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jueves, 5 de junio de 2008

En barco, autobus, tren y avion.

Dos dias. Dos dias completos nos llevo remontar el rio Mekong, entre Luang Prabang y la frontera con Tailandia. Lo hicimos en un pequenho y ruidoso barquito que soporiferamente se deslizaba rio arriba entre selvas y platanales. La comodidad de los asientos era muy desigual, y si bien el primer dia habia asientos blandos (aunque no para todos), el segundo dia los banquitos eran tal cual los de una iglesia romanica en el siglo XII: austeros.



Lo unico que puede hacer uno para no desesperar y arrojarse al agua deseando ser devorado por uno de los famosos peces gigantes del rio, es relajarse y disfrutar del paisaje, leer, escribir... o hacer lo que los locales hacen, tirarse en esterillas y dormir.



Asi paso Juan su cumpleanhos, diez horas de barco leyendo y haciendo sudokus. Estos ultimos causaron sensacion entre algunos laosianos que le pidieron que les ensenhase la tecnica. Lo mas dificl fue hacerles comprender en ingles macarronico que el metodo de prueba-error no era el mas adecuado, pero al menos pasaron un rato entretenidisimos hasta que se aburrieron. Esa noche dormimos en un pueblo junto al rio, en medio de la nada, donde no habia luz y todo funcionaba con generadores durante unas horas. Hicimos lo que pudimos, la cena se puede decir que fue romantica y hasta hubo minimagdalena de cumpleanhos con velas y regalo.



El segundo dia, tras ocho horas, el barco nos dejo en la orilla laosiana del rio, solo diez minutos antes de que cerraran el paso fronterizo con Tailandia (17:50). Salimos como balas hacia el control de inmigracion para intentar cruzar la frontera...pero no fue posible. El agente laosiano nos decia que si nos sellaba la salida de su pais quiza nos quedasemos atrapados entre las dos fronteras porque el puesto tailandes estaba a punto de cerrar, a lo que le replicamos: llameles y digales que vamos para alla... "no tengo su telefono" fue todo lo que obtuvimos por respueta... que falta de sincronizacion no? Pero nos preguntamos que pasaria si uno cruza, porque barquitos habia para hacerlo, y se queda entre dos pasos fronterizos...en una especie de limbo geografico? El hombre no estaba por la labor y acabamos haciendo noche en la frontera Laosiana, viendo el rio y al otro lado, a tiro de piedra como quien dice, Tailandia.

De todas formas, hay que entender que si los barcos llegasen a la hora prevista, con tiempo de sobra para que los viajeros continuasen hacia Tailandia, los empresarios hoteleros locales no estarian nada, pero que nada contentos.



Despues de todo no nos salio tan mal, al dia siguiente recorrimos en una chalupilla esos ultimos metros, y a pesar de que tuvimos que conseguir a codazos que nos estamparan el sello de entrada en el pasaporte, llegamos a tiempo para coger un minibus que nos llevaria a Chiang Mai, nuestro destino en el norte de Tailandia. Antes de las 4 de la tarde ya estabamos alli. Terminaba una odisea de dos dias y medio para llegar a Chiang Mai desde Luang Prabang en barco, chalupa y furgoneta.

Esa noche nos esperaba una cena con viejos y nuevos amigos. Volvimos a cenar con Fernando y Nina que habian quedado con Maria y Javi, viguesa y sevillano dando una vuelta al mundo... nos alegra saber que no estamos solos. Aqui estamos disfrutando de una costumbre muy tailandesa, cenar en bares de "quita y pon" en la acera, acompanhados de unas beer Chang, la cerveza de elefante, muy Thai.

Chiang Mai es una de las principales ciudades del norte de Tailandia, fue un reino independiente hasta el siglo XVIII, por lo que la cantidad de historia que encierra la ciudad no es poca. Como siempre, habia templos (Wats) para aburrir, y con calminha recorrimos solo algunos de los mas importantes. Y es que tenemos que confesar que, llegados a este punto, ya estamos un poco cansados de paseos sofocantes bajo un sol de justicia, trekkings y aventuras fisicamente exigentes. Y lo que de verdad nos apetece es un poco de relax, o al menos actividades un poco mas tranquilas.






