Mostrando entradas con la etiqueta teresa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta teresa. Mostrar todas las entradas

viernes, 27 de agosto de 2010

PEQUEÑOS MUSEOS Y TURISMO KITCH










































































































































































































































































Hace ya milenios que perdí la fe en los grandes museos de arte contemporáneo, en los que dejamos sin que nos pregunten muchísima pasta, a cambio de que nos ofrezcan escombros, basuras, muestras gratuitas de fluidos corporales, pajas mentales hechas realidad, o en el mejor de los casos, nada.

Por eso es una bocanada de aire fresco descubrir, de vez en cuando y casi siempre sin querer, pequeños y modestos museos que sorprenden gratamente y hacen recuperar la fe en la relación perdida entre el arte y el público.

Así descubrí, paseando por las preciosas calles de Sóller, en Mallorca, este Museo de Arte Modernista, situado en la casa Ca'n Prunera, en el que se puede ver una interesantísima colección de muy buenos artistas (Picasso, Miró, Matisse, Basquiat, Rusiñol, Magritte, Leger y Chillida, por citar algunos).

La casita en sí ya es preciosa, valga la muestra de esta escalera, y la visita hace que los tres euros que hay que pagar parezcan una miseria.


No voy a poner cuadros, esculturas ni muebles, que los hay y muy buenos en la colección de este museo...porque lo que más me ha llamado la atención ha sido la SALA DE LAS MUÑECAS. Si, amigos, allí puede verse, de muy cerca, respirando detrás de las vitrinas, EL HORROR...

Desde las niñas de El Resplandor tomando el té hasta esa niña poseída que teje su propio vestido en una máquina mucho más grande que ella...pasando por ciervos, perros, y demás animales de peluche, a cual más horrendo y atroz.

Las muñecas antiguas han sido siempre mi talón de aquiles...yo, que no le tengo miedo a casi nada, puedo ser reducido en segundos si alguien blande ante mí una de estas muñecas. Creo que esto me viene desde pequeño. Una vez, mi padre me llevó al cine a ver una película, que se llamaba El Diabólico triángulo de las Bermudas. La peli, como se puede ver en el enlace que se acompaña, era una auténtica mierda pinchada en un palo (en un mástil, para ser exactos). Ahora que la he visto de adulto, he comprobado que las escenas que me aterrorizaron durante años dan risa, y aún me pregunto cómo cojones engañaron a John Huston para que participara en esto.

