“Ser o NO Ser”, “Ser o Parecer”… Vivimos
en épocas muy conflictivas y llenas de contradicciones y al parecer el gran
sueño de toda persona es contar con un “Mundo Ideal”, pero la pregunta es ¿Qué hacemos para que las
desazones de este un mundo real... cambien?.
No
es raro ver violencia en las escuelas, barrio, comunidad, país y todo el mundo; sin embargo queremos pasar por alto la
violencia que existe en los hogares, siempre buscamos justificaciones… stress,
trabajo, carencias… pero nuestros niños son violentos, pues viven en un mundo
violento, los medios de comunicación, la supuesta diversión, los videos juegos,
cine, canciones, textos… todos tienen una dosis elevada violencia y dolor, la
agresión al prójimo es un sistema protección,
algunos la confunden con “Autoestima” quién no se deja lastimar es por que
tiene una elevada autoestima, por eso no es raro el incremento de bullying y
cyber bullying, en verdad son tiempo muy difíciles.
Muchos
decimos ya pasará, son tiempos modernos, vivimos en tiempos de cambio, y como
siempre el “conformismo” no nos permite ver más allá, lo peor es que esperamos
que otros nos den soluciones y bienestar, nosotros que somos los interesados hacemos
muy poco por cambiar.
Si,
en verdad me preocupa mi entorno, tengo que ver hacía el futuro próximo… mi
entorno, para vivir no sólo es necesario mi hogar y trabajo, tengo que ver más allá…
y muy poco hacemos por la “tierra” que es nuestro gran hogar, pese a saber que
cada día es más grande el deterioro y la perforación de la capa de ozono,
seguimos contaminando, deforestando, envenenando ríos y mares.
La
lista de lamentaciones es interminable, de pesadilla… tenemos que promover un
cambio real, en lo concreto, en lo más próximo y es necesario retomar el
verdadero camino del maestro, empecemos por dejar de lado el egoísmo y ser
sensatos con nuestro proceder, apliquemos el “ser o no ser”, pues tenemos que
ser agentes de cambio en nuestras manos tenemos el material más valioso que son
nuestros niños y juventud, debemos hacer una educación real “no sólo conceptos”
que sea una educación integral, tenemos que involucrar a los padres de familia
y comunidad, pese a su indiferencia.
Si
queremos una sociedad de “Amor y Felicidad” nuestros niños deben ser felices
con su entorno, educarlos integralmente y que aprendan desde pequeños a ser
“solidarios”, que aprendan con el ejemplo, respetemos nuestro medio ambiente,
disminuyamos el impacto tecnológico, que aceptemos la diversidad en todas sus
dimensiones, no estamos solos y hoy en día la interculturalidad existe, pero
dejemos de lado la indiferencia y que sea real, no solamente teoría, por lo
tanto tenemos que aprender a escuchar, tener apertura al dialogo, que le
justicia sea igual para todos, ser solidario con el desprotegido.
“No quiero mi casa amurallada por todos lados, ni mis ventanas
cerradas. Yo quiero que las culturas de todo el mundo soplen sobre mi hogar tan
libremente como sea posible, pero me niego a ser barrido por ninguna de ellas”.
(Mahatma Gandhi)
Existen
limitaciones entre ellas la desigualdad de genero, pobreza pues hay ciudadanos
de diversas categorías, desterremos la exclusión económica, cultural, educativa
y étnica.
Construyamos
una sociedad que respete los derechos humanos, donde la libertad y la igualdad
no sea una utopía, busquemos el bien común y global, es posible vivir en
democracia, respetemos los derechos de los demás para poder exigir los
nuestros, seamos ciudadanos participativos.
“La insatisfacción, más aún, la indignación frente a la actual realidad
de injusticia, junto a la aspiración a una vida digna para todos, es lo que nos
lleva a plantearnos con seriedad esta trilogía de participación, ciudadanía y
democracia (...) Estos tres elementos forman una especie de trinidad necesaria
de la dimensión sociopolítica de cualquier persona”. (Luisa Cecilia Pernalete)
Hay
muchas soluciones pero entre las principales es necesario implementar políticas
educativas, económicas y medio ambientales, sin olvidarnos de poner en práctica
la mayor cantidad de valores, punto importante sería la “equidad” y la empatía,
es necesario ponerse en lugar del otro y como dice el dicho “No hagas a otro,
lo que no quieres que te hagan”.
Los
educadores somos capaces de grandes cambios en nuestra sociedad, tenemos que
sembrar para cosechar, sin ánimos de desmoralizar a nadie es momentos de
enfrentarnos a la actual realidad y cambiar.
Como dice Luisa Cecilia
Pernalete (*) “Los educadores (...) no somos ni ministros, ni miembros de
consorcios internacionales, ni dueños de cadenas de radio y televisión; pero
podemos ser parte de redes que promuevan acciones comunitarias, redes de
“ciudadanos vigorosos” que construyan la democracia verdadera.”
Es el
momento de crear una cultura de respeto, de respeto a uno mismo, respeto al
prójimo, respeto a nuestro entorno, revaloremos la docencia con sus múltiples
posibilidades y construyamos los peldaños necesarios para llegar vivir en
armonía, busquemos el bienestar de todos, que todos se contagien de estas ganas
de hacer las cosas bien, que el futuro sea posible y lleno de optimismo.
Todos
podemos aportar con un granito de arena desde donde estemos, dejemos atrás el
pesimismo y conformismo, es posible el cambio, pero… comienza en la persona.
(*)Luisa Cecilia Pernalete:
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