Llega un nuevo año y con él un rey mago muy particular cargadito de alegría, energía, sueños propósitos y mucha bondad.
Suele ir disfrazado de don nadie y cree pasar desapercibido allá por donde sus pies caminan pero no cuenta con que deja un halo muy especial y que caminando, caminando, deja huella en el caminito al pasar.
Muchos son los que comentan...algunos con sorpresa, otros por mera curiosidad y los hay que le paran y se encuentran con su mirada intentando palpar un efímero encuentro rogando armonía y felicidad. Otros no creen en la magia, se resisten a pensar que pueda haber alguien tan especial, que simplemente es un ilusionista o un respetable tamariz de chistera negra y puño chivatos en los que únicamente esconde conejos, pañuelos y unos cuantos trucos de cartas y dados...
La magia de este personaje es tan especial, que trasciende mucho más allá, porque tras las palabras que cuentan la historia de una vida, tras esa sonrisa que tímida regala, tras un largo y frío invierno en su mirada se halla la calidez de un corazón con patas dispuesto a todo a cambio de nada.
Gracias por enseñarme tanto a lo largo de todo este tiempo.