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viernes, 28 de febrero de 2025

-El Museo de Burgos expone el ajuar tardorromano de la Necrópolis del Millar (Villa romana de Cardeñajimeno).

 Enlace: https://www.burgosconecta.es/

El Museo de Burgos ha incluido en su exposición de Nuevos Ingresos un ajuar de la época tardorromana, datado entre los siglos IV y V d. C., procedente de la necrópolis del Millar, situada en San Medel, localidad perteneciente a Cardeñajimeno.

 Piezas del ajuar tardorromano.

Se trata de un conjunto de piezas que sirvieron como ajuar funerario a una persona adulta enterrada en una de las tumbas más destacadas del cementerio particular de esta villa romana, la tumba IX. El enterramiento está formado por una fosa reforzada con grandes lajas de piedra caliza en los laterales y, a juzgar por la riqueza de los enseres encontrados, debió de gozar de una elevada posición social y económica. Es por ello que se sospecha que fuera un miembro destacado de la familia propietaria de la villa.

 La pieza más llamativa del ajuar, encontrada a los pies del difunto, es un lujoso puñal perteneciente al denominado «tipo Simancas», muy característico de las «Necrópolis de Duero» de este momento. Tiene la hoja de hierro y el filo sinuoso y se complementa con un pomo de bronce de forma abalaustrada. La vaina se halla forrada con una lámina de bronce en el reverso y una espectacular placa de plata en el anverso decorada con motivos repujados. Este «estuche» cuenta en la parte posterior con una pieza en 'S' rematada en ganchos que servía para su anclaje al cinturón.

Vinculadas a la daga y a su sujeción se han hallado también dos anillas de bronce. Este tipo de puñal se ha interpretado como un símbolo propio de la aristocracia terrateniente bajoimperial, dueña de grandes fincas rústicas, que estaría relacionado con la práctica de la caza como una actividad propia de esta clase social.

 Entre el resto de elementos se encuentran un cubilete de plomo con tapadera, depositado a la izquierda de la cadera del difunto, y dos recipientes de bronce, un caldero (acetre) de reducido tamaño con dos pestañas para anclar el asa situado junto al puñal, y un botecito cilíndrico (píxide) asociado a un pomo o tapón cónico junto al pie derecho del esqueleto. Ambos están confeccionados con una delgada lámina de metal y su función no está del todo clara, pudiendo haber contenido líquidos, perfumes o productos relacionados con el ritual funerario o ser simplemente parte del utillaje doméstico de la persona enterrada.

Es uno de los hallazgos más destacados de la arqueología burgalesa de los últimos años y se exponen por primera vez al público hasta el mes de junio. La zona residencial fue objeto de excavaciones en los años 70 y de allí procede también el gran mosaico de Atalanta y Meleagro, expuesto en el patio de la Casa de Miranda.

domingo, 22 de diciembre de 2024

Aljibes romanos en Poza de la Sal.

 Enlace: https://www.diariodeburgos.es

 

Los últimos avances en la actual campaña de excavación de la ciudad romana de Flavia Augusta, centrada en una segunda construcción situada en la zona alta del yacimiento, sacan a la luz una edificación que conserva dos aljibes depósitos en los que se almacenaba agua- que conservan en buen estado las escaleras 2.000 años después de su construcción. El importante hallazgo aclara que desde el inmueble en el que actualmente trabaja el equipo de arqueólogos liderado por Esperanza Martín se «abastecía de este bien tan preciado a la población», expone a este periódico la experta.

Las prospecciones realizadas anteriormente en un pequeño área incluido en las «más de diez hectáreas de terreno» que la directora calcula que ocupó el asentamiento durante siglos desvelaron que se trataba de un lugar que podía resolver ciertos misterios, y aunque por el momento desconocen si concuerda con una vivienda de uso particular o un edificio público, a pesar de que las «características correspondan más a uno de utilidad popular», según Martín, ese dato se confirmará en el caso de que las dimensiones de la excavación se incrementen en dirección oeste en futuras campañas. «Si comprobamos que pasaba una calle cerca queda claro que los habitantes acudían aquí a recoger agua», sostiene Martín.

En las últimas semanas de labor han dado con un edificio «bastante complejo» con una zona de muro doble que sustenta una «estructura de grandísimas dimensiones», aclara la arqueóloga. Se ha alcanzado el nivel freático -el superior de una capa freática o de un acuífero general- en todo el sondeo a más de dos metros de profundidad y las columnas talladas localizadas entre los restos indican que los constructores las «cogieron de otros edificios más antiguos».

sábado, 31 de agosto de 2024

- El dolmen de Villafría guarda un relevante enterramiento del Neolítico.

 Enlace: https://www.elcorreodeburgos.com

 

Situado en el páramo de Villafría de Sargentes de la Lora, apenas perceptible en el entorno, con una acumulación de piedras y tierra que alcanza los 13 metros de diámetro, se encuentra el dolmen. Es la segunda campaña de excavación que embarca a un equipo de 10 investigadores dirigido por arqueóloga y antropóloga Angélica Santa Cruz del Barrio junto a Rodrigo Villalobos. En este verano continúan abriendo las entrañas de la tierra para desentrañar sus tesoros.

 La segunda campaña de excavación está arrojando buenos resultados.

De momento, los resultados son prometedores. En los primeros cinco días de trabajo de campo han conseguido ahondar en la excavación. El pasado verano se dedicó a la limpieza y acondicionamiento para conocer mejor el potencial del lugar. Parecía que lo tenía. Y no se han decepcionado. «Nos ha sorprendido. Aunque el año pasado ya vimos en superficie, salían huesos y dientes. Pero ahora ya bajando está saliendo restos de bastantes individuos, junto a material arqueológico como láminas de sílex», explica Angélica Santa Cruz. Se sitúa en una cronología entre el 3.800 antes de Cristo y el 3.000.

El equipo formado este año por los dos directores junto a Miguel Moreno, Germán Delibes acompañados de estudiantes de la universidad de Burgos y de Salamanca. El equipo principal lleva trabajando en la zona durante años y han podido analizar otros lugares donde se han producido saqueos en diferentes épocas de la historia. Por ese motivo, el poder abrir un lugar donde se conserven los cuerpos, es especial.

 

«En otros lugares no se encontraban tanto hueso y menos en posición primaria, huesos que están conectados anatómicamente, aquí hemos recuperado dos», explica la directora de la excavación. Un descubrimiento que indica que el yacimiento no fue saqueado, «Nos dice que está intacto y es una buena noticia para nosotros».

Las investigaciones posteriores aclararán más sobre estos dos esqueletos, pero se sabe que pertenecían a un «un individuo infantil», no se puede determinar si era un niño o niña, junto a un adulto. «Creemos estos enterramientos intactos, que nos son propios del Megalítico, probablemente sean posteriores. Porque los dólmenes se reutilizaban. Posiblemente, sean del Calcolítico, de la Edad del Cobre», aclara la directora de la excavación.

 En este tipo de excavaciones situadas al aire libre en el páramo, los investigadores suele recuperar los restos entre las raíces. La naturaleza ha continuado su camino y suele «borrar» algunas señales.

También están encontrando otra circunstancia poco habitual, ya que hasta el momento se han encontrado pocos restos de animales. «Se ha hallado algún hueso que pudiera ser  de cabra o ciervo, Pero pocos», apunta Angélica.

Poco a poco se va conociendo también algo mejor su estructura. El trabajo de campo va determinando que es más pequeño que el Dolmen de La Cabaña de Sargentes de la Lora, uno de los más conocidos, que queda como referencia en la zona.

Por el momento, parece que el de Villfaría es simple, carece de corredor. «Solo tiene una cámara cerrada. Hay una acumulación que hay que estudiar en zona sureste por fuera, pero todo indica que no es un corredor, no es un pasillo».

 

Los elementos que conforman los dólmenes repiten su disposición. Este parece que reproduce el modelo de una cámara, un espacio central, generalmente con forma de círculo. Cerrado por grandes losas ancladas en la tierra, ortoestratos, el lugar funerario principal.

Seguramente el trabajo de campo se prolongue por lo menos una campaña más, «para intentar determinar la potencia de la cámara, se tiene que ir poco a poco registrando», apunta la directora de la excavación.

Los estudios posteriores de estas investigaciones determinarán muchos datos de estas comunidades, el número de individuos que estaban enterrados y la edad y el sexo de cada uno de ellos. Y es que los huesos hablan. Aportan información de su salud, de lo que comían, de los movimientos repetitivos que realizaban, de sus edades. Pero por las investigaciones anteriores se puede realizar ya una fotografía de los habitantes de las parameras.

No eran muy altos ni demasiado robustos. «Por lo que he estudiado, los huesos son más pequeños», indica la antropóloga y arqueóloga Angélica Santa Cruz. «Con una estatura media que para los hombres se situaba en torno al 1,60 para los hombres y 1,45, 1,50 para mujeres». Pudiera ser por la nutrición, ya que  vivían a expensas de la naturaleza y los cultivos. Una población que no era del todo sedentaria, con una actividad que seguía los pasos del pastoreo. No se han hallado restos de habitaciones, de casas, o bien porque no los hubo o porque no se han conservado.

 

Los huesos recuperados muestran artrosis. Pero no es significativa, ya que muchos morían jóvenes. Con una esperanza de vida en torno a los 30 años, lo que no quiere decir «que algunos no llegaran a ancianos, en general morían muchos niños con tasas del 200 o 300 por mil».

 Quedan en los huesos también las huellas de infecciones que padecieron. «Es algo muy común a partir del Neolítico, por la domesticación del ganado y del sedentarismo»

Curiosamente, no han encontrado muchas caries «menos de lo  esperado, por lo que los cultivos no eran su dieta principal». Sí que han documentado un desgaste dental, seguramente debido a que molían trigo, y las partículas de arenisca de las piedras de moler, se posaba en el alimento y ellas rayaban los  dientes. 

