jueves, 31 de diciembre de 2009
Memoria histórica
Y con este entrañable vídeo alcanzo la meta de las 84 entradas en 2009 ¡Gracias, Karlos*!
martes, 29 de diciembre de 2009
Mi jardín de agua
Uno de sus regalos comprados que más me ha gustado es un "jardín de agua", que viene hasta con su librito que habla sobre el simbolismo del agua y cómo contribuye a crear un lugar de paz -en plan rollito zen- y al final, las instrucciones de uso del susodicho "mini water garden". Desafortunadamente ni ella ni yo recordamos de dónde me lo trajo.
¿Estás estresado? Con el “jardín de agua” (nuevo y mejorado) puedes disfrutar el sonido relajante del borboteo del agua cuando más lo necesites. Este kit de bolsillo incluye un “jardín de agua” con una bomba de mano, cuenco, piedras, instrucciones, y un libro de 32 páginas con una introducción a la historia y espiritualidad de los jardines de agua.Ahora que ya os habréis hecho una idea de cómo será este objeto de mi admiración, os muestro el vídeo para que lo veáis en espectacular funcionamiento. Y la opinión de Flecha al respecto.
Cuando estés en casa, en el trabajo o en la carretera, el “jardín de agua” te proporcionará una agradable sensación de paz mental.
domingo, 27 de diciembre de 2009
Ampliando el guión
A los pocos días sonó el teléfono en casa y al contestarlo oí su voz “Hola Laura, ¿Qué tal estás?” Me sorprendió que fuera él, porque habitualmente suele dejar pasar más tiempo entre llamada y llamada. En seguida entendí el motivo: “Oye, ¿no te molestaría que te dijera lo de que toses mucho?” El pobre seguro que llevaba todo ese tiempo torturándose, diciéndose: “¿Por qué le tuve que decir lo de que tose mucho? ¡Es que soy tonto!” Yo por otro lado, cada vez que tosía en mi casa o bajando las escaleras, barruntaba “¿Ahora me estará oyendo toser? ¿Será verdad que toso mucho?”
El día de nochebuena llamaron a mi puerta. Al abrir me encontré a Jorge, ¡en bata! ¿Por qué llama a mi puerta en bata? Una bata de cuadros, de tonos marrón oscuro, envolviendo su prominente estómago. Y por supuesto, zapatillas de andar por casa de abuelo. Tenía un aspecto sórdido. Sonriendo, y con una mirada esquiva, alargó la mano mostrándome una bolsa de caramelos de eucalipto. “Toma, para tu tos”
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El caso es que parece que ha decidido añadir el tema de mi tos a su lista de temas que tratar conmigo. Seguro que la próxima vez que me llame me preguntará qué tal me han sentado los caramelos. Hay que joderse.
miércoles, 23 de diciembre de 2009
La navidad es...
lunes, 21 de diciembre de 2009
Rescatadas 12
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Lefa.
Q-Mira qué ojos tan bonitos tiene esa chica.
K-Sí, dan ganas de comerle el coño.
Una relación estable es el precio que hay que pagar por desearla tanto. -Robert Sapolsky, catedrático neural.
O sea; que os enamorasteis y tendréis perdices. –Ray
Mi madre a mi hermano, cuando él iba a que le pagaran el finiquito de su último curro: ¡Hala Dani; que te den mucho!
Hubo que explicarle la explosión de carcajadas que desató.
viernes, 18 de diciembre de 2009
Abrazos magistrales
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La primera vez que conocí este tipo de abrazo fue hace pocos años, con un amigo-rollo. Me dejó perpleja, desconcertada, porque no sabía que se pudiera sentir eso al abrazar a alguien. Pensé que él debía de tener algo especial, que tenía algún secreto que le capacitaba para hacer algo así; algo que parecía casi mágico. Después de aquel abrazo escribí en mi cuaderno:
"(...)Sé que si intentara describir cómo fue parecería que estoy exagerando, porque intentar describirlo es describir lo casi inconcebible. Y no exagero; es literal. Porque hay veces que el sexo no es tan intenso como ese abrazo. Muchas veces. Porque fue de una intensidad como de primeros besos de adolescentes, multiplicado por cien. Todo el rato igual de intenso, de principio a fin. De hecho no sé qué nos pudo hacer separarnos."Desde entonces, para mi gran fortuna, he sentido más veces esa sensación de fusión tan íntima, casi sobrenatural -no sólo con parejas, también con amigos o amigas. Son abrazos en los que te entregas completamente; sientes que se te abre el pecho y se funde con el otro, y se crea una especie de bola de energía orgásmica; como un orgasmo del corazón.
