Cada familia tiene su historia y esta es la historia de la mía.
Ummm veamos… ¿por dónde empiezo? ¡Ah si! Por el principio como es lógico. Bueno, es que en mi familia…. La lógica y lo lógico no existe. Y veréis como al final del relato me dais la razón. Empecemos por mi abuela materna que es de la que se todo o prácticamente todo, porque de mi abuela paterna no se apenas nada, bueno, si, que tenía tres tetas en vez de dos como todas las mujeres, pero eso no es relevante y es otra historia. Bien ¿Por dónde iba? ¡Ah sí! Ya me acuerdo. Mi abuela materna. En sus tiempos, alta, con el pelo castaño claro y los ojos grises. En fin, un bombón de la época. Pues bien, mi abuela, ha tenido dos maridos y dos amantes de los cuales, uno se convirtió más adelante en marido también. Total, ha enterrado a dos maridos y a un amante. Del primer amante tuvo una hija, a la cual reconoció como hija suya no su amante si no el padre del susodicho que era viudo; Ya que el amante en cuestión estaba casado y en época de Franco, tener un hijo con otra mujer estando casado, era motivo de cárcel. Total que la hija en cuestión pasó de ser hija de su padre a ser hija de su abuelo y sobrina de su padre. ¿Me seguís? Pues hay más.
Más tarde, conoció a su primer marido, y pese a que su madre (mi bisabuela) la dijo una y otra vez que ese hombre no era bueno y que le dejara, mi abuela, prefirió comprobarlo por ella misma y se casó con él dándose cuenta la misma noche de bodas que su madre tenía razón con respecto a su ya marido, cuando este la propinó su primera paliza. Seguían siendo tiempos de Franco y mi abuela la pobre, entre paliza y paliza, tuvo tres hijas más que con la anterior hacían cuatro. Sobra decir que la infancia de la hija mayor no fue muy buena que digamos, ya que su padrastro le propinaba tantas palizas a ella como a su madre.
Un día mi abuela le echó valor y decidió ir a denunciar a la guardia civil a su marido pese a que en aquella época, la guardia civil no solo no te ayudaba sino que si no volvías a casa, por las buenas, te llevaban ellos por las malas. Pues bien, cuando la guardia civil escuchó a mi abuela, por algún extraño motivo, decidió ayudarla y ellos mismos sacaron de la casa al marido de mi abuela. Sobra decir, que en esos años su marido se gastaba todo el dinero en borracheras y que mi abuela, trabajaba como una mula de carga para que sus hijas pudieran por lo menos tener un plato de comida en la mesa.
Después de aquello, mi abuela siguió trabajando y en uno de esos trabajos conoció a su segundo amante. Amante que años más tarde se convertiría en su segundo marido y en mi abuelo. Él estaba casado y tenía dos hijas. De hecho él y su mujer eran los jefes de mi abuela. Pero como la carne es débil, mi abuela estaba de muy buen ver y él era muy buen hombre pero todo lo que tenía de buen hombre lo tenía de mujeriego, pues le echó el ojo a mi abuela y se convirtió en su amante hasta que un fatídico día su mujer murió y entonces mi abuela pasó de tener un amante a tener una relación formal y años más tarde un marido. Y digo años más tarde porque él se había quedado viudo pero mi abuela aún estaba casada con el anterior y este tardó varios años en morirse. Total que mi abuela se vio de golpe con cuatro hijas propias y dos añadidas.
Poco a poco fueron pasando los años y mi madre se hizo mayor y ahí…. Mi madre tenía un novio con el que salía hacía varios años del que estaba hasta el moño y con el que seguía saliendo digamos que por inercia.
Mi abuela tenía una vecina cheposa que tenía tres hijos y una sobrina, la cual era la mejor amiga de mi madre. Un día mi madre subió a casa de la vecina a buscar a su amiga y vio en la cocina a un señor muy feo (esto lo dice mi madre no lo digo yo) sentado comiendo queso y bebiendo vino. Este señor resultó se el hermano pequeño de la vecina y tío de la amiga de mi madre y poco después mi padre. ¿Qué como llegó a convertirse en mi padre? Pues fácil. Mi madre se fue a pasar unos días a Madrid con su amiga y casualidades de la vida, ese señor vivía allí y una cosa llevó a la otra y mi madre volvió a casa anunciando a mi abuela y a su novio (antes amante) que se casaba. Pero que no se casaba con su novio de toda la vida, si no con el hermano de la vecina y tío de su amiga. Sobra decir que a mi abuela y a su novio (mi futuro abuelo) les dio un patatús con la noticia ya que mi madre sólo tenía diecisiete años y si se casaba iba a pasar de ser una chica sin responsabilidades a ser una esposa y madre de dos hijos.
Con todo y con eso, como mi madre otra cosa no, pero cabezota lo suyo, consiguió el permiso de mi abuela y se casó con el hermano de la vecina y tío de su amiga y fruto de ese matrimonio, nacieron tres hijos y uno de ellos es la que escribe. …Y ahí comenzó la historia de mi vida. Pero eso… eso es otra historia.
Nota del Autor: Cualquier parecido de esta historia con la realidad es pura coincidencia…. O no vaya usted a saber.
Más historias en casa de Gus