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miércoles, 7 de octubre de 2015

¡Mami!


¿Cuántas veces al día podemos escuchar el grito de: ¡Mamiiiiiiiiiiii! ? Yo me atrevería decir, como diría mi piojo, cuatrocientas mil veces o ¡más! A veces creo que si me hubiesen dado un céntimo por cada ¡mamiii¡, por cada ¡mamá! Tendría más pasta que cualquiera de los paraísos fiscales, je je je...Cualquier madre me entenderá, y sabe que no ando desencaminada en lo que digo, sobre todo si su peque es como el piojo que no se conforma con llamarme una vez, aunque yo le responda a la primera. No, el tiene que llamarme: dos, tres, cuatro...cuatrocientas mil veces en el mismo momento para decirme: ¡ALGO IMPORTANTE! ¡SIEMPRE ES ALGO IMPORTANTE! según él, aunque sea para preguntarme cuando se extinguieron los dinosaurios...


martes, 11 de octubre de 2011

Crónica de una Semana Horrible.

      Me siento hoy a escribir después de no haberlo hecho en toda la semana pasada. Semana Horribilis. Semana para borrar del calendario. Arrancar la hoja,pisotearla, quemarla y tirarla a la basura sin compasión. Afortunadamente, es verdad aquello que tras la tempestad viene la calma. El dicho es a la inversa pero aquí es valida la Ley Conmutativa, aquella que nos decía " el orden de los elementos no altera el producto".

    Comenzamos la semana con mocos, el padre, el hijo y no el espíritu santo, sino yo. Sólo faltaba con mocos el cachorrín, cada día más grande, en breve tendremos un mini poni por casa. Me temo que el Piojo lo usará de caballo. No sé porqué ya me lo estoy imaginando al galope por el pasillo. Uff, mejor ni imaginarlo.

Como iba diciendo comenzamos la semana mocosos los tres, con fiebre el pequeñajo. Así que lunes en casita, martes en casita. El martes para evitar recaídas porque la fiebre, décimas,ya había remitido.

Martes, martes, martes, ni te cases ni te embarques. Ni calientes agua porque se te haya fastidiado el termo y quieras bañar a tu hijo. Por el pasillo iba con caldero cargadito de agua para echarla en la bañera cuando resbalo y caigo de espaldas al suelo tirándome el agua caliente por encima.

Nada .No me ha pasado nada de milagro, y no creo en ellos. Ni una ampolla. Sólo un rasguño en un brazo por la caída. Eso sí, un buen rato bajo la ducha de agua fría, pomaditas, linitul y vendas.... Pero mis piernas no muestran ni un sólo resquicio del accidente.

Afortunadamente, no estaba sola en casa con mis dos cachorrines, el humano y el canino, porque no sé cómo me las hubiese ingeniado con ellos dos yo sola. Para ser sincera tampoco se me hubiese ocurrido cubrir las piernas con paños con vinagre. Puaff, apestoso pero efectivo visto lo visto.

Martes por la noche. Pasado susto. Comprobado que nada de ampollas. Niño en la cama. Once y media de la noche , niño empieza a llorar desesperado. Vuelven las pesadillas, los terrores nocturnos. Dos horas me cuesta volverlo a dormir.

Dos de la mañana me puedo acostar.Tres de la mañana, el piojo vuelve a despertarse.Lo cojo.Lo acurruco.Intento calmarlo.Nada no hay manera de conseguirlo.Pruebo a acostarlo en mi cama.Nada.No funciona.Lo llevo al salón. Enciendo la tele. Se relaja viendo dibujos. Go Diego Go es lo último que recuerdo. Papá Piojo me despierta por la mañana. Nos hemos quedado dormidos en el sofá. El Piojo se despierta fresco como una rosa.Yo,en cambio,como una rosa marchita.

Va a la guarde como si nada. Como si hubiese dormido toda la noche.Yo me pongo las pilas para recoger y limpiar todo lo que no se puede teniéndolo en casa. Con él lo único posible es limpiar lo que la suegra ve.

Miércoles noche.Vuelta a la lucha a la hora de dormir.Imposible que no tenga sueño pero se resiste. Se duerme pero a las doce volvemos a empezar. Lo cojo. Directos al salón. Él en un extremo del sofá. Yo en el otro. A eso de las cuatro y media se duerme. Lo devuelvo a su cama.Yo me voy a la mía.

Jueves por la mañana. El Piojo,una vez más, como una rosa recién cortada.Yo cada vez tengo menos pétalos.

Jueves noche.Imposible dormirlo. Pataleta infantil. El cansancio debe ser superior  a él pero no, dormir nada de nada. Doce y media de la noche lo dejo en la cama.

Jueves dos de la mañana. Volvemos a empezar. Ni cantarle. Ni acurrucarle. Ni nada de nada. Su llanto me resuena en la cabeza.

Nos acostamos en el sofá. Enciendo la tele. Gracias Plus por poner dibujos a esas horas. Cinco de la mañana se duerme. Yo no puedo ni con mi alma.Me duermo a su lado. Por la mañana no puedo ni abrir los ojos.

El Piojo sigue tan fresco. Yo ya no sirvo ni como rosa seca...ni plática...ni nada de nada...

Papá Piojo lo lleva a la guarde.Yo me quedo dormida sentada en el sofá. Es la una del mediodía cuando recupero la conciencia.

Viernes nueve de la noche. El Piojo se duerme.

Sábado nueve y media de la mañana. El Piojillo se despierta. Se despierta contento. Vuelve a ser mi Piojo. Decidimos bañar al cachorrito, hasta el momento no había pasado por la bañera. Eric participa poniéndole jabón en la cabeza.

Sábado una y media de la tarde. Eric hace siesta. Dos horas de siesta.Por la noche duerme hasta casi las nueve del domingo.

Todo vuelve a su cauce.Yo empiezo a parecerme a la Lluvia China de los ramos de rosas...