Gingerbread Angel Food Cake
Gingerbread Angel Food Cake
Pocas experiencias terrenales saben a nube. Hasta el momento en el que este Gingerbread Angel Food Cake entró en mi vida, dos elaboraciones me hacían sentir como si estuviera masticando una nube: la bica blanca de Laza y la Japanese Cake.
El angel food cake es una elaboración en la que no interviene ningún tipo de grasa: ni mantequilla, ni aceite y ni tan siquiera yemas de huevo. En este pastel se emplean básicamente tres ingredientes: claras de huevo, azúcar y harina. Un elemento fundamental en un pastel de este tipo es el batido de las claras, y batidas hasta que queden espumosas y firmes. Es también imprescindible seguir los pasos marcados en la receta en el mismo orden en el que se enumeran, respetar la técnica del tamizado de la harina y, además, emplear otros ingredientes como el cremor tártaro y el zumo de limón, elementos que ayudan a que las claras montadas mantengan su firmeza.
Algunos puntos a tener en cuenta en cuanto a las claras:
- El primer paso es que las claras estén a temperatura ambiente.
- No ha de quedar ningún resto de yema o de las cáscaras ya que en ese caso nos va a ser prácticamente imposible montarlas. Para curarnos en salud, lo más recomendable es comprar claras pasteurizadas.
- El recipiente en el que vamos a batirlas ha de estar escrupulosamente limpio y seco.
- Podemos frotar las paredes del recipiente en el que vamos a montar las claras con una rodaja de limón, y así eliminar posibles restos de grasa.
- Es importante controlar la velocidad del batido: hemos de empezar batiendo a una velocidad baja e ir aumentándola progresivamente.
- No batir en exceso las claras ya que nos podemos encontrar con que las claras comenzarán a desprender agua, desestabilizándose y por lo tanto, imposible de volver a montar.
Receta de Gingerbread Angel Food Cake
Ingredientes
- 300 gr de claras de huevo
- 180 gr de azúcar glacé
- 90 gr de harina de trigo corriente
- 1 cdta de cremor tártaro
- 1/4 cdta de sal común
- 1 cdta de zumo de limón
- 1 cdta de extracto de vainilla
- 2 cdtas de jengibre en polvo
- 1 cda de canela en polvo
- 1/4 cdta de clavo en polvo
- 1/2 cdta de nuez moscada
Elaboración
- Precalentar el horno a 180ºC, con calor superior e inferior.
- Tamizamos la harina y las especias. Reservamos.
- Tamizamos el azúcar. Reservamos.
- Colocamos las claras en un recipiente amplio y las batimos durante un minuto.
- Agregamos el cremor tártaro, la sal y el zumo de limón. Batimos durante tres minutos más hasta que se hayan formado picos suaves.
- Aumentamos la velocidad del robot o de las varillas y vamos incorporando el azúcar glas poco a poco. Seguimos batiendo hasta que notemos que las claras van adquiriendo brillo.
- Agregar el extracto de vainilla y batir un poco más hasta que se haya integrado.
- Añadimos la harina y las especias en dos tandas, mezclando con suavidad tras cada adición, preferiblemente con una espátula.
- Volcar la masa en el molde (sin engrasar) y nivelamos la masa.
- Horneamos el pastel en una altura inferior al medio, con calor superior e inferior, unos 35-40 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo este salga limpio sin restos de masa.
- Sacamos el pastel del horno y le damos la vuelta sobre un plato amplio. Ha de permanecer boca abajo durante una hora y media.
- Transcurrido este tiempo, repasamos los bordes con la ayuda de un cuchillo sin punta para ayudarlo a que se desprenda. Después sacamos la base y pasamos el cuchillo alrededor con el mismo fin. Desmoldamos.
- Podemos decorar el pastel con azúcar glacé por encima. En mi caso, trituré un trozo de un bastón de caramelo por encima para darle un toque más navideño.