Se puede decir de una canción que es buena de cojones cuando gustan tanto la versión original como las posteriores (y mira que en esta vida es complicado encontrar copias buenas...) Creo que este es del caso de esta canción que os sonará a todos:



La anterior es la versión noventera y boleromixera. En ese mismo año hubo otra versión bastante parecida, pero he preferido poner la anterior porque realmente son casi idénticas (de hecho hubo hostias movidas judiciales por temas de plagio Qué curioso, un copión demandando a otro copión...) El link a la versión de KWS está aquí.
Ahora escuchemos la versión original de 1979:



Hay otra versión techno del 2008 del grupo Basshunter, que he estado a puntito de no ponerla, más que nada  porque el techno punchi-punchi me da cagalera en mi humilde opinión APESTA en comparación con las otras dos:



Las dos primeras versiones son buenas, de la tercera no opino, pero si tuvieráis qué escoger una, ¿con cuál os quedaríais?



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Por si aún hay alguien que se pregunta el porqué de mi nick:

¡Que te pego leche...!

Estos somos yo y mi puño en 1988, con cuatro años si no fallan las matemáticas. El que me tiene sujeta del brazo para que no me lance contra el fotógrafo es el cura que bautizó a mi hermano. No recuerdo el momento de la foto, pero dicen las malas lenguas que cuando saltó el flash se me giró la cabeza 180º  y comencé a echar espumarajos por la boca y a proferir insultos en alguna lengua extraña.
Menos mal que había agua bendita a mano...

Pero fuera todo esto, yo era una niña muy buena. Un angelito, vaya.







EDITADO
Mi madre tiene una explicación menos cinematográfica y fantasiosa para esta foto: según ella, me quise escapar por ahí y el cura me enganchó para que saliera en la foto. De ahí mi cara de mala hostia al ser retenida contra mi voluntad. Por un cura, además.

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Y muy cascarrabias, pero también muy sentimental.

El otro día se me saltaron las lágrimas leyendo Tomates Verdes Fritos, justo al final.
Y me ha vuelto a pasar escuchando esta canción, porque me he acordado de la casa donde crecí, que ahora está cerrada a cal y canto, llena de arañas, polvo y humedades.

Mi infancia se ha quedado a casi 1000km de distancia...

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Recuerdo que cuando era pequeña y a alguna de las niñas se le veían las bragas al despatarrarse por el tobogán o hacer alguna postura rara, le solíamos cantar la canción de los Mundos de Yupi. Algo que me resulta tremendamente inquietante desde una óptica freudiana, ¿qué relación podía haber entre la visión de unas inocentes braguitas de niña con dibujos de Mickey Mouse y esto?



De la misma manera que cuando alguien llevaba la bragueta abierta extendíamos la mano y le decíamos "Dame pipas" ¿Que no tenías? También había una respuesta: "Pues cierra el kiosco"
Ay los niños de los 80, qué raritos que éramos...

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Hoy vuelvo con vídeo del pasado. ¿Que estoy nostálgica? Pues sí. O no, qué sé yo, si no os gusta os jodéis y os vais a cascárosla con la negras en bolas de Inner el Pendejo.

Pues a lo que iba, que esta tarde no sé cómo me vi canturreando una canción que hacía la tira de tiempo que no escuchaba y tuve que buscarla en Youtube:

Diossss, qué recuerdos, cierro los ojos y me veo ahí, en el año 97 (o el 98, no recuerdo muy bien), sentada en el sofá de mi amiga V chillando las dos histéricas y poniendo el vídeo en pause justo en el segundo exacto en que a uno de los maromos se le marca el paquete.

Yo era un pequeño y tierno engendro de pueblo: pelo estropajoso, unas gafas del tamaño de la bici de Indurain y ropa que haría palidecer de envidia a los payasos del Circo Romano. La edad del pavo y sus amiguitas las hormonas me hacían bullying y me escribieron el Quijote en Braille por toda la cara. Ni Clearasil ni hostias, nada podía con aquellos granos. Una vez me quedé sobada en un banco y cuando me desperté había un ciego tratando de leerme...Lo dejó cuando se le empezaron a llenar los dedos de grasa.

