En las últimas horas no ha habido cambios. El martes
volvimos al hospital. Monitorizaron al bebé y las contracciones. Todo pareció
correcto. El médico dijo que Aran estaba bastante “arriba” todavía, aunque está
colocado de manera que provoca
dolores de espalda a J. El médico se mostró bastante optimista y señaló que de
poder sobrepasar la semana 35 sería genial, ya que estadísticamente, los niños
nacidos después de la semana 35 tienen menos problemas de salud y al cabo de 2
días en el hospital se van a casa tan contentos. ¡A ver si hay suerte y
llegamos al lunes!
El hospital es muy moderno y todo el mundo es muy
profesional y simpático. Es una suerte disponer de estos medios. En este
sentido estoy seguro de que estamos en las mejores manos. No se escatima en medios,
personal, tiempo, máquinas ni medicamentos.
Saliendo del hospital fuimos a cenar a casa de J. y su
marido M. Pude conocer a sus niñas, que son una monada (y que estaban esperando
conocerme) y también a unos amigos suyos que les están ayudando un montón con
todo el follón que ha supuesto
pasar estos días en el hospital.
Volviendo al hotel desde casa de J., pude ver ya algunas
casas con las calabazas de Halloween en las escaleras y porches dando una
imagen bastante fantasmagórica del paisaje y que solo conocía de las películas.
Casualidades de la vida, mañana llegan a Chicago dos buenos
amigos nuestros desde Madrid, Javier y Antonio. Ya tuvieron una niña hace dos
años y ahora tendrán a su segunda hija. Va a nacer el próximo lunes. Se da la
circunstancia que su gestante es prima política de la nuestra. Esta feliz
coincidencia creo que nos ha unido más y (esto no estoy seguro, pero me gusta
creerlo así) de alguna manera nos convierte en parientes. Y es que la
subrogación crea lazos súper especiales que nada tienen que ver con los de la
naturaleza. Son totalmente culturales, pero igual de intensos, sino más.
Al llegar ellos a la ciudad, ya no voy a estar solo y me voy
a ir a vivir a su apartamento. Así que si todo va bien, ¡El viernes dejaré el
hotel. ¡No puedo estar más contento de que lleguen y poder ayudarles en lo que
pueda ante el nuevo nacimiento!
Para acabar de redondear el sainete, ellos tampoco van a
venir solos. Les acompaña un equipo de televisión. Les están haciendo el
seguimiento del nacimiento. Así que vamos a poder ser todos testigos de la
llegada de su hija al mundo de la mano de Samantha Villar. O sea que para los
próximos días la colonia de surrogators
de Chicago estaremos a tope de emociones. Y en unos meses, desde el sofá de
casa vamos a ver que los niños ya no vienen de Paris, sino de Chicago y nos
emocionaremos recordando estos días.