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martes, 21 de diciembre de 2021

Reseñas de TERRAMORES, de Víctor Álamo de la Rosa en Babelio

 



anitalectora 31 octubre 2021

Terramores es una obra muy peculiar en su forma y en su fondo. Narrada con gran lirismo, desvela las relaciones que se establecen en la isla de El Hierro entre sus habitantes (tanto humanos como animales) y su paisaje.
Un entorno aislado, tanto por ser una isla como por la dictadura franquista, influye el desarrollo de la historia.y de los personajes. Todos se conocen, pero a la vez no están al tanto de sus mas profundos secretos. Los tubos volcánicos que atraviesan la isla me han parecido una metáfora muy particular. Todos estamos conectados, pero de forma secreta, como hacen los amores escondidos.
Si mi valoración estuviera determinada por la prosa del escritor, sería una puntuación de 5. La narración es excelente. No obstante, la historia en general me ha hecho sentirme incómoda durante casi todo el libro. La violencia de los personajes, las escenas sexuales (demasiado fálicas y explícitas para mi gusto) y la desazón que me ha producido durante su lectura hace que de esta nota al libro. Eso sí, es un libro que me ha llevado a reflexionar y mucho.
Destacaría dos reflexiones. Una la he ido rumiando durante todo el libro y es cómo, en este libro, los animales parecen mucho más humanos que las propias personas. de forma casi continua, aparece violencia contra los animales (contra los humanos también). Algunos animales y contados humanos, sufren las decisiones de los demás o la mala suerte, pero parecen ser recompensados en el más allá.
La segunda reflexión es que parece que los únicos que tienen derecho a vivir unas vidas en cierto modo felices, son aquellos que realizan sus actos por amor, no por egoísmo o interés propio. Una de las relaciones del libro, que no voy a desvelar aquí, surge del amor y parece tener su recompensa. Los que se dejan llevar por sus pasiones y pecados, sufren el castigo. Aunque sea el castigo por lo que otros hicieron antes que ellos.
Una obra de Shakespeare en El Hierro.




martazorin 19 noviembre 2021

Terramores.
Victor Álamo de la Rosa
258 páginas.
Crítica.
Particularmente este libro me ha recordado al estilo que se leía sobre todo en la época del colegio. Esa narrativa tan cultivada, tan bien escrita y tan elocuente.
La historia se desarrolla en la primera mitad de la postguerra, y nos va contando la historia de distintos personajes, cuyas historias se entremezclan.
A lo largo de la obra vamos a encontrar escenas de verdadera violencia, (no apto para todo el mundo), tanto hacia las personas como hacia los animales. Bien es cierto que nos tenemos que situar en una época donde la consideración y el bienestar de éstos se aleja mucho de lo que pensamos hoy en día.
Vamos a encontrar también una prosa cuidada, romántica, muchas veces prosa poética, escenas con cierto humor.
En definitiva, nos vamos a encontrar con multitud de sentimientos diferentes en función de lo que nos esté narrando el autor.
Personalmente, me ha encatado. He vivido de cerca las aventuras y desventuras de los personajes, sus historias de amor, he recordado cierta parte de la vida de mis padres, incluso de la mía en el colegio.




lunes, 2 de agosto de 2021

Reseña de TERRAMORES, de Víctor Álamo de la Rosa en IDEAL EN CLASE

 «Un prodigioso juego en el maquiavélico laberinto del amor»

Arrebatador, misterioso y adorable, Terramores desconcierta por la magistral forma de contar historias en una prosa tan devastadora como dinámica.

Divertido, implacable y mordaz en el relato y refulgente en el estilo, gracias a la editorial Baile del Sol hemos podido disfrutar de la nueva novela de Víctor Álamo de la Rosa, titulada Terramores, número 203 de su colección Narrativa.

Cuando Inocencio tiene que sacrificar a su pollino Pandero, los habitantes de Masilva disfrutan de una de las tradiciones más ancestrales de la isla de El Hierro: el malgareo; esto es, pregonar la noticia entre los escasos habitantes del pequeño pueblo, repartiéndose con algarabía el cuerpo desmembrado del infortunado jumento entre chanzas y agravios.

La lenta cotidianeidad que marca el pulso diario de la vida en Masilva la quiebran acontecimientos que pasan por simples gamberradas, protagonizadas por los dos hijos adolescentes del viudo y cuarentón Inocencio. Las travesuras y venganzas satánicas de Cesarín y Policarpo dejan tuerto a Santiago El Panadero, acaban con Tano Camioneta y Pablo Cachimba por profanar el nombre de su madre fallecida, despertará la furia en el desaprensivo cura Nicasio de Jesús Moreno y derruirá el cuartel que la Guardia Civil tiene en el pueblo. A partir de entonces, el sacristán vive obsesionado con la apología del trabajo y con dar con las mentes pensantes de un grupo terrorista que –así lo cree convencido– se ha cebado con la actividad tranquila de Masilva, en donde si bien los roles de género están muy repartidos, la joven Baldomera no está dispuesta a desenvolverse según las anquilosadas tradiciones y el carácter atávico de sus propios habitantes. Ni siquiera los meses de prisión con que los hermanos pagan con brutalidad sus revanchas aplacan su espíritu bárbaro de auténtica bellaquería.