Asi que primero nos fuimos a un curso de cocina Tailandesa, donde seguimos ampliando conocimientos para deleitaros a nuestra vuelta. Empezamos por practicar, con exito irregular, el "tallado" de frutas decorativas, parece facil pero en cuanto te pones...ya no lo es tanto. En cuanto a los platos que cocinamos no sabria con que quedarme, quiza los curries hechos a golpe de mortero, el pollo con anacardos y el omnipresente sticky rice (o arroz glutinoso).



El sticky rice es muy tipico tanto en Laos (donde olvidamos mencionarlo) como en el norte de Tailandia, se trata de un arroz pegajoso con el que se forma un gran mazacote del cual se van cogiendo pequenhas bolitas con la mano, para mojar en salsa o para comer solas. En definitiva, es el equivalente a nuestro pan, y es normal ver a la gente con una bolsa de arroz bajo el brazo de la que van comiendo poco a poco. Pues si a uno de eso pegotes de arroz, le echas leche de coco mezclada con azucar de palma, y le pones unos pedazos de mango al lado, consigues uno de los postres mas tipicos, delicioso, pero un poco bomba. Me temo que estaba tan bueno que desaparecio antes de que nos acordasemos de hacerle una foto.



Por si cocinar no fuera suficientemente relajante, nos apuntamos a un curso de meditacion. Si, habeis leido bien, meditacion budista. Y es que no solo creo que sea interesante y beneficioso aprender a meditar, sino que no esta mal que despues de tantos meses recorriendo el sudeste asiatico aprendiesemos un poco sobre la religion mayoritaria de la zona. En un centro de meditacion en las afueras de Chiang Mai pasamos dos noches practicando diferentes tecnicas de concentracion y meditacion, asi como discutiendo de budismo con el maestro Phra Saneh Dhammavaro, y un grupo de monjes jovenes alumnos suyos. Evidentemente es poco tiempo para aprender, pero suficiente para hacer nuestros pinitos y poder luego practicar en casa. Aqui veis a Juan dias antes del curso empezando ya a practicar, y una imagen de las modernas instalaciones y las habitaciones que nos asignaron (no mixtas por supuesto) en el centro. Eran mejores que la mayoria de los hostales en los que hayamos dormido ultimamente.



Phra Saneh Dhammavaro es el director de Asuntos Academicos de la Universidad Budista de Chiang Mai. Conociendolo no he podido evitar hacer un paralelismo con Vicente Ferrer, salvando las distancias claro. Phra Saneh, como casi todos los monjes budistas, tiene cara de buena persona. La tunica azafran, la cabeza y las cejas afeitadas, todo eso ayuda. Pero el ademas tiene una voz suave y carinhosa que transmite paz, que relaja, aunque hable de las injusticias mas grandes del mundo, aunque este tratando de remover nuestras conciencias consumistas occidentales. Esto ultimo, no muy dificil, lo consiguio sin duda. La experiencia, en resumen, fue tremendamente enriquecedora en todos los aspectos. Como podeis imaginar, el maestro es el que esta en el centro de la foto.

Tras estos dias en Chiang Mai nos montamos en un tren con rumbo a Bangkok. No habiamos probado aqui los trenes y nos han gustado bastante, camitas amplias con una cortinilla, por aquello de la privacidad, un lujo vamos. Lo peor era que el tren daba unas sacudadidas que sacabn a uno hasta del suenho mas profundo... por mucho que uno intentase poner en practica toda cuanta tecnica de relajacion hubiera aprendido.

A la manhana siguiente ya estabamos de nuevo en Bangkok, solo un par de dias para hacer las ultimas visitas, las ultimas compras, y preparar nuestra salida hacia Singapur. Visitamos el templo de Wat Arum, en el que no habiamos estado. Nos gusto muchisimo, por su altura y sus vertiginosas escaleras, y su decoracion a base de trozos de porcelana. Las vistas desde arriba eran fantasticas, pero subir no era sencillo, y no os digo nada sobre la bajada. No apto para cardiacos.