Pero bueno, el caso es que esta película, y supongo que otras, han dejado en mí una maléfica huella que ha hecho que todavía me aterroricen las muñecas...excepto las Barbies, claro, que de pequeño robaba a mi hermana, para quitarle las bragas (a la muñeca), concluyendo decepcionado que debajo de ellas sólo tenían un plástico más recio y aburrido que el de mis Madelman.
Miserias aparte, es curioso cómo en una época de un arte tan estéticamente refinado como el modernismo, el prototipo de belleza infantil era tan espantoso y tan terrorífico.
No hay más que ver las fotos de niñas reales con sus muñecas (no mirar si se es aprehensivo) para captar ese extraña disociación entre el ideal de belleza pensada para los adultos y el aberrante ideal de belleza para los niños.
Posiblemente esto haya pasado en otras épocas, en las que se trataba de convertir a los niños en imágenes en miniatura de los adultos, ignorando el carácter especial y único de la infancia, y eso producía estampas bizarras, como las de estas muñecas.
Ahora hemos mejorado un poco, y entendemos que el mundo de los niños y el de los mayores no es el mismo. Ya no hay monstruos, como Joselitos y similares, aunque cuando la verdad es que cuando veo algún programa de tv, de esos tipo "menudas estrellas", o algo así, me pongo enfermo...no hay nada más insano que no dejar a los niños ser niños...sólo lo van a ser una vez en la vida, los pobres...
Bueno, dejando ya el temita de los museos y los niños, pero sin dejar del todo el tema de los monstruitos, las aberraciones, lo bizarro y del arte contemporáneo, la verdad es que hay un tipo de turismo que a mí me mola mucho, no está nada masificado, es gratis, y tenemos un país muy pródigo en interesantísimas muestras.
Les hablo, amigos, del turismo KITCH. No estoy muy seguro si esta palabra se escribe así, pero la verdad es que da igual porque todo el mundo sabe de lo que hablo.
Lo kitch, queridos seguidores de este mi blog, está por todas partes. El arte contemporáneo se ha querido apropiar de este concepto sibilinamente, como se ha querido apropiar de otros muchos (como el mismo concepto de "contemporáneo", sin ir más lejos), y ha invertido e invierte muchos millones de euros (de todos) en artistas que se crean inventores de "un nuevo concepto de belleza asociado a lo feo, o a lo no-bello...", y en fín, todas esas patrañas.
Así, gastan nuestros cuartos en obras de artistas MALOS, que no es que hagan cosas feas porque quieren, sino porque no les sale otra cosa.
Pero eso, amigos, ni es "kitch" ni hostias, eso es no saber hacer la o con un canuto.
Yo creo, desde mi humilde opinión, que el arte es la búsqueda de la belleza, y que el KITCH, muy respetable él, está en un sitio mucho más auténtico que los museos: en la calle, en la realidad.
A mí, el mundo kitch y bizarro es algo que siempre me ha molao mucho (sí, yo también leía el CASO a escondidas- era pequeño y no me dejaban verlo) y por eso tengo un gran respeto por estos pequeños monumentos que, aunque no tienen nada que ver con el arte, son dignos de admiración para casos patológicos como el mío (que imagino deben ser muchos).
En este viaje que he hecho este verano he podido admirar, por segunda vez, el extraño castillo Bonavía, un sitio, bizarro donde los haya, enclavado en el recinto de una gasolinera cerca de Zaragoza.
Yo siempre había pensado, por su emplazamiento más que nada, que era un CLUB (ya me entienden), pero resulta que no, que es un castillo hecho para celebrar Bodas, nada menos, como la que se estaba celebrando en el momento en que hice las fotos. Un sitio que deja la palabra KITCH demasiado corta. Atención a las gárgolas.
Hace unos años, también tuve ocasión de admirar el MAZINGER Z de Tarragona. Había leído ríos de tinta virtual en la red sobre él, así que pasé cerca de allí, con mis greñas (véase la foto) fui a rendirle la pleitesía que merece. Está en una especie de urbanización a medio construir que se llama Mas de Plata. Increible.
En este mismo viaje he intentado también ir a admirar el Motel Azor, mucho más terrorífico que el Motel Bates, donde va a parar...porque este tiene como cartel nada menos que el yate de Franco..
No pude ir a verlo, porque mi novia dijo BASTA...no comparte conmigo esa admiración por lo kitch...ella se lo pierde.
Pero bueno, dejo una foto cogida en gugel de tan terrorífico lugar, que se encuentra en la población de Cogollos (se ve que allí le dan al fumeteo) en el kilómetro 222 de la Nacional 1 (el kilómetro también promete).
Algún día iré por allí, y allí nos encontraremos, amigos lectores.
Cuan ridículo es el arte cuando quiere imitar al mal gusto. Hasta para eso hay que ser un artista de verdad.

