No olvidaré nunca que moriré, aunque olvide que estoy viva.
No comeré si no estoy hambrienta.
No leeré los periódicos con los que estoy de acuerdo.
No hablaré hasta haberme mordido la lengua tres veces.
No intentaré comprender todo.
No esperaré que otros hagan por mí lo que sólo yo puedo hacer.
No insistiré en mis razones, insistiré en las del otro.
No dudaré de mí hasta que no haya dudado de todo.
No soy mis circunstancias, soy lo que elijo hacer con ellas.
No evitaré el amor, permitiré que hiera.
No utilizaré la plabra como bala, sino el silencio como arma.
No tedré nunca miedo si recuerdo aliarme con el conocimiento.
No olvidaré nunca que debo ser como el agua.
Texto: Beatriz Montañez
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