Datos que poco a poco van uniendo una visión de estas gentes que vieron en las parameras de la Lora un lugar para vivir, de manera continua o estacional, pero sobre todo para reposar después de la muerte, ya que el dolmen es un sepulcro. Tumbas prehistóricas, colectivas. Posiblemente relacionadas con el territorio, como si fueran un hito, unas zonas de referencia. «Hay una veneración de los ancestros, seguramente implicaciones simbólicas, los corredores orientados a la salida del sol».

En algunos casos  se utilizaban en periodos de entre los 800 y 1.000 años, «sobre todo los sepulcros más grandes. Los de menor tamaño tenían un clico de utilización más corta».

-Poza de la Sal también fue una gran ciudad romana.

 Enlace: www.diariodeburgos.es

 Las últimas prospecciones y excavaciones realizadas en la ciudad romana de Flavia Augusta, en Poza de la Sal, aclaran que sus imponentes dimensiones superaron las diez hectáreas de terreno, y confirman con las pinturas murales y la gran base de una columna hallada en otra construcción que sus habitantes poseían un elevado nivel adquisitivo. En una ubicación privilegiada, entre los límites de Cerro Milagro y la Torca Salada del Río Homino, actualmente rodeada de fincas de girasol, se estableció hace dos mil años un gran asentamiento del que actualmente rescatan infinidad de restos.

 

El equipo de arqueólogos dirigido por Esperanza Martín ha comenzado a desenterrar del pasado fragmentos de piezas que decoraban una segunda vivienda de «unos 500 metros cuadrados», situada en una zona elevada al otro lado de la carretera que une a la villa salinera con Oña. Eligieron dicho espacio porque las investigaciones previas desvelaron que se trataba de un lugar que podía resolver ciertos misterios aunque por el momento desconocen si se trata de una vivienda de uso particular o un edificio público. El descubrimiento en el yacimiento de la primera columna hace pensar a los profesionales que, o bien «pertenecía a una familia muy rica porque ese tipo de decoración no era habitual en viviendas normales, o que realmente fuera una construcción oficial», comenta la directora del proyecto.

El estado actual del suelo, completamente «compacto y duro como el cemento», ralentiza el día a día de los arqueólogos. Los esquemas localizados son de una «riqueza superior a los del año pasado hallados en la Casa de las Flores, pero su deterioro es bastante mayor precisamente porque no se conservaron en una habitación. «Los fragmentos de pintura son pequeños porque en el momento del derrumbe, que sabemos que ocurrió a partir del año 337 después de Cristo porque han aparecido monedas de ese año, arrastró todo ladera abajo», esclarecen lo expertos.


domingo, 14 de julio de 2024

-Destrozos en el castro prerromano de La Nuez de Abajo.

 Enlace: https://www.diariodeburgos.es/

 Parece que no ha importado que el yacimiento arqueológico Páramo Ciudad de La Nuez de Abajo, que acoge los restos de un importantísimo castro prerromano con vestigios de la II Edad del Hierro, fuese reconocido por la Junta de Castilla y León como de alto interés, promoviendo una especial protección: los desmanes que, con cierta frecuencia, comete la maquinaria agrícola en este espacio que ocupa 84 hectáreas entre tierras de labor, lo están poniendo en serio riesgo. Así lo asegura el arqueólogo Eduardo Carmona, uno de los responsables del denominado Proyecto Bravum, como se dio en llamar este asentamiento en referencia a la ciudad que en este lugar ocuparon hace 2.000 años los turmogos, etnia que las fuentes clásicas sitúan en la zona central de la provincia.

 

«Hemos advertido en numerosas ocasiones que hay movimientos de tierra incontrolados y alteración de las paredes de las fincas en Páramo Ciudad. Hemos dado traslado tanto a la Junta de Castilla yLeón como al Ayuntamiento de La Nuez de Abajo para que intermedien y adviertan a las personas que están realizando estos movimientos, cuyos efectos pueden ser terribles. Hablamos de una zona de alto valor arqueológico, que tiene la máxima protección. Está excluida de la concentración parcelaria por dos razones: la presencia del castro de la II Edad del Hierro, que es Bien de Interés Cultural, y su conservado paisaje, que está heredado desde entonces».

Señala Carmona que han recogido en diversos informes esta situación que esperan se ataje cuanto antes. «Hay fortificaciones y construcciones de esa II Edad del Hierro que están mezcladas con las paredes de las fincas y que hace difícil identificar qué partes corresponden a unas y a otras. Esos movimientos afectan al patrimonio arqueológico y cultural. Estas acciones suponen un menoscabo a los valores que han permitido que se proteja el yacimiento; y se están realizando sin solicitar autorización alguna, que sería obligatorio, máxime tratándose de un espacio tan valioso. Aunque se encuentre en una propiedad privada, no podría moverse una sola piedra sin permiso. Hay una normativa que debe tenerse en cuenta y que no se está respetando», apostilla.

Imagen de uno de los muros destrozados por la maquinaria.Imagen de uno de los muros destrozados por la maquinaria. - Foto: Proyecto Bravum

Para este arqueólogo, codirector del yacimiento, esos movimientos afectan directamente al patrimonio. «Estamos hablando de daños que pueden ser constitutivos de delito. Y daños que pueden ser muy graves. Valoraremos, especialmente con la fotografía aérea, cómo han afectado esos últimos movimientos. Lo veremos después de que cosechen las fincas, ya que ahora el cereal está muy alto y es difícil apreciar el impacto. Y no queremos pisarle el sembrado a nadie. Cuando excavamos, tratamos de hacerlo sin menoscabar los derechos de otras personas», apunta. 

Recuerda Carmona que Páramo Ciudad es uno de los yacimientos, desde el punto de vista de su extensión, más grande de la II Edad del Hierro de cuantos existen en la provincia. Comenzaron a trabajar allí en el año 2017. «Y hemos acreditado la presencia de una importante secuencia estatigráfica con restos conservados de cabañas con origen en el siglo V a.C. y otras posteriores. Tiene un potente recinto defensivo fechado en la mitad del siglo I a.C., cuando aparece por estas tierras el Imperio Romano. Hemos intervenido en un pequeño espacio de esas 84 hectáreas, pero gracias a las últimas investigaciones realizadas en el laboratorio, sabemos que hay miles de estructuras arqueológicas subterráneas, cerca de 3.000. Es un yacimiento con un potencial enorme para estudiar el impacto de la llegada de los romanos a estas tierras». 

No habrá trabajo de campo este verano en el yacimiento. «Pero vamos a seguir haciendo investigaciones de laboratorio. Lo que sí haremos será alguna prospección a partir de las imágenes aéreas, donde hemos detectado algún yacimiento inédito y muy prometedor que se puede relacionar con éste», añade.

La ciudad de Bravum. Desde el siglo XVIII, distintos investigadores e historiadores han localizado en este cerro del Valle de Santibáñez la ciudad de Bravum, que ocuparon los turmogos. «Tal relación se establece en base a los hallazgos, todos realizados sin concurso de metodología científica, de piezas presuntamente procedentes de este lugar: cerámicas a mano, torneadas, de pastas anaranjadas y, decoradas en ocasiones con motivos geométricos pintados, terra sigillata, fíbulas y algunas monedas, entre las que se mencionan algunas del emperador Tiberio». 

Los resultados obtenidos en las campañas de 2017 y 2018 fueron espléndidos. «Han permitido mejorar considerablemente la cantidad y, sobre todo, la calidad de la información relacionada con este lugar. El buen estado de conservación de la evidencia arqueológica detectada y el gran potencial informativo del yacimiento han redundado en la obtención de una información muy prometedora. Por esta razón el proyecto pretende dar continuidad a las actuaciones. Entre otras cosas porque, si bien buena parte de la problemática que justificaba la necesidad de investigar en Páramo Ciudad se ha resuelto, aún permanecen preguntas sin respuesta a las que se han sumado, como suele ser habitual, algunas cuestiones nuevas», explican los arqueólogos en el proyecto.

Así, se sabe que la muralla que circundó la ciudad se halla en buen estado, conservando su porte íntegro, así como la práctica totalidad de su morfología, sobre todo hacia el exterior. «Se puede afirmar que Páramo Ciudad es un cerro fortificado en la segunda Edad del Hierro: está defendido por un gran recinto de origen antrópico, monumental. Es posible que este recinto fortificado sea más complejo que lo conocido hasta el momento, puesto que sospechamos que, al menos una parte de los taludes de las laderas pudieron conformar, junto a las defensas superiores, un sistema multivallado. El trabajo que actualmente tenemos en marcha trata de determinar si esto es así y, además, establecer la cronología del mismo, por cuanto se conocen dos momentos de delimitación del espacio con defensas monumentales. En todo caso, tanto por tamaño, como por los elementos arqueológicos documentados hasta el momento, no cabe duda de que Páramo Ciudad se puede considerar sin ambages un oppidum indígena. Si se corresponde con Bravum o no, es una cuestión que queda pendiente de momento», subrayan en su informe.


martes, 6 de febrero de 2024

-Una rica necrópolis romana en el vial de Kronospan en Castañares.

 Fuente: https://www.diariodeburgos.es/

 El hallazgo se llevó con sigilo, pero también con todas las garantías. Sucedió durante el pasado verano, durante las obras del ramal ferroviario promovido por Kronospan; tanto esta empresa como las involucradas en el proyecto -la consultora MBG, autora del mismo, Coalvi, su ejecutora, y la Junta de Castilla y León, copartícipe, sabían que se trabajaba en terreno sensible: no lejos del trazado ferroviario, ubicado en el término municipal de Cardeñajimeno, se halla la villa tardorromana 'El Millar', donde en los años 70 fue descubierto un conjunto de impresionantes mosaicos, algunos de los cuales se exhiben con toda su grandeza y majestuosidad en el Museo de Burgos. Al topar con restos en apariencia antiguos durante la realización de la citada obra, se hizo necesaria una excavación arqueológica, al frente de la cual se pusieron Gloria Martínez, Fabiola Monzón y Alberto Rodrigo. «Fue un subidón, enseguida nos dimos cuenta de la importancia de aquellos vestigios», explican con entusiasmo ambas arqueólogas, que ya han podido estudiar los vestigios hallados, algunos de los cuales han pasado ya por las sabias manos de Adelaida Rodríguez, responsable del servicio de restauración del Museo de Burgos.