Como nota culinaria, con nuestra vuelta a Bangkok, hemos vuelto a degustar la estupenda y economica comida callejera. Pinchos de pollo riquisimos y el inevitable Pad Thai que lo hacen en casi cualquier esquina, en puestos ambulantes. Lo malo es que para comerlo hay que sentarse donde uno buenamente puede, que suele ser el escalon o acera mas cercana. Para que no os quedaseis sin ver la foto del Sticky Rice con Mango, nos hemos sacrificado por vosotros y lo hemos vuelto a comer, esta vez en un mercadillo, y nos acordamos de hacerle la foto, ahi va.




Pasados estos dias, dejamos definitivamente Tailandia, despues de estar entrando y saliendo durante los ultimos tres meses, pero habra que volver, porque aqui aun nos queda mucho que ver. Asi que finalmente nos montamos en el casi unico medio de transporte que nos faltaba en las ultimas semanas, en este enorme Boeing que nos llevo directos a Singapur.

Me temo que esa parte la dejaremos para la proxima entrada. Os pedimos disculpas porque vamos con cierto retraso y os agradezco las felicitaciones de cumpleanhos a las que no he podido responder como es debido. De hecho, como pasamos mi cumpleanhos os lo contaremos en breve.

Un beso a todos.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Tailandia Salvaje

Como sabeis estamos de nuevo en Tailandia. Volvimos a pasar unos dias por Bangkok y una vez mas, nos dejamos impresionar por lo moderna y desarrollada que es esta ciudad que, a pesar de todo, se resiste a perder su encanto... y ese olorcillo a comida cocinandose en los puestos callejeros.

Esta vez disfrutamos del rio al atardecer, cuando los templos de las orillas empiezan a encender la iluminacion nocturna. En contraste, tambien visitamos algunos de los barrios mas cosmopolitas que, como en cualquier otra capital del mundo, son un amasijo de torres de cemento y cristal, oficinas, McDonalds y ejecutivos corriendo. Para llegar aqui es mejor coger lo que llaman Skytrain (un metro elevado) porque el trafico es bastante insufrible. Ya os habia hablado de los taxis fucsias pero no se si os los habia ensenhado.

En unos cines de ultima generacion vimos la ultima gran produccion americana del momento (es la segunda peli en 10 meses, no estamos muy al dia). Ese dia comprobamos in situ que es cierto que antes de cada proyeccion la gente se pone en pie para escuchar el himno nacional mientras en pantalla salen bonitas fotos del monarca en diferentes aspectos de su vida y terminando con un mensaje que dice: Larga vida al rey. Y es que aqui hay autentica devocion por la familia real que esta presente en grandes carteles en la calle y en cualquier casa.

Esa noche teniamos una cena pendiente con Fernando y su mujer Nina, que acaban de empezar una "tourne" por Asia. El es companhero de la escuela de Teleco, muchos lo reconocereis, a que el mundo no es tan grande?

Nos desplazamos al oeste del pais, cerca de la frontera con Myanmar, la antigua Birmania (tristemente en portada estos dias por el terrible ciclon que se ha llevado la vida de mas de 20000 personas). Visitamos Kantchanaburi, un pequenho pueblo que no estaria en los circuitos turisticos de no ser porque, durante la Segunda Guerra Mundial, miles de prisioneros de guerra aliados trabajaron aqui bajo las ordenes del ejercito japones. La mision era construir una ambiciosa linea ferrea que atravesase la selva y uniese Tailandia y Birmania. Unos 13000 prisioneros murieron en el intento ( en su mayoria holandeses e ingleses) victimas de la desnutricion, enfermedades tropicales, agotamiento, etc. Una mas escalofriante cifra que ronda los 100000 trabajadores asiaticos "voluntarios" dejaron tambien su vida en la construccion de los 415km de via ferrea, de los cuales, el tramo mas famoso (gracias a Hollywood) es el puente sobre el rio Kwai, en las afueras de Kantchanaburi.

Hoy dia, de todo ello queda una via muerta de tren y varios museos y cementerios a donde se trasladaron las tumbas de soldados que quedaron desperdigadas por toda la selva. Y como no, el famoso puente, que a pesar de diversos bombardeos sigue en pie, de hecho los tramos de vigas cuadradas son los que reconstruyeron pero los redondeados son los antiguos. Personalmente nos decepciono un poco la visita al lugar, a su alrededor ha surgido todo un complejo turistico de restaurantes y tiendas, y los innumerables visitantes que cruzan a pie el puente (jugandose un poco el pellejo) tienen que esquivar un tren turistico que va y viene de uno a otro lado del rio. En fin... es como una feria.



