia.
¿Acabaremos viendo en el cine, como en los cómics, algo que en su día parecía imposible pero que al final fue una realidad como los Vengadores vs. la Liga de la Justicia?
Sin duda, la invasión ha empezado y los aficionados a los tebeos de toda la vida estamos disfrutando de esta moda.
Sólo hay un problema. El desmesurado éxito del género, y la sobrexplotación del mismo, tiene como consecuencia que lo que importa son las pelis, relegando la raíz (los cómics) a algo superfluo (teniendo estos que adaptarse a las pelis, sufriendo por ello giros argumentales absurdos como la aparición de un Nick Furia JR. que se parezca al del cine, pues el original era un tipo blanco, tuerto, madurito que luchó en la 2ª Guerra Mundial, y en las pelis es Samuel L. Jackson, negro, rapado, más joven pero tuerto también.)
Además es una tremenda paradoja, que cuando menos cómics se venden, sus personajes son más famosos que nunca, están más de moda que nunca...
Y muchos de esos millones de espectadores jamás han leído o leerán un solo tebeo. La industria del cómic ve impotente como la industria del cine y la televisión engordan sus ingresos, mientras ellos languidecen con un mercado de nostálgicos, coleccionistas y algún chaval que prefiere leer que jugar a la consola.
Ah... Y por cierto. En España tampoco somos ajenos a esta moda y nuestra denostada industria del cine también esta adaptando nuestros clásicos del tebeo a la gran pantalla: Mortadelos, Zipi y Zape, el Capitán Trueno, El Gran Vazquez, son ejemplos de ello.
Y muy pronto tendremos una nueva peli de animación en 3D de Mortadelo y otra de Anacleto, Agente Secreto...Y si los hados quieren hasta una de Superlópez.
Atentos pues a las pantallas de cine y TV... pues los personajes de tebeo nos invaden. ¡Déjate conquistar!