 

 

La excavación arqueológica reveló una serie de enterramientos cuya existencia era desconocida pero que los expertos vinculan con la villa tardorromana 'El Millar'. «Son restos que se pueden datar entre los siglos IV y V; están muy bien conservados y son realmente espectaculares.Estamos ante una de las necrópolis más ricas e importantes de la provincia, a la altura de las de Cabriana y Hornillos del Camino», explican Martínez y Monzón. El espacio funerario intervenido ocupaba una superficie aproximada de 25 metros cuadrados. En total se han identificado 16 inhumaciones, todas ellas individuales. Doce de ellas en fosa simple, esto es, en un sencillo hueco abierto directamente en el terreno; una tumba delimitada por ladrillos; una tumba creada con lajas de piedra; y otra en la que se alternan piedras y ladrillo.

 

 Fuente 2: https://www.elcorreodeburgos.com/

La proximidad del yacimiento arqueológico de El Millar a la fábrica de tableros de aglomerado Kronospan era de sobra conocida. Este enclave, de hecho, propiedad de la factoría y emplazado en terreno municipal de Cardeñajimeno, figura en el catálogo de patrimonio de esta localidad en el que se indican los grados de protección de las distintas zonas, integral en el caso de El Millar y preventiva de distintos niveles en las zonas aledañas.

 Vista general del terreno ubicado entre la fábrica de Kronospan y la AP-1 en el que se ubican el yacimiento El Millar y otras áreas ricas en vestigios.-RAÚL G. OCHOA

Los responsables de la factoría lo sabían cuando solicitaron el permiso oportuno a la Confederación Hidrográfica del Duero para modificar el curso del arroyo Los Prados que, por fluir en ese área, muy cerca al límite de sus instalaciones, impide cualquier posible ampliación. Sabían por lo tanto que el terreno en el que iban a actuar, por su ubicación, requería -conforme a la exigencia municipal- «la presencia de un técnico que vele por la custodia, documentación y valoración de los elementos y áreas arqueológicas susceptibles de sufrir alteración». Pues bien, la arqueóloga contratada para tal labor, que también elaboró un informe previo a la intervención, ha tenido tarea y en la actualidad cataloga las piezas encontradas al ejecutar la obra.

 

Aunque prefieren esperar a que el documento -que también deberán trasladar a la sección de Patrimonio de la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León- esté finalizado para dar cuenta de los detalles, desde Kronospan sí avanzan que entre los hallazgos hay algún elemento «de valor», como monedas o una vasija de cerámica casi completa, además de varios huesos.

Las mismas fuentes relatan que el ‘botín’ en cuestión se entregará al Museo de Burgos para su conservación y, si fuera oportuno, exhibición al público. Subrayan además que se han tomado todas las precauciones debidas para conciliar el desarrollo de las obras citadas con el respeto a los restos, tal y como requiere la normativa urbanística de Cardeñajimeno.

Cabe señalar que en ella se indica que El Millar, situado detrás de Kronospan, entre sus instalaciones y el trazado de la AP-1, consta de dos yacimientos, uno calcolítico y otro tardorromano con dos núcleos de concentración. La elaboración del Plan Regional del Camino de Santiago en Burgos y del plan regional de Ámbito Territorial del Complejo de Actividades Económicas (CAE) Burgos motivaron prospecciones arqueológicas intensivas en este punto que detectaron «parte de las estructuras de la villae, entre las que destacaron los muros, un fragmento del opus signinum y otro fragmento de pavimento musivo».


viernes, 1 de septiembre de 2023

-Encuentran una iglesia visigoda inédita en las excavaciones de Olmillos de Sasamón.

 Fuente:

 La campaña arqueológica realizada entre los días 8 y 25 de agosto en Olmillos de Sasamón ha culminado con el descubrimiento de una iglesia visigoda inédita.

 Imagen secundaria 1 - Encuentran una iglesia visigoda inédita en las excavaciones de Olmillos de Sasamón

Es el séptimo año de campañas arqueológicas en Sasamón, Olmillos de Sasamón y Villasandino y en esta ocasión las prospecciones geofísicas en Santa Olalla, en Olmillos de Sasamón, han identificado la planta del gran complejo suburbano dentro del que se encuentra la mencionada iglesia.

Los trabajos también se han centrado en la excavación de varios sondeos arqueológicos en el entorno de la colegiata de Santa María La Real, en Sasamón, con el objetivo de obtener información de primera mano sobre la ciudad romana de Segisamo.

El equipo de arqueólogos dirigidos por Jesús García Sánchez (Instituto de Arqueología, Mérida-CSIC-Junta de Extremadura) y José Manuel Costa-García (Universidad de Salamanca) concluyó, el pasado día 25, su séptima campaña de investigaciones en la comarca segisamonense.

Esta intervención, financiada por la Diputación de Burgos y los ayuntamientos de Sasamón y Olmillos de Sasamón, ha tenido como objetivo prioritario estudiar el poblamiento romano en la zona desde sus inicios en el siglo I a.C. hasta época tardoantigua (siglos IV-VII d.C.). La campaña se ha centrado en dos espacios: las inmediaciones de la colegiata de Santa María la Real (Sasamón) y el yacimiento de Santa Olalla (Olmillos de Sasamón).

En los últimos años, el equipo de arqueólogos ha hecho uso de distintas técnicas de teledetección –incluyendo drones– y de prospección geofísica –en particular, georradar– con el objetivo de obtener planimetrías precisas de las ruinas todavía existentes en el subsuelo de la comarca. La prospección geofísica con georradar y magnetómetro es un método en auge, pues permite obtener imágenes tridimensionales del subsuelo e identificar estructuras soterradas. De este modo, es posible reconocer las trazas del antiguo callejero o las plantas de algunas edificaciones romanas sin necesidad de excavarlas.

En el lugar de Santa Olalla, en Olmillos de Sasamón, la fotografía aérea había permitido documentar las estructuras de un gran complejo edilicio corresponda con una gran villa o asentamiento suburbano de época tardorromana (siglos III-V d.C.), a juzgar por los materiales hallados hasta la fecha. Durante la campaña de 2023, los investigadores y técnicos del Instituto de Arqueología, Mérida (IAM-CSIC) Carlos Cáceres, Stefano De Nisi y Jesús García han continuado la prospección geofísica del yacimiento en su conjunto, que ha derivado en un hallazgo excepcional.

 Imagen secundaria 2 - Encuentran una iglesia visigoda inédita en las excavaciones de Olmillos de Sasamón

Los investigadores contaban con indicios de un edificio rectangular rematado en ábside visible en las fotografías aéreas realizada con dron desde 2018 por José Manuel Costa-García (Universidad de Salamanca). Sin embargo, el empleo de un georradar de alta resolución ha permitido documentar la planta completa de un posible edificio de culto paleocristiano.

 La iglesia tiene unas dimensiones de 8 por 14 metros y tiene una orientación ONO-ESE. Esta variación depende de la advocación de la iglesia siguiendo la salida del sol en el día del santoral, una liturgia introducida en el cristianismo en el siglo IV d.C. El cuerpo central está rematado por un ábside semicircular de 4,5 metros de luz en su lado sureste. Cuenta con dos espacios anexos con unas dimensiones de 4 por 5 metros: al norte, el posible baptisterio; al oeste, un nártex.

Las primeras hipótesis apuntan a una iglesia visigoda de los siglos VI-VII d.C. similar a la burgalesa Santa María de Mijangos (Merindad de Cuesta Urria), consagrada por Asterio (obispo de Oca) en el año 601. También se encuentran paralelos en otros lugares de culto cristianos como la villa de Fortunatus (Fraga, Huesca) o la iglesia exenta en Torre de Palma (Monforte, Portugal).

Imagen principal - Encuentran una iglesia visigoda inédita en las excavaciones de Olmillos de Sasamón

El hallazgo de esta iglesia permite conocer una nueva fase de ocupación del territorio de la ciudad de Segisamo tras el abandono de las grandes villas tardorromanas en el siglo V d.C. además de contribuir al estudio de la implantación del cristianismo en la Meseta y el papel que los aristócratas y obispos visigodos jugaron en la difusión del nuevo culto en el medio rural.

La iglesia se localiza en un amplísimo conjunto monumental de época romana que reúne al menos 13 edificios, muchos de ellos inéditos. Entre estos destaca una mansio, edificio destinado al reposo, alimentación y cambio de caballos en relación con la vía que comunicaba Segisamo con Clunia (Coruña del Conde, Burgos). También se han podido diferenciar estructuras destinadas al almacenamiento en conexión con un gran complejo residencial construido en torno a un gran peristilo o patio de 1200 metros cuadrados.

En las proximidades de la Colegiata de Santa María La Real de Sasamón, los investigadores han iniciado ya la siguiente fase de estudios arqueológicos una vez evaluados los resultados de las prospecciones desarrolladas en campañas anteriroes.

Mediante la apertura de dos sondeos se ha procedido a estudiar primera mano los restos de la ciudad romana de Segisamo todavía existentes en el subsuelo de la localidad con el fin de determinar en qué momento fueron construidos y cuáles fueron las vicisitudes que vivieron hasta nuestros días.

