A mis hermanos Pepe, Eduardo, Juan y Miguel
Hace ya muchos años que no veo un partido de baloncesto. Ya no conozco ni siquiera las reglas. Desconozco también si aún existe el mítico Juventud de Badalona y no soy capaz de nombrar ni a un par de jugadores de la Selección Española.
Hace ya muchos años que no veo un partido de baloncesto. Ya no conozco ni siquiera las reglas. Desconozco también si aún existe el mítico Juventud de Badalona y no soy capaz de nombrar ni a un par de jugadores de la Selección Española.
Sin embargo he de decirles que si alguna vez se escribiera mi biografía –Dios no lo quiera- el baloncesto ocuparía no pocos capítulos de ese libro.
Con apenas doce años ya jugaba en el equipo del instituto. Era la única actividad que me proporcionaba prestigio ante mis compañeros de pupitre -recuerden aquello de enchufao, enchufao- . Con el balón en las manos me sentía muy superior a todos ellos.
Con mi número 5 en la camiseta ya no dejé de jugar hasta bien entrado en la treintena. Real Murcia, Jairis, Licor 43… toda mi juventud jugando por media España, aprendiendo a ganar y a perder. Y aprendiendo a ganarme el respeto de mis rivales y compartiendo gratísimos momentos con mis hermanos y con amigos: Pepe Fuentes -casi otro hermano-; Cecilio; Mariano Baquero; Gregorio Serna; Pedro Ruiz; Vicente Serna; Paco Espinosa; Fausto; Cervantes; Randy ...
Una vez retirado como jugador, continué ligado al baloncesto como entrenador. Marché a Barcelona con mis profesores Díaz Miguel, Aíto G. Reneses y Moncho Monsalve. Obtuve el título de Entrenador Nacional. Entrené, entre otros, al Real Murcia, al Basket Murcia y finalmente al Júver, equipo donde supe lo que era el vértigo del basket profesional y lo poco preparado que estaba para salir airoso.
Era el deporte que practicábamos casi todos los hermanos. Recuerdo un torneo en las fiestas de Águilas donde el equipo de Murcia lo formábamos cinco hermanos: José Cos, Eduardo Cos, Manrique Cos, Juan Cos y Miguel Cos. ¿Se imaginan? Cinco hermanos en una cancha jugando en el mismo equipo, y encima ganamos el torneo. No digo que sea un asunto para el Guinness pero poco le faltará.
En casa, cuando nuestros padres se ausentaban, transformábamos en apenas unos segundos la habitación donde estudiábamos –una auténtica aula- en una cancha de baloncesto. Nunca, nunca, lo he pasado mejor que jugando esos partidos caseros con mis hermanos. Bueno, con mis hermanos es que lo he pasado muy bien siempre, haciendo deporte, leyendo tebeos o saliendo de madrugada con nuestro padre a lo alto de un monte, daba igual lo que hiciésemos.
Al baloncesto le debo gran parte de mi felicidad en mis años mozos y que mi autoestima se codeara con las nubes. Le debo un estilo de vida que aún conservo y es también el responsable de que mis hermanos sean, además, mis mejores amigos.
El haberlo arrinconado ahora no es más que otro síntoma de que mi cuerpo se va poniendo en ridículo, vamos, que me hago viejo.
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Thorton, te he reconocido en el chico que salta de la segunda foto y creo que también eres el que estás agachado a la derecha de la primera foto, me alegro de que lo pasaras tan requetebién.
ResponderEliminarNo debes estar tan viejo si te he conocido.
¿He acertado?
Seguro que a Manriquico le estás enseñando tus mejores jugadas.
Un abrazo fuerte.
¿Sabes que me emocionas hoy sí y mañana también? Lo que cuentas de la relación con tus hermanos me parece tan precioso, querido Profe.
ResponderEliminarYo también jugué unos años en el Canarias femenino, éramos un grupo de amigas del Instituto y lo pasábamos muy bien. Pero poco más después. No conservo ni amistades fuertes de esa época ni grandes recuerdos. Era más un entretenimiento que otra cosa.
Besitos, mientras te identifico...¡uf!
