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sábado, 10 de noviembre de 2012

Adiós, Chicago!


Hoy escribimos el último post desde Estados Unidos. Dentro de unas horas sale nuestro avión hacia España. Ha sido un viaje increíble. No podemos nombrar a todas las personas que se han cruzado en nuestro camino durante estos días. Han sido muchas.
Nos hemos visto en situaciones que nunca hubiésemos imaginado, hace tan solo unos años. Nuestro viaje a la paternidad ha sido cualquier cosa menos convencional. Pero igual de intenso, o incluso más, agrandado por las dificultades.

Ayer nos juntamos con J y su familia para despedirnos. Fue muy bonito. Las niñas de J estaban deseando volver a ver a Aran, cogerle en brazos y achucharlo. Le llaman “baby Aran”. Nos encanta verlos juntos. Y sobretodo saber que para ellos Aran es importante en sus vidas. Por nuestra parte haremos todo lo posible para mantener ese contacto a lo largo del tiempo.
Esperamos poder volver a Chicago bien pronto, y que Aran conozca sus orígenes.



jueves, 4 de octubre de 2012

Los niños vienen de Chicago


En las últimas horas no ha habido cambios. El martes volvimos al hospital. Monitorizaron al bebé y las contracciones. Todo pareció correcto. El médico dijo que Aran estaba bastante “arriba” todavía, aunque está colocado de  manera que provoca dolores de espalda a J. El médico se mostró bastante optimista y señaló que de poder sobrepasar la semana 35 sería genial, ya que estadísticamente, los niños nacidos después de la semana 35 tienen menos problemas de salud y al cabo de 2 días en el hospital se van a casa tan contentos. ¡A ver si hay suerte y llegamos al lunes!

El hospital es muy moderno y todo el mundo es muy profesional y simpático. Es una suerte disponer de estos medios. En este sentido estoy seguro de que estamos en las mejores manos. No se escatima en medios, personal, tiempo, máquinas ni medicamentos.

Saliendo del hospital fuimos a cenar a casa de J. y su marido M. Pude conocer a sus niñas, que son una monada (y que estaban esperando conocerme) y también a unos amigos suyos que les están ayudando un montón con todo el follón que  ha supuesto pasar estos días en el hospital.

Volviendo al hotel desde casa de J., pude ver ya algunas casas con las calabazas de Halloween en las escaleras y porches dando una imagen bastante fantasmagórica del paisaje y que solo conocía de las películas.

Casualidades de la vida, mañana llegan a Chicago dos buenos amigos nuestros desde Madrid, Javier y Antonio. Ya tuvieron una niña hace dos años y ahora tendrán a su segunda hija. Va a nacer el próximo lunes. Se da la circunstancia que su gestante es prima política de la nuestra. Esta feliz coincidencia creo que nos ha unido más y (esto no estoy seguro, pero me gusta creerlo así) de alguna manera nos convierte en parientes. Y es que la subrogación crea lazos súper especiales que nada tienen que ver con los de la naturaleza. Son totalmente culturales, pero igual de intensos, sino más.

Al llegar ellos a la ciudad, ya no voy a estar solo y me voy a ir a vivir a su apartamento. Así que si todo va bien, ¡El viernes dejaré el hotel. ¡No puedo estar más contento de que lleguen y poder ayudarles en lo que pueda ante el nuevo nacimiento!

Para acabar de redondear el sainete, ellos tampoco van a venir solos. Les acompaña un equipo de televisión. Les están haciendo el seguimiento del nacimiento. Así que vamos a poder ser todos testigos de la llegada de su hija al mundo de la mano de Samantha Villar. O sea que para los próximos días la colonia de surrogators de Chicago estaremos a tope de emociones. Y en unos meses, desde el sofá de casa vamos a ver que los niños ya no vienen de Paris, sino de Chicago y nos emocionaremos recordando estos días.