domingo, 6 de septiembre de 2009

CUADERNOS DE VIAJES














































































Los viajes siempre resultan una manera de abstrerse del día a día, de salir del agujero en el que estamos encerrados en nuestra vida cotidiana, y de alejarnos de todo eso para acercarnos un poco más a nosotros mismos.
Son una buena ocasión para llevar algún cuaderno, y dibujar, escribir, o hacer lo que a uno le de la gana.
Los cuadernos de viaje, sobre todo los que hacen los demás, siempre me han encantado.
Hay gente que escribe o cuenta en ellos cosas muy personales. Conozco gente que nunca me ha dejado ver los suyos, lo que me hace hervir de curiosidad preguntándome qué habrá en ellos, qué pensamientos, deseos, odios o pasiones ocultas han surgido en esa persona, en ese viaje, y han quedado, de algún modo, impresos en el papel.
Envidio a la gente que, en uno de esos cuadernos, es capaz de alternar dibujos con textos, ideas, elucubraciones, referencias de sitios en los que ha estado, y demás. Especialmente esto es una habilidad propia de las mujeres. Como todo el mundo sabe, los hombres sólo somos capaces de hacer una cosa al mismo tiempo, y en mi caso esto es exageradamente cierto.
Si comienzo un cuaderno con dibujos a toda página, soy incapaz de intercalarlo con otro tipo de cosas y lo llenaré todo de dibujos a toda página...si lo empiezo con bocetos de historietas, de comics, el cuaderno se agotará siguiendo el mismo formato, lo mismo que si es un cuaderno en el que apunto ideas escritas.
No soy capaz de hacerlo de otra forma. A mi me encantan los cuadernos que hacen mis colegas y amigas María Meijide y Susana Terrón, por ejemplo (esta última es de las que casi nunca me los deja ver), pero yo no soy capaz de hacer eso. Supongo que tampoco lo intento, porque un cuaderno de estos es un medio, no un fín en sí mismo, y que uno ha de hacer las cosas tal y como le salen, sino se convertíría en algo impostado, forzado.
Los cuadernos de viaje siempre han sido algo que los artistas (o cualquier persona) han hecho para sí mismos y nadie más, aunque es curioso como se han convertido en una especie de subgénero artístico en los últimos tiempos, muy apreciado.
En Santiago, hace poco, hasta ha habido un curso de "cuadernos de viaje" en el CGAC, que por cierto, ha impartido María (no podía ser otra).
Para esto de dibujar, de ponerse a hacer algo sobre el papel, a mí me hacen falta ciertas condiciones: que el medio en el que viajo no sea muy rápido, (porque sino en el trayecto no me da tiempo a hacer nada), que pase un cierto tiempo en los lugares de destino (por lo mismo y porque sino eres un espectador muy fugaz), y que no tenga que conducir yo demasiado (porque entonces mi cabeza no está libre del todo para dejarla ir por ahí).
En el viaje que he hecho este verano no todo esto se ha cumplido en todo momento. Salí el 22 de julio hacia Santander en coche, allí cogí el ferry a Plymouth, donde estaba Teresa desde principios de mes. El viaje en barco estuvo bien para empezar a mover la mano...duró unas 20 horas y no conducía yo. Para mí el barco es el transporte ideal. No me mareo, hay muchas cosas que hacer, es muy descansado y no paso el miedo que paso en los aviones.
Nada más subir me di cuenta de que en ese barco, el PONT AVEN, nadie hablaba español. Y mi inglés se terminó en COU. Así que me dediqué a dar vueltas por el barco observando a los viajeros, la mayoría ingleses, que aprovechaban cualquier momento de sol (pocos) para correr a las cubiertas a echarse aceite y freirse.
Un camarero mejicano con el que entablé una conversación (parte del personal si era hispanohablante, menos mal) me avisó de que en una de las cubiertas había una degustación gratuíta de whisky escocés.
Fuí allí y degusté todo lo que pude. La intención, claro, era vendernos las botellas. Advertí que los ingleses tienen por costumbre ¡comprar! en esas demostraciones, degustaciones y demás eventos gratuítos en los que los españoles nos limitamos estrictamente a cumplir con lo que viene precedido de la palabra GRATIS.
Yo degusté bastante y no compré nada, lo que pareció no hacer gracia a la azafata, pero e mí, a esas alturas, poco me importaba su opinión.
Con el chispazo puesto y el meneo del barco, cruzando un leve temporal de verano, ya cayendo la noche, era la ocasión para sacar mi cuadernillo, el pequeño, el que aparece en las fotos con bocetos para comics.