Las excavaciones arqueológicas en contextos urbanos son siempre dificultosas, puesto que estos espacios han sido constantemente ocupados, con distintas fases de esplendor, declive, abandono, expolio y reocupación. Solo su estudio minucioso mediante el método arqueológico -que contempla la detallada documentación de las estructuras y la recuperación sistemática de cualquier material superviviente (cerámicas, vidrio, metales, restos óseos, etc.)- permite recomponer este complejo rompecabezas.Excavaciones en el lugar.

De este modo, sabemos ahora que este espacio se encontraba dentro de los límites del camposanto de la iglesia antes de que sirviese como era para la trilla. Los arqueólogos han identificado los restos de al menos siete personas enterradas en sencillas fosas con orientación E-O, según el rito cristiano. Los pobres ajuares dificultan la labor de datar los restos, pero todo parece indicar que habrían sido enterrados antes de mediados del siglo XIX.

Bajo estos niveles se atestigua la existencia de estructuras de época medieval y romana, si bien prácticamente expoliadas por el continuado uso de las ruinas como cantera para otras empresas constructivas. El volumen de material arqueológico recuperado de época romana ha sido muy voluminoso, evidenciando el carácter cosmopolita de la ciudad antigua. Así, al tiempo que se identifican vajillas finas, vidrios, pinturas sobre estuco y otros productos importados que permiten establecer conexiones con otros puntos de la península ibérica y el mundo mediterráneo, también se han recuperado cerámicas pintadas de tradición indígena que siguen los modelos de época turmoga.

Las excavaciones arqueológicas continuarán en 2024 con la intención de seguir ahondando en el conocimiento de las primeras fases de ocupación de la antigua Segisamo.

viernes, 23 de septiembre de 2022

-Sale a la luz en Belorado una ciudad romana.

 Fuente: https://www.diariodeburgos.es

La utilización el año pasado del georradar en las excavaciones del yacimiento romano de La Mesa, en el oeste de Belorado, ha permitido ir sobre seguro en la campaña de este verano que se da por concluida hoy, jornada en la que está prevista una conferencia (20:30 h.) en el Teatro Reina Sofía para hacer balance no solo de estas dos semanas sino de los diez años de trabajo en ese entorno y los descubrimientos realizados. 

Los trabajos, dirigidos por Joan Oller, de la Universidad Autónoma de Barcelona, se han centrado en esta ocasión en dos sondeos, siguiendo la estela de las 'anomalías' detectadas por el georradar sobre una superficie de 10 hectáreas, y que dejaron claro que en el subsuelo se conservan restos de una ciudad romana. Ahora se ha desentrañado parte de esa estructura urbana al aflorar en el primero de los sondeos una calle con el pavimento conservado e incluso, lo que podría ser un pequeño pórtico; además, adosada a la calle se ven lo que sería una isla de casas entre calles, «mínimo unos seis ámbitos con dos fases de época romana», concluye Oller. Este explica que La Mesa ofrece un diseño curioso en comparación a la imagen que existe de una clásica ciudad romana. Para empezar, no se ha hallado ninguna plaza o foro grande, pero sí el asentamiento bien organizado por grandes calles que van dirección norte-sur y con una distancia entre ellas de unos 25 o 30 metros, y en medio las casas, muy variadas, unas sencillas con varios habitáculos y otras más lujosas y con habitaciones más grandes tipo domus romana, con pequeños peristilos y pintadas de rojo, por los restos encontrados. Como curiosidad, esta campaña se han localizado unas pinzas de bronces intactas para depilar, así como fichas de juegos y fragmentos de vidrio.

No menos importante es el hallazgo en el segundo sondeo, donde ha salido a la luz una gran cisterna para el almacenamiento de agua, un descubrimiento importante porque se trataría de la primera infraestructura pública localizada en el yacimiento para uso común de la población. Oller añade que ahora mismo es difícil calcular cuantos litros podía almacenar, «porque solo se conserva la base, no el alzado que ha sido arrasado por muchos años de cultivo del terreno». En todo caso, añade, a partir de esa base, con unas medidas de 5x 8 metros, ahora se podrán hacer los cálculos volumétricos para determinar su posible capacidad. 

El director de la excavación cree que en el yacimiento se encontrarán más almacenamientos en el futuro, por las propias anomalías detectadas por el georradar similares a esa cisterna, «lo cual tiene lógica, al estar el río Tirón al lado, se trae el agua y se acumula para el uso del pueblo», añade. Tampoco se ha localizado de momento ninguna estructura de conducción de ese agua, aunque los agricultores han encontrado canalizaciones de plomo que podrían responder a un sistema de distribución, «pero aún no hemos encontrado nada», añade. 

Este entramado urbano confirma que La Mesa fue un asentamiento rural de unas 20 hectáreas, que podría situarse en un término medio, es decir, explica Oller muy gráficamente, entre una gran ciudad como Clunia y una villa. Habría 2 fases de asentamiento, una primera en los siglos I y II después de Cristo, y una tardía del IV o V. 

Tampoco plantea dudas el modo de vida de sus pobladores, que se dedicaban a la agricultura y la ganadería como ponen de manifiesto distintos hallazgos a lo largo de estos 10 años, como molinos para la producción agrícola y restos fauna como ovejas, vacas, cabras y cerdos. Así, el director del proyecto recuerda que en años anteriores se localizó una especie de matadero o carnicería de animales.Las excavaciones en La Mesa cuentan con el apoyo del Ayuntamiento beliforano y de la Diputación Provincial de Burgos.

miércoles, 17 de agosto de 2022

-El muro de los enigmas. (San Pedro Royales)

 Fuente: www.diariodeburgos.es

 

A veces la arqueología resuelve enigmas y otras los descubrimientos abren tantas incógnitas históricas como fosas. Eso ha ocurrido en la tercera campaña de excavaciones del puente medieval y el hospital jacobeo de San Pedro Royales, un emplazamiento entre las orillas burgalesa y palentina del Pisuerga en el que ha aparecido un muro de tal entidad que plantea infinidad de cuestiones a los investigadores.

Alejandro Ramos, codirector del Proyecto Royales junto conRaúl Rubio, las lanza al aire como una metralleta. ¿Por qué un hospital tan pequeño, en el medio de la nada, tiene esa muralla? ¿Por qué es tan grande? ¿Fue defensiva? ¿Era una frontera?¿Quién lo sufragó? ¿Cómo es que eligieron piedras de canteras a más de 40 kilómetros en vez de las areniscas de explotaciones cercanas, y así una y otra vez hasta llegar a la gran pregunta, la clave de bóveda. «¿Por qué se construye el puente aquí?», prosigue, un emplazamiento con unas enormes cuestas en la zona burgalesa, hacia Rezmondo. De ahí que no solo en la tierra, sino también en los archivos históricos hayan empezado a buscar el nexo histórico entre los reyes y el complejo jacobeo, que todo apunta a que pudo ser un hombre, o una mujer, con el suficiente poder o los vínculos familiares lo bastante fuertes con la corte castellana como para atraer tamaña inversión a este punto del Pisuerga. Maneja solo dos certezas: «No es casualidad que esté aquí» y «esto solo lo pueden hacer rentas reales o de un obispo».

Los sillares del muro que han aparecido tienen unos 80 centímetros de largo por entre 46 y 50 de alto. Antes de toparse con el nivel freático del río han encontrado un saliente, lo que parece una especie de contrafuerte, que podría bajar más metros. El muro está confeccionado con arenisca «de muy buena calidad, que traen posiblemente de las canteras de Aguilar de Campoo», especula Ramos.

Han excavado también el resto de la vanguardia del puente y su acceso con ayuda este año de 9 estudiantes de diversas universidades y centros académicos, uno de ellos francés y otro checo. Gracias al apoyo del Ayuntamiento de Herrera de Pisuerga, del que depende la pedanía palentina de Olmos, y al burgalés de Rezmondo pueden llevar adelante los trabajos.Siguen esperando, por contra, la ayuda de la Diputación de Palencia, con la que creen que se podría dar el impulso definitivo alproyectoRoyales y convertirlo en un enclave turístico-cultural de referencia, al ser un yacimiento único.

Donde el verano pasado había girasoles hoy ha crecido el cereal. La cosecha se ha retrasado y los excavadores han tenido el tiempo justo de realizar unos sondeos en la finca. Gracias a un dron han comprobado lo que se intuye por las espigas. Allí donde crecen menos estuvo la planta de una de las ermitas del hospital que patrocinó la Casa de Lara, todopoderosa en la Castilla de los siglos XII y XIII. «Probablemente es la del siglo XVI o XVII. Nos faltaría saber dónde está la iglesia vieja», explica Ramos. La decepción de la campaña ha llegado precisamente al final, porque no se ha encontrado ningún vestigio en esa zona de la excavación. En cualquier caso, el hallazgo de la muralla compensa todo lo demás y abre un sinfín de posibilidad para investigar.

El codirector burgalés del Proyecto Royales siempre invita a los visitantes a«entender el puente como una pequeña ciudad», en la que vivían el encargado del paso, los molineros y sus familias, los vecinos de la comarca que traían el trigo, los rebaños que bajaban a pastar en el entorno... No resulta fácil, puesto que «el paisaje está muy alterado». El río se ha desviado, el terreno se ha rellenado varios metros, se han plantado chopos que no existían hasta la segunda mitad del siglo XX, la maquinaria agrícola y de la Confederación ha removido restos...

Por esta ruta del Camino de Santiago pasaron hace siglos peregrinos. Ellos conocen los secretos de las marcas de cantero -unas muy similares se han localizado en monasterios del siglo XII- de un puente que se salvó de la destrucción total el único arco de los 8 que tuvo. Entre los próximos proyectos, su reconstrucción en 3D, la consolidación del tajamar, un paso tibetano que vuelva a unir las dos orillas de Palencia y Burgos, una jornada de puertas abiertas...