Y el abrazo dura, y dura... y cuando llevas un tiempo abrazando así, transportada a otra realidad, piensas que tienes que soltar porque en algún momento tienes que acabar, y aflojas un poco los brazos, pero no puedes dejarlo, y aprietas un rato más, y sientes como la otra persona hace lo mismo.
Cuando acabas, te quedas con una sensación de agotamiento placentero; una plenitud enormemente gozosa.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
Felicidad sintética
Uno de mis descubrimientos son los “TED talks”, vídeos de conferencias muy concisas (entre veinte, veinticinco minutos) y con mucha miga, sobre los más diversos temas: ciencias, asuntos globales, tecnología y desarrollo, entretenimiento... Estoy enganchada. Hace como una semana vi uno muy interesante que me ha dejado reflexionando: ¿Por qué somos felices?
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Los datos están ahí, pero es muy difícil no resistirse a creerlo. Gilbert dice que las personas tenemos un “sesgo de impacto” que nos hace creer que sucesos muy buenos o muy malos tendrán mayor trascendencia en nuestra vida de lo que luego resultan tener. Yo recuerdo cuando en la universidad estaba en época de exámenes, y llevaba dos, tres meses estudiando todos los días nosecuántas horas, acostándome a las tantas para luego levantarme temprano y seguir estudiando, sin salir –mucho- los fines de semana, y pensaba “Qué maravilla cuando acabe esto, no me lo voy a creer” Pero cuando por fin acababa, el éxtasis que había anticipado no aparecía por ningún lado, por más que me esforzara en convocarlo. Y me quedaba con una sensación de… estafa, como diciendo “¿y dónde está toda esa felicidad que me corresponde? ¡Venga, tengo que estar pletórica; soy libre!…”. Ni siquiera cuando acabé la carrera me sentí tan extasiada como anticipaba.
El lado positivo es que también los acontecimientos negativos tienen menos impacto de lo que anticipamos, gracias a un “sistema inmunológico psicológico” que, según Gilbert, nos ayuda a cambiar nuestra perspectiva del mundo para poder sentirnos mejor en él, y así nos creamos una felicidad a medida, una “felicidad sintética”. Es lo que nos sucede cuando razonamos que quizás fue para mejor que se acabara nuestra relación con aquella pareja con quien creíamos que íbamos a compartir el resto de nuestra vida, quizás tener hijos, envejecer juntos… Vale que lo pasamos fatal al principio, pero en realidad no nos convenía, y seguramente nunca hubiéramos podido ser felices a su lado.
Pero todos consideramos la “felicidad sintética” de calidad inferior a la felicidad “natural”, y pensamos con cinismo; “Si claro; no teníais tanto en común, y te diste cuenta justo cuando te largó.” No queremos creer que no conseguir lo que queremos nos puede hacer tan felices como conseguirlo, pero parece que así son las cosas.
En una última vuelta de tuerca, Gilbert explica y demuestra de manera elegante e irrebatible cómo no sólo este sistema inmunológico que sintetiza felicidad funciona a las mil maravillas, y no existe diferencia alguna entre la “felicidad natural” y la “felicidad sintética”, sino que además funciona mejor cuando estamos “atrapados” en una situación, cuando no podemos cambiarla. Cuando tenemos opciones nuestra mente se debate, se cuestiona todo, buscando pros y contras: “¿Es este trabajo bueno para mí? ¿No sería mejor este otro; más estimulante? Claro, pero en este, aunque sea anodino, el horario no está mal, y ese otro… vale, bien remunerado pero tendría un horario esclavizante…” Y entonces dudamos, y la duda crea infelicidad.
Es muy duro dar crédito a esto, porque prácticamente significa que la libertad pone trabas a nuestra felicidad. Y supongo que la razón por la que me he quedado colgada de esta charla, es que justamente estoy pasando por un periodo de “revisión”, de cuestionarme algunos aspectos de mi vida, de plantearme alternativas… y me jode soberanamente pensar que quizás, creyendo que estoy trabajando por mi felicidad, podría estar de hecho saboteándola.
sábado, 12 de diciembre de 2009
Veneficio por ufo
Hoy es el día y esto es lo que han hecho con mi palabreja.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Buen tiempo en otoño
-Sí, dicen que va a hacer bueno...
domingo, 29 de noviembre de 2009
La familia y la copa
Cuando ya habíamos pasado de la cerveza a los cubatas y nos sentíamos más sueltos por los efectos de nuestra ingesta, Javi, que estaba contando una de sus historias, hizo un gesto ilustrativo con la mano y sin darse cuenta dio un pequeño codazo a su bebida, que se empezó a tambalear peligrosamente sobre la mesa. El tiempo se detuvo mientras nuestros seis ojos miraban alarmados al vaso tambaleante, que tras unas pocas oscilaciones a cámara lenta, fue recuperando poco a poco su verticalidad, evitándonos el desastre -no sólo hubiéramos llorado la pérdida del brebaje; todas nuestras chupas estaban apiladas en un montículo sobre la mesa.