Uso mucho ese tipo de cuadernos, de formato A6, verticales, de hojas en blanco, para bocetar lo que luego serán comics. De ahí han salido HISTORIAS DE MARIANO, MENSAJES, FARWEST, etc, etc. Casi todo lo que he hecho ha surgido en uno de estos bloqs al lado del mar, o bien en la isla de Ons, o en Rianxo, o como ahora, subido a un ferry.
Hice estos bocetos, y diseñé el proyecto para un nuevo libro, en un entorno surrealista. En el Pub del barco, un entertainer cantaba las canciones de Elvis vestido como él. Yo tomaba una piña colada, porque me hizo gracia pedir eso en un barco, aunque lo cierto es que sabía fatal y me clavaron bastante por el capricho, pero gracias a su mal sabor, sólo bebí una y no me pasé de rosca...ya con la degustación previa, una acumulación excesiva de alcohol me hubiera impedido seguir dibujando.
Cuando los alaridos del Elvis empezaron a molestarme (no pasó mucho tiempo porque ese hombre cantaba peor que yo), y espoleado además por el título de su canción, it,s now or never, me fuí a la zona de la piscina, que estaba vacía, y que era muy relajante. Por el temporal el agua iba de un lado a otro haciendo un ruido de oleaje, que unido a la luz tenue y al puntillo que tenía me hizo pasar unas horas en las que me surgieron un montón de ideas para historietas que volaron hacia el cuaderno, casi todas con relación al mar.
A eso de las tres (no recuerdo en qué huso horario) me fui a dormir a la zona de sillones, porque no tenía camarote.
La zona de sillones era como un autobús, ocupado casi todo por moteros gordos, con mucho pelo y tatuajes, una especie de ángeles del infierno con cadenas y que parécían sacados de Easy Rider o de Mad Max. Durante unos momentos temí por mi integridad física, hasta que me di cuenta de que esos ángeles del infierno de juja eran en realidad unas nenazas. Te decían sorry si se tropezaban contigo, traían almohadas cervicales para dormir, y esterillas, y no los ví bebiendo alcohol en ningún momento del viaje, ni armar el más mínimo follón. Cuando dormían ni siquiera roncaban. Qué decepción.
En Plymouth me esperaba Teresa.
Estuvimos tres días en esta bonita ciudad (bonita la zona vieja, el resto era horrible) cuna del pirata Drake, que me recordó mucho a las Rías Bajas . Todo el sur de Inglaterra tiene un aire a Galicia, tienen su Finisterre y todo.
El dibujo que hay arriba, el faro, es el de Plymouth, que preside la entrada de la ría, un sitio muy bonito pero barrido por el viento constantemente.
A los tres días salimos hacia el continente: estuvimos en Londres otros dos días, y de allí hacia el paso de Calais donde cogimos el tren que va por debajo del agua hasta Francia.
Aunque el tren también es un buen sitio para dibujar , este tren en particular no es el más indicado. Su aspecto es horroroso, vagones gigantescos, cerrados, para llevar los coches, y el hecho de saber que estás bajo el agua, hacen pasar a los cagaos como yo 40 minutos de sudores fríos en los que no soy capaz de ocupar mi cabeza con nada que no sea ver pasar mi vida a cámara rápida.
Pasado el trance, tiramos hacia Brujas, una preciosa ciudad medieval, donde me compré el libro rojo que aparece en la foto, con intención ya de dibujar-dibujar, no bocetar comics. Para esto, para los comics, necesito más tranqulidad, tiempos muertos muy largos, porque se trata de idear una historia...pero lo que es dibujar se puede hacer en cualquier esquina en cinco minutos, es algo inmediato...hombre, no tanto como una foto, pero casi (yo dibujo muy rápido)...
Estuve muchos días con mi blog rojo bajo el brazo: estuvimos en Amsterdam cinco días, dos en Bruselas, y cuatro más en París, antes de salir hacia Barcelona, donde estuvimos otros cinco.
A la altura de París yo ya había guerdado mi bloc en el maletero, lo de conducir por las ciudades resultó algo agotador, especialmente en Francia, porque los gabachos conducen fatal. Harán unos pasteles muy ricos, pero lo que es conducir, horrible.
Es curioso pero quizá el lugar donde más tranquilo y con menos sensación de peligro he conducido haya sido en Inglaterra, donde a pesar de ser todo diferente (rotondas, sentidos de la circulación, velocidades y unidades métricas) hay un sentido del orden y un civismo que no existe en el sur de Europa (pero bueno, esto a los ingleses se les pasa cuando beben). Pero por lo que se ve, allí los borrachos no conducen tan fácilmente como aquí.
En fín, he aquí mis cuadernos de viaje de este verano.
El dibujo que aparece arriba ilustra la espera en la cola del ferry, en Santander, bajo la lluvia. Allí empezó esta vuelta a Europa que me ha dejado con la agridulce sensación de constatar que cada vez todos los sitios se parecen más o se diferencian menos.