El equipo de excavación ha concluido ya la campaña de este año, aunque ahora queda un interesante trabajo de laborativo e investigación en los archivos. Además, el yacimiento sigue ahí, con esa lunz especial, y abierto a cualquiera que busque explorar los enigmas de Royales.


-Asalto a los secretos del asedio romano al Cerro de Castarreño (Olmillos de Sasamón).

 Fuente: https://www.diariodeburgos.es

 Prospección geofísica y excavación arqueológica sobre el terreno, en septiembre de 2021.

El equipo de arqueólogos dirigidos por Jesús García Sánchez (Instituto de Arqueología, Mérida. CSIC-Junta de Extremadura) y José Manuel Costa-García (Universidad de Salamanca) vuelve a investigar el pasado de la comarca segisamonense por sexto año consecutivo. Esta intervención, financiada por la Diputación de Burgos y los ayuntamientos de Sasamón, Olmillos de Sasamón y Villasandino, tiene como objetivo estudiar los vestigios de un importante dispositivo de asedio romano alrededor del Cerro de Castarreño (Olmillos de Sasamón), así como continuar generando nueva información arqueológica sobre la importante ciudad romana de Segisamo (Sasamón), según informa Roman Army en un comunicado de prensa.

Mediante el uso de distintas técnicas de teledección –incluyendo drones-, los arqueólogos lograron documentar en los últimos años una doble línea de fosos que, por espacio de más de 6 kilómetros rodea el castro por completo. Asimismo, se han documentado varios campamentos militares romanos y un segundo alineamiento doble al exterior. Aunque en la península ibérica se han documentado otros escenarios de asedio de época romana -casos de Numancia (Soria) o La Loma (Santibáñez de la Peña, Palencia), el paralelo más próximo –cronológica y morfológicamente hablando- parece ser el cerco de Julio César alrededor de Alesia (Francia) a mediados del siglo I a. C. 

Durante la campaña arqueológica de 2021 se prospectaron con métodos geofísicos algunas de estas estructuras. La prospección geofísica con georradar y magnetómetro es un método en auge, pues permite obtener imágenes tridimensionales del subsuelo sin necesidad de excavaciones, para así identificar estructuras soterradas. Esto permitió conocer mejor el cerco, así como planificar posteriores intervenciones arqueológicas. Hasta la fecha, los miembros del equipo han prospectado con georradar lugares tan emblemáticos como la necrópolis de Pinilla Trasmonte, complejos vilicarios en Almenara de Adaja o amplios sectores de la ciudad romana de Segisamo. En colaboración con el Laboratorio de Arqueología no invasiva (MINARQLAB) del CSIC-IAM, la prospección de 2022 cubrirá otro sector del cerco completamente inédito y otro pequeño recinto recientemente documentado en las proximidades de Villasandino, así como diferentes áreas de la ciudad de Segisamo, cuyo urbanismo se conoce mejor a medida que avanzan los trabajos.

 

A continuación, se excavarán varios sondeos con el objetivo de documentar las estructuras, comprender su morfología, extraer elementos de cultura material relevante y tomar muestras para la datación por radiocarbono y luminiscencia de los antiguos fosos. Estos métodos, ya usados en 2021, permiten conocer con gran precisión cuándo se formaron esas potentes estructuras defensivas. Así, durante los trabajos desarrollados el agosto pasado, se recuperaron fragmentos de cerámica y algunas piezas del equipo militar romano que permiten situar el complejo sistema de campamentos y líneas de asedio en un momento anterior al inicio de la era cristiana.

Un pasado por (re)descubrir. Hasta el momento, únicamente se contaba con los escritos fragmentarios de algunos autores griegos y latinos para reconstruir la historia de la conquista de la comarca segisamonense. A partir de estos registros sabemos que los romanos conquistaron el centro peninsular e finales del siglo II a. C., pero la comarca del Odra-Pisuerga no quedaría definitivamente integrada en el Imperio Romano hasta finales del siglo I a. C. Esta integración supuso notables cambios en el paisaje. Los viejos poblados de la Edad del Hierro -como el oppidum del Cerro Castarreño (Olmillos de Sasamón), excavado en los años 2018-2020- fueron abandonados en favor de otro tipo de núcleos de cuño romano -como la recién fundada ciudad de Segisamo (Sasamón)-. Además, aparecieron nuevas infraestructuras públicas -vías, acueductos, etc.- y comenzaron a explotarse los campos de forma más intensa con el objetivo de obtener productos agrícolas con las que alimentar a la creciente población.

Sin embargo, quedan aún en el aire muchas incógnitas alrededor de este proceso de transición. Todo parece indicar que este cambio no se produjo de forma pacífica, pero desconocemos el destino de los antiguos Turmogos. ¿Arrasaron los romanos el Cerro de Castarreño? ¿Abandonaron los Turmogos sus asentamientos fortificados para habitar las nuevas ciudades? ¿De qué modo se integraron en el nuevo sistema? ¿Se respetaron sus derechos y costumbres? Las estructuras descubiertas recientemente podrían ayudar a responder estas preguntas.

 

En anteriores campañas (2017 a 2020), los arqueólogos han estudiado numerosos yacimientos en la campiña de Sasamón. Así, se estudiaron dos enclaves relacionados con el ejército romano (Carrecastro y Santa Eulalia), se prospectó el área urbana bajo el actual pueblo de Sasamón y se iniciaron los trabajos de excavación en el Cerro. Para ello se emplearon fotografías aéreas modernas y antiguas en color y en infrarrojo, imágenes satelitales y reconstrucciones 3D del territorio a partir de datos LIDAR. Se han usado, además otras técnicas sofisticadas y novedosas como la prospección geofísica o la generación de cartografías a partir de fotografías tomadas por medio de drones. 

De este modo se ha logrado conocer mejor el urbanismo romano de Segisamo -identificándose las trazas de sus calles y edificios-, reconocer la existencia de antiguos campamentos romanos e incluso recuperar materiales relacionados tanto con el ejército como con la vida cotidiana durante la Antigüedad. Por su parte, en 2018 se inició la excavación de una estructura identificada mediante estas tecnologías y que delimitaba el espolón septentrional del Cerro de Castarreño -donde actualmente se encuentran las antenas de telefonía-. La apertura de varios sondeos permitió documentar un potente foso excavado en el páramo y de un talud situado al interior del mismo. Todo parece indicar que el poblado se abandonó en relación con la llegada de Roma a la comarca y que ese abandono no fue tan pacífico como se creía. La campaña de 2021 vino a confirmar este punto al conocerse mejor los campamentos y estructuras defensivas construidas por los romanos.

Arqueólogos de diversos países (Reino Unido, República Checa, Alemania, Holanda, Portugal, España, Estados Unidos, Bulgaria, Italia) e instituciones han formado parte en el pasado de este proyecto.

El colectivo de investigación romanarmy.eu reúne a un conjunto de arqueólogos profesionales e investigadores de diversas instituciones (Universidades de Salamanca, Oviedo, Exeter y Minho; institutos de investigación como el Incipit-CSIC o el IAM) que estudian la presencia del ejército romano en el norte peninsular y las transformaciones que provocó la llegada de Roma en estos territorios. En los últimos años, el colectivo ha descubierto y estudiado numerosos yacimientos arqueológicos, lo que le ha permitido ofrecer visiones innovadoras sobre este proceso.

A través de una iniciativa centralizada en la web romanarmy.eu y en las redes sociales vinculadas, están llevando a cabo una tarea de difusión y visibilización de los nuevos hallazgos y análisis sobre estas evidencias arqueológicas, más de dos mil años después del fin de las operaciones militares. Durante la presente campaña, los arqueólogos retransmitirán a diario las novedades de la campaña. Asimismo, al final de la intervención se transmitirá a la población local los resultados obtenidos mediante una charla divulgativa. Asimismo, los resultados de las dos últimas campañas serán presentadas a final de mes en el prestigioso LIMES Congress XXV, que se celebrará en Nijmegen (Países Bajos).

El desarrollo de la campaña se transmitirá a través de los canales de comunicación del colectivo investigador Romanarmy.eu en Twitter y Facebook Live.

sábado, 9 de julio de 2022

-Una tumba de caliza con techo de madera. (En El Pendón de Reinoso, Burgos)

 Enlace: https://www.diariodeburgos.es

 

«¡La de enigmas que esconde este monumento! Cuando se acercaba el momento de finalizar las campañas de excavación siempre pensaba que serían las últimas, pero no, aquí seguimos porque continúan apareciendo nuevos secretos que nos hacen regresar», asegura Manuel Rojo, el arqueólogo que dirige las investigaciones en el dolmen El Pendón de Reinoso.

Los días previos a terminar los trabajos de 2021 aparecieron en la cámara y en el pasillo dos misteriosos hoyos. Acabó la campaña y cubrieron con plásticos el monumento megalítico para que quedara resguardado durante el resto del año. Pero Rojo tiene claro que acabarán por descubrir el significado de ambos boquetes. «El que se ubica en el centro creo que guarda relación con que el dolmen estaba protegido por una cubierta fabricada con maderas y material perecedero. Posiblemente en el agujero colocaron una pila que sujetaba el techo», expone.

Según los conocimientos del experto, «resulta de lo más habitual que estas tumbas prehistóricas contaran con una cubierta para proteger los restos, pero al no encontrar piedras de gran tamaño que sirvieran como tejado, lo más probable es que lo construyeran con otros materiales, aunque intentaremos llegar a la conclusión», añade. El segundo hoyo que asoma junto a la pila funeraria presenta varias piedras clavadas «a propósito por alguien» y restos óseos. Otro de los enigmas que el equipo compuesto por unos 20 expertos y estudiantes de historia y patrimonio pretenden descifrar a lo largo del mes de julio.

