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viernes, 1 de noviembre de 2019 | By: Abril

Sumisión

(…)Suena de fondo “Earned it” de Weekend
…On that lonely night (lonely night)
We said it wouldn't be love
But we felt the rush
It made us believe it was only us (it was only us)
Convinced we were broken inside (yeah)
Inside (yeah)…

Resultado de imagen de 50 sombras

Sin prisas y a destiempo hoy me has hecho una señal. Yo recojo el guante y te escucho. A veces desearía ser sorda, pero con una sordera selectiva exclusivamente para ti. No quiero escuchar de nuevo tus cantos de sirena. Me pierdo en los recuerdos y parece que no me has hecho tanto daño. Tengo el don de olvidar mi hastío y mis fracasos contigo, en el intento de devolverte a mi vida.

Tú eres justamente como yo quería. Encajas en ese perfil de tipo educado, elegante, con la ambición justa para salir de la mediocridad sin parecer un snob. Eres de esos que conquistan porque adoptan un papel protector, y yo me siento sumisa, a ratos.

Soy de la antigua escuela, ¿y qué? A estas alturas, sin sorpresas y consciente de lo que deseo, no voy a cambiar. Ni quiero, que conste. Así, como suena, sin pedir perdón a nadie. Soy lo que soy: tuya. Una mística Anastasia de mirada ingenua y pícara, para el Grey equivocado.

Nunca te he pedido nada. Nunca he querido irrumpir en una vida que no era la mía. Y así me ha ido: mal, muy mal, porque este contigo pero sin ti, me mata cada día. Y es tanto lo que siento, que me parece mentira seguir en este callejón sin salida viviendo de las migajas que me ofreces de tu tiempo.

Esta vida inconsistente. Este ser pero no. Este estar, pero tampoco… Eres cruel. Y tal vez eso sea lo que más me atrae de ti: la pasión desbocada que se respira en cada encuentro, que siempre amenaza con ser el último, que me golpea como un látigo, aunque algo vuelve a hacer que no lo sea… Ese empezar desde cero y vivir en bucle. Este juego estúpido, pero necesario, que mantiene viva nuestra no-relación.

Una palabra tuya, bastará para sanarme, porque tú decides mis desastres, tú desatas mis sirocos y en ti descansa el mismo veneno que me da la vida…

¡Qué poder tienes sobre mí, maldita sea!

(N.R.H)
jueves, 3 de octubre de 2019 | By: Abril

Peor de lo que soy y mejor de lo que fui



Lima 01 de octubre del 2019

Hola mi amor, te escribo esto porque no soporto la idea de pensar que te irás de mi vida. 
Debo confesar que me invade el miedo y un sudor frío corre por toda mi piel, Nunca me había sentido así de mal mi amor, solo quiero escribirte esto para que, si en algún momento llega esta carta a tus manos, puedas saber y entender lo que estoy sufriendo sin tu ayuda. 
Me siento solo, Siempre me sentí solo ¿sabes? Pero no te confundas, así me sentía antes de conocerte, pero en ti encontré mi mejor amiga, la persona más adorable en la faz de la tierra, la que con su cariño y amor supo hacerme cambiar lo que era, la que me hizo recordar que con amor se puede todo. 
Sin ti no sé a dónde ir, perderé mi clase con la doctora Fernández, porque no quiero ir a la universidad, Me duele todo el cuerpo, Quisiera que estuvieses conmigo aquí y que me dijeras que no habrá nunca nada más que me lastime y que me lleves a un lugar lejos y ser felices ¿Ye gustaría eso mi amor? ¿Te gustaría irte lejos de todos y ser felices por siempre? Yo sé que sí, porque a mí también me gustaría. 
Ya no le temo a nada, solo quiero cerrar mis ojos y no abrirlos más, bueno quizá solo para verte una vez más. Si muero me gustaría tanto ser un perrito (porque se que te encantan y te mueres por ellos), para poder estar contigo y que me abraces y me beses mucho, y sería el mejor perrito del mundo, no me quejaría y jugaría contigo siempre, te esperaría todos los días que regreses de la universidad, para que me sobes la pancita, dormiría contigo, si… eso quisiera ser, si muriera, un perro para que me ames.
Es ahora que lamento no haberte hecho caso cuando me pedías a gritos mi amor. Lamento no cogerte de la mano cada vez que salimos de clases. Lamento no poder haber estado ahí contigo cuando murió Haru, Lamento no haberme tomado esos tragos que tanto querías y no haber bailado contigo el día de tu cumpleaños. Lamento ser tan egoísta y pensar más en mí que en ti, Lamento haberte faltado el respeto tantas veces. Lamento mucho eso. Lamento no haberte abrazado rodeando tu cintura como tanto te gusta, Lamento haber dejado de ser detallista, Lamento mucho no tener más lagrimas para llorar este momento. Lamento haberte encasillado, Lamento haberte dicho que no quiero ir a tu casa por estar tan lejos, Lamento todo,,, 
Lamento ser tan inútil y no haberte sabido amar como tu querías, no haber encontrado la forma de demostrarte que tu primer amor es algo lindo y que es eterno, lamento ser neurótico y enojarme siempre, lamento haberme enojado siempre que estaba cansado y no quería acompañarte, de no mirar tus vídeos, de no escuchar tus canciones que me mandabas, de no prestar atención a tus fotos conmigo, quiero tomarme muchas fotos quiero hacer un álbum de ellas, lamento haberte dejado de llamar por las noches y quedarnos hasta amanecida despiertos, lamento las faltas de risas, las lágrimas, el dolor, esta carta, sentir estúpido, lamento por sobre todas las cosas no haberte valorado, lamento tanto sentir este dolor que no me deja en paz.
Me despido triste porque no he podido comunicarme contigo hoy, ojala mañana pueda escribirte o que me contestes, contéstame amor ¿sí?, prometo ser mejor persona y ser mejor amigo. Sé que al morir no reencarnare como un perro, pero si muere lo que fui seré las otras dos cosas. 
(Gino Alfaro Salhua)
jueves, 8 de marzo de 2018 | By: Abril

Montaña rusa

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Qué bajòn! Apareces de nuevo de la nada… y me dices, me cuentas, me atiendes, me enciendes, me oyes, me escuchas, me entiendes y …desconectas con un “Ciao! Nos vemos, si eso…”
Te odio, te miro, te siento, te aliento, te quiero, te extraño, te borro, te salvo, te ignoro, te leo, te tomo, te muerdo… me engancho, me pierdo…
Te pienso,  te escribo, te odio y te quiero a ratos… me mandas un beso.  Pa´mí y pa´los gatos.
Me muero, me quejo, me alejo, me enfado… contigo, conmigo y con este año.  
Y te añoro, te extraño, te incito, te guiño, te adoro, te araño, te llamo, te amo…te quiero, te quiero, te quiero… te extraño.

(N.R.H.)

jueves, 19 de octubre de 2017 | By: Magdala

¿Sabes una cosa?


 Resultado de imagen de pareja abrazada



No me asusta ser la primera ni ser la última en tu vida. No me asusta tampoco que tú no seas el primero, porque ya me hayan roto antes el corazón... No me asusta nada ni nadie si sigues aquí, conmigo. Soy valiente entre tus sábanas blancas, y feliz en tus abrazos. Invencible cuando me dices que me quieres y un flan cuando pienso que puedo perderte.Soy perfecta en nuestros días imperfectos. Perfecta si hacemos del caos un arte y de esta clase de amor un estilo de vida.

Yo tampoco sé si seremos eternos, o si algún día tendremos que echarnos de menos de nuevo. Sólo sé que hoy nos hemos reencontrado para escribir un nuevo final a nuestra historia. El anterior quedó inconcluso y ambos nos moríamos de ganas por volver a ver al otro. Por eso aquel punto y final que escribimos es hoy unos puntos suspensivos.Porque sí, porque nosotros inventamos este cuento de hadas y rompemos las reglas a nuestro antojo.

Sin embargo, dure lo que dure esta historia, siempre merecerá la pena. Pase lo que pase. Porque nunca podré olvidar el día que tu sonrisa significó un "todo va bien", el día que me robaron el mejor mes de mi vida (y sin embargo desafié al Karma y me quedé a tu lado), el beso más bonito de mi vida dentro de una Tetera Azul, el sonido de tu guitarra después de hacer el amor, tu voz por encima de la música de fondo de nuestras tardes de chocolate y café, tus mensajes de madrugada, nuestros enfados (que no lo son tanto) pero  que construyeron un muro de naipes que hoy derribamos...

