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lunes, 11 de junio de 2012

En aguas de Conil

Se acerca la estación estival y empiezan nuestras salidas de pesca marítimas, tanto en orilla como desde embarcación.





Como todos los años, el club de pesca "los mambruses" organizó una jornada de pesca en aguas de Conil de la frontera a bordo de una estupenda semirrigida, bautizada con el mismo nombre del club, la cual ya está dando sus frutos.


Pendientes del tiempo, y sobre todo de el estado de la mar, muy inestable por esta zona, estuvimos barajando que día dentro del fin de semana sería el optimo. Según la tabla de mareas, el sábado era el mejor día, pero por contra nos encontrabamos con un oleaje de 1 metro durante todo ese día, aunque debía de ir bajando progresivamente. Por la mañana salimos un rato a la playa y pudimos comprobar lo que fuimos viendo durante toda la semana en distintas páginas especializadas, aguas bastante movidas.



A pesar de eso, justo despues de comer, decidimos acercarnos al puerto y decidir sobre la marcha si proseguiamos con el plan inicial o si se posponía para la mañana del domingo. Como son las cosas, una vez echada la barca al agua, entra a puerto otra embarcación de similares caracteríticas y nos comentan que se han tenido que dar la vuelta por le abundancia de oleaje. Aun así, decidimos salir a probar, pero con un plan B. Una vez fuera de puerto, conectamos la sonda y nos dirigimos a una zona de roca cercana.

Efectivamene, el mar no estaba apto para estomagos delicados así que decidimos buscar una zona refugiada del oleaje, cerca de la orilla y protegida por el espigón del puerto.


 Una vez allí, sin olas, y con cinco metros de profundidad, echamos el ancla y empezamos a montar equipos. En cuestión de siete minutos ya estábamos pescando. El montaje, muy sencillo, un bajo con tres anzuelos, unido a la línea principal por un esmerillón y al final del bajo un buen plomo que manenga la postura. De carnada había donde elegir: tita, rosca, navaja, calamar y sardina. No tardaron las picadas a la navaja y a la rosca, se daban sin cesar aunque no clavaran por la talla del pez. Al poco, Jesus, clavó la primera pieza considerable, un bonito pez ballesta. Un hermano suyo no tardó en caer al calamar que tenía yo en mi anzuelo. Preciosa lucha. La captura más bonita para mi gusto fué la de Bruno que sacó un gran sargo.

Entre tanto, el sol se fué ocultando en el horizonte y nosotros pusimos rumbo a tierra, no había estado del todo mal, teniendo en cuenta el mal tiempo.

Una vez en la casa, momento para la foto de rigor...
que hasta la peke no quiso perderse...

P.D.: Mi enhorabuena a Jesús, patrón de "los mambruses" por su excelente navegación y buen hacer a bordo.








miércoles, 11 de abril de 2012

Jueves de fe

Nos encontramos inmersos en la semana de pasión, y para alegría de muchos y desconteto de otros, y para variar, está lloviendo. Dicen que nunca llueve a gusto de todos pero es que lo de los cofrades no tiene nombre. Este año parecía que no habría preocupación en cuanto a la meteorología se refiere, pero era mucho suponer...Este año, la Señora de la Trinidad, ha preferido quedarse en su casa, con el consiguiente amargor que se nos queda a los que llevamos preparando este día desde principio de año. El que viene será.

Con el ánimo un poco caido por las circunstancias, recibo la llamada de mi amigo Juan, que me cuenta que lleva dos salidas de pesca en esta semana y se ha encontrado una actividad frenética en aguas cercanas a su domicilio. Sin pensarmelo dos veces, preparo arreos y después de un corto sueño pongo rumbo a este embalse. A las 8:30h de la mañana me encuentro con Juan en un bar de carretera para desayunar y coger fuerzas para una intensa mañana.


Una vez aparcado el coche y después de una larga caminata entre olivos, llegamos a este precioso enclave.