Sus paisanos viven con expectación las sospechas que hace tiempo persiguen a Manuel el Huido, un maestro declarado forajido y quien desde que se instauró el régimen franquista sobrevive como nómada entre las montañas. Considerado como un criminal por el Régimen, sin perder la esperanza de reunirse con su amada Rosa, no deja de escribirle cartas apasionadas

Con la convicción de que la literatura ha de ser espejo de lo mundano terrenal y de lo emocionalmente humano, Álamo de la Rosa diseña los personajes complementándose pues perciben el amor de diferentes maneras y así correrán distinta suerte, pero siempre vinculados unos a otros. Policarpo –prematuramente resentido del amor– y su padre Inocencio quedarán enredados en el amor por la misma mujer, Baldomera. Y la tragedia les volverá a perseguir.

Mientras el sentimiento pasional correspondido incitan a Manuel y a Rosa a afrontar el futuro con determinación, otros personajes lo resolverán de la única manera que saben hacerlo.

Portada del libro, Terramores, en editorial Baile del Sol.

Por encima de detalles argumentales, Masilva se alza como personaje gracias a la caracterización que le otorga el autor, conformando una topografía que facilitará a los habitantes de la Isla Menor refugios para esconderse tanto de las autoridades como de las propias relaciones entre ellos definiendo una manera de ser y de vivir como, por ejemplo, los cruentos juegos pendencieros con los que los más jóvenes disfrutan a costa de auténticas barrabasadas, en las que el propio narrador reconoce haber asistido.

Cuando distintos personajes comparten espacios y hechos de la ínsula obtenemos un interesante perspectivismo que permite comprobar cómo los distintos actantes perciben idénticos sucesos.

Periodos oracionales extensísimos, macabros arrebatos de ira contenida, mezcla de pensamientos y opiniones de personajes como del mismo narrador y, sin embargo, tan arrebatador, misterioso y adorable resulta Terramores que desconcierta por la magistral forma de contar historias en una prosa tan devastadora como dinámica. Y en este efecto tiene mucha culpa la fuerza arrolladora en la narración al que el autor aplica con tenacidad todo un caudal de adjetivos, la convivencia en la linealidad textual de sentimientos de los actores como de las percepciones del narrador, cauce óptimo para conducir con intensidad la esencia del drama.

Algunas de las historias parecen pura fábula por la prodigiosa manera con la que Víctor Álamo de la Rosa envuelve lingüística y rítmicamente situaciones y hechos relatados unas veces con crudeza y otras con alegorías que lucen con brillo, pero ninguno tan baladí como para componer un mosaico preciso y singular de un reducto donde la vida humana se desenvuelve a costa siempre del amor, pero con consecuencias muy dispares.

El narrador despliega unas interesantes reflexiones sobre el lenguaje a través de neologismos; en concreto, en alguna de las cartas que Manuel escribe a su amada Rosa, como si fuera en este punto un alter ego del propio autor de la novela, lamentándose de la perdida juventud añorada.

Percibimos cómo en las epístolas cruzadas entre ambos, el autor cambia el estilo, no sin desembarazarse del todo de paralelismos y enumeraciones, repeticiones léxicas, derivación y neologismos que predominan a lo largo de una arrebatadora novela que nos parece un prodigioso juego en el maquiavélico laberinto del amor.

José Luis Abraham López

MÁS INFORMACIÓN:

https://victoralamodelarosa.com/

www.bailedelsol.org

https://en-clase.ideal.es/2021/07/14/jose-luis-abraham-lopez-un-prodigioso-juego-en-el-maquiavelico-laberinto-del-amor/


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miércoles, 14 de julio de 2021

Reseña de Terramores, de Víctor Álamo de la Rosa en Diario El Hierro

La novela Terramores de Víctor Álamo de la Rosa, ambientada en El Hierro, llega a las librerías de todo el país



La nueva edición de la novela de Víctor Álamo de la Rosa, titulada Terramores, llega a las librerías españolas, publicada por Ediciones Baile del Sol, después de haber sido publicada primero en Francia. Tras agotar dos ediciones en España, la novela de Víctor Álamo de la Rosa, uno de los escritores más traducidos de la literatura canaria, sigue de moda este verano.


Ambientada en la isla de El Hierro, esta novela que “se lee” en la segunda temporada de la exitosa serie de televisión Hierro, protagonizada por Candela Peña y Darío Grandinetti, se ha convertido en una curiosidad más para los fans de la serie, cuyas localizaciones se siguen a través de populares códigos QR sobre todo a partir de que la promoción de El Hierro, llevada a cabo en Fitur, se sustenta en el éxito de esta apreciada serie de televisión firmada por los hermanos Coira.