A pesar de todo, el pueblo es un lugar agradable y bastante tranquilo en el que pasar unos dias. Sobre todo si puedes buscarte una habitacion junto al rio (o incluso sobre el rio en casas flotantes) y disfrutar de las puestas de sol sobre las montanhas que separan Tailandia y Myanmar, asi como de los campos de loto que nacen en las orillas.



Con tanto relax encima, buscabamos un poco de accion... y la encontramos. Visitamos el Parque Nacional de Khao Yai, una enorme reserva natural de selva monzonica a unos 175km al noreste de Bangkok. La atraccion aqui no es solo la exhuberante vegetacion, sino tambien la variada vida animal compuesta por elefantes, tigres, osos, ciervos, gaures (una especie de bisontes), varias especies monos y macacos y cientos de especies de pajaros.

Nada mas llegar nos quedamos impactados por esta vibora que descansaba en el patio trasero del hostal en el que estabamos. Se supone que de dia no son muy activas pero esta no estaba nada contenta de que le acercasen la camara. Os aseguro que me costo un poco dormir esa noche con todos los ruidos campestres que nos rodeaban.

Al dia siguiente, acompanhados de un guia, hicimos un trekking por la selva en busca de animales. Tengo que decir que fue toda una experiencia, durante un buen rato caminamos todo lo rapido que podiamos siguiendo al guia, que a su vez seguia a un grupo de monos gibones. El suelo estaba embarrizado ya que la estacion de lluvias esta a punto de empezar y ese dia tuvimos bastantes chaparrones. Saltabamos sobre arboles caidos y riachuelos, tratando de no caernos, de no pisar ninguna serpiente y sobre todo, de mantener a raya a las sanguijuelas.



Estos "simpaticos" bichitos aparecen en la estacion humeda y, aunque nos dieron unos calcetines especiales que iban por encima del pantalon, la sensacion de tenerlas trepando por tu ropa es del todo desagradable (sobre todo si tu pantalon tiene algun agujero) y a golpes intentabamos despegarnos sus asquerosas ventosas. No es facil, lo mas efectivo es un manotazo, aunque se pegan a los dedos con mucha facilidad. Asi contado parece un poco infierno, lo fue durante un rato, pero vimos bastantes monos, asi como rastros de elefantes y osos. Es cuando uno se pregunta, y que demonios hago yo si aparece un oso?. En fin, que lo mejor fue cuando salimos a un claro de hierbas altas y suelo seco, lejos e las sanguijuelas, mirad que contentos estamos ahi. El grupo estaba formado por el guia que decia llamarse "Puma", Juan, Charlotte (una chica inglesa) y yo.



Es curioso saber que los animales son seres de costumbres y se mueven habitualmente por los mismos lugares. Cuando ibamos en coche pasabamos carteles que decian: cuidado! zona de paso de elefantes, de tigres, hasta de cobras!!. Sea como fuere, ese dia no vimos ninguno de estos animales, era domingo y el parque estaba lleno de visitantes, con tanto coche es dificil que un animal se deje ver.

Lo que si vimos fue un escorpion negro de bosque asiatico bastante sorprendido, plantado en medio de la carretera hasta que nuestro guia lo devolvio al campo, y una piton no muy comoda con los flashes de un grupo de guiris que se le echaban encima. Tambien muchos macacos y ciervos sambar, uno de ellos aparecio asi de repanchingado rumiando junto a uno de los albergues.





Tambien vimos muchos pajaros, sobre todo espectaculares Hornbills, que son como tucanes pero con una especie de doble pico y muchisimo mas grandes. Los vimos con prismaticos y ninguna foto es recuperable asi que os pongo una imagen de internet para que os hagais una idea. Este es el Great Hornbill, uno de los mas bonitos que vimos, cuando despliegan las alas son una maravilla.