Qué preciosa afición. No hay nada mejor que saber jugar en equipo.
ResponderEliminarGrandes
ResponderEliminarGuapos
Ganadores
Todos los Cos...
Se te reconoce amigo, vaya si se te reconoce...
¿Te has fijado que acudimos las mujeres las primeras? ¿Por qué será?
Besicos.
Rosario, has acertado, ese soy yo. Manriquico me dice que él es el entrenador y me aconseja que si quiero encestar que me acerque al aro. Un figura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Virgi, cuando veíamos "Siete novias para siete hermanos" nos identificábamos con ellos. Las familias numerosas tienen sus inconvenientes pero tantísimas ventajas que compensa.
ResponderEliminarAdemás, jugabas al baloncesto. Genial.
Besos.
MªJesús, cuando juego al tenis prefiero los dobles a individuales. Jugar en equipo es un privilegio.
ResponderEliminarCabopá, no hay equipo de baloncesto que se precie si a su alrededor no hay un ramillete de chicas interesantes.
ResponderEliminarBesicos.
Nunca olvida uno el presente si el pasado feliz, sereno y abarrotado de experiencias, es quien lo ha generado.
ResponderEliminarNunca se envejece habiendo sentido, con toda la fuerza, experiencias que han forjado una vida.
Nunca se quiere y respeta a un hermano tanto como cuando ha vivido contigo siendo tu amigo.
Y la fotografia de más arriba que están cuatro chicos tú eres el de la camisa oscura?
ResponderEliminarMe ha encantado tu entrada Thirton, durante muchos años iba cada semana a ver el partido, en mi pueblo había equipo y mucha tradición.
Me encantaba ver jugar a Corbalánan, Santillana, Buscató y tantos otros...
Sí, todavía existe el mítico juvendud de Badalona ;-) y todo este post es una sucesión de triples...
ResponderEliminarUn beso.
Me encanta leer estos retazos de vida.
ResponderEliminarNo me extraña que ganarais. Los cinco jutos en un equipo daríais miedo!
(Gracias por dejar la foto más pequeña, me daba un poco de vergúenza)
Besos.
Desconocía por completo esta faceta tuya, eres una auténtica caja de sorpresas (al menos para los más nuevos en la amistad y el trato). Como que soy de natural cotilla (¿alguien no?)y antes de leer la entrada me he puesto a mirar lo que más me ha llamado la atención, las fotos, y conste que te he reconocido en todas, incluida la que te pregunta Madison (detrás, camisa oscura, of course)... Un abrazo!
ResponderEliminarBonito relato de UN GRAN JUGADOR, me imagino que si eras mejor que jugando al paddel, no me extraña que españa llegase a campeón del mundo con esos profesores.jejejej.
ResponderEliminarUn abrazo de tu compañero y amigo de paddel.ALfonso.
Antonio, firmaría cualquiera de esas tres afirmaciones -o negaciones- que escribes.
ResponderEliminarTambién firmaría aquella migaja sentenciosa que escribiera don Francisco: "El hermano para el día malo".
Un abrazo.
Madison, sí, ese soy yo cuando aún no había nevado en la hermosa cumbre.
ResponderEliminarBuscató era uno de mis ídolos. En las fotos del blog, abajo, lo he colocado entre mis inmortales, junto a Emiliano, otro grande.
Besos.
Alma, Gracias por la información, espero que sigan vistiendo de verde y negro.
ResponderEliminarLos triples los pillé ya en veteranos y fui el máximo... ya estoy presumiendo.
Besos.
Pepa, los que no somos escritores, ni mucho menos poetas, escribimos sobre nuestros recuerdos: "De cuantos reinos tiene el hombre / El más oscuro es el recuerdo".
ResponderEliminarLa duda que siempre tenemos es si al resto de los mortales le interesan. Por eso, comentarios como el tuyo me agradan especialmente.
Un beso.
P.S. lo del tamaño de la foto es la costumbre, los primeros días grande y luego reduzco.