domingo, 25 de enero de 2009

MÁS GUADALUPE



Ahí va otra pieza más sobre el día grande de la fiesta de La Guadalupe en Rianxo. Si la anterior (2007) estaba grabada desde un barco, esta vez me he quedado en tierra, y he puesto el objetivo en otras cosas que se me pasaron la otra vez, sobre todo lo que es la salida de los barcos...un espectáculo digno de ver, como casi todo lo que pasa por allí esos días.
En el minuto 1:02 aparece un plano de Raúl, no el futbolista, sino un exalumno al que me encontré en la procesión tocando la trompeta.
A ver cuando me da unas clases él a mí, porque no estaría mal aprender a tocar la trompeta...me han dicho que no es nada fácil.
Qué pequeño es el mundo...

domingo, 17 de agosto de 2008

PALINDROMOS

Esta idiotez va dedicada a mi amigo Pablo, buscador de Palíndromos.
Sí, hay gente que ocupa su tiempo en componer frases que resulten palindrómicas...y los resultados son increíbles..no voy a desvelar sus hallazgos, que me descubrió entre licores café, ya que la propiedad intelectual merece un respeto.
El presente vídeo seguro que llevó mucho menos esfuerzo que la composición de un palíndromo de verdad, y como digo es una completa idiotez, que pese a todo tiene su gracia.
Si después de perder dos minutos viendolo alguien se siente ofendido, que no dude en enviarme una carta de reclamaciones, (escrita en palíndromo)-sino, no la leo-.
El actor del vídeo es David Olmos, y la chica no lo digo porque no me deja, que dice que ha salido muy mal. Ante sus amenazas es bastante probable que esta entrada sea retirada en breve.
Bueno, y también va dedicado a mi amigo Celestino, autor de un magnífico comic palindromero que se titula PALÍNDROMOS, para variar...
¿Porqué la palabra palíndromo no es un palíndromo?

sábado, 7 de junio de 2008

RIANXO Y LA GUADALUPE



Esto es un minidocumental que acabo de terminar de editar con imágenes de las fiestas de la Guadalupe ,en Rianxo, que grabé el pasado verano, de 2007, conociendo de paso esta pedazo de fiesta que además de multitudinaria y espectacular, tiene una gran tradición.
Lo mejor es el paseo que hacen los barcos por la ría, que ocupa la mitad de este corto, en el que Miguel, el de la camiseta amarilla, ejerció de anfitrión paseándonos en su barco y dejándome grabar en él (y luego los fuegos del final en su casa, churrasco inclúído)

lunes, 25 de febrero de 2008

AVERÍAS

Este es un pequeño corto que hicimos el viernes pasado (viernes santo), una tarde de aburrimiento...

Bajamos al garaje de casa, con la cámara, sin guión ni idea previa...todo se nos fué ocurriendo sobre la marcha.

Para partir de tal base, se puede decir que ha quedado bastante bien.

Afortunada (y milagrosa)mente había lavado mi coche por primera vez en tres años un día antes de la grabación (sin saber que íbamos a hacer esto).

Así que el protagonista secundario de la historia también salió guapo, como la actriz principal.

lunes, 26 de noviembre de 2007

CAFETERA


Para mucha gente, este es uno de mis mejores cuadros. De hecho, es el que más veces me han querido comprar. Siempre he tenido que decir que no, porque ya tiene dueña. aunque por suerte vive en mi casa y así no se lleva el cuadro.
El cuadro representa una cafetera de mi madre, que aún tiene, y que he dibujado muchas veces. Es un objeto precioso, de esos que por sí sólos emanan belleza.
Había pintado, entre el 2000 y 2002, una larga serie de pinturas de pequeño-mediano formato, a la que llamé "objetos" y que tuvo buenas ventas.
Eran objetos de uso cotidiano, representados de forma sumamente simple, con gruesos contornos y colores planos, muy en la línea del diseño o los comics.
Si me dedicase en exclusiva a hacer y vender ese tipo de cuadros sin duda podría vivir bien de la pintura, pero llegó un momento que esa forma de trabajar se me hizo aburrida y comencé a hacer cosas donde el gesto, la textura y la materia estaban más presentes.
En ese periodo de transición hice esta cafetera, que tiene un poco (o mucho) de aquella serie OBJETOS y un poco de lo que hice más tarde, con presencia de barnices, lápices carbón, y a veces collages dentro de la pintura.
No abandoné ese trazo grueso y colores planos, pero lo trasladé a los COMICS. En esa época hice una primera MINISTORIA llamada EXPEDICIÓN A MARTE que estaba basada en cuanto a estilo en esta serie de pinturas sobre objetos.
Estas ministorias, llamadas así por su radical minimalismo formal, y porque sólo tenían 12 viñetas, tuvieron tan buena acogida que seguí tirando por esa línea, dentro del cómic, y encontrando nuevos recursos formales y narrativos que culminaron en las HISTORIAS DE MARIANO, un comic book que también está presente en el estudio, y que va camino del volumen 3.