He perdido hasta la cuenta. Los papeles, el lápiz, la libreta...
Mi corazón se encoge y se entristece porque siguen pasando los días en el silencio de esta madrugada.
Qué más quisiera yo ser fuerte y transmitirte toda esa fuerza para que tu paso por allí se te haga un poquito más ameno. Prometiendome a cada momento sonreírte y alentarte aunque tus ojos no puedan verme desde el otro lado de la montaña que separa momentaneamente nuestras almas. Pero estos últimos días se me están haciendo tan largos...que no encuentro el momento de que vuelvas y te quedes para siempre a mi lado.
Los pensamientos se me agolpan, la melancolía aflora...pero tu voz me serena y reconforta, oyéndola latir enérgicamente en mi locuelo corazón, acompasando mis disparatados latidos en esta particular caja tonta que enciende mis fantasías cuando me acurruco en la cama sintiendo tu cuerpo abrazado a mí tarareándome infinitos te quieros en la nana de este sueño.
27 mayo, 2010
14 mayo, 2010
12 mayo, 2010
08 mayo, 2010
UNA DIFÍCIL DECISIÓN
Sonó un pequeño click al encajar la vieja cerradura en la ranura de la puerta y la estancia se quedó completamente vacía, inerte...sin vida. Sólamente podía oírse el tímido ronroneo del único inquilino
que quedaba tras aquella frenética despedida.
- ¿Por qué lo hiciste?
- No lo se. Aun me sigo preguntando lo mismo.
- Pero...¿queda alguno?
- Supongo...No he vuelto a entrar desde entonces.
- Y...¿A qué esperas para averiguarlo?
- Me dan escalofríos sólo de pensar en que pueda abrir la puerta y encontrármelo frente a frente...desnudo, sollozando, sin fuerza. Aun conservo la bolsa. Soy incapaz de deshacerme de ella.
- ¿Y crees que es buena idea tener aun la bolsa en tu poder? ¿Qué ganas con eso? O tal vez es que te da miedo perder...
- ¿Perder?...nooo, si precisamente esa era la única idea que llevaba rondando mi cabeza en estas cuatro últimas semanas, perderlos de vista. No quiero que me vuelvan a molestar. Lo pasaba muy mal cada vez que se apoderaban de mí. ¡Tuve que hacerlo! ¡Estaba desesperada! No sabía qué hacer, ni a quien acudir. He visitado los mejores centros, he tomado los mejores medicamentos, pero ninguno era capaz de paliar esta sensación, esta reacción que se apoderaba de mi cuerpo cuando me encontraba cerca. Y le tengo mucho cariño como para separarme de su lado.
- Entonces qué, ¿te atreves a entrar de nuevo? Las cosas se superan enfrentándose a ellas Carmen, asumiendo las consecuencias. Tú tomaste esa decisión, elegiste hacerlo de esa manera...¿qué es lo que te frena?
- Que tome represalias....sólo eso. No podría soportar la idea de que me atacara. Siempre fué muy cariñoso conmigo.
- Adelante pues...vuelve a abrir esa puerta y traspasa su umbral...Ánimo. Ya me contarás.
Se armo de valor y volvió al lugar de los hechos. Tomó aire y agarrando el pomo con fuerza, enérgicamente giró de él. Hizo un sonoro ruído que aceleró su pequeño corazón aun más.
La puerta se entreabrió dejando traspasar los tenues rayos de sol que asomaban por la ventana y a lo lejos, pudo vislumbrar su silueta inmóvil, fría, quieta pero en alerta. Se podía respirar el miedo en el ambiente. Se fue acercando lentamente hasta que sus ojos se encontraron y las lágrimas comenzaron a resbalar por su mejilla. Fue en ese mismo momento cuando pudo observar al minino sin pelos, en vez de un gato persa, una rata india más bien parecía. Aun tenía la imagen grabada en su mente con la máquinilla de pelar en la mano. Tenía que hacerlo..., era cuestión de armarse de valor. Pero por fin, su alergia parecía haberse esfumado, derrotada por su osada valentía. El gato la miraba..., como pensando "todo sea por tu alergia".
(Gracias que no es mi caso, porque con la melena de mi Nicolás, no sabría dónde meterme entonces...jajaja)
que quedaba tras aquella frenética despedida.
- ¿Por qué lo hiciste?
- No lo se. Aun me sigo preguntando lo mismo.
- Pero...¿queda alguno?
- Supongo...No he vuelto a entrar desde entonces.
- Y...¿A qué esperas para averiguarlo?
- Me dan escalofríos sólo de pensar en que pueda abrir la puerta y encontrármelo frente a frente...desnudo, sollozando, sin fuerza. Aun conservo la bolsa. Soy incapaz de deshacerme de ella.
- ¿Y crees que es buena idea tener aun la bolsa en tu poder? ¿Qué ganas con eso? O tal vez es que te da miedo perder...
- ¿Perder?...nooo, si precisamente esa era la única idea que llevaba rondando mi cabeza en estas cuatro últimas semanas, perderlos de vista. No quiero que me vuelvan a molestar. Lo pasaba muy mal cada vez que se apoderaban de mí. ¡Tuve que hacerlo! ¡Estaba desesperada! No sabía qué hacer, ni a quien acudir. He visitado los mejores centros, he tomado los mejores medicamentos, pero ninguno era capaz de paliar esta sensación, esta reacción que se apoderaba de mi cuerpo cuando me encontraba cerca. Y le tengo mucho cariño como para separarme de su lado.
- Entonces qué, ¿te atreves a entrar de nuevo? Las cosas se superan enfrentándose a ellas Carmen, asumiendo las consecuencias. Tú tomaste esa decisión, elegiste hacerlo de esa manera...¿qué es lo que te frena?
- Que tome represalias....sólo eso. No podría soportar la idea de que me atacara. Siempre fué muy cariñoso conmigo.
- Adelante pues...vuelve a abrir esa puerta y traspasa su umbral...Ánimo. Ya me contarás.
Se armo de valor y volvió al lugar de los hechos. Tomó aire y agarrando el pomo con fuerza, enérgicamente giró de él. Hizo un sonoro ruído que aceleró su pequeño corazón aun más.
La puerta se entreabrió dejando traspasar los tenues rayos de sol que asomaban por la ventana y a lo lejos, pudo vislumbrar su silueta inmóvil, fría, quieta pero en alerta. Se podía respirar el miedo en el ambiente. Se fue acercando lentamente hasta que sus ojos se encontraron y las lágrimas comenzaron a resbalar por su mejilla. Fue en ese mismo momento cuando pudo observar al minino sin pelos, en vez de un gato persa, una rata india más bien parecía. Aun tenía la imagen grabada en su mente con la máquinilla de pelar en la mano. Tenía que hacerlo..., era cuestión de armarse de valor. Pero por fin, su alergia parecía haberse esfumado, derrotada por su osada valentía. El gato la miraba..., como pensando "todo sea por tu alergia".
(Gracias que no es mi caso, porque con la melena de mi Nicolás, no sabría dónde meterme entonces...jajaja)
05 mayo, 2010
PORQUE YO SOY TÚ Y TÚ ERES YO
04 mayo, 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)