La otra gran atraccion del parque son sus espectaculares cascadas, una de ellas tambien famosa gracias a Hollywood. La primera foto es Nam Tok Haew Suwat, o sea, la cascada que Leonardo Dicaprio saltaba en la pelicula "La Playa", como veis no esta en una isla sino tierra adentro. Era la estrella indiscutible para los visitantes que se banhaban encantados en el lago inferior. La segunda cascada, Nam Tok Haew Narok, no es tan popular pero desde nuestro punto de vista es mucho mas bonita. Aunque no lo parece en la foto es casi cuatro veces mas alta que la primera, y esta encerrada en un valle escarpado verdisimo que se llena del vapor producido por los golpes de agua. Aqui, hace unos anhos, murieron 8 elefantes al despenharse por la catarata, arrastrados por la fuerza del agua.



Tras esta agotadora visita pusimos rumbo al norte para intentar cruzar la frontera de Laos el mismo dia. Cuando llegamos a la estacion de bus, estaban todos llenos menos un autobus regional de esos que van parando hasta en casa de gente para recogerla. Cuando nos montamos comprobamos con horror que no quedaban sitios libres y que la gente ya iba de pie a pesar de que un acomodador se encargaba de apinharlos cuando creia que cabian tres por fila. Nos parecia excesivo ir 6 horas y media de esa manera. Como sabian que les ibamos a pedir el dinero de vuelta y esperar por el siguiente bus se preocuparon de encontrar un sitio para los farang, o sea nosotros, asi es como llaman aqui a los extranjeros, y lo utilizan bastante.

Nos sentaron en dos pequenhos asientos junto al conductor, no solo no cabiamos sentados y no teniamos hueco para las piernas sino que al que le tocaba al lado del conductor (puesto que ocupamos los dos por turnos) no le quedaba otra que resignarse a que el conductor le clavase la palanca de cambios cuando metia sexta. Curiosamente esto le preocupaba mas a Juan que a mi, debido al par de unhas pintadas de rosa que lucia el rudo conductor. Asi, sudando y apinhados, pasamos tres horas planteandonos si bajarnos y esperar a otro bus en la siguiente parada. Finalmente el bus se vacio en una ciudad grande y pudimos pasar a un asiento normal, que nos parecio un autentico trono en comparacion.

Para cuando llegamos a la frontera con Laos, en Nong Khai, ya nos parecio un poco tarde para cruzar y llegar a Vientiane, aunque estaba muy cerca, y preferimos quedarnos a descansar que falta nos hacia. El caso es que hemos encontrado un hostal muy majete con un jardin-restaurante junto al rio, con mucho encanto, y hemos decidido postponer un poco mas el cruce de frontera. Aqui teneis al rio Mekong con Laos al fondo, y el jardin donde hemos disfrutado un poquito, otra vez, del dolce fare niente.



Ya que nos hemos quedado por aqui, nos acercamos a visitar el parque de esculturas gigantes Sala Kaew Ku. Fue construido por iniciativa de un extranho chaman, originario de Laos, que durante 20 anhos se dedico a representar en cemento toda la imagineria Hindu-Budista que pasaba por su cabeza. Algunas estatuas miden 25 metros!. Es un lugar muy extranho, donde los seguidores de este chaman guardan su cuerpo momificado y numerosas reliquias. Hay que reconocer que el lugar es sorprendente.

Por ultimo, y en el apartado culinario, queremos hacer una mencion especial a las frutas tropicales que nos estamos encontrando, y de las que no hemos hablado todavia. Los mercadillos de todo el sudeste asiatico estan abarrotados de una serie de extranhas frutas que no habiamos visto en nuestra vida. Solo hemos probado algunas, pero nos gustaria hablaros de dos en concreto que nos han parecido curiosas y bastante sabrosas: el mangosteen y el rambutan (izq y dcha), no he encontrado traduccion al espanhol, pero parece que a este ultimo se le llama mamon chino en centroamerica. Sea como fuera el aspecto de ambas sorprende por dentro y por fuera. Toda una experiencia para el gusto y la vista.



Y aqui seguimos de momento, en Tailandia. Planeamos cruzar manhana la frontera, que esta aqui al lado, y llegar a Vientiane. Pero esa, es otra historia.
Un beso a todos.