Abstracción y primeras palabras



Isidro Ferrer, El libro de las preguntas, Media Vaca 2006

En su libro Thinking in Pictures, My life with autism, Temple Grandin, hablando del pensamiento abstracto y de la manera en la que una persona autista se relaciona con las abstracciones, dice que en general una mente autista irá asociando detalles dentro de categorías para crear conceptos como si de componer un puzzle se tratara. Y, así como la imagen del puzzle, también el concepto podrá ser intuido cuando el puzzle no esté del todo listo.
Si volvemos a pensar en los inventarios de Gregory Blackstock, quizá veremos sus imágenes, sobre todo imágenes como The noise makers o The giant kohlrabi cabbage colorations, no tanto como ejemplificaciones de un concepto, sino como recorrido hacia un concepto.
Dicho esto, todavía falta un mundo para descubrir los referentes de una palabra expresada. Dice Grandin que a menudo una persona autista razona por asociación de ideas de manera que acaba utilizando las palabras de manera incorrecta: por ejemplo podrás decir “perro” si quieres salir, ya que asocias la idea de perro con el exterior. Pronunciando una palabra, la persona no está significando el referente inmediato de ella sino que se está refiriendo a todo lo que en su experiencia personal esa palabra lleva a cuestas como una mochila bien cargada.

Y esto nos lleva a la primera palabra expresada por cualquier niño que esté aprendiendo a hablar o mejor dicho a sus primeras palabras en general. En su libro The prism of grammar. How child language illuminates Humanism, Tom Roeper expone los resultados de muchos años de estudio de la forma en la que los niños aprenden su primer idioma. Roeper contrapone la asunción generalizada de que diciendo “perro” un niño se esté refiriendo al animal, así como diciendo “libro” se esté refiriendo al libro y al libro únicamente como unidad. ¿Y si no fuera así? ¿Y si la conexión entre la palabra y el referente se moviera en un ámbito mucho más creativo y cercano a la sinécdoque?
El autor cita algunos ejemplos de recorrido de abstracción echo por algunos niños: guau = perro = todos los animales = zapatillas suaves = imagen de un señor mayor que lleva zapatillas; y otra secuencia que si por un lado nace de una fascinación estética potente, por el otro convierte en hercúlea la tarea de comprender lo dicho (debido a la intimidad y a la magnitud del contexto requerido por su interpretación): perro = gemelos = termómetro (la relación se fundamenta sobre el elemento del brillo, en el caso del perro el brillar de los ojos sobre el fondo de su pelo tupido).

Comprender las primeras palabras de un niño se antoja entonces una tarea tanto difícil como apasionante, y sobre todo reafirma la conciencia de que la falta de competencias lingüísticas de un niño de ninguna manera corresponde a una falta de complejidad de sus procesos mentales; así como alguien como Grandin no es que no sepa conceptualizar, es sólo que lo hace en imágenes y no a través de palabras.
Vuelve a surgir la cuestión suscitada en el post de Ana del 18 de enero: ¿Por qué tendría que necesitar una imagen de notas explicativas para ser comprendida? ¿Se comprenden las historias sin palabras sólo cuando el lector es capaz de verbalizar lo que está viendo? No estamos en clases de idioma extranjero, donde hay que explicar con palabras una secuencia de imágenes para dar prueba del dominio del idioma, la cuestión es que los caminos por los que se desenvuelven los pensamientos son articulados y muy personales y, por lo visto, hay mucho más en nuestras mentes que palabras.

Comentarios

  1. Estupendo!!!!! Yo también creo que hay mucho más en nuestras mentes que palabras...

    ResponderEliminar
  2. perro=gemelos=termómetro... uffff... cómo me gusta eso.

    ResponderEliminar
  3. Es apasionante esto que cuenta, necesito pensarlo un poco...

    ResponderEliminar
  4. Por lo visto hay mucho más que palabras en la cabeza. De hecho las palabras no siempre son eficaces . A veces nos fallan cuando más las necesitamos. Lo que sucede en los libros, después de dos mil años de tradición, es que se resisten a renunciar a la palabra. Ahora, se abren camino en el mercado los álbumes sin texto. Empujan con fuerza no sólo en los estantes sino también en las cabezas de los que estudiamos el libro-álbum.

    Por si no lo habíais notado, soy yo, Ana.

    ResponderEliminar
  5. Hola Arianna:
    Me resulta muy interesante el nexo que trazas entre los inventarios de Gregory Blackstock y la reflexión de Temple Grandin (por cierto, su libro Pensar con imágenes: mi vida con el autismo está publicado en español por Alba).
    Ahora bien, tengo una objeción a tu interpretación: las imágenes de las series de Blackstick no son detalles a partir de los cuales se “infiere” un objeto. Él no infiere el todo a partir de la parte. Sus catálogos más bien son un conjunto de casos particulares de los cuales se puede, o no, inferir un concepto, una categoría o un género. Efectivamente, tal como afirmas, dibujando Blackstock puede experimentar “un recorrido hacia un concepto”; pero previamente ya al dibujar experimentaba un proceso de abstracción porque, a fin de cuentas, la misma representación gráfica presupone la abstracción.
    Otra cosa. Es apasionante la referencia que haces al libro de Tom Romper (por cierto, ¿te has planteado la posibilidad de que sea el primer libro teórico de A buen paso). Lo asocio con el magnífico libro para pre-lectores Todo un mundo de Katy Couprie y Antonin Louchard (Madrid: Anaya, 2003). Ahora bien, me da la impresión de que en tu interpretación se produce un equívoco entre la imagen mental (de la que habla Temple Grandin) y la imagen en tanto representación (un dibujo de Gregory Blackstock, por ejemplo). El proceso del reconocimiento de la representación gráfica (y de su relación con el objeto referido) por parte del niño es tan complejo y abstracto como el de la adquisición y uso del lenguaje. Y en este terreno, si seguimos a San Piaget y a San Juan, no nos queda otra cosa que afirmar que: “En el principio era el Verbo”.

