Cuando Monterroso despertó, los animales habían hecho de las suyas. La oveja negra gobernaba un país de ovejas blancas, el camaleón había perdido el interés por los juegos de espejos y la rana, matrona de voz grave, soñaba con un par de ancas biónicas. Pero lo que más sorprendió al escritor fue su autobiografía escrita por un dinosurio.
3 comentarios:
¡Excelente fabulación del despertar de Monterroso! :]
Héctor, por fortuna Monterroso tienbe textos excelentes que superan con mucho al dinosaurio, ojalá volvamos a ellos más seguido.
Un abrazo.
Me parece un gran homenaje a Don Augusto, José Manuel, porque en él esbozas ese deseo de darle una última vuelta a las cosas para encontrar el mensaje en lo fantástico.
Un saludo,
Publicar un comentario