Pero fea y todo, era feliz.. Qué tiempos aquellos en que mi felicidad era tan barata: 300 pesetas para comprarme la Super Pop, o diez duros para una bolsa de pipas con la que pasar la tarde poniendo a parir a toda la pandilla con mi amiga V. O flipándolo solas con los vídeos de los Backstreet Boys. Una vez tratamos de convencer a la madre de una amiga para que llamara a los de Sorpresa Sorpresa y nos llevaran a los BSB "sin que supiéramos nada" (totalmente verídico) Se intentó pero al final pasaron de nosotras y prefirieron llevar a una tronen a que los conociera. Con su pan se lo hubiera comido, la tía cerda...

Pero en la vida de toda pava adolescente llega un punto en que el nivel hormonal se regulariza y ¡sorpresa!, la vida real te mete un carpetazo en tó los morros para que despiertes. Y todos tus posters y recortes de la Bravo y la Super Pop se van al cubo de la basura (más concretamente al contenedor azul, el amarillo es para plásticos) Y luego que si el bachillerato, que si los primeros curros de verano, tu primer empleo, tu primer subsidio del Inem, etc. Ser adulto definitivamente es una mierda y si te pasas de la raya te mandan al trullo en vez de pegarte cuatro hostias como antes.

Bueno, se acabó el flashback de hoy, regresemos a nuestro mundo de euros, crisis, paro, Belén Esteban, Tokio Hoteles, hermanos Jonas y demás plagas bíblicas. Y ahora permítanme abrir la mula y ponerme a descargar los grandes éxitos de los BSB. Al que le guste, bien; al que no, se puede ir a reír de su puta madre.
He dicho.

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Hace muchos años que no veo ninguna de las entregas de "Solo en Casa". Recuerdo que un año que la pusieron por Navidad, la grabamos en vídeo y mi hermano la ponía a todas horas, lo suficiente como para cogerle asco a la peli y a Macaulay Culkin, pero no, no nos cansábamos. A toda la gente de casa le gustaba (bueno, menos a mi padre, pero porque no había persecuciones policiales ni salía Chuck Norris reventando bocas con su patada giratoria)

De la primera parte, que fue la que más me gustó, recuerdo con mucho cariño esta escena, que sin duda era nuestra favorita, ya que la rebobinábamos una y otra vez para partirnos en culo con ella:

Un momento inolvidable, sin duda

La segunda tampoco estaba mal, aunque como bien dice el refrán "Lo bueno, si es breve, dos veces bueno". Otra vez el Barbitas tenía que sufrir para que nos pudiéramos desternillar a gusto:

El efecto del esqueleto es tan cutre y tierno a la vez que es imposible no partirse la caja.

La tercera ya ni me molesté en verla, salvo a trozos, y llegué a la conclusión de que los productores debieron haberse plantado en la segunda entrega. Además, sin Macaulay Culkin y sus morritos de pato ya no era lo mismo...

Así que finalizaré el post con un homenaje a este niño prodigio (que vaya pena que se nos haya echado a perder por el camino, la verdad sea dicha):

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Es oír la intro del principio y me puedo ver a mí misma, con unos ocho años, sentada en la mesa de la cocina antes de ir al cole, muerta de sueño y metiéndome un Colacao con magdalenas entre pecho y espalda, mientras mi madre se pelea con mis trenzas y amenaza con raparme el pelo para acabar de una vez por todas con esta penitencia de tener que peinarme todos los días.


En este caso yo sí que me ahorraré los comentarios del tipo "los dibujos de antes sí que molaban", bla bla bla. Más que nada por no caer en redundancias. Disfrútenlo.

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