Como todos los años, el club de pesca "los mambruses" organizó una jornada de pesca en aguas de Conil de la frontera a bordo de una estupenda semirrigida, bautizada con el mismo nombre del club, la cual ya está dando sus frutos.
Pendientes del tiempo, y sobre todo de el estado de la mar, muy inestable por esta zona, estuvimos barajando que día dentro del fin de semana sería el optimo. Según la tabla de mareas, el sábado era el mejor día, pero por contra nos encontrabamos con un oleaje de 1 metro durante todo ese día, aunque debía de ir bajando progresivamente. Por la mañana salimos un rato a la playa y pudimos comprobar lo que fuimos viendo durante toda la semana en distintas páginas especializadas, aguas bastante movidas.
A pesar de eso, justo despues de comer, decidimos acercarnos al puerto y decidir sobre la marcha si proseguiamos con el plan inicial o si se posponía para la mañana del domingo. Como son las cosas, una vez echada la barca al agua, entra a puerto otra embarcación de similares caracteríticas y nos comentan que se han tenido que dar la vuelta por le abundancia de oleaje. Aun así, decidimos salir a probar, pero con un plan B. Una vez fuera de puerto, conectamos la sonda y nos dirigimos a una zona de roca cercana.
Efectivamene, el mar no estaba apto para estomagos delicados así que decidimos buscar una zona refugiada del oleaje, cerca de la orilla y protegida por el espigón del puerto.
Una vez allí, sin olas, y con cinco metros de profundidad, echamos el ancla y empezamos a montar equipos. En cuestión de siete minutos ya estábamos pescando. El montaje, muy sencillo, un bajo con tres anzuelos, unido a la línea principal por un esmerillón y al final del bajo un buen plomo que manenga la postura. De carnada había donde elegir: tita, rosca, navaja, calamar y sardina. No tardaron las picadas a la navaja y a la rosca, se daban sin cesar aunque no clavaran por la talla del pez. Al poco, Jesus, clavó la primera pieza considerable, un bonito pez ballesta. Un hermano suyo no tardó en caer al calamar que tenía yo en mi anzuelo. Preciosa lucha. La captura más bonita para mi gusto fué la de Bruno que sacó un gran sargo.
Entre tanto, el sol se fué ocultando en el horizonte y nosotros pusimos rumbo a tierra, no había estado del todo mal, teniendo en cuenta el mal tiempo.
Una vez en la casa, momento para la foto de rigor...
que hasta la peke no quiso perderse...
P.D.: Mi enhorabuena a Jesús, patrón de "los mambruses" por su excelente navegación y buen hacer a bordo.