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domingo, 9 de febrero de 2014

Último viaje a Las Vegas (Last Vegas) - Crítica


Viejitos piolas

Últimamente al gran De Niro se lo ve en este tipo de papeles triviales, autoparódicos. En Last Vegas se le suman Michael Douglas, Morgan Freeman y Kevin Kline. Cuatro vejetes inmiscuidos en una comedia menor, de tono simpático y sin mayores atractivos que la mera presencia de sus protagonistas.
La historia, trillada, parte de una anécdota de nuestros intérpretes principales cuando niños. La placa nos enseña que, 58 años más tarde, algo los volverá a reunir: Michael Douglas anuncia su casamiento con una mujer a la que prácticamente dobla en edad, organizando qué mejor celebración que una despedida de soltero en Las Vegas.


Si se la analiza como un producto que invita al puro entretenimiento, la película es pasable, agradable y pasajera; tampoco posee una dinámica o desenfreno importante en sus escenas como para enlazar con fuerza al espectador. Si se la observa como comedia (género en que se encuadra), Last Vegas tiene sus pros y contras: no se trata de una cinta de carcajadas aunque alterne entre buenos y muy buenos gags; por otro lado, esos tintes humorísticos de a ratos pecan de previsibilidad, de inofensivos y de ampliamente conocidos.
Curiosamente, los momentos más divertidos quedan a cargo de Kevin Kline, concibiendo al personaje con mejores salidas y pases a la humorada. Robert De Niro no necesita esforzarse demasiado y le basta con sus clásicos ceños fruncidos y alguna que otra mueca que destile disgusto hacia una determinada situación. A Douglas le toca el rol más canchero de los cuatro, mientras que Morgan Freeman se percibe sobrio dentro de sus pasajes jocosos.
No hay nada que nunca se haya visto en el desarrollo argumental de la proyección, de hecho Jon Turteltaub le añade unas pizcas de drama y romance que desvían un poco la atención hacia una ladera que roza lo cursi. Factiblemente a la narración le falte el mismo vigor que al estado físico de las figuras, en un film que refleja burlonamente los achaques de la vejez y resalta la lealtad y los códigos de la amistad.

LO MEJOR: lejos de sus papeles recordables, pero los cuatro protagonistas. Algunos que otros momentos graciosos.
LO PEOR: no innova. Le falta fuerza, los gags son mayoritariamente tibios. Predecible.

PUNTAJE: 6,1

viernes, 26 de abril de 2013

Películas del Recuerdo - The Game (1997)



El juego de la locura

En The Game, el gran director David Fincher monta una historia totalmente excéntrica, distinta, tensa, estresante, disparatada, entretenida y tramposa. Con su peculiar forma de endulzar al espectador a base de una buena estética y una atrapante dinámica, demuestra que puede adaptarse a diversos géneros sin dejar de destacarse en lo que respecta a la calidad de la proyección.
En esta ocasión, Michael Douglas es un multimillonario que tiene todo lo que cualquier mortal puede desear. Pero su hermano (Sean Penn), rebelde y oportunista, tiene la gran idea de sorprenderlo con un regalo extremadamente peculiar: una invitación de ingreso a un club capaz de crear aventuras tan intrigantes como riesgosas. Descreído pero llevado por su curiosidad, el protagonista de Un día de furia decide apersonarse en el establecimiento y explorar un mundo distinto. Y una vez dentro de “el juego”, su vida empieza a cambiar rotundamente.
La película logra atrapar a escalas crecientes; las situaciones que le suceden al personaje principal son tantas y tan extrañas que cumplen con el objetivo de generar nerviosismo en estado puro. A medida que el relato avanza, la impotencia va ascendiendo a la par de unas cuantas y originales vueltas de tuerca que buscan confundir y mantener en vilo al público hasta la última escena.
Lo interesante de esta propuesta radica en un guión bien construido e inusual, fusionado con un sinfín de sorpresas y giros que dan vueltas y vueltas en la mente sin dejar el carácter inmovilizador de lado un solo minuto. El ritmo y el gran clima enigmático que emite The Game lo hacen disfrutable, entretenido y diferente de lo que uno puede estar acostumbrado a ver.

LO MEJOR: intriga hasta el final. Genera enfoque y concentración. Contractura al espectador. Gran actuación de Douglas. Vueltas de tuerca. Distinto.
LO PEOR: algunos detalles son dignos de analizar por su probable inverosimilitud.
PUNTAJE: 7,7