QUIERO MI CONDÓN. El otro dia, una me dijo que era un pijo. Que como me iba hasta Barcelona, expresamente para comprar condones. Que eso de tener una marca predilecta es de maniatico. Veamos... yo me explico. Soy una persona sencilla, visto sencillo, como sencillo, tengo una vida simple, pienso simple, no molesto, paso desapercibido y pido poco. Pero eso sí, y en eso soy irreductible, si no hay condones cho-san, no follo ( eso es mentira, porque si se me presenta la oportunidad follo con una bolsa del correfour si hace falta ). Los preservativos cho-san ( no os engañe el deje japo; son suecos ) es el condon que mejor me va. Ni me aprietan, ni se me sale o se me queda dentro de la desafortunada vagina. Tiene el grado justo de lubricación ( algunos vienen tan aceitosos que parece que estén usados y hasta se te escurren de las manos ) y son extremadamente sensible y extremadamente resistentes. Los he probado de unas cuantas marcas, convencionales y no convencionales. Y lo siento mucho, pero para una vez que follo quiero hacerlo en condiciones en las que pueda disfrutar, que no me de la sensación de que me estoy tirando a un agujero del colchón. ¿Qué tiene eso de malo? Para una exigencia que tengo a la hora de echar un kiki y viene una y me llama pijo. Si se tuviera que poner ella celo en el clitoris seguro que me entendia, ¡no te jode! ¿Qué valen 8 euros y igual hasta se me caducan? Me da igual, a ver si voy a tener la mala pata de que me salga una ocasión de fornicio y me tenga que apañar con uno de esos que regalan en las puertas de los institutos. ¿Que tengo el pene pijo y caprichoso? Pues vale, pues sí. Déjalo pobrecillo mio que para una vez que saca el vientre de penas que lo haga bien a gusto. Chicos, no os de verguenza gritarlo a las 4 vientos: teneis vuestra marca y nadie os hará cambiar.