-¡Huy, por los pelos! -dije yo por los tres-. A mí cuando me pasan estas cosas, intento ser consciente de la pequeña catástrofe de que me he librado, y doy gracias “al cosmos”. Así las veces en que el desastre llega a materializarse, me consuelo pensando que también otras muchas me salvé, y me parece menos “injusto". Como el otro día que casi se me escurre la botella del aceite de entre las manos y pensé en la putada que podría haber sido; que es de cristal, y en el peor de los casos se podría haber caído sobre la vitro y romperla. O sólo caerse y romperse, y todo el aceite por la encimera y el suelo, con lo coñazo que es limpiarlo, que se mete por todas partes. Y pensar que me he ahorrado todo eso me da un buen rollo...
-Ya, e incluso cuando sucede el desastre -añadió Javi-. Como yo el otro día, que fui a colocar unas copas en la vitrina del salón después de fregarlas, y una se quedó mal colocada y empezó a tambalearse, y yo mirándola con otras tantas en las manos, sin poder hacer nada, pensando “no te caigas, no te caigas" y hace "pling" y se cae del estante. Y mientras caía yo pensaba “¡no te rompas, no te rompas!" y la copa iba rebotando en el suelo, una vez “clong" y otra vez “clong" y yo “¡no te rompas!" y ya en el último bote “¡crach!" Y yo “¡No, no te rompas en mil pedazos y te desparrames por todo el suelo!" Y se partió en tres pedacillos y ya, y yo me sentí de repente aliviadísmimo. Y mi hermano que estaba al lado y lo había presenciado todo dijo “Vaya, al menos no se ha roto demasiado." "Ya, eso estaba pensando yo." Y mientras me estaba agachando para recoger los pedacitos se oye a mi madre desde la cocina “¡Mira; una menos que fregar!"
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¡Joder, qué familia! Parece salida de una fábula. La moraleja: “Quien es positivo, sabe sentirse afortunado hasta en la adversidad."
sábado, 28 de noviembre de 2009
Rescatadas 11
Yo: Ni me voy a esperar a estar más pedo para decírtelo...
Cari: Ya, yo también.
¡Revindico mi derecho a ser una mujer cinco! Pili
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Serotonina; ¿dónde estás cuando más te necesito? Fidel
Pues mi tipo de hombre es... que no me toque los huevos. Yo.
Uno de los hilarantes chistes de Cari:
¿Qué animal hace “auc, auc”?
Un otap.
sábado, 21 de noviembre de 2009
El veneficio de las palabras
Las palabras pueden tener puntos extra por diferentes motivos, por ejemplo “veneficio” tiene también punto por su ortografía, eso de que sea igual que otra palabra pero “mal escrita”, puede dar mucho juego en un momento dado. Como ayer; jugando al scrabble dije que iba a poner “ufo” y me saltaron encima “¡Eso es una palabra inglesa! ¡Querrás decir OVNI! Porque UFO es unidentified flying object…” Yo les dejé soltar lo suyo y luego solté lo mío: “Ir de ufo significa ir de gorrón. Búscalo si quieres.” Iñaki, que era mi compi de juego, se levantó para buscarlo en la RAE virtual, y efectivamente ahí estaba: “De gorra, de mogollón, sin ser convidado ni llamado” Y me apunté un tanto en mi mente. Luego ni puse la palabra; en realidad había sido todo un teatrillo.
En fin, que he dejado lo bueno para el final; ¿Qué podría significar “veneficio” para ser merecedora del punto de significado; “veneficio”, que es como “beneficio”, pero mal escrita?
jueves, 12 de noviembre de 2009
Una escena cotidiana
Iba yo esta tarde bajando por la calle Mira el Sol desde casa de Quique. Eran como las ocho y la calle llevaba ya unas horas iluminada por la luz de las farolas. La única persona por allí aparte de mí era una chica, que a unos cincuenta metros de donde yo estaba, se me iba acercando lentamente, paseando con su perrito de la correa. Yo iba pensando en mis cosas, apenas consciente de su presencia, y justo al cruzarnos, en el preciso instante en que nos cruzamos, oigo su voz decir en un volumen sobradamente audible: “¿Bacalao con tomate?” y continúa andando en silencio.
jueves, 5 de noviembre de 2009
Abrazos
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Y yo me pregunto ¿Qué les pasa a los estadounidenses que están dispuestos a pagar 30$ para pasar una tarde acurrucándose con completos desconocidos?
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Pero ¿Qué hace que una persona se lance a la calle a ofrecer/solicitar abrazos de extraños? ¿Qué hace que haya personas que se acerquen a estos supuestos samaritanos para recibir una ilusión de calor humano?
Fue nominada como uno de los mejores inventos de 2006 por la revista Times. La "hug shirt" es
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Dejando de lado el engorro de tener que llevar la camiseta puesta a todas horas si quieres recibir el "abrazo", al menos lo recibes de alguien a quien conoces y que te aprecia. Pero vamos, que no sé por dónde empezar a expresar mis objeciones, ni si es necesario.
Y ya por último, hace un par de días viendo la televisión, vi el spot de lo que parecía una especie de bufanda-peluche con manos en ambos extremos. El nombre del invento era Hugo, y el mensaje que lo ac
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-Ya nunca vienes a visitarme -le dice la abuelita al nieto.
-¡Pero si te regalé un "Hugo" las navidades pasadas!¿Es que ya no te acuerdas?... ¡Será desagradecida!
Todo esto me produce no sé si tristeza o escalofríos.
martes, 3 de noviembre de 2009
Oxímoros y quiasmos
Yo - Mira, vamos a ver los quiasmos, que algunos molaban.
Ray-Pues los oxímoros tienen que estar también de puta madre…
Yo - No te creas... a mí me gustaron más los quiasmos. Ya verás.
Pero ahora voy a ir al grano; dejaré para otro día la digresión sobre por qué me gustan las palabras -qué tipo de palabras son mis favoritas, mis criterios para elegirlas etc. ¡La que os ha caído encima!- y os dejo, sin más dilación, en la ingeniosa a la par que fascinante compañía, de... ¡oxímoros y quiasmos! (podría ser el nombre de un grupo musical).
Un oxímoron consiste en armonizar dos conceptos opuestos en una sola expresión, formando así un tercer concepto. Dado que el sentido literal de un oxímoron es contradictorio -por ejemplo, “un instante eterno"-, se fuerza al lector a buscar un sentido metafórico; en este caso, un instante que, por la intensidad de lo vivido durante el mismo, hace perder el sentido justo del tiempo.
No son los oxímoros exclusivos de los poetas, también a los políticos/militares les encantan; es un secreto a voces: crecimiento negativo, aceleración cero, fuerza de paz, fuego amigo, inteligencia militar... (esta última, según Groucho Marx) Los oxímoros son, en manos de esta encantadora gentuza, un recurso fundamentalmente de despiste; "¿Ha dicho crecimiento? ¡Anda, qué guay!"
Vayamos con otros ejemplos más poéticos:
«Y la caja y la alcoba, en fecundas blasfemias/Por turno nos ofrecen, como buenas hermanas/ Placeres espantosos y dulzuras horrendas» -Las flores del mal, Charles Baudelaire.
“De haber sido neutral no habría necesitado esas terapias intensivas. Pero qué voy a hacerle, soy parcial, incurablemente parcial, y aunque pueda sonar un poco extraño, totalmente parcial.“ -Soy un caso perdido, Mario Benedetti.
En el Quiasmo -también llamado "paralelismo inverso"- la primera parte de una frase es equilibrada por la segunda, que la refleja en orden inverso, a fin de que la disparidad de sentidos induzca a la reflexión:
Entonces ¿qué?¿Estáis con Ray o conmigo? ¿Cuáles molan más?
lunes, 2 de noviembre de 2009
sábado, 31 de octubre de 2009
¡Cotidianas cumple dos años!
Para celebrarlo, igual que el año pasado, os dejo con un par de fotos de cuando los cumplí yo.
miércoles, 28 de octubre de 2009
Lo reconozco
A veces siento unas ganas terribles de abandonarme, de dejar de fingir que no pasa nada, de mostrarme débil sin que me importe. De dejar de tener ese espejo delante que me obliga a mantener el tipo; dejar de hacer esfuerzos para mantenerme en pié, y agazaparme en un rincón a llorar de asco, de rabia, de desolación. Y dejar que los demás vean lo que también soy y me dé igual que sientan lástima por mí.
Y sacar fuerzas de mi debilidad sólo para escupirle al mundo, para cagarme en el optimismo, para gritar que estoy hasta la polla de todo. Y dejar de ser razonable, dejar de ser ecuánime, comprensiva, y de tan egoísta llegar a ser injusta con los demás sin que me importe tres cojones; sin ni siquiera darme cuenta.
