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Mostrando las entradas etiquetadas como Literatura

Un mutabilis, que no lo es

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... pero que García Lorca describe casi casi exactamente. "Cuando se abre en la mañana. roja como sangre está. El rocío no la toca porque se teme quemar. Abierta en el mediodía es dura como el coral. El sol se asoma a los vidrios para verla relumbrar. Cuando en las ramas empiezan los pájaros a cantar y se desmaya la tarde en las violetas del mar, se pone blanca, con blanco de una mejilla de sal. Y cuando toca la noche blando cuerno de metal y las estrellas avanzan mientras los aires se van, en la raya de lo oscuro, se comienza a deshojar." Fue Hawaii quien hizo un resumen precioso y la alusión en la obra Doña Rosita la soltera aqui podeis ver. Lo compré en tiesto, como mutabilis, de todos los ejemplares que vi era el que mejor porte y lustre tenía, pese a no tener rosas, fue una gran equivocación, al menos en cuanto a su clasificación, sus compañeros tenían flores de suaves colores, éste mio debió hacerse con el rojo de todos ellos y así m

García Lorca y las rosas: Doña Rosita y Mutabilis

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Pocos escritores tenemos tan amantes de las flores, y, en especial, de las rosas, como el poeta y dramaturgo granadino Federico García Lorca (1898-1936). En su obra teatral en tres actos Doña Rosita la soltera (1935), cuyo título completo es Doña Rosita la soltera, o el lenguaje de las flores, introduce de manera simbólica las rosas. El nombre mismo de la protagonista, Rosita, hace referencia alegórica a la vida de una rosa: capullo, plena flor, marchitez. Rosita vive con sus tíos, y se encuentra prometida con un primo ( 'el sobrino') que, por razones de trabajo, se traslada a Tucumán (Perú). Ambos prometidos se cartean durante años, y él le pide que se casen por poderes. Un día, Rosita recibe una carta en la que su prometido le confiesa que se ha casado. Su tío fallece endeudado, debido a lo que gastó en el ajuar de Rosita. Al no poder mantener la casa y el jardín, Rosita y su tía se mudan. El día de la mudanza, Rosita confiesa su hastío, y se desmaya. La obra se desarrolla en

St Cecilia de Austin, Cantata de Haendel.

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Si tuviera que dar un premio al mérito en mi jardín, este año se lo llevarían las rosas de St Cecilia (Austin, 1987). Con ya casi cinco años, siempre ha dado flores maravillosas, pero, este año, han sido espectaculares, de quitarse el sombrero, por su frescura y perfección. En tonos melocotón muy clarito, con intenso aroma anisado, son grandes copas que forman un anillo perfecto, que permanece enmarcando en centro incluso cuando ya la flor está abierta por completo. Dos de las características que más me han gustado siempre de este rosal son, por un lado, la bonita forma que tiene el arbusto. Y, por otro lado, lo bien que florece en otoño, con profusión. Santa Cecilia es la patrona de los músicos. El compositor del Barroco G. F. Haendel, le puso música en 1739 a un poema de John Dryden, 'Oda para el Día de Santa Cecilia'. Se trata de una hermosa cantata en 12 movimientos, cada uno de ellos inspirado para resaltar las diferentes virtudes de la música. Es necesaria mucha habilidad

Riddle, Sweet Briar...

Un riddle es un tipo de poema-adivinanza, utilizado en la cultura anglosajona desde tiempos inmemoriales, cuyo origen está en la tradición oral. En una primera parte, se hacen preguntas, que se contestan en la parte final. Estos poemas están llenos de dobles sentidos. El gran compositor John Rutter (nacido en 1945), le pone música a un riddle, en cuya letra se cita una de las plantas silvestres más reiteradas en la Literatura británica: sweet briar, es decir, Rosa rubiginosa. La letra dice así: I have a young sister far beyond the sea Many be the dowries That she sent me She sent me the cherry Withouten any stone And so she did the dove Withouten any bone She sent me the briar Withouten any rind she bade me love my lemman Withoute longing. How should any cherry Be withoute stone? And how should any dove Been withoute bone? How should any briar Been withoute rind? How should love mine lemman Without longing? When the cherry was a flower Then had it no stone When the dove was an egg Th

Una rosa para Mercè Rodoreda (I)

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Hace unos años le explicaba a una conocida el proyecto del que, con el tiempo, sería mi patio. Ella me dijo: "tú estás pensando en un jardín Rodoreda". Tenía razón. No me lo había planteado así hasta ese momento, pero fuímos repasando plantas y flores, y todo encajaba: esta sale en tal novela, esta en esta otra... Algún día tenía que darle las gracias a una de mis escritoras favoritas. Y os ha tocado: amenazo con dedicarle una serie de entradas en este blog; no sé cuántas serán, pero estarán lo suficientemente espaciadas para no saturaros (espero). El simbolismo de las flores en la obra de Mercè Rodoreda ha sido objeto de extensos estudios, no voy a descubrir nada nuevo; simplemente me gustaría recoger algunas frases, algunos momentos de su obra, y compartir con vosotros mi admiración por esta escritora. Y tras esta introducción, empezamos. Mercè Rodoreda (1908-1982) aprendió a amar las flores durante su infancia, de la mano de su abuelo. El recuerdo del jardín de la casa fam