Para escuchar mientras lees: La casa por el tejado (Fito y los Fitipaldis)
Pocas cosas suelen quedar tan bien como esta tarta si son empezadas por el tejado.
A veces no sabemos subir escalones de uno en uno y abrimos la zancada para abarcar cuatro de un porrazo. Cuando me doy cuenta de que mi visión se apoya en las tejas de un sueño, decido bajar poco a poco, para no caer de golpe mientras toco el suelo con ambos pies y despacito para no perder equilibrio.
Quizá nunca llegue tan arriba alto como otr@s. Quizá no consiga subir de cinco en cinco los peldaños. Quizá el tipo de vida que imagino mientras cocino no se convierta en realidad...
Pero sé que habrá algo que, suceda lo que suceda, siempre acompañará mi viaje. La humildad y la verdad son necesarias en mi día a día, en mis palabras, en lo que soy y en lo que ofrezco. Siempre he creído que llevando ese tipo de valores como bandera puedes llegar a donde te lo propongas...
Ahora, viendo como queremos ser a veces lo que no somos, viendo como últimamente se mueve el mundo, creo que debo andar equivocada.
Pienso que hay que consolidar las bases de cualquier situación para empezar a construir el futuro que quieres y así llegar al tejado que anhelas.
Mi consejo es que, siempre que puedas, reserva espacio para una ventana, porque será la única manera de ver que hay algo por encima. En este caso el cielo.
Mi consejo es que, siempre que puedas, reserva espacio para una ventana, porque será la única manera de ver que hay algo por encima. En este caso el cielo.
Así que yo por aquí poquito a poco, intento construir el castillo de mis sueños.
En breve os lo enseñaré.
Bueno, después de mis parrafadas matutinas, las cuales no sé si alguien llega a leer al completo, vamos a por la receta.
Soy muyyyyyyy cansina. ¿Qué se le va a hacer? Nunca dije que fuera lo contrario. :)
Estoy haciendo un curso de estilismo culinario con Silvia Palma (Trotamundos). Espero que en mis fotografías se observen pequeños avances. Si no fuera así, entonces es cosa de mi ojo fotográfico que no quiere ser domado!!
¿Tarta volcada? Si. Lo hacemos del revés! Lo de arriba abajo y lo de abajo... pues arriba.
¡¡Una tartita que os dejará con ganas de volcar cualquier cosa!!
Para 4 personas
- 4 tomates
- 1 cebolla morada
- 1/2 pimiento rojo
- 50 gr de azúcar
- 120gr hojaldre (1/2 lámina de hojaldre aprox.)
- 1 chorrito de vinagre
- Sal, pimienta y aceite.
- Perejil para decorar
- Moldes individuales
Ingrediente secreto: Las tejas deben ser parte de ti.
- Precalentamos el horno a 190º
- Lavamos y partimos los tomates por la mitad.
- Lavamos y partimos el pimiento en cuatro tiras
- En una bandeja de horno colocamos los tomates y el pimiento, durante 25-30 minutos.
- Mientras pelamos y partimos la cebolla en láminas finas.
- En una sartén con una cucharada de aceite pochamos.
- Añadimos el azúcar, dejando una cucharadita reservada para luego.Echamos un chorrito de vinagre y dejamos caramelizar la cebolla unos diez minutos a fuego bajo. Retiramos y reservamos.
- Untamos de aceite los moldes y les espolvoreamos el azúcar reservada, sal y pimienta.
- Sacamos los tomates y el pimiento del horno.
- En cada molde colocamos dos mitades de tomate de forma cóncava (con las pepitas hacia nosotros)
- Encima ponemos una tira de pimiento.
- A continuación agregamos la cebolla caramelizada.
- Cortamos el hojaldre en tamaño y forma del molde que vamos a usar. 2x4=8 rectángulos
- Ponemos encima de cada molde dos capas. Presionamos y metemos al horno
- Dejamos a 190º durante 20-25 minutos
- Servimos caliente, volcamos en el plato y decoramos con perejil.
NOTA: Puede servirse como primer plato. También como acompañamiento a carne o pescado.
Puede ser una rica tapa. Tú eliges el molde y así puedes darle el lugar que prefieras en tu menú.