Mostrando las entradas con la etiqueta electra en la ciudad. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta electra en la ciudad. Mostrar todas las entradas
miércoles, 13 de agosto de 2008
Entrevista a PATRICIA DE SOUZA
Patricia de Souza, conocida escritora peruana radicada en Francia, estuvo hace unas semanas en México para ultimar detalles con respecto a la aparición de un nuevo libro: Erótika (JUS, México, 2008). De paso por Lima, De Souza comparte algunas reflexiones –en exclusiva– sobre este conjunto de cuentos que giran en torno al placer.
Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
Fotografía de PÁVEL UGAZ
El placer suele estar intrínsecamente ligado a la libertad...
Sí, a partir del momento en que se habla de lo sensorial, del cuerpo, se habla del deseo, y el deseo es, digamos, el catalizador o el indicativo de nuestra libertad. Es decir, saber dónde está tu deseo es saber dónde está tu libertad. Hay una relación directa entre deseo y acción. En realidad, el deseo contrariado es lo que el sicoanálisis describe como neurosis: hasta qué punto el deseo puede ser satisfecho o no.
En tu blog reflexionabas sobre el consumo. Y el sexo no escapa a eso.
Me da la impresión de que estamos viviendo una época de consumo. El sexo se ha convertido también en una industria. Mira todas esas tiendas de sexshop. Hay una actitud consumista; consumes sexo, consumes afecto, todo se consume. Pero no importa el porqué, es ir hacia eso sin hacerte la pregunta. Todo el mundo habla de libertad sexual, pero ¿es libertad realmente? ¿Hay elección o es simplemente porque está de moda hablar del tema? La desinhibición, la bisexualidad... Eso puede ser consumo y no necesariamente una actitud de libertad. Más bien puede haber una presión.
¿Erótika puede leerse como una reivindicación del placer y el sexo a partir de la libertad?
Este texto trata de reivindicar el sexo y el deseo a partir de la libertad, a partir de una presencia de la persona en sí misma, por eso es que los personajes deciden, actúan, se mueven, pero están conscientes también de que hay una dimensión que se les escapa. Por eso el epígrafe es de Pascal Quignard y dice que El hombre es aquel animal al cual una imagen le hace falta. Porque yo creo que el sexo hace que nos relacionemos con los estados más primitivos. Yo creo que hay una dimensión que es metafísica en la relación incluso corporal, sensual.
Gioconda Belli me decía hace poco que el erotismo en la literatura siempre estaba tratado a partir de la mirada del hombre...
Exactamente. Si te pones a hablar de los clásicos, son los hombres los que han hecho literatura erótica. Y después las mujeres lo han hecho desde el punto de vista más lésbico, por ejemplo Anais Nin. Yo creo que toda escritura es política. Pascal Quignard, que tiene un libro precioso que se llama La noche sexual, decía que la organización de la sociedad y del placer está destinada a controlar a la mujer y la maternidad. El poder político significa hacer que las mujeres se neutralicen, y en el manejo del cuerpo y del placer eso obviamente es una cuestión política. ¿Por qué las mujeres no hablan de los hombres? Porque ningún hombre quiere verse en tanto que objeto. Lo aceptan, pero no desde el punto de vista formal que viene con la escritura.
¿Cómo se insertaría este libro dentro de tu obra?
Claro, tiene que ver porque si ves los personajes de Electra en la ciudad, podrían ser personajes de este libro. Ninguno de mis personajes van a ser conservadores, y generalmente están en conflicto, no están amansados, están en guerra. Esa es una constante.
*Entrevista publicada en Correo el miércoles 13/08/08.
Etiquetas:
editorial jus,
electra en la ciudad,
erotika,
patricia de souza
martes, 6 de noviembre de 2007
MESA DE NOCHE
ELLOS DOS
Novela de PATRICIA DE SOUZA
Editorial San Marcos
Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR
La primera novela que leí de Patricia de Souza fue Electra en la ciudad (Alfaguara, 2006). Y admito que me sedujo en demasía aquel tono confesional-reflexivo que impera en toda la novela. El mismo tono que adquiere, según mi perspectiva, una intensidad mayor en Ellos dos (San Marcos, 2007), su más reciente trabajo literario.
Esta novela puede leerse como la crónica de una separación sentimental. O más propiamente, de aquel tiempo post ruptura. La protagonista nos va develando los pormenores del rompimiento con O, y nos hace partícipes de esa insondable sensación de vacío ante la ausencia de O. Ausencia que es, al mismo tiempo, la representación simbólica de otras ausencias masculinas. Ausencias que se remontan a la primera ausencia, la paterna. “Si miraba hacia mi pasado veía la existencia de una ausencia masculina, que no se nombrar, a lo mejor esa ausencia del hombre ausente que ahora se presentaba disfrazado de otro” (p.25).
Sin bien la relación con O es la que articula toda la novela, la protagonista también rememora sus otras relaciones, pasadas, con otros personajes. Y nos da cuenta de su relación actual con Lyes. Una relación sui generis que le permitirá a la protagonista comprender un poco mejor su vida con O. Y comprender, a través de la escritura (de la novela) su propia existencia. “Y sabía que lo que más me importaba era escribir y sobre todo escribir sobre aquellas cosas que sentía como lejanas, acortar las distancias, vivir en una aldea global en la cual el olor de la tarde me llegara a través de las ondas sonoras del teléfono, luego salir y encontrarme en una ciudad del suroeste de Francia de cincuenta mil habitantes y no sentir que existe el tiempo o el espacio, reducir esas dos categorías a mi espacio subjetivo” (p.31).
Ellos dos es, sin duda, un libro estupendo. Un libro que he disfrutado leyendo, releyendo párrafos, subrayándolos y susurrándolos en voz baja, durante el silencio monótono de la medianoche.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)