Recuerdo aquel día de septiembre en el que recibí un email de mi amiga Fuencisla. Nos contaba algo más o menos así:
"Queridos amigos:
Va a ser mi cumpleaños en unos días y me gustaría pediros un regalo especial. Todos conocéis mi afición por coleccionar Principitos en diversas ediciones y lenguas. He descubierto una historia increíble mientras buscaba un Principito en dari. Hace años, El Principito fue traducido a este idioma gracias al esfuerzo personal y económico de un hombre afgano. Los ejemplares que se publicaron aún estaban en su casa de Kabul sin ser distribuidos cuando empezaron los bombardeos de la ciudad por parte de los talibanes. Este traductor se hallaba en aquellos días en Estados Unidos y pudo salvar su vida, pero su casa fue incendiada y con él todos los ejemplares de El Principito en dari. He conseguido ponerme en contacto con él y está dispuesto a traducirlo y editarlo de nuevo. Esta es la razón por la que este año os pido, como regalo de cumpleaños, que hagáis un ingreso del importe que os apetezca en una cuenta corriente que he abierto para recaudar fondos y financiar la edición. Necesitamos 4.000 euros."
Aquel año, los amigos respondimos ilusionados ante el nuevo proyecto de Fuen, sin siquiera poder imaginar la trascendencia de ese primer paso que estaba dando, y nosotros con ella. Se recaudó el dinero, se tradujo el libro, se editó…y se envió una carta a la entonces Ministra de Defensa del Gobierno de España, Dª Carme Chacón. En ella Fuencisla le explicaba su proyecto de viajar a Kabul para repartir en las escuelas afganas los ejemplares, y se pedía la colaboración del ejército español destinado allí, ya que la situación en el país era, y aún lo sigue siendo, muy peligrosa.
La ministra respondió muy favorablemente, poniendo a su disposición a las tropas españolas y facilitándole el contacto con el coronel D. Luis Herruzo. Fuen viajó junto a su marido a Kabul y con la ayuda de los soldados españoles, repartieron los libros en algunas escuelas. Se entrevistaron con el ministro de educación y de aquel viaje surgió la creación de Fundación Cometa, cuyo objetivo sería fomentar la educación en Afganistán, especialmente de las niñas y mujeres y de la que Fuencisla es presidente, el coronel Herruzo vicepresidente.
Hoy en día, la Fundación está construyendo la segunda escuela española en Afganistán. En ellas se están utilizando muchos más libros traducidos al dari. Entre otros, el maravilloso cuento escrito por Ana A. Eulate, titulado “El cielo de Afganistán”, que es un canto a la paz.
Toda esta actividad de Fuencisla a través de la Fundación Cometa, la llevó a entablar una profunda amistad con el embajador de Afganistán en España, el Excmo. Sr. Masood Khalili. El Sr. Khalili, aparte de político, es esencialmente un escritor y poeta enamorado de su pueblo. Además, es hijo de Khalilulla Khalili, tal vez el poeta más significativo de Agfanistán del siglo XX. Ambos, padre e hijo, tienen unas biografías apasionantes en las que aparecen la guerra, el sufrimiento del pueblo afgano y su amor hacia él, la persecución política, el terrorismo y por encima de todo, la poesía. Hace unos meses, se presentó en Madrid “Una Asamblea de Polillas”, una selección de poemas de Khalili, traducidos por primera vez al español por… Fuencisla Gozalo.
Ella y yo compartimos muchas cosas, hemos viajado juntas, hemos despedido a amigos y visto crecer a nuestros hijos que son amigos, pero si hay algo que nos une bastante es nuestra afición por la lectura. Compartimos libros, nos aconsejamos la una a la otra, los comentamos y tenemos nuestro pequeño club de lectura “a deux”, que se activa en las noches de insomnio con un wassap. Ella también es la responsable de que Mamá se va a la guerra llegara a manos de la Editorial Cuento de Luz, pero esa es otra historia...
Y todo empezó porque una joven Fuen, apasionada por el Principito, un día decidió empezar una colección. Creo que Saint Exupèry estaría encantado de conocerla. Últimamente no dejo de pensar en la trascendencia que tiene todo aquello que hacemos.