Pero en la campaña actual, que se alargará durante un mes, no solo se centrarán en encontrar respuestas sobre los llamativos agujeros, si no que intentarán acabar de excavar la cámara porque siguen apareciendo huesos humanos, y delimitarán el pasillo para realzar al monumento. Asimismo, también prolongarán la investigación un metro desde el pasillo hacia el suroeste para lograr que la estructura tumular se aprecie como en la parte noreste. La limpieza de la vegetación que rodeaba al dolmen hace más espectacular si cabe el lugar. No obstante, el director sostiene que el acceso al monumento puede que comenzara más lejos de lo que en un principio pensaban, por lo que excavarán desde el pasillo, pasado por un terraplén hasta llegar a una finca de cereal, para descubrir si la entrada original del Neolítico comenzaba en ese punto.

Las actuaciones de este año concluirán con los estudios de dos zonas en las que se aprecian «cortes de piedra caliza», que los expertos consideran que pueden tratarse de las canteras de donde obtuvieron el material para construir el monumento funerario. «Se encuentran muy próximas a la tumba y en otros dólmenes en los que he trabajado o he visitado trasladaban las rocas de lugares más lejanos, incluso situados a kilómetros de distancia», aclara Rojo.

programación para julio. Durante las próximas semanas los más pequeños podrán disfrutar de varios talleres que el Ayuntamiento de Reinoso ha organizado. Las visitas gratuitas en el dolmen y el museo de la torre realizadas por los arqueólogos se llevarán a cabo a las 19 horas.

Los tres últimos días de julio (29, 30 y 31), se celebrará en el municipio un encuentro científico novedoso en el país en el que se reunirán decenas de investigadores de cinco universidades españolas (País Vasco, Valladolid, Granada, La Laguna y Alcalá de Henares), con el fin de poner aún más en valor el monumento megalito. El programa de las jornadas incluye, entre otros actos, charlas, debates y representaciones.

-Destruyen unos 200 metros de calzada romana cerca de Lerma.

 

 Enlace: https://www.diariodeburgos.es

 A Isaac Moreno le llevan los demonios. Toda la vida dedicado al conocimiento, divulgación y protección de las calzadas romanas y no gana para disgustos. El último no es baladí: el arreglo de un camino rural en Revilla Cabriada, pedanía de Lerma, ha provocado la destrucción de más de doscientos metros de un tramo perfectamente conservado de calzada romana perteneciente a la vía que unía la ciudad de Clunia conSasamón. Su indignación es tal, que va a poner en manos de la Fiscalía de MedioAmbiente el asunto. Denuncia Moreno, que conoce a la perfección el tesoro que se ha ido al traste por culpa de maquinaria pesada, que en el año 2009 este tramo se sondeó «con muy buenos resultados. En ellos se veía perfectamente el afirmado de la vía romana con bolos y zahorras bien dispuestas». Y recuerda que, desde entonces, está publicada en la web www.viasromanas.net y que toda esa información obra en manos de la Junta de Castilla y León y la conoce mucha gente. Pero como siempre ocurre, «el que manda pasar la máquina por allí parece ser el único que no sabía nada de esto», explica con indignación el historiador.
En este punto, sostiene Moreno, la vía romana de Clunia a Sasamón cruzaba de sur a norte el río Arlanza entre las localidades de Castrillo Solarana, en la margen izquierda, y Santa Inés, en la derecha, por donde pasa en ambos casos. «Este era el único trozo de vía romana cierta que el término municipal de Lerma tenía bien conservada. El resto ya está destruido desde hace decenios. Es una pena, porque es un patrimonio que se ha perdido para siempre», apostilla con dolor. Sin embargo, indica, otros municipios contiguos, como Solarana, cuentan con una importante longitud de vía romana muy bien conservada «pero, como sucedía con la que se ha destruido, absolutamente desatendida de toda promoción, así como con un importante yacimiento de una ciudad romana por la que pasa esta calzada. Yo voy a seguir trabajando por que se intenten poner en valor éste y otros sitios, como he conseguido en algunos lugares de Soria».
Considera Isaac Moreno que despropósitos como el sucedido en Revilla Cabriada no se darían si los tramos de calzada estuviesen al menos no ya realzados, pero sí señalizados. Recuerda el investigador que el sondeo arqueológico llevado a cabo en el año 2009 (y al que pertenecen algunas de las imágenes de este reportaje, cedidas por el propio Moreno) permitieron ver perfectamente toda la estructura del firme en todo el tramo de loma, que era muy bonita, que se podía haber limpiado y puesto en valor. «El terraplén estaba intacto; era un tramo curioso, bonito, en el que podía haberse puesto una señal como se ha hecho en otras provincias. Pero ya se lo han cargado, ya no hay nada que hacer».
Lamenta Isaac Moreno que este tipo de agresiones sigan sucediendo en un momento «en el que existe muchísima información, accesible a todo el mundo. Mucha de la gente que me avisa para denunciar algún destrozo saca la información de la página web www.viasromanas.net. Al final, el Ayuntamiento es el propietario del camino y el último responsable». No ocurre lo mismo con el contiguo Tordómar, indica el investigador, «donde precisamente se pretenden promocionar como romanos restos de caminos y puentes de época moderna, del siglo XVI en adelante».

sábado, 14 de mayo de 2022

-El trazado urbano de la calzada romana languidece en el olvido.

 

Son apenas cien metros, pero los expertos aseguran que son los mejor conservados del término municipal de Burgos. El tramo de calzada romana perteneciente a la Vía Aquitania que se encuentra entre la estación del ferrocarril y el hospital, en el llamado sector S-27, es apenas perceptible: el hecho de que nunca se haya actuado allí poniendo en valor el trazado está poniendo en riesgo su conservación. Hace una década, el Ayuntamiento de Burgos valoró la posibilidad de intervenir aprovechando la comisión territorial de Patrimonio avala hacerlo en aquellos tramos que pudieran encontrarse en adecuado estado de conservación. No en vano, cuando se llevó a cabo la modificación del PGOU asociado a la variante ferroviaria, se preservó este trazado, calificando el tramo como 'suelo de rústico de protección' y subrayando que cuando se desarrollara el sector se realizaría una prospección arqueológica, se pusiera en valor la calzada y s e creara «un itinerario recreativo conectado a l os sistemas generales de espacios libres incluidos en él». Al haberse desarrollado urbanísticamente esta zona, el proyecto quedó en nada.

Este tramo es hoy pasto del olvido. Sí puede apreciarse, casi oculto por la maleza y escombros de todo tipo, que la vía -paralela al camino que discurre a esa altura- se halla sobre un leve promontorio, pero hay que imaginar mucho para intuir que bajo la yerba se encuentra la calzada romana. Durante las obras de construcción de la ronda interior (Avenida Príncipes de Asturias) se documentaron algunos restos de interés arqueológico, concluyéndose que la calzada tenía una anchura de entre ocho y nueve metros. Aquella idea del Consistorio pasaba por que la calzada quedara integrada en el parque que se haría al desarrollarse ese sector, dejándola perfectamente excavada y conservada, ofreciendo a la vista el corte de los distintos niveles, como una manera de mostrar cómo construían sus carreteras los ingenieros romanos en el siglo II. 

Las calzadas romanas eran caminos de entre cinco y seis metros de ancho, sumando la cuneta. En algunas bien conservadas, según asegura Isaac Moreno, historiador burgalés experto en la materia, su anchura llega hasta los ocho metros, caso del tramo que nos ocupa. Las vías principales debían tener la anchura suficiente para permitir que dos legiones formadas pudieran cruzarse en sentido opuesto sin que hubiera problemas de paso. Su construcción consistía en una zanja de aproximadamente un metro de profundidad para hacer unos cimientos de piedras grandes (statumen). Sobre ellos se colocaba una capa de cascajo (rudus), otra de grava fina (nucleus). En las zonas de mayor tráfico, como las cercanías a las grandes urbes, se añadía un empedrado de piedras anchas y planas (summa crusta). Cada pocos metros, se dejaba un drenaje. Las calzadas eran tan rectas como fuera posible y no se desviaban ante una colina, sino que la remontaban. Solamente ante altas montañas desviaban su trayectoria, faldeándolas. 

Las calzadas eran construidas por civiles, soldados y e esclavos para las tareas más pesadas con piedras de distintos tamaños con el objetivo de conseguir un firme sólido. Las piedras grandes se colocaban en la base y sobre éstas se establecía una capa de piedras más reducidas. En algunos casos, por norma general en las rutas más importantes, sobre estos cimientos se colocaba un firme de adoquines. Las calzadas tenían sistemas eficaces de desagüe, logrado mediante la construcción de una curvatura en las orillas.

La vía del oro. Las calzadas o vías fueron el cordón umbilical de aquel fabuloso Imperio Romano. La metrópoli estaba conectada con todas y cada una de las localidades de tan extenso territorio. Por Burgos cruzaban varias, pero quizás la más importante fuera la vía 34 del itinerario de Antonino, denominada Vía Aquitania. Unía Tarragona (Tarraco) con León (Legio VV), y en su trayecto por la actual provincia burgalesa atravesaba localidades importantes como Cerezo de Río Tirón (Segisamunculum), Briviesca ( Virovesca), Alto del Monasterio de Rodilla ( Tritium), Tardajos (Deobrígula) y Sasamón (Segisamone). Durante siglos, fue la columna vertebral de las comunicaciones este-oeste de la península. Por esta ruta se transportaba el preciado metal de las minas de León rumbo a Roma. Y no era una vía cualquiera. Por ella discurría oro. 