    ResponderEliminar
  6. Los autistas piensan en imágenes, no en palabras. Guardan la información en imágenes. Usan más la percepción que la conceptualización. Si piensan en un perro, no se les viene la imagen de un perro genérica, sino que ven con pelos y señales cada perro que han conocido en su vida. No pueden separar las cualidades de los objetos y considerarlas aisladamente. Sus mentes no son flexibles y si, por ejemplo, ven una mesa de una sola pata pero nunca han visto una mesa de una sola pata, sino de cuatro, no saben que es una mesa porque no pueden articular que es un objeto que sirve para depositar cosas encima, porque no saben qué significa "objeto", "depositar" o "encima". Su pensamiento es un cúmulo de imágenes entre las que buscan como espeleólogos, y ante una situación concreta buscan una imagen de una situación similar y la repiten, la copian, porque no ven más allá de las palabras. Es decir: funcionan "de memoria". Por ejemplo: para nosotros es fácil definir un coche como "cualquier vehículo con motor y ruedas para transportar gente o cosas", pero para ellos un coche es todos los coches, de diferentes marcas y tamaños y colores, de tal manera que si escuchan la palabra "coche" tienen que traer a su mente todas esas imágenes. Y eso con un sustantivo, que es relativamente fácil, pero imagínate con los verbos, o con palabras como "honestidad", "paz", etc; y no digamos ya con oraciones completas, llenas de pronombres e interjecciones dificilísimas de visualizar.

    Dicho esto: Gustavo dice que las imágenes de Blackstock no son detalles a partir de los cuales se deduce un objeto. En eso estoy de acuerdo: no infiere el todo a partir de la parte, más bien pareciera que cada cuervo que dibuja es un cuervo diferente almacenado en su memoria, y que, aunque dibujara dos de la misma especie, no serían iguales. Puede que haya aprendido (como aprende la gente con síndrome de Asperger a sonreír ante determinadas situaciones o a no reír cuando alguien llora) a relacionar la palabra "cuervo" con cada una de las especies vistas a lo largo de su vida, pero eso no tiene por qué significar que haya hecho el proceso de relacionar las partes con el todo. Ahora bien, luego dice que al dibujar ya experimenta un proceso de abstracción, porque la representación gráfica presupone una abstracción en sí. Y yo me digo: la representación gráfica es abstracción si el sujeto que la ejercita tiene un sistema pensamiento que posibilita el uso de símbolos representativos mentales, sinificantes, significados y todo eso que cuando me lo enseñaban estaba en un triángulo con una casita que nunca entendí muy bien y que está totalmente ligado al lenguaje y a los sistemas de pensamiento que lo rigen, que son lógicos formales y se articulan de manera parecida a las matemáticas.

    (y ahora sigo en el siguiente comentario, que me dice la maquina que no puede ser tan largo)

    ResponderEliminar
  7. (sigo):

    A lo que voy: si el señor Maravilloso Blackstock es autista, y dado que todo esto acontece en el hemisferio izquierdo del cerebro y los autistas suelen ser personas que trabajan muy predominantemente con el hemisferio derecho (o al menos tienen alterado el cuerpo calloso que separa los hemisferios) y que incluso los que hablan, usan para hacerlo estrategias del hemisferio derecho como la ecolalia (repetición literal de palabras o frases que han escuchado antes en una situación similar porque es más fácil eso que tratar de averiguar cada vez el significado de cada palabra), y que incluso los que son genios de las matemáticas (que se desarrollan en el lado izquierdo) dicen que pueden recitar durante 5 horas los decimales del número Pi porque ven cada número con un color y textura y sonido diferentes e incluso como un paisaje (cosas más intuitivas, que tienen relación con el hemisferio derecho), dado todo esto, decía: ¿se puede decir que el hecho de que Blackstock represente gráficamente muchos cuervos signifique que esté haciendo un proceso de abstracción?. Ahora mismo creo que no, que lo único que está haciendo es repetir la palabra cuervo a su manera, que es dibujar la imagen mental de todos los cuervos que vio, utilizar su lógica personal para rebuscar en sus archivos animales con formas parecidas de colores parecidos que suenen parecido y tengan pico y vuelen (por ejemplo). Lo que quiero decir es que si alguien que piensa lógicamente, linealmente, dibuja, está abstrayendo, pero Blackstock no está haciendo un proceso de abstracción en la medida en que no está representando sino copiando, reproduciendo.
    ¿No?.

    ResponderEliminar
  8. Y de esta manera es como en tu ausencia las cosas cobran vida. Me retiro para leeer y meditar. Volveré. Arianna

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares