Lentillo y dichos varios

He decidido pillarme unas lentillas para correr con ellas. Bueno, y con las gafas de sol que me trajeron SSMMLLRRMMdO (Sus Majestades Los Reyes Magos de Oriente). La verdad es que es una gozada y bastante cómodo, sobre todo desde que no uso cinta para el pelo, por el tema del sudor en los ojos y que no se empañen las gafas por la condensación. La verdad es que correr con gafas graduadas no me molesta (a la fuerza ahorcan) pero con la vista puesta -nunca mejor dicho- en el Maratón y sobre todo en el MAM, pues creo que es la mejor opción. Además he vuelto a perder mis gafas (de montura de titanio al aire) y ese modelo ultraligero ya no se fabrica. Tengo una depre similar al cabreo que pillé por perderlas una segunda vez. En fin, mejor pasar página.

Sobre los entrenos poco que añadir. El domingo estoy haciendo salidas de 20km y estoy alargando los rodajes entre semana a unos 16km. Me encuentro cansado, quizá desmotivado, aunque estoy sacando unos decentes ritmos de entreno para mi escaso nivel. Lo peor es que no estoy acumulando los kilómetros suficientes para tener una garantía en el maratón. Ahí está la madre del cordero, justo cuando tendría que estar metiendo más volumen. En fin, ya veremos cómo toreamos el asunto.

Para rellenar, dos chismes que me han dicho esta semana. El otro día iba volviendo a casa por el camino del Zoo cuando paso a una familia que se dirigía a dicha instalación. La madre me llamó la atención por su morfología de campana baja (según el nuevo canon). Pues bien, al pasarlos dice su hijo (unos 4 años):

• (con asombro) Mamá, mira... ¡Un deportista!
• ¡Bien! Nosotros queremos ser deportistas, ¿verdad?

Yo no se qué me llamó más la atención, si las buenas intenciones de la señora, el asombro del niño por ver un desgarbao humanoide repticorrer, si pensaba que los deportistas (sic) sólo salían por la tele o si estaban practicando cuando vieran más fauna en el Zoo. Entrañable.

La siguiente me pasó ayer, al volver del entrenamiento a las 4 de la tarde. Me meto en el portal y coincido con un hombre en el ascensor. El prenda va y me suelta:

• Hombre... ¡un atleta debería subir andando!
• ("¿Será el típico gracisillo futbolero?" pienso) Ya... (examinando al colega) pero no es necesario si acabas de hacer 16km corriendo ("ahí te he dao", pensé, sacando pecho)
• Sí, claro - contesta el pollo, pero tomando aire me espeta - En una hora, ¿no?
• (Me ha dao en la línea de flotación, herido en mi orgullo pero contraataco con una verdad a medias) Sí, en una hora y algo. (Ese algo fueron 32', en concreto 1:32:41 para 16.45km)

Nunca había tardado tanto tiempo en llegar el ascensor del bajo al primer piso, donde se baja mi acompañante. Ve en paz.