En Terramores se cuenta parte de la historia de Manuel el Huido, el alcalde herreño de Firgas que durante la posguerra estuvo escondido en cuevas de la isla de El Hierro durante ocho años, sobre todo en el sur, en El Pinar y La Restinga. La jueza interpretada por Candela Peña en la serie televisiva, lee y cita esta peculiar hazaña, porque los nuevos capítulos de la serie buscan desvelar al espectador también los gustos y aficiones del personaje protagonista que, en su mesilla de noche, tiene su ejemplar de Terramores.

El guionista de Hierro, Pepe Coira, decidió incluir en su serie la novela del escritor herreño, haciendo un guiño así a los lectores y espectadores de la exitosa serie, multipremiada en diversos festivales desde su estreno.

En este sentido, debido a la pandemia y al crecimiento del turismo interior, los turistas, a través de códigos QR, pueden revivir escenas de la serie in situ en la isla del Meridiano, cuya ocupación para las fechas estivales está creciendo exponencialmente. Las localizaciones en Tacorón, Mar de las Calmas, El Pinar y La Restinga, entre otras, también reflejadas en Terramores, se han convertido en meta de aquellos turistas fascinados por la serie televisiva.
        
Con Terramores el escritor propone al lector “una aventura que entrecruza varias historias de amor que ocurren bajo tierra, a escondidas, en cuevas, pozos, aljibes y tubos volcánicos, para subrayar la naturaleza truculenta de los amores subterráneos, oscuros, desbordantes de pasión”, explica este escritor, cuyas novelas han sido publicadas en numerosos países, como Francia, Portugal, Venezuela, Brasil y Croacia, entre otros.

Terramores fue la cuarta novela de Víctor Álamo de la Rosa, después de obras como El humilladero (1994), El año de la seca (1997) y Campiro que (2001), puesto que Terramores se publicó por primera vez en Francia en 2005. Tras su éxito francés, fue editada en España por Artemisa y por Idea en 2008 y 2019, respectivamente. Terramores comparte con otras novelas del autor una misma ambientación geográfica, El Hierro, pero también son novelas que se prestan personajes para hacer juegos y guiños metaliterarios.

Sobre esta novela, Víctor Álamo de la Rosa ha declarado que “en encontrar la clave de una pasión reside el misterio de la felicidad, esta frase podría resumir la obsesión de mis personajes, obsesionados por ser felices cuando están arrebatados por las pasiones. Amar hasta el fondo, sí, apasionarse, para qué vivir a medias, en lo mediocre, en lo gris”, explica, porque Terramores es una palabra que “me invento para el título y se explica en la primera página de la novela, con cierta ironía, como tierra de amores, porque a eso invita precisamente la novela, a sumergirse en dos historias de amor que ocurren en la isla y que yo voy entreverando, mezclando, porque una de ellas se encamina hacia la consecución de un amor pleno, feliz, completo, vamos, ése que todos buscamos, mientras que, paralelamente, la otra historia se va llenando de aspectos truculentos, y lo que era una pareja al final es un trío, y lo que era un trío al final es otra cosa, en fin, una historia de amor tragicómica y hasta infernal. Me gustaba ese hecho, mezclar dos historias de amor, una feliz y otra desgraciada, para que el lector se preguntara por qué a veces se tuercen tanto las cosas, los destinos, por qué demonios es tan importante el amor”.

 El escritor explica que Terramores es, también, una novela que levanta un extraño tiempo histórico para hacer desfilar algunos miedos del hombre moderno, como la inmigración, lo extranjero o foráneo, la incomunicación, incluso el terrorismo, un problema tan contemporáneo. “Terramores, en fin, también está concebida como terremoto, es una novela pensada para no dejar a nadie indiferente ni títere con cabeza. Además es la obra que cierra, en cierto sentido, paisajes y atmósferas e incluso personajes abiertos en mis novelas anteriores como El año de la seca o Campiro que".

Terramores llega de nuevo a los lectores españoles después de haberse publicado en Francia, (donde fue celebrada por grandes medios de comunicación, como Le Monde, Le Figaro o Lire), por la editorial Grasset, una de las más importantes editoriales francesas.

Víctor Álamo de la Rosa es autor de una decena de novelas, entre ellas La ternura del caníbal, El pacto de las viudas, Omar, el niño cangrejo, El humilladero, Campiro que, El año de la seca, La cueva de los leprosos, Isla nada, entre otras.

Víctor Álamo de la Rosa es autor, además, de varios libros de poesía, recogidos en la antología poética Mar en tierra. Asimismo ha publicado el libro de relatos Las mareas brujas y dos novelas dedicadas al público juvenil, El naufragio de los mapas y Omar el Cangrejo. Entre los galardones obtenidos por el escritor destacan el Premio de Novela Alfonso García Ramos-2007, el Premio de Literatura Mercedes Pinto y los premios de poesía Félix Francisco Casanova y Casa de Venezuela en Canarias.