Y dejarme de flores y de arco-iris.
martes, 27 de octubre de 2009
Would you rather... ?
Be able to have an orgasm on demand or give an orgasm on demand?
¿Que el autobús siempre venga en cuanto llegues a la parada, o no perder nunca las llaves o la cartera?
¿Ser capaz de tener un orgasmo siempre que quieras, o dar un orgasmo siempre que quieras?
Have sex twice with a 99 year old or be passionately lusted after, and constantly stalked by people over 75?
Spill red wine down your sister’s white wedding dress before she even gets to the church or pee your pants in a board meeting?
¿Tener sexo dos veces con una persona de 99 años o ser perseguido y deseado constantemente por personas de más de 75 años?
¿Derramar vino tinto en el vestido de novia de tu hermana antes de que llegue a la iglesia o mearte en los pantalones en una reunión de trabajo?
Have all your thoughts and fantasies appear in a thought bubble above your head or fall in love with a different person every hour?
Sneeze marbles or fart confetti?
Have cheesy porn music whenever you enter a room or preface every sentence with “Scooby Dooby doo!!!"?
¿Que todos tus pensamientos y fanatasías aparezcan en un bocadillo encima de tu cabeza o enamorarte de una persona diferente cada hora?
¿Estornudar canicas o tirarte pedos de confeti?
¿Que cada vez que entres en una habitación suene música hortera de película porno o tener que empezar cada frase diciendo “Scooby Dooby doo!!!”?
¿Que tus espermatozoides hablaran o que tus cacas nadaran?
Lo más divertido del juego, en mi experiencia, son las explicaciones y las justificaciones de los participantes al dar su respuesta… y cuando oyes a tu compañero de juego decir: "Pues… prefiero tirarme pedos de confeti." E imaginártelo.
sábado, 24 de octubre de 2009
Pareidolia vertebral
Hace muchos años, cuando vivía en Argentina –tendría como diez años- me encontré por las llanuras de la Pampa una vértebra de vaca. En cuanto la tuve en mis manos, su forma se me reveló inmediatamente como un búho. Mis padres me animaron a pintarla, y así lo hice; una manita de pintura y dos ojos grandotes. Desde entonces habita uno de mis estantes.
Cuando hace un par de años, en la sierra de Gredos me encontré esta otra vértebra, en seguida vi en ella una máscara veneciana. Le di una mano de pintura negra, le añadí unos detallitos en dorado, y la puse junto al búho.
viernes, 23 de octubre de 2009
¡Racistas!
Siempre que salimos, inevitablemente, me acuerdo de esta viñeta de Mafalda.
(En la viñeta original, Mafalda lleva a pasear a su tortuga Burocracia.)
viernes, 16 de octubre de 2009
Poesía sugerida
Ansias de poder
Ansias de vivir
Ansias de-finición
Ansias de amor
Ansias de fumar
Ansias de dulce
Ansias de perfección
Ansias de amarte
Ansias de tenerte
Siento obsesión por la limpieza
Obsesión por una persona
Obsesión por la comida
Obsesión por alguien
Obsesión por el deporte
Obsesión por quedar embarazada
Obsesión por el trabajo
Obsesión por el orden
Obsesión por el peso
Siento miedo a volar
Miedo a la muerte
Miedo al compromiso
Miedo a conducir
Miedo al parto
Miedo a volar en avión
Miedo al amor
Miedo a las alturas
Miedo a la oscuridad
Miedo a la soledad
La estáis flipando, ¿eh? ¡No os aflijáis por mí en vano, oh fieles lectores! Os cuento: como lo mío no ha sido nunca la poesía, he ingeniado un sencillo método para generar versos, que aunque no me asegura unos resultados espectaculares –como se puede apreciar- me ayuda a salir del paso. Consiste en lo siguiente: meto en Google, por ejemplo “Ansias de”, y San Google se encarga del resto. Tal y como. Para los incrédulos, ahí van un par de pantallazos.
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Os presento a mi gallifante...
sábado, 10 de octubre de 2009
Comentario 32+1
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PD: El comentario 32 no significa nada, ¿no? No es ningún fundamentalista islámico llamando a la yihad ni nada así. Pa borrarlo, si eso.
martes, 6 de octubre de 2009
¡Aparta de mí este cáliz!
Estuvimos toda la tarde de charlita, poniéndonos al día; ella contándome su espectacular viaje a Islandia, y yo contándole lo que se había perdido por aquí en los últimos diez días -huelga decir que lo mío era mucho más interesante. Y bueno, al final de la tarde se nos ocurrió ir a ver la última de Woody Allen.