Como recoge Isaac Moreno en su libro Descripción de la vía romana de Italia a Hispania en las provincias de Burgos y Palencia, esta calzada fue la primera carretera construida en esta parte del mundo do por los romanos. Por ella transitaron cientos de cargamentos de oro procedentes de las minas leonesas, que eran embarcados en Tarragona rumbo a Roma. «El camino es tan desconocido hoy, que no tiene nombre concreto. Si tenemos en cuenta que el destinatario preferente del producto de las grandes explotaciones auríferas del noroeste peninsular sería la capital del Imperio, este camino bien podría llamarse Vía del Oro, con mucho más derecho que otro tan famoso cuyo apelativo de la Plata no guarda relación con el transporte de metales preciosos», escribe Moreno en su documentada obra. Sobre esta calzada, el historiador asegura que técnicamente es tan buena como las demás, «con unos paquetes de firmes espectacularmente gruesos en las zonas por donde pasa por terrenos arcillosos o húmedos, como el caso de Burgos capital o la zona de Las Mijaradas, cerca del campo de golf».

Muchos 'enemigos'. No sólo el olvido institucional afecta a este patrimonio histórico de la capital y su alfoz.Como ya denunció hace unos meses este periódico, el trazado de esta vía entre Quintanapalla y la capital que transcurre también por las localidades de Hurones y Villayerno Morquillas ha sido objeto de vandalismo: la señalética y los carteles informativos se han visto destrozados o malogrados, en actos que se antojan incomprensibles. A veces la maquinaria agrícola, otras los gamberros y la falta de conservación ha provocado que en los últimos años este tipo de hitos de los que está salpicada la calzada hayan desaparecido o se hayan visto afectados para mal.

 Fuente: https://www.diariodeburgos.es

lunes, 25 de octubre de 2021

-Descubren una ciudad romana ortogonal y ocupada en Belorado.

 Fuente: https://www.diariodeburgos.es

El yacimiento romano de La Mesa, en el oeste de Belorado y junto al río Tirón, estuvo totalmente ocupado y cuenta con estructuras antiguas que permiten comprobar que se trata de una ciudad ortogonal, como muestran las primeras evidencias tras emplear el georradar en diez hectáreas. Las calles son perfectamente regulares y queda reflejado que existe un gran número de casas organizadas a partir de esas vías. Por lo que se ha estudiado en años anteriores, respecto a materiales en las excavaciones realizadas, el asentamiento se enmarca entre el siglo I y el IV o V. Aunque en esta ocasión los datos aún resultan muy preliminares, el objetivo pasa por conocer si hay algún edificio singular de la época y de cara al futuro entender por completo cómo era la vida allí.

 

En este asentamiento romano de unas veinte hectáreas, en campos de cultivo actualmente, se han localizado espacios domésticos, calles y zonas productivas que permiten afirmar «que tenía cierta importancia» y precisamente se deseaba obtener una imagen de los restos del subsuelo de la mayor extensión posible, como asegura Joan Oller, director del proyecto. Para ello se ha contado con un equipo que gracias al georradar ha realizado un barrido por los campos para saber con claridad qué hay. Una radiografía de la tierra para conseguir la visión más precisa posible de lo que se esconde realmente y poder excavar en el futuro en los lugares de mayor interés.

Se han estudiado diez hectáreas esta vez, la mitad de lo que supone el yacimiento de La Mesa, donde ha trabajado un equipo especializado de la Universidad de Cádiz para llevar a cabo la prospección durante cuatro días con georradar combinado con lo que se denomina una fotogrametría con drones -varias pasadas con drones que ofrecen imágenes muy precisas-. Se priorizó la parte central de la zona, donde sabían seguro que se ubica la parte de mayor interés.

En este proyecto de investigación se lleva trabajando desde el año 2013, que está hecho desde la Universidad Autónoma de Barcelona, y que a nivel de financiación cuenta con el apoyo tanto del Ayuntamiento de Belorado como de la Diputación de Burgos. La idea parte de poner en valor el patrimonio de Belorado y especialmente se han centrado en el yacimiento romano llamado La Mesa. Se han realizado durante estos años intervenciones que han consistido en prospecciones y también excavaciones. Hasta ahora se habían hecho diez sondeos y se habían localizado tanto casas como espacios productivos, donde lo más relevante que se ha encontrado son 27 niños enterrados en una habitación. Eso se descubrió en 2019 y, como asegura Oller, «no es algo extraño encontrar niños enterrados en una casa, pero tanta cantidad en un mismo espacio se da en muy pocos casos» y ahora intentan saber la razón exacta a la vez que buscan averiguar cada detalle del día a día de la ciudad romana.

sábado, 9 de octubre de 2021

-Hallados mosaicos romanos del siglo IV o V en Huérmeces.

Fuente: https://www.diariodeburgos.es/

 Las excavaciones en Huérmeces han finalizado este año con la confirmación de que existen mosaicos del período final de la villa y que se encuentran en un estado de conservación realmente delicado. Se trata de una sala especial por su decoración y la hipótesis inicial es que se corresponda con una zona termal, pero también pueda que sea una fase de una villa anterior. La intervención arqueológica se hizo en una estancia que se tenía clara su planta, octogonal, y donde se iban a encontrar un suelo cuyo estado se quería analizar.

El sondeo estaba previsto para investigar lo que ocurría tanto al interior como al exterior de la propia estancia. En concreto se ha intervenido en la estancia 2T, localizando el muro exterior de esta curiosa habitación octogonal así como los pavimentos tanto interiores como exteriores que estuvieron en uso en la fase final de la villa (siglo IV-V). Precisamente, se ha podido verificar que al interior se disponía un mosaico de motivos geométricos de una fase tardía dentro de la villa y que se superponía a otro previo. Mientras, al exterior han encontrado una superficie de uso que es el típico suelo con cantos, en el interior está el mencionado suelo de mosaico y saben que debajo de dicho mosaico no hay en este caso el hipocausto, gloria o área calefactada. Tiene «un uso especial» pero aún no está clara la funcionalidad con lo que se ha documentado del complejo.

Este año el objetivo consistía en indagar el estado de conservación tanto de la zona monumental de la villa, de lo que se ve en la fotografía aérea, y sobre todo determinados suelos que aparecen en las lecturas que se hicieron con el georradar. Se ha detectado lo que se pretendía y que, como sospechaban, es de tipo mosaico. Esto les permite plantear o tener un diagnóstico completo para seguir investigando en el futuro sobre la villa, que cuenta con varias estancias distintas. Ya en la campaña anterior se sacó a la luz una zona de confluencia entre el interior de la casa y un patio y uno de los primeros hallazgos en la zona fue la base del hipocausto.

Inicialmente se hicieron una serie de estudios diagnósticos no invasivos y el año pasado ya se realizó el primer sondeo dirigido a detectar una serie de datos sobre la antigüedad y la cronología en profundidad. «Hay una parte vinculada a la cronología romana muy bien representada en este yacimiento y llevamos varias actuaciones dirigidas a obtener datos sobre la fase de ocupación romana», explica Eduardo Carmona, uno de los investigadores que ha dirigido la intervención, que desarrolla que en múltiples ocasiones no es lo más complejo la excavación de los bienes arqueológicos y sí «diseñar unos buenos planes de conservación y protección».

En comparación con la zona sobre la que trabajaron el año pasado, esta vez se han desplazado más hacia el norte de la villa -como unos 50 metros- y la excavación ha comprendido 25 metros cuadrados. Pero no se trata de una ampliación del sondeo anterior y sí de un muestreo en otro sitio. Se ha hecho en esa ubicación puesto que el georradar ya las localizó y contaban con datos de las cosas que se podían encontrar a diferentes profundidades. El equipo pretende así dar continuidad a sus trabajos en este lugar para seguir recabando datos que permitan verificar la existencia de una fase antigua (siglos I-II) y la relación de este yacimiento con los que  investigan en el entorno inmediato del valle del Urbel.

Así, se continúa con la hipótesis de que existen varias fases constructivas y aunque en principio los datos que se han obtenido «solo se circunscriben a la fase final de la villa, eso no quiere decir que realmente no existan más fases». Eso sí, se trata de un lugar ocupado en diferentes ocasiones a lo largo del tiempo, «en la Edad del Hierro y después se puso allí la villa romana».

Este verano realizaron una jornada de puertas abiertas a la que acudieron numerosos vecinos de Huérmeces y de las localidades de alrededor. El éxito fue rotundo y asistieron un centenar de  visitantes en dos turnos. Han despertado un gran interés en la población y se tiene intención de concretar próximamente con el Ayuntamiento del municipio una conferencia para explicar los resultados concretos. Un interés que agradecen en gran medida los investigadores. El equipo arqueológico viene investigando la Villa Romana de Vegas Negras desde 2018, bajo la dirección de los investigadores de las universidades de Burgos y Cantabria, Eduardo Carmona Ballestero, Carolina Cortés Bárcena y Adrián García Rojo, y en esta ocasión ha intervenido en el yacimiento situado en Huérmeces durante tres semanas con la financiación de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León.


sábado, 4 de septiembre de 2021

-Sepultura excavada en Ojo Guareña.

 Fuente: https://twitter.com/FATAPUERCA/status/1433188688121397255

  Excavación de una sepultura en la Cueva (Ojo Guareña).

 La primera semana de agosto se ha realizado una excavación de una antigua tumba encajada en una estrecha grieta, junto la entrada principal a la ermita de San Tirso y San Bernabé de Ojo Guareña (Merindad de Sotoscueva, Burgos).
La excavación contaba con la autorización de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León y ha sido financiada por el Ayuntamiento de la Merindad de Sotoscueva y la Diputación Provincial de Burgos. La Cueva de San Bernabé representa un centro religioso y de peregrinación con la fundación de un templo dedicado a San Tirso y San Bernabé, convirtiéndose en un lugar cumbre del cristianismo durante la Alta Edad Media.

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 En un proceso de apropiación de la antigua sacralidad pagana del enclave kárstico de las cuevas de Ojo Guareña, íntimamente ligado al proceso de formación del origen de Castilla.

