De pronto el
dolor acudió a mí como si fuera víctima de la mordedura de cien ratas
hambrientas. Las agudas punzadas de dolor recorrían mi cuerpo cada pocos
segundos. Yo sentía la imperiosa necesidad de gritar y pedir ayuda, pero aun
así mi cuerpo se mantenía sumido en un aparente estado de reposo.
Mis párpados
apretaban con fuerza mis ojos. Mis labios se comprimían dibujando cientos de
diminutas grietas. Mi barbilla describía arrugas y el sudor comenzaba a salir
de mi piel como pequeñas perlas.
Y en la oscuridad
de mi sueño agonizante pude distinguir varias imágenes, aunque también se veían
afectadas por el delirante dolor. Las imágenes se difuminaban, cambiaban,
crecían y desaparecían.
De pronto me vi a
mi misma, desnuda, rodeando mis rodillas y temblando de miedo. Miraba en
derredor sin encontrar nada más que oscuridad.
El amor que la
noche anterior había recibido ahora se estaba convirtiendo en mi propia
condenación.
La sangre me
hervía dentro de las venas. Sentía que la cabeza me estallaría en cualquier
momento y mi respiración se agitaba por momentos.
Pude tener
control sobre mis manos, y lo único que hice fue agarrar con fuerza las sábanas
y tirar de ellas con el fuerte deseo de arrancarme del sueño y poder incorporarme.
Pero no podía. Seguía anclada en aquel estado. En aquel lugar entre los dos
mundos. Sabía que mi cuerpo reposaba sobre una cama, sobre mi cama, pero de
algún modo también me encontraba dentro de un mundo de oscuridad, frío y
hostilidad. No había nadie para ayudarme, pero sin embargo podía distinguir la
mirada de algunas personas clavándose en mí.
Todos aquellos
ojos desprendiendo una malévola luz rojiza… Todos mirándome. Todos en silencio
y sin moverse.
Alguien se acercó
a mí, pero no estaba segura de en qué mundo estaba ocurriendo aquello. Era
alguien especial… alguien con quien, de algún modo, compartía un vínculo
poderoso. Y aunque su sola presencia me hacía estremecer de pies a cabeza su
voz era dulce, aunque guardaba matices crueles y profundos.
-Juntos para
siempre. La eternidad de nuestro lado.
Quise hablar.
Quise gritar. Quise pedirle que por favor parara este dolor.
Mi corazón latió
con más fuerza.
De pronto vi que
la oscuridad se hacía más densa, más hiriente. Se acercaba a mí como un lobo
solitario que acecha una presa indefensa. Yo temblaba en el suelo y miraba
buscando un par de ojos comprensivos. Pero pronto la oscuridad me llevó y
entonces desperté.
Pero fue peor
despertar que permanecer en aquel extraño mundo, pues una vez que abrí los ojos
fui consciente de lo que estaba sucediendo. Mi cuerpo se estremecía, se
convulsionaba. Mi respiración se había transformado en un macabro canto de
muerte y mis uñas, algunas ya rotas, habían rajado las sábanas.
De pronto abrí la
boca, intentando gritar, pero mi voz no era más que un extraño pitido que
surgía de mis entrañas. De algún modo sentía que mis pulmones estaban
colapsados, y el motivo de aquel colapso escalaba hacia arriba oprimiéndome la
tráquea.
Me llevé las
manos al cuello con desesperación intentando buscar alguna manera para poder
respirar, pero parecía inútil. En mi impotencia las únicas uñas que me quedaban
desgarraron la piel de mi cuello y la sangre comenzó a brotar, uniéndose a un
reguero que ya había ahí desde antes. Pero ¿cuándo había aparecido esa sangre
en mi cuello? ¿De dónde procedía? ¿Me estaba muriendo?
Y la respuesta
tardó poco en llegar. Mi corazón estalló dentro de mi pecho, o esa fue la
sensación que percibí. Mis pulmones estaban del todo obstruidos y ni siquiera
el hilo de respiración que tenía surgía de mi boca.
Caí, entonces,
hacía atrás con la boca abierta y los ojos marcados por el terror.
La muerte me
meció entre sus brazos como la madre que intenta dormir a su retoño. Pero no
tardé en regresar.
Nuevamente abrí
los ojos. Pero ya no eran mis ojos. Ni siquiera parecía mi cuerpo. Ahora me
sentía débil, pero una extraña fortaleza latía en alguna parte de mi ser,
esperando ser despertada.
Cerré la boca
uniendo los labios y miré en derredor. Sí, era mi habitación. De algún modo
había vuelto. Estaba tendida sobre la cama sabiendo que acababa de experimentar
lo que se sentía al morir, pero no estaba muerta.
Había regresado,
y mientras él observaba desde el otro lado de la ventana yo supe que era sangre
lo que necesitaba para despertar la fuerza de mi interior.
Muy buenas tardes Edrielle (qué nombre más extraño).
ResponderEliminarBueno, lo primero de todo FELIZ 2013.
Tienes una página muy recomendable y entretenida, te felicito por tu gran entrega. Espero que sigas creciendo y que nunca abandones este espacio tan personal, recuerda que un blog es como un hijo recién nacido, crece y evoluciona con el paso del tiempo hasta convertirse en una persona de éxito y respetable, pero para ello hay que saber cuidarlo todos los días.
Te sigo, así que seguiré visitándote siempre que tenga un tiempo libre para ver las restantes entradas y las nuevas que subas. Te deseo mucha suerte y espero que pronto subas un nuevo post para disfrutar de él.
Si me lo permites, me gustaría invitarte a mi blog TOMB RAIDER EVOLUTION. Espacio dedicado al mundo de Lara Croft, totalmente actualizado con las últimas horas de Tomb Raider.
http://tombraidermania.blogspot.com.es/
Un gran abrazo desde Málaga y gracias por compartir un trocito de ti.
Invitación - E
ResponderEliminarSoy brasileño.
Pasei acá leendo , y visitando su blog.
También tengo un, sólo que mucho más simple.
Estoy invitando a visitarme, y si es posible seguir juntos por ellos y con ellos. Siempre me gustó escribir, exponer y compartir mis ideas con las personas, independientemente de su clase Social, Creed Religiosa, Orientación Sexual, o la Etnicidad.
A mí, lo que es nuestro interés el intercambio de ideas, y, pensamientos.
Estoy ahí en mi Simpleton espacio, esperando.
Y yo ya estoy siguiendo tu blog.
Fortaleza, la Paz, Amistad y felicidad
para ti, un abrazo desde Brasil.
www.josemariacosta.com
¡ Impresionante ! Me ha gustado mucho.
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