ResponderEliminarÁngel, mi reconocida modestia me ha impedido alargarme en mi brillante historial deportivo -"El base de oro"- y en mis incontables apariciones en prensa. El mismísimo Luis del Olmo me llevó a su Protagonistas... y bla, bla, bla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Coño, Alfonso, esto sí es una sorpresa. No sabes lo que te echo de menos. Como sabes, en el pádel abundan los brutos y escasean los jugadores de clase como tú, así que estoy deseando enfrentarme a tu muñeca asesina, aunque me mates.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eres una caja de sorpresas. Entiendo que sientas cuánto le debes al baloncesto, ya que te dio la oportunidad de relacionarte y mejorar, y un espíritu deportivo.
ResponderEliminarMe gustó conocerte un poco más.
Si alguna vez he tenido la sensación de hacer algo realmente bien, de haber alcanzado la excelencia en una praxis, de dominar absolutamente la técnica en una disciplina, ...de ser el puto amo, vaya, como se dice ahora, ha sido jugando a baloncesto.
ResponderEliminarPor eso me ha llegado tan adentro todo lo que nos cuentas y entiendo perfectamente lo feliz que te has sentido practicando este deporte, el compañerismo, la hermandad, la educación física.
A los doce años me pasé al tenis, así que mi carrera baloncestística fue muchísimo más breve y por supuesto, infinitamente menos meritoria. Pero no me importa echar unos tiros cuando hay una canasta cerca.
He alucinado con las fotografías. Preciosos documentos. Se te ve buena técnica a ti también: esas bandejas bien marcadas aguantándote en el aire y recogiendo rodillas. ¡Qué poderío!
Muchísimas gracias por compartirlo. Me ha encantado. Me quedo por aquí, a riesgo de que me piten tres segundos en zona.
Eres grande.
Un abrazo.
Que grande eres Thornton, has creado afición. ¡Vaya equipazo el Cos C.B.! Y además os sobraba familia para vitorearos. Tus documentos fotográficos son extraordinarios. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarYa lo has dicho bien: El basket era toda una escuela de vida. Yo que también hice mis pinitos, me sentía un tipo importante en la escuela porque era deseado en los equipos (era alto pero también me meneaba bien). Cuando llegué a un club me di cuenta de que no era tan alto ni tan bueno pero alguna anotación para la historia (mía, por supuesto) sí que hice: 66 puntos. Ahora que veo tu historial deportivo (y humano) me doy cuenta de que hago bien en escuchar a los mayores (ja,ja,ja).
Por cierto, tus fotos te delatan como auténtico palomero.
Un abrazo triple.
Qué gusto de entrada,
ResponderEliminarqué envidia de vida.
De la sana...
Una reverencia.
Vuelvo para decirte que, vieja la ropa, querido amigo...
ResponderEliminarEres auténtico contando historias cotidianas y rememorando esas "cosicas" de ayer que traen aires frescos. Las foticos siempre son las imagenes vivas de la memoria...
¿No has visto mi clivia?
Besicos.
Algunos encuentran el comentario excesivamente personalista y egolatra, pero son jodios envidiosos que solo entrevieron el fogonazo de la gloria que pasó a su lado. Sin embargo, conviene cultivarlos. No hay muchas casas donde dispensen generosos arroces al horno... Persevera. Ya sabes: Ladran...
ResponderEliminarMercedes, en esto de las malditas ondas hertzianas hay quien se esconde y quien se muestra. No hace falta aclarar que yo soy un escaparate que abusa de vuestra paciencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jose, Tú también eres una caja de sorpresas. Sabía que eras un corredor de fondo pero desconocía tu faceta baloncestística y tenística. Ya podemos enfrentarnos en alguna cancha, en cualquiera de las dos te daré mucha guerra.
ResponderEliminarTe aviso que en el Club de Tenis me llaman "La Máquina" y mis amigos del baloncesto me siguen llamando "Tigre". Tú verás.
Un abrazo.
Carlos, esos 66 puntos me recuerdan a Petrovic, uno de mis inmortales. Mi último record fue conseguir -en veteranos- 7 triples de 11 intentos.
ResponderEliminarMenudo partido podríamos ir preparando con mis hermanos, Jose, Virgi, tú y algún otro que irá destapándose.
Eres un lince, siempre miras de un modo especial. Lo digo por lo de palomero, me has calado.
Un abrazo de base a pívot.
Isa, tu tocaya me puso los dientes largos contándome la cena en tu casa. Me pierdo las mejores por mi pereza a viajar... y mi miedo al avión.
ResponderEliminarTe he cambiado la fotografía, en ésta se te ve mejor, se te ve casi tan guapa como eres.
Besicos.
P.S.(Sin que nos oiga, lo de los 66 puntos es cierto o se ha pasado)
Cabopá, la clivia ya siempre la asociaré a ti y a nuestra reunión alberqueña. La mía -la tuya- la cuido con mucha delicadeza y espero que me florezca todos los años.
ResponderEliminarTu relato me ha parecido uno de los más delicados y tiernos que haya leído, no me cansaré de repetirlo.
Besicos.
Mariano, Eduardo no estuvo tan duro, solamente me hacía una crítica cariñosa. Ocurre que siempre tiene razón -un hermano mayor siempre la tiene- y además, es cierto, ante semejante arroz al horno quién se va a quejar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué estilazo, Presi. ¡Menudo pedazo de jugador, seguro!
ResponderEliminarTe he reconocido en todas las fotos. El tiempo, ese truhán que nos cambia sin misericordia y para peor en el aspecto físico, ha sido benévolo contigo. Y ya sabes eso de que "quien tuvo, retuvo" (anda que no te quejarás del piropeo; pero no te me pongas creído).
En tu casa familiar hasta se podía montar un equipo de fútbol. Y dos de baloncesto. Me encanta cómo nos los cuentas. Que conste que esa complicidad entre los hermanos aún se respira y es todo un lujo y un estímulo para quienes os queremos.
Leí tu anterior entrada. Por supuesto, de acuerdo. El ávaro sólo atesora pobreza interior.
Un besazo, figura.
P.S.- Tengo el ordenador averiado y estoy con uno con sistema operativo distinto y no veas cómo me lío. Me tocará aprender.
Te he visto presi. Fueron 66 y punto. Bueno, lo cierto es que los otros eran el equipo de basket más bajo que he visto en mi vida y mis compañeros sólo tenían que tirar balones a la botella y uno a ponerse morado de canastas. ¡Todavía los recuerdo con pena!
ResponderEliminarTu porte de entrenador se me desveló al verte organizando al personal en la comida del club. Doy fe de que el ataque fue glorioso.
Abrazos en zona.
Ni lo confirmo, ni lo desmiento, porque yo no estaba; nos conocimos ya colgadas las zapatillas... Pero por ahora no lo he pillado en mentira... o lo hace muy bien o no es un mentiroso; peca más de modestia.
ResponderEliminarManri “máquinaaaaaa”. Gracias por hacerme recordar el tiempo compartido, aquellos dos para dos con los alumnos en el instituto, aquellas canastas increíbles y aquellas victorias in extremis en el último segundo. Un saludo
ResponderEliminarIsabel, me miras con muy buenos ojos. Mis fotografías de entonces ya están todas amarillas. El tiempo -que nunca se está quieto- siempre hace su trabajo y conmigo no iba a hacer una excepción.
ResponderEliminarPaciencia con las malditas ondas hertzianas y ya sabes a quien acudir.
Besos.
Carlos, eres un fisgón, mi conversación con Isa era privada, que lo sepas.
ResponderEliminarHe de decirte que te creo y que no te quites méritos, 66 puntos es toda una hazaña, se juegue contra quien se juegue.
El día de la comida del club es que tenía un equipo magnífico, no podíamos perder. Aunque recuerdo que el más rebelde, el que más me costaba mover, era un pívot catalán, tal vez iba de figura por esos 66 puntos.
Un abrazo.
Manrique,
ResponderEliminarHoy a las 18,45h, hace una semana temblamos en toda la Región y Lorca lo hizo de forma trágica.
No lo olvidaran en su vida los lorquinos y para que los demás "No nos olvidemos de Lorca" he dejado un enlace en mi ventana para darles un abrazo. ¡Ojalá sea el abrazo más grande del mundo!....Animo a todos los thorntonianos a dar el suyo. Yo, ya lo he dado...