Estaría escribiendo días enteros, pero nunca llegaría a describir lo feliz que soy desde el 17 de octubre de hace 9 años. Con mis miedos y mis dudas, pero enamorada de ti hasta las trancas. Te quiero muchísimo. Debería decírtelo más. Ya sabes lo terca que soy... pero no lo olvides, ¿vale? No olvides que eres mi olor, mi canción y mi palabra favorita.

Y sí: me he vuelto a poner el traje de Wonderwoman para rescatarte.
Pero quédate a mi lado, sobre todo los días raros.
¿Promesa de dedo meñique? :)

Te quiero. Con olor a mandarinas y jazmín.

 (N.R.H.)

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domingo, 24 de septiembre de 2017 | By: Abril

Mi adorada Manuela:


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Hoy te descubrí frente al espejo, contemplando una imagen que no reconocías, y de nuevo se me partió el corazón al ver tus lágrimas silenciosas. Ha sido mi mano la que ha acudido presurosa para conducirte al rincón más especial de nuestra casa, junto a la vieja librería, y, como cada noche, tus delicadas manos de pergamino han elegido el libro rojo de la repisa. No hay ninguno que se le parezca; su intenso color destaca sobre el ocre apagado que domina el enorme muro de papel. Lo has abierto despacio, dejando que las hojas se deslizaran entre tus dedos, y te has detenido ante una palabra subrayada: "siempre".

Esa señal parece despertar un recuerdo lejano en tu memoria, porque veo cómo se cimbrea tu figura de pies a cabeza. Cada día estoy más seguro de que esas letras, que segundos antes eran un confuso ejército de signos, se elevan de improviso en el papel y forman una estrecha escalera de caracol para hacer que tu espíritu ascienda. Intuyo en el brillo de tus pupilas los sueños olvidados que vuelven castaños tus cabellos grises, y tus mejillas, gastadas de sonrisas, se transforman en una cara radiante y vivaz. Conoces esa historia; yo la escribí para ti. Narra atardeceres de otoño acompañados de nuestros besos, y mañanas abrigadas al calor de las caricias.

Lástima que, desoyendo mis deseos, bajaste los párpados y borraste las nostalgias. Pude presentir cómo las emociones caían con suavidad a tus pies, volviendo a ser frases sin sentido y silenciosas. Yo siempre espero tu vuelta, sin moverme de tu lado, intentando ocultar el destello de dolor que asoma en mis ojos. Me miras con reparo, preguntándote quién es el extraño que coloca el libro en su lugar y te besa la mejilla. "Siempre" te murmuré en voz baja. Pero tú ya no me escuchabas. Sentados en el sofá, he deshecho las horas leyendo para ti, despertando los recuerdos compartidos y describiendo con mi pluma hasta el más leve detalle.

Te cuento, como si fuera la primera vez, el momento en que me prendé de tu sonrisa al robarte aquel beso, en una fría tarde de enero. Y a veces, Manuela, cuando el corazón empieza a añorar el amor perdido, se me quiebra la voz y sujeto a duras penas el desaliento. Pero hoy sucedió algo que merece ser escrito en nuestro libro. Cuando una lágrima furtiva cruzó mi rostro, tú detuviste la caída con una caricia. Me miraste confusa y me preguntaste: '¿Por qué lloras, cariño?' Y ha sido en ese breve instante en que el destino nos regala un poco de presente, cuando nuestras almas se ha reencontrado, mi vida. Quería que supieras que me has hecho el hombre más feliz del mundo.

Con todo mi amor, Antonio.

(María Posadillo Marín, Premio del Concurso de Cartas de Amor de Holiday Rural 2015)
sábado, 6 de mayo de 2017 | By: Abril