-…y el precio de algo del viaje.
-… la habitación de Reykjavík. Entonces ¿También cuentan los que oyes?
-Sí, eso parece. Antes creo que no, pero ahora sí.
Mi preocupación es que cuando los veo suele ser cuando paso por una fase chunga; es como si vinieran en mi apoyo. Y vale, la vuelta al cole no ayuda a tener el mejor de los ánimos, y esta vuelta en concreto está siendo un poco complicada, y estoy falta de energía, pero supongo que es por el otoño –Quique mismo lo ha dicho, que “estamos todos igual...”
lunes, 5 de octubre de 2009
Rescatadas 10
Yo a Ray: Esa cicatriz en el hombro te ha deformado; antes eras cuasi-perfecto, ahora ni siquiera eso.
Yo: ¿Qué tengo que recordar?
Cari: Que me debes 10 pavos, hijadeputa. Si es por tu bien, para que no se te rompan un día las piernas y no sepas por qué. Que me duele más a ti que a mí. (sic)
Lucy: Dog dick’s better than no dick. (Una polla de perro es mejor que ninguna). -Lo sé. Pero yo sólo estoy reproduciendo sus palabras.
Yo: Ay, pues lo siento mucho, no voy a poder ir, estoy ocupadísima… aburriéndome.
sábado, 3 de octubre de 2009
viernes, 2 de octubre de 2009
De niña a mujer
Viendo las imágenes de cuando la adopté con apenas unos meses me ha entrado una especie de nostalgia maternal… me ha faltado verter unas lagrimitas, ahí, viendo cómo ha cambiado... cómo se ha hecho mayor. No solo ha crecido; le miro la carita y no era la Flecha que es ahora, tres años más tarde. Además del antifaz, que de pequeña lo tenía bastante más grande y más oscuro, su expresión es distinta -supongo que es lo mismo que nos pasa a los humanos; de adultos ya no tenemos la mirada que teníamos de niños.
También había por ahí algunos vídeos que me han hecho recordar algunas cosas que hacía de pequeña; le gustaba por ejemplo subirse por la pernera de mis pantalones estando yo de pie, y llegaba trepando hasta mi cintura. O se chupaba sus propias tetillas desaforadamente, y a mí me daba mucha pena pensar que probablemente lo hacía porque la habían destetado demasiado pronto y echaba de menos a su mamá biológica.
Llegando a los últimos álbumes me he encontrado con un vídeo de un extraño comportamiento que ha empezado a mostrar en los últimos meses y con el que me tiene intrigada: me da series de mordisquitos muy pequeñitos y no para; se la ve tan afanada... Mientras lo hace yo la miro perpleja preguntándome ¿Por qué? ¿Qué programación tiene en sus genes que le lleva a hacer eso? Quizás esté “desparasitándome” o algo así… todo un enigma.
En fin, que como hace ya mucho que no pongo un vídeo de Flecha, aquí van dos, para compartir con vosotros su cambio, de niña a mujer...
lunes, 28 de septiembre de 2009
El practicante
El practicante de mi barrio estaba a pocos minutos de mi casa; era una especie de clínica en un local como el de las tiendas, que consistía en una sala de espera y un cuartito detrás de una puerta, donde te ponían la inyección. Cuando mi madre me llevaba al practicante yo iba andando de su mano; indefensa, atemorizada, llorando, casi arrastrando los pies, como si me llevaran al matadero y no pudiera hacer nada por evitarlo.
En la sala de espera había una energía espeluznante; la enfermera iba diciendo los nombres de los reos y en seguida sabías quién era el niño nombrado, porque prorrumpía en un terrible llanto y empezaba a patalear desesperadamente, intentando resistirse mientras era arrastrado por su madre hacia el patíbulo. Se cerraba la puerta y el llanto se amortiguaba apenas; luego oías la palmadita del médico, el berrido final, y a la madre intentando tranquilizar a la criatura: “Ya está, ya pasó…” Momentos después se abría la puerta y veías salir al niño hipando; humillado y dolorido.
Durante todo el proceso tú estabas fuera siendo testigo de aquella escalofriante escena, que se repetía una y otra vez, sabiendo que pronto te iba a tocar a ti. Cuando la enfermera salía y decía tu nombre, te entraba el pánico más absoluto, y pataleabas, y gritabas “¡¡¡Noooooo…!!!” pero sabías que no había escapatoria. Lo curioso es que no intentabas irte cuando estabas esperando en la sala, que hubiera sido lo más inteligente, pero éramos pobres ovejitas indefensas.