Besicos
Isa, no he debido de dudar del pívot catalán y menos preguntarle a su chica. Ocurre que yo nunca he alcanzado esas cifras y como soy un celosico pues me cuesta admitirlo. Mira que tenéis paciencia conmigo.
ResponderEliminarBesicos.
Juan Carlos, qué gustazo leerte y que recordemos aquellos momentos gloriosos. Cómo les arrebatabas los rebotes a jugadores más altos que tú. Qué salto tenías. Entre tu poderío físico y mi muñeca éramos intratables. Tiempos felices.
ResponderEliminarVuelve por este club con más frecuencia y cuando aterrices por aquí llámame.
Un abrazo.
Cabopá, yo también he dado ya ese abrazo y animo a todos a hacerlo.
ResponderEliminarBesicos.
Aunque ya me hablaste del baloncesto la última vez que nos vimos no me resisto a decir la frase que han dicho otros. Manrique, chico, eres una caja de sorpresas. Y yo que tenia la imagen de ti bailando como el que señalabas en la película Il Sorpasso.
ResponderEliminarBueno, Manrique, un fuerte abrazo.
Intentare pasar a por la película y ya te veo.
¡¡¡Viva el Real Murcia!!!
ResponderEliminarQué otra cosa se puede decir...
Besicos
Jesús, y eso que no he querido presumir, con lo que a mí me gusta. Mi paso por el baloncesto murciano ahí está, que hablen las hemerotecas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cabopá, no sé cómo ha quedado, por tu comentario imagino que hemos ganado, voy a enterarme.
ResponderEliminarDe lo otro, pues a felicitar al ganador, es lo que toca.
Besicos.
Me resisto querido amigo...¡Menudo hartazgo!
ResponderEliminarGracias por tus bonicas palabras
más besicos.
Cabopá, te he colocado, sin tu permiso, en el lateral. La confianza ya sabes.
ResponderEliminarBesicos.
Thornton. Pasé por aquí hace días, pero Bloguer no funcionaba y me borraba los comentarios. Venía a felicitarte por lo del Barcelona. Ya sabes que unas de las maneras de medir la grandeza propia es reconocer la de nuestros adversarios. Un año de estos será el nuestro. Y espero que seamos tan dignos como vosotros.
ResponderEliminarY vine a darte un abrazo como murciano, por lo ocurrido en Lorca.
No pude hacer ninguna de las dos cosas. Otras historias me retuvieron lejos del ordenador. Entro hoy para cumplir.
Muchos besos. Besos Masais. Un día, si quieres, te explico lo que son los besos masais, pero ya te adelanto que tienden al infinito.
Piragata, estamos en manos de las malditas ondas hertzianas.
ResponderEliminarGracias por tus felicitaciones y en cuanto a los besos Masais no tengo la menor idea de cómo son pero correré el riesgo. Lo investigaré.
Un beso de película de amor y lujo.
Hay que ver con el paso del tiempo de lo que uno se entera.Por supuesto no es de tu afición al basket, sino de que ese base y posterior entrenador nos hizo pasar unos maravillosos años de juventud.Quien ha conocido tu santuario de La Alberca y las chuleticas que nos preparaba tu "Santa" no puede más que agradecerte aquellos momentos.
EliminarPor cierto, aunque disienta de ti en alguna recomendación de lectura, estamos desacuerdo en que la Martin Miller es la mejor ginebra.
Un abrazo Tigre.
V.Serna
Buenoooo...que me lo voy a creer. Acabo de publicar los resultados del Murcia,je,je..A buen entendedor pocas palabras bastan.
ResponderEliminarEs que hay que tenerte mucho afecto y yo te lo tengo.
Besicos.
Ufffff. Ahora mismo me voy a echar unas canastas, a ver si se me baja este nudo que se me ha hecho en la garganta. Que ganas tenia de leer una de baloncesto, espero que caiga alguna más. Me guardo la foto de los cuatro.
ResponderEliminar¿Te acuerdas de los partidos que montábamos en el Molino? Allí te vi clavar un triple por primera vez, luego vinieron unos cien más.