La climatología no predecía un buen día, además se esperaban rachas de viento de entre 14 y 20km/h. Los primeros lances fueron con crankbaits a media agua, pero enseguida nos dimos cuenta que no daría resultado.

Lo siguiente en utilizar: jerkbaits de vinilo. Parece que los estaban esperando...al caer al agua en el primer lance noto unos leves mordiscos al final de mi línea y ¡ZAS!. Ya está aquí el primero.

La luna llena caracteristica en esta época no defraudó e hizo que, como venía observando Juan en días anteriores, los basses estuvieran muy activos. Las capturas se sucedían una tras otra, llegando a rondar la veintena de piezas, saliendo alguna que otra de buen porte.






















Lo que no he podido con mi hermandad en esta Semana Santa si que lo he hecho, y con creces, como pescador.

lunes, 12 de marzo de 2012

Primera tarde en Vadomojón

El pasado Domingo era la típica tarde tonta de fin de semana en la que no haces ningún plan porque el intenso trasiego de la semana te nubla tanto la mente que sólo piensas en relajarte y quedarte absorto dando cabezazos en el sofá,hipnotizado con el soniquete de fondo de la caja tonta. Pero no podía permitirlo, ¿cómo no disfrutar de alguna manera un día tan espléndido de esta seca y adelantada primavera? Así pues, me dispuse rápidamente a coger los arreos y viajé desde Cabra a Albendín a mojar por primera vez mis señuelos en esta temporada de Bass. Sin pretensión ninguna de obtener una buena jornada, simplemente pensando en ver cómo estaba el pantano este año, disfrutar de la naturaleza y probar cómo se movían algunos vinilos adquiridos pocos días antes me dispuse a realizar los primeros lances.
Calor, demasiado para esta época; sequía, inmensa polvareda en caminos; colores pajizos más propios del mes de Junio y... muy, muy poca actividad, ni un atisbo de vida acuática que despertara vagamente el letargo de la laguna.
Cuchicheos no muy lejanos de algún macho de perdiz, mostrando firme defensa de su emplazamiento y como no, de su compañera, que en breves semanas, si ya alguna no lo está haciendo, guardará y cobijará celosamente a su ansiada prole, que a mediados de Mayo más o menos romperán el cascarón y darán sentido a todo el instinto despertado meses atrás.
Como gran aficionado a la" caza del reclamo" el que ningún bass hubiese mordido alguno de los vinilos con los que estaba probando suerte era lo de menos, el hilo musical de este bravo macho me traía muy buenos recuerdos de lances no muy lejanos y solo pensaba en desearle suerte en su lucha con la vida.
El horizonte ya enrojecía, así que dí media vuelta rumbo al coche pensando en disparar los últimos cartuchos no muy lejos del mismo, con el ánimo de probar una llamativa rapala de colores fluorescentes en un fondo rocoso y profundo que había visto justo a mi llegada. Primer intento fallido, no obstante, vi seguirla a un cuarterón, primer bass que divisé en toda la tarde aun llevando las lentes polarizadas. Segundo intento apuntando a una pequeña ramita que asomaba y... ¡ZAS!, enganche.¡Qué pena!, pensé, con lo atractiva que es la rapala y los cuartos que me he gastao en la joía, ahora que me iba para casa... me quedo sin ella. Levantando la caña y sin notar ningún cabeceo veo justo al borde de la ramita más o menos a un metro de profundidad un panderetón verde y brillante que me puso el corazón al borde de la taquicardia. Sí, ahora sí que noté los cabeceos y tirones del espectacular animal buscando su huida y refugio natural. Otro par de salidas a superficie a la desesperada buscando en sus saltos aflojar la tensión de aquel maldito señuelo que le había prendido y entonces me dí cuenta que estaba muy bien clavado, que era difícil que me ganara la batalla.
Tras cuatro o cinco minutos conseguí acercarlo a la orilla, lo cogí por la parte inferior de la boca y...¡UFF!, respiré hondo. -Ya eres mía, preciosa, le dije. Ven, que nos vamos a fotografiar juntos, será solo un momento -. Y tras inmortalizar este maravilloso encuentro procedí a devolverlo a su hábitat, a su territorio, probablemente ya a su "nido", donde cuando llegue el momento soltará las huevas que en lo sucesivo mantendrán acorde y en plena armonía la cadena biológica de este maravilloso ecosistema, como debe ser.
Menos mal que han admitido el monumental error y se está dando marcha atrás a este incomprensible Decreto de exclusión a las especies foráneas, ¡por Dios, foráneas!, si llevan más años aquí de lo que a nosotros la memoria nos alcanza y todos sabemos que son eslabones básicos y necesarios para mantener el equilibrio de nuestras aguas, pero claro, esto a lo mejor se le escapa a señores/as que enterrados en circulares en sus despachos a lo mejor solo han visitado un humedal comiéndose un espeto de sardinas en La Carihuela. Yo lo estaba pasando tan mal que de los nervios todos los peces se me escapaban de las manos con tan mala suerte que iban a caer justo al agua otra vez, vaya un tío torpe. Ahora ya más sereno los suelto como es debido.