 Los trabajos de la actual intervención han estado motivados por los resultados de las dataciones obtenidas en esta cavidad, en el marco del proyecto de investigación “Dataciones arqueológicas de Ojo Guareña” autorizado y patrocinado por la @jcyla través de un convenio de colaboración con la Fundación #Atapuerca. Una de las fechas obtenidas en 2020 muestra una cronología de época hispanovisigoda relacionada con la transición entre finales del siglo VII y comienzos del VIII mientras que la datación del nivel inferior se relaciona con una fase de transición entre finales del siglo VIII y comienzos del siglo IX, de la Alta Edad Media. En ambos casos se anticipan en varios siglos a las evidencias conocidas hasta ahora respecto al inicio del culto cristiano asociado a este lugar emblemático. La excavación ha mostrado la presencia de una completa tumba de lajas, empotrada en una grieta junto a la Ermita de San Bernabé.

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 Esta sepultura aparece empotrada en la roca, para lo que tuvieron que rebajar y repiquetear varios salientes rocosos de las paredes, situando en su fondo la estructura de lajas que acoge el esqueleto de un individuo adulto, en posición decúbito supino, con la cabeza al Oeste, remarcada con dos pequeños sillares calizos. Los estudios antropológicos, entre los que destacan los análisis de los isótopos estables del hidrógeno, carbono y estroncio, junto a la datación de los restos, van a permitir profundizar en la vida de este personaje quizá podamos relacionarlo con alguno de los primeros eremitas que buscaran en este idílico entorno un lugar en el que retirarse y vivir aislados, en unos siglos de gran inestabilidad, tal y como ocurre en numerosos lugares próximos al curso alto del río Ebro y sus afluentes.

 Entre el sur de la provincia de Cantabria, norte de Burgos, Álava y La Rioja. El equipo de excavación ha estado formado por Ana Isabel Ortega, arqueóloga de la Fundación Atapuerca @CENIEH, Pilar Fernández, Sofía de León y Raquel Lorenzo@CENIEH_CRLAB. Y Miguel Ángel Martín. Con ellos ha colaborado Aitor Fernández operario del Ayuntamiento de la Merindad de Sotoscueva, así como los guías de la Cueva de San Bernabé Clara López, Alberto Gómez y Eduardo Sainz Maza.  También prestaron su apoyo Josu Riezu y Txus Riezu. Una vez realizada la excavación y recuperados los restos humanos, serán consolidados y restaurados en el @CENIEH_CRLAB. 

Posteriormente serán objeto de datación, estudios morfométricos y de paleopatologías, así como de isótopos en los que participarán Ana Belén Marín y Borja González, investigadores del Grupo de I+D+i EvoAdapta @Subsilience de la @unican +info #AnaIsabelOrtega @FATAPUERCA @CENIEH

 
 
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martes, 30 de junio de 2020

-Complejo funerario de Reinoso (Burgos).

Fuente: https://elpais.com/cultura

Vecinos de Reinoso (Burgos) disfrazados en una imagen de promoción del dolmen de El Pendón.Hace unos 5.500 años, un grupo humano levantó un dolmen en lo que hoy es la comarca de La Bureba (Burgos) y lo rodeó de un imponente complejo funerario para enterrar a los integrantes de esta comunidad neolítica. El túmulo alcanzaba un diámetro de unos 25 metros y una altura de tres, lo que les permitía, además, controlar visualmente todo el valle, algo que no era baladí en aquellos milenios, dada la inestabilidad de la zona y el rastro de muertes violentas que han hallado ahora los arqueólogos de la Universidad de Valladolid.
Los expertos han analizado los restos de las 65 personas inhumadas dentro del monumento y han logrado reconstruir cómo vivieron y cómo murieron. Pero entre todo destaca el cráneo de una anciana (de poco más de 50 años, cuando en aquellas épocas las esperanza de vida no superaba los 40) con cuatro perforaciones en la cabeza: dos junto a los conductos auditivos y otras dos (una de ellas sin acabar) en la parte posterior del cráneo, a la altura de las órbitas oculares. ¿Un médico intentó salvarla y murió en la sala de operaciones? Un enigma que trae de cabeza al equipo que dirige el catedrático de Prehistoria Manuel Rojo Guerra que, de momento, ha sido capaz de desentrañar la evolución de este complejo en el que se entremezclan también niños incinerados, violencia extrema, una avenida pavimentado con huesos humanos y un extraño final. Un puzle cuyas piezas empiezan a encajar en el laboratorio.
Reinoso es un pequeño pueblo burgalés de una veintena de vecinos que ha apostado por dar a conocer, conservar y divulgar su historia apoyando la investigación, junto con la Diputación de Burgos y la Junta de Castilla y León. En lo que ahora es su término municipal, en el cuarto mileno antes de nuestra Era, se erigió este imponente sepulcro donde descansaría esta comunidad del Neolítico “como representación y referencia del grupo”, explica el catedrático Rojo.


Reconstrucción del dolmen de El Pendón, en Reinoso (Burgos).El enterramiento incluía un corredor de acceso de 10 metros y una cámara funeraria subterránea de tres de diámetro. Se construyó con enormes lajas de piedra caliza extraídas de las proximidades. Y así fue durante 300 años hasta que algo ocurrió a finales del cuarto milenio, según las pruebas de carbono - 14 “De manera repentina, el lugar dejó de tener una función funeraria para convertirse en un referente ceremonial donde realizar actos religiosos”, indica Cristina Tejedor, codirectora de los trabajos arqueológicos.
Los pobladores, sin una razón que se conozca aún, comenzaron a desmantelar el gran pasillo de acceso y la mayor parte del túmulo que rodeaba el sepulcro colectivo. Trasladaron las grandes piedras que se alzaban a ambos lados del pasillo y las sustituyeron por bloques de arenisca rojiza. Luego, cubrieron la calzada con huesos de sus antepasados. Las enormes piedras del corredor fueron, además, reutilizadas para sellar la cámara funeraria –esta no fue desmontada- con la finalidad de “evitar futuras violaciones del recinto sagrado de los ancestros”.
Toda esta trasformación se acompañó, además, de un acto ceremonial sorprendente. En lo que era la entrada a la cámara funeraria se encendió una enorme pira donde fueron calcinados restos humanos, preferentemente infantiles. Poco después, toda la plataforma que había quedado libre por el desmantelamiento de la mayor parte del túmulo, fue pavimentada con piedras planas creándose “un lugar de culto y celebración de ceremonias cíclicas al amparo de un halo místico”, explica el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Valladolid.

El estudio osteoarqueológico preliminar, llevado a cabo por Sonia Díaz Navarro, miembro del equipo de Rojo, desvela que, al menos, 65 individuos fueron enterrados en el monumento. Se han hallado tanto huesos de hombres como de mujeres en porcentajes similares, siendo sorprendente la alta densidad de individuos infantiles que llegan al 40%, circunstancia única en este tipo de enterramientos.
Los primeros resultados de laboratorio han permitido reconstruir también los modos de vida y muerte. “A partir del análisis de los marcadores conocemos algunas de sus actividades, que provocaron respuestas óseas por hiperactividad de músculos y ligamentos y que provienen del estrés físico”, indica Díaz.
Los restos óseos demuestran que estos pobladores soportaron y trasladaron pesadas cargas, así como realizaron largas marchas por terrenos abruptos. “Llama la atención la presencia de, incluso, menores de 10 años, lo que sugiere una temprana colaboración en las tareas comunitarias”, añade el experto. “Las condiciones de vida eran durísimas, ya que la mayor parte de los huesos presentan signos de enfermedad articular degenerativa con diferentes grados de espondilosis u osteoartrosis. Además, se ha documentado un elevado índice de traumatismos vertebrales, muchos de ellos asociados a caídas desde grandes alturas”.
El estudio de las patologías orales indica, igualmente, desgastes severos en la dentición que llegan a destruir la corona del diente, lo que demuestra que no utilizaban la dentadura solo para masticar alimentos, sino que era una herramienta más, una especie de tercera mano. Las infecciones bucodentales en forma de abscesos les provocaban una pérdida prematura de las piezas dentales. Se ha detectado también un individuo al que le extrajeron el segundo molar superior izquierdo para intentar detener la infección que sufría.
La investigación ha desvelado también “la presencia de traumatismos asociados a episodios violentos que en algunos casos provocaron la muerte, mientras que otras lesiones muestras signos claros de una larga supervivencia”. De las personas estudiadas cinco recibieron disparos por puntas de flecha, dos de ellos en el cráneo –uno falleció al poco tiempo, mientras otro sobrevivió-, otros tres fueron atacados por la espalda con un objeto contundente, dos más fueron heridos en la cadera con un arma parecida a un hacha...
Arqueólogos excavando el lugar de enterramiento de 65 individuos en el dolmen de El Pendón, en Reinoso.Pero entre todos los individuos analizados destaca el cráneo de una mujer anciana a la que no le quedaban dientes. “Tras su órbita izquierda documentamos un orificio que parece responder a una intervención. Un par de centímetros más arriba junto a la sutura esfenofrontal se observa un segundo intento, en este caso inconcluso”, explica Díaz Navarro.

 Pero además presenta otros dos agujeros junto a los conductos auditivos probablemente provocados “por un colesteatoma bilateral, afección pseudotumoral que provoca la osteolisis de las paredes del oído y puede dar lugar a sordera, vértigos, abscesos cerebrales e incluso septicemia y parálisis en los casos más graves”. O no, a lo mejor el cirujano le perforó la zona de los oídos, y luego intentó hacer lo mismo en la parte posterior del cráneo. Lo logró una vez, pero no la segunda, la perforación terminó inconclusa y la anciana murió entre grandes dolores. ¿Quién era para recibir esa atención? El laboratorio dará pronto la respuesta. Mientras, los vecinos de Reinoso esperan nuevos hallazgos científicos en su yacimiento de El Pendón, del que se muestran tan orgullosos.