Me contaba Ray que en su pueblo el practicante hacía visitas a domicilio, y que cuando llegaba a su casa él huía despavorido hacia su habitación, y se metía debajo de la cama: “Y odiaba a muerte a mis hermanos porque me sacaban de mi refugio y me llevaban a rastras a que me pusieran la inyección, y yo bramaba y pataleaba hasta el último momento. Era más doloroso el terror de lo que te iba a pasar y la traición de tu propia familia que la inyección en sí.”
La traición. Después de varias veces de llevarme mi madre al practicante, supongo que mis padres pensaron que era una buena idea ahorrarse y ahorrarme el suplicio del paseillo al matadero, así que mi padre empezó a ponerme las inyecciones él mismo -había aprendido a ponerlas porque su madre las necesitaba a diario. Pero era terrible que las personas en quienes tú confiabas y que decían quererte, tus propios progenitores, te cogieran desprevenida en tu habitación cuando estabas jugando despreocupadamente y te inmovilizaran para someterte a semejante abuso de poder. Aún recuerdo la sensación de indefensión tan grande que sentía.
Al día siguiente en el colegio, el dolor de la inyección en tu tiernita nalga te recordaba a cada instante la traumática experiencia por la que te habían hecho pasar.
domingo, 27 de septiembre de 2009
Cuestión de confianza
Él se quedó hecho polvo, pero pocos días después de que ella se fuera, se saltó el duelo a la torera y se lió con una chica con la que comenzó una idílica luna de miel. Esta chica le gustaba de verdad y él no es de los que se conforman
Llevaba apenas un par de semanas ella instalada en su casa cuando la ex decidió pasarse por allí cuando no había nadie, para ver si en efecto él estaba teniendo una aventura -entrando con las llaves que aún conservaba. Encontró pelos rubios en la cama, bragas en el cesto de la ropa sucia y fotos de una rubia desnuda en el ordenador. Por supuesto no sirvió de nada que mi colega le jurara y perjurara que la relación había empezado después de que ella le dejara.
Pero aquí no se salva nadie, porque tras unos meses de relación, a “la nueva” le empezó a rondar la sospecha de que mi colega seguía enamorado de su ex y estaba esperando la ocasión de volver con ella, y qué mejor forma de descubrir la verdad que meterse en el ordenador de él y leer el correo intercambiado entre su rival y mi colega, y los mensajes del móvil. No encontró nada que confirmara sus temores, y confesó su momento de debilidad, recibiendo inmediata absolución.
Para que esto no se convierta en un culebrón resumiré mucho; la ex le ha pedido volver, y aunque él está enamoradísimo de la nueva, la otra es la madre de su hija, el deber le llama etc. y él ha decidido darse un tiempo alejado de las dos mujeres para poder reflexionar.
Las últimas noticias que me trajo ayer, son que ha estado recientemente cotilleando el ordenador de la madre de su hija –no sé cuándo ha encontrado el momento de hacerlo- y en él ha descubierto con asombro una carpeta con su nombre –de él. Al abrirlo ha encontrado lo que parecía su ficha policial; diferentes carpetas nombradas Emails, Facebook, Documentos, etc., donde ella había ido recopilando toda la información personal había ido sacado del ordenador de mi colega en sus últimos meses de convivencia.
-Pero tío, yo alucino.
-Ya, y lo malo es que cuando lo haces y encuentras algo te lo tienes que tragar, no le puedes decir ni mu, porque si hablas es como decir “vamos a tirar de la manta", y empieza a salir toda la mierda; “Y tú has hecho tal…” “Y tú cual…”
-Pero es que me cuesta creer que este espionaje esté tan generalizado; tú lo haces, ella lo hace, la otra lo hace…
-Nosotros lo hacemos, vosotros lo hacéis…
-No tío, yo en doce años que estuve con Guy ni se me ocurrió mirar su móvil o su cuenta de correo. No es que me tuviera que contener; es que ni se me pasó por la cabeza.
-Pues si lo hubieras hecho a lo mejor no te hubieras llevado sorpresas luego.
O sea, que la conclusión es que yo soy gilipollas. Así está el patio.
domingo, 20 de septiembre de 2009
viernes, 18 de septiembre de 2009
Rescatadas del olvido 9
Pacopepe: Pues si yo me (he) visto no te acuerdo.
¡Tanto los filósofos preguntándose por la esencia…! ¡Deja la esencia, puto ocioso de mierda! ¡¡Vivan las magdalenas!! –Cari. Aclaro que las magdalenas no venían a cuento.
Niña de cinco años: ¿Qué es un conquistador?
Cristina: Es un hombre que llega donde no hay nadie, y los conquista.
Yo: ¡Ah, si tengo cosas guarras de comer!