Hasta otra, compañeros/as.

PD: No sé lo que pesa porque no llevaba peso, es lo primero que compraré e incorporaré a mi equipo para la próxima salida. Calculo que pasaba sobradamente los 2 Kilos, el pico siempre quedará para la duda.





Escrito por: Juan Reyes








domingo, 13 de noviembre de 2011

Un día en Peralta

Como ya es constumbre, una o dos veces al año, los amigos del "club pesca mambruses" organizamos una jornada de pesca de truchas que suelen ser una vez acabada la temporada de basses, ya que es la especie a la que más tiempo dedicamos. En esta ocasión y tras descartar un par de destinos, nos decantamos por el coto intensivo de Peralta, ubicado en la Sierra del Pozo, en el extremo sur del Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas, en la localidad jienense de Pozo Alcón.

La distancia hasta nuestro destino no era corta, lo que nos obligó a madrugar bastante para poder llegar a la hora prevista. Dos horas y media mas tarde, y tras un buen desayuno, empezamos a montar los aparejos.





Aunque llevabamos equipos de mosca y spinning, nos decantamos por estos últimos debido al poco espacio para poder efectuar los lances con la cola de rata.

Para tentar a las salmónidas, cucharillas de pequeño tamaño con colores atrallentes y por supuesto mi caja de moscas por si fuera necesario, montadas con un buldó
.



Una vez preparados, pusimos rmbo al río. Junto a él, un paraje precioso...










Y el río, espectacular...





Aguas cristalinas, pozas enormes, represas formadas por troncos caidos, y multitud de coberturas escondían a nuestras "adversarias".



Tras una primera toma de contacto con el Guadalentín, y sacar la primera arco iris cada uno, fuimos poco a poco empapandonos de este río, mientras tanto el ir y venir de pescadores era incesante. La mayoría se quejaban (como viene a ser normal en todos los intensivos que conozco) de la ausencia de truchas y de que las pocas que se dejaban ver era imposible "engañarlas". El río fué repoblado el día anterior, y aunque es verdad que no se veían como suele ser común en otros cotos, es muy normal que no estén al alcance de nuestra vista. Este río tiene un cauce ancho con muchas coberturas, que las truchas utilizan para esconderse, bajo mi punto de vista, solo saldrán cuando haya algo que les motive a hacerlo. En cuanto a lo dificil de las capturas, los peces recien repoblados son faciles de capturar, ya que su instinto está bastante atrofiado. Claro que esto cambia en el momento que la trucha permanece en el río varios días a lo que poco a poco su instinto va resurgiendo. Es entonces cuando empieza ser más atractiva su pesca, por lo menos para mí.

















Entre tanto, nosotros segimos a lo nuestro, pasando un buen día entre amigos, disfrutando del entorno y por supuesto de la pesca.



























La mayor sorpresa que tuve este día fué el encuentro fortuito con una preciosa trucha común de unos 40cm, la que solo me permitió cazarla con la vista, a pesar de ello, fué un gran regalo para un magnífico día.