Amén


 
Acabo de caer en la tentación de recordarte… y mira ¿eh?,  que ya te tenía olvidado, pero vuelves siempre y no sé cómo lo haces. Ya no estabas y de repente apareciste de nuevo, con tus gestos de niño malcriado, con tu mirada inocente, con tu dolor crónico y tu cinismo ambiguo... Siempre te querré, tal como fuimos. Yo me hice a tu lado, a tu imagen y semejanza, por eso ahora  -sin ti- ya no me reconozco.
Ya no estás y hace mucho tiempo que lo dejamos. O eso me parece a mí, que hace mucho, mucho tiempo. Pero es que estás ahí. Sigues ahí, haciéndome daño en la memoria. Y no puedo -y no sé si de verdad quiero- borrarte de mi recuerdo.  
Espero que algún día ames a alguien como yo te amo ahora, para que te pongas en mi piel y veas que mendigar el amor no es de mediocres, como me decías, sino de amantes sinceros, de esos que como yo, aman con el alma y se dejan los huesos en el intento.
No puedo dejar de pensarte. Mírame, escribiéndote ahora, que ya se suponía que eras mi pasado. Mírame, ni siquiera soy digna de tu lástima, aunque me gusta pensar, con el poco amor propio que me queda, que tú tampoco me has olvidado. Por eso confío en que tarde o temprano volverás a buscarme.
Te debo lo mejor y lo peor de mi vida. Contigo fui yo misma, yo sincera y entregada. Sin ti ya no sé ni en quién me he convertido; tan sólo escribo poco, tarde y mal lo que no me atrevo a decirte a la cara: que te echo de menos, que no te he olvidado, que te quiero todavía, que me dueles, que te amo… ¿por qué no reconocerlo?
¿Qué más da? Estás lejos. No me oyes. No me sientes. No te acuerdas… No te creo.
Por eso y más: no me dejes caer en la tentación de volver a nombrarte y líbrame de tu recuerdo.

(N.R.H.)
jueves, 9 de febrero de 2017 | By: Abril

Freedom




El día en que empecé a ser libre fue el día en que dejé de pensar  en ti, el día en que empecé a escribir sólo para mí. No he dejado nunca de echarte de menos, y supongo que nunca lo haré,  pero ya no le pongo tanto empeño ni se traduce en tanto desgaste mental y físico. Simplemente estás en ese lugar de mi memoria donde guardo con cariño los amores pasados. Vives tras una vitrina donde he colocado nuestros momentos felices; los otros los tiré a la papelera apenas saliste de mi vida.

¿Qué no te olvidaré jamás? Probablemente. Tengo una nostalgia caníbal que me consume en pequeños momentos de debilidad y no tengo más que escuchar una melodía u oler el perfume que me regalaste, para volver a echarte de menos. Alguien entre mis vecinas usa Narciso Rodríguez. No sé quién es, pero por las mañanas, cuando me voy a trabajar, esa persona se me ha adelantado y ha dejado la esencia atrapada en el ascensor. Abrirse la puerta, sentir ese aroma y recordarte, todo es uno.
Me pregunto cuánto tiempo tardará ese olor que me lleva  a ti en cortar el cordón umbilical de mi memoria. Sé que me piensas como yo a ti, cuando todos se han ido y el silencio en medio de la oscuridad de la noche te hace pensar en lo que fuimos, en lo que tuvimos y en lo que nos amamos a esas horas tan extrañas de la tarde en las que yacen los amantes. Nunca supe por qué hay que esconder el amor cuando es tan perfecto. No importa, ya no espero ni pido respuestas. Sólo quiero recordar lo mejor de lo que fue nuestro.
Nada es lo mismo desde que no estás, te juro que es cierto, pero déjame vivir mi duelo, reponerme del dolor y tomar conciencia de nunca más volveré a verte.

(N.H.R.)
miércoles, 1 de febrero de 2017 | By: Abril

...los te quiero que no te dije


Así me siento, y todavía no te he vuelto a ver. He desaprendido a querer, no he vuelto a decir te quiero porque te llevaste mis ganas de querer. Ahora… bueno, ahora huyo. Huyo de querer, huyo porque me agobio, porque me asfixio, porque tengo miedo, porque sigo siendo tan frágil como siempre, porque yo no soy yo. Porque ya no existe yo, porque tengo que reconstruirme de cero, de los pedacitos que dejaste cuando te fuiste con ese “no quiero que nos volvamos desconocidos” que se llevó el viento. Porque finjo como si no me importase nada, como si no estuviese rota, como si no buscase tu pecho para apoyar mi cabeza y tu brazo rodeándome. Como si no me doliese que quieras a otra, como si pudiese tragarme esos te quiero que eran tuyos y ahora no me dejan respirar.
“He olvidado como se duerme sin ti”  “Lo peor fueron los te quiero. Aún los sigo llevando escondidos en diferentes rincones de mi cuerpo. Porque esos no se pueden tragar, no se merecen ser escupidos y no son intercambiables, no se los puedes decir a nadie más.” “Quizá ya he aprendido a vivir con todos los te quiero que no te dije”.