Ray: ¿Que quieres hacer qué?
Quique a Cari, después de hacerle una foto: ¡Ay qué cara, Caridad; la voy a borrar por vergüenza ajena!
Iñaki en un concierto de Natacha Atlas: “Esta fijo que es de las que se salen de la ducha para mear.”
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jueves, 17 de septiembre de 2009
Para siempre es mucho
Por esta misma razón espero tener la sensatez de no hacerme nunca un tatuaje. Un compromiso de por vida es demasiado para mí; sé cuán mudable soy y me agobio sólo de pensar en vérmelo ahí pegado día tras día, año tras año, después de que haya dejado de hacerme gracia.
Eso no significa que los tatuajes me disgusten per se. Recuerdo a mis veinticinco un viaje que hicimos Ana y yo en coche por Andalucía; estábamos un día en la playita, ociosas, y se me ocurrió entretenerme pintándome un tatuaje en el hombro con un pilot negro -probablemente un ancla o algo por el estilo. Cuando acabé con el mío seguí con Ana, que se dejó hacer sin rechistar, entre otras cosas porque le encantaban las cosquillitas del boli en la piel: “Házmelo más grande; que me ocupe toda la espalda….” (bueno, eso me lo acabo de inventar). Al día siguiente otra vez en la playa, acabamos de borrarnos los rastros de los dibujitos del día anterior y nos montamos otra sesión de tatuajes -y así prácticamente todos los días que quedaban. Y es que ciertamente molaban mucho las cosquillitas cuando te estaban dibujando, pero además molaba llevarlos luego; era un poco chorra, pero molaba.
Hace unos cuantos veranos empezaron a salir “tatuajes” en las bolsas de pipas, kikos y demás. El primero que llegó a mis manos fue uno de esos tribales, y era el concepto revisado de las calcomanías de cuando era pequeña… ¡cómo me gustaban a mí aquellas calcomanías! Venían con los chicles, creo recordar. Te las ponías contra la piel y les echabas agua un rato hasta que el papelito se deslizaba casi solo, y voilà. Si no había agua le echabas babas. Con tal arrebato de nostalgia no me pude resistir y me lo pegué sin dilación en mis carnes morenas.
Desde entonces, como los señores de las pipas han debido de decidir que los calco-tatuajes son un buen gancho para vender más bolsas, cuando llega el verano me empiezan a llegar; no siempre me tocan a mí; a veces me los da alguien que sabe que me los pongo, otras me los encuentro tirados por la calle....
Según el tatuaje hay que elegir la parte del cuerpo donde más va: el omóplato, el tobillo, el ombligo… Y hay una ley: si llega a mis manos un tatuaje que no mola, porque tiene purpurina, o es muy cursi o una horterada –como los de los nombres de los “wrestlers”, por ejemplo- no hay opción; la ley es inflexible y hay que ponérselo. A veces hay suerte, y puesto no queda tan mal, o hasta queda bien. Si no hay suerte, hay que joderse y llevarlo con dignidad, frotar sin querer un poquito en la ducha… y sobre todo, dar gracias de que no sea permanente.
miércoles, 16 de septiembre de 2009
The return
Huelga decir que en tan poco tiempo, ni recorrer el mundo, ni hacerme pirata ni reina de ningún lado más que si acaso de mi propia casa, porque de Madrid no me he movido, pero sí he podido descansar un poco de esa vocecita que salta varias veces al día -“eso lo podía contar en el blog”- y que últimamente me estaba reprochando que llevaba más de una semana sin meter ninguna entrada, ni ganas que tenía.
Me gusta tener un blog porque me estimula a escribir con más regularidad -y no puedo negar que es un bálsamo para mi agradecido ego ver que hay gente que entra a leerme porque les gusta lo que escribo- pero me he dado cuenta en estos días de que cuando no compartía mis escritos era más fácil todo, porque escribía cuando sentía que quería hacerlo, y cuando lo hacía no me tenía que plantear si lo que contaba era demasiado fútil, o si era de interés general o una paja demasiado grande, y ahora sí. Es como estar en un bar y tener delante un gran espejo donde te estás viendo y mirando constantemente; ya no te comportas con la misma despreocupación y la misma naturalidad.
En estos días, sin embargo, esa vocecita que me dice varias veces al día “eso lo podía escribir…” ha seguido ahí; ni ha desaparecido ni creo que vaya a desaparecer fácilmente –porque la verdad es que tampoco estoy segura de que quiera que desaparezca. Así que aquí estoy de vuelta, antes de lo que yo misma pensaba, para continuar contando mis fútiles, a la par que divertentes, historias cotidianas.