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26 julio 2008

Popurri de Cibeles

Aprovechando el paron veraniego y que tengo tiempo para archivar...










Tan solo con cinco meses de retraso. Todas las fotos aquí.

13 febrero 2008

Imagenes que marcan (13)

Y es que estamos en plena semana de la moda oiga!

25 mayo 2007

Poco espacio para la imaginacion

¡Ideal para ir a comprar el pan, oiga!

14 febrero 2007

Aunque me pagaran con arena

Yo no digo nada

18 enero 2007

No todo es glamour

Ayer estuve cubriendo un desfile algo especial. Fue en un mercado de barrio, las modelos eran clientas del mercado y las maquilladoras/modistas eran de las tiendas del mercado.
Solo eramos dos fotografos y una tele (local), el glamour justito, el famoseo inexistente, los medios precarios y la luz, justita.
La ilusion, toda, las ganas, muchas, el exito, garantizado. Toda una cura de humildad para aquellos -yo el primero- que nos creemos que por estar con personaliades importantes ya somos dioses. Deberia ser obligatorio hacer este tipo de reportajes una vez al mes, a ver si alguno se baja del pedestal y descubre que hay vida mas alla de la Moncloa.

11 diciembre 2006

Entre bambalinas

Una de las grandes pegas que tiene el periodismo grafico es que la fotografía de estudio apenas si se ve. Salvo casos muy puntuales, lo normal es que un periodista ‘de calle’ no pise un estudio de forma regular. Por este motivo, un servidor de vez en cuando se aprovecha de sus amigos fotógrafos y se cuela en alguna sesión de estudio para aprender un poquito de los que saben y no olvidar lo aprendido previamente.
Mas allá de las chicas o chicos guapos, a mi siempre me ha llamado mucho la atención lo que hay tras la foto en si. Es decir, lo que se hace antes y después de la foto e, incluso, lo que se hace durante la foto pero que normalmente no se ve.
Cierto que nuestras sesiones no son el paradigma del glamour ni del presupuesto -una pena-, pero al final si el ojo es bueno, las fotos salen. Un primer paso es prepararse el tema, saber que tipo de fotos se quieren pero dejando siempre un cierto espacio a la improvisación. Así no se pierde el tiempo pensando en poses, que el tiempo se va rápidamente en estos casos. Mientras, modelos, maquilladoras y estilistas -si hay- se reúnen con el ‘productor’ para discutir el orden de las prendas, el tipo de maquillaje, etc. En nuestro caso, todo eso se resume en meterse en un cuarto a vestirse e ir discutiendo mientras se cambian de falda. Cuando salen se dan unos retoquitos mas y andando. Se explica al fotógrafo lo que se quiere para que quede bien claro -si, a veces algunos clientes piensan que los fotógrafos somos tan básicos que hay que repetirnos todo tres veces- y a su vez el fotografo explica el tema a la modelo -y si, tambien a nosostros se nos va la pinza explicando las cosas seis veces como si fueran tontas-.
Mientras, el fotógrafo y su equipo -si es que tiene- se ha ocupado de colocar el fondo -improvisado, como fue nuestro caso-, las luces, medir los destellos y evitar las visitas inesperadas. Así, una vez que la modelo este lista, el fotógrafo también lo está y se puede empezar a trabajar rápidamente.
Un clic por aquí, otro por allá, un flequillo que se escapa, una ultima indicación y a cambiarse tocan, no sin antes enseñar a la modelo las fotos para que vea que no solo somos buenos, sino que encima ella es guapa y da bien en cámara -y de paso coja confianza en si misma, si no la tiene-.
Y a partir de ahí… como los churros. Si no hay que cambiar de luz y todo es tipo catalogo ya no es mas que apretar el botón, refinar algún brillo o alguna sombra, inmortalizar a las visitas y a tirar millas. La satisfacción, y el dolor, del trabajo bien hecho.