Ójala
Con esto llegó también el fenómeno de los niños malcriados que si no conseguían los videojuegos-bicisorbeas-cochesteledirigidos-barbismalibú de mamá, lo harían con toda probabilidad de papá. Eran en aquella época una élite; lo tenían absolutamente todo y gozaba toda nuestra envidia.
Como yo nunca fui uno de estos niños, es cierto que nunca tuve esos traumas de hogares rotos de los que se hablaba, así que me costó entender la diferencia entre separación y divorcio. Con el tiempo y la práctica de ver a los padres de mis amigos, a los hermanos de mis amigos y a mis propios amigos, eso fue cambiando y uno ve que en estas cosas no hay un bueno y una mala, ni un malo y un peor… y comprende que “de dónde no hay, no se puede sacar”. Con lo que llegados a este punto es mejor desear suerte y dar un paso atrás.
Pero aun después de entender esto, y ya en el plano antropológico, me cuesta entender que después de que una pareja lleve 4, 8 o 10 años separados les cueste “concederse” el divorcio: esa libertad/independencia para el futuro.
Mentira. Desde que esta mañana (después de 7 meses separados) firmaramos la cancelación de nuestra última cuenta conjunta, lo entiendo perfectamente.
(Por si pasas por aquí)
2 Comments:
Joer, y yo que me había alegrado al ver tu nombre en el blogroll...
Muac!
Ya. Y la culpa de tu divorcio la tiene Pukosky que era afiliado a Alianza Popular.
Papá estado, mamá me regaña porque me he meado en los calzoncillos.
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