LA MATANZA DE TEXAS 2022, David Blue García

 

LA MATANZA DE TEXAS 2022

Texas Chainsaw massacre

David Blue García

Terror

2022

 

 

 SINOPSIS:

Un grupo de amigos integrado por Melody, su hermana Lila, Dante y Ruth viajan al olvidado pueblo de Harlow para montar un negocio que revitalice un lugar abandonado y denostado por el paso del tiempo e industrializarlo según sus ambiciosos planes. Su plan se convierte en una pesadilla cuando sin saberlo se encuentran con Leatherface.

 

 

OPINIÓN PERSONAL:

Estamos ante un nuevo relanzamiento de la saga, enfocado tal y como ha ocurrido con otras entregas dentro de la misma, para nuevas generaciones que se introducen en el género del terror, y en esta ocasión nos traen una secuela directa de la película original. Hasta tal punto que han decidido mantener el título de la misma y añadiéndole la fecha como elemento diferenciador.

La película comienza con una introducción a modo de prólogo donde nos explica que en el verano de 1973, cerca de Austin, Texas, cinco jóvenes fueron atacados con la mayor de las brutalidades por un hombre no identificado ya que no se pudo saber nunca su identidad. Sí que se nos muestran los materiales con los que hirieron a los jóvenes fallecidos en la masacre: martillos, ganchos de carnicero y una motosierra. Sally Hardesty fue la única superviviente y tras aportar su testimonio fue incapaz de seguir hablando de lo que vivió aquel día.

Acerca del buscado asesino lo único que se sabe es que lleva una máscara de piel humana pero se sigue manteniendo intacto el misterio de su identidad. Lo vemos a modo de programa de televisión tan típico como los truecrime actuales. 

 Como curiosidad señalaré que no se hace referencia al resto de la familia de Leatherface y espero que sea algo que pueda desarrollarse en posteriores entregas, ya que era un elemento clave de la obra original y que le daba ese encuadre de american gothic, retratando de ese modo a la américa profunda y rural. Aquí se olvidan de esto último y se centran en ofrecernos un slasher de manual.

En cuanto a la producción, tenemos a su cargo a Fede Álvarez que también colabora en la elaboración de la historia conjuntamente con Rodo Sayagues. Se nota que hay un cuidado en todos los elementos de la producción, en cuanto a los recursos utilizados y especialmente en su fotografía con una acertada mezcla de cierta suciedad que intenta retrotraer al clásico con ese lugar desamparado y desértico pero llevado a una paleta colorida y buen uso de luz a través de colores anaranjados. Visualmente se nos ofrece un producto técnicamente intachable.

Algo que intentan hacer en este slasher es darle una motivación a Leatherface para volver a tomar su motosierra, y es que nuestros protagonistas que deciden mudarse a este pueblo perdido y con apenas habitantes, obtienen el derecho de las casas de aquel lugar por lo que al entrar en el antiguo orfanato descubren que aún hay dos personas viviendo allí. Uno de ellos una señora mayor que dedico su vida a cuidar a niños perdidos y con problemas. El otro habitante de la casa ya podemos hacernos una idea de quién es. Ante la llamada de la policía del grupo protagonista para deshabitar la casa, le provocan un infarto a la mujer que muere en su traslado en el propio coche de policía, provocando el inicio de toda la sangrienta venganza que Leatherface comenzará en su honor. 

Como elemento que liga esta película con la principal han querido mantener el personaje de la final girl original de la saga: Sally Hardesty, aquí interpretada por una actriz diferente por el fallecimiento en la vida real de su actriz original, que aquí tiene un rol de ranger de Texas que sigue buscando al asesino que masacró a sus amigos y le marcó de por vida, para librar su particular venganza. En realidad su aportación es más bien anecdótica con un papel muy pequeño en la trama. Pero ahí está su homenaje y el modo en que quieren dar sentido a esta película como continuación directa de la original.

A destacar está su ritmo, en menos de noventa minutos logra imprimir agilidad a la trama, presentando la situación y a los personajes en pocos minutos y brindando a Leatherface tiempo de metraje suficiente para lucirse. Es brutal la transformación aquí del personaje mostrándose más psycokiller que nunca y asemejándose más al perfil de asesino en serie que hemos visto en las ultimas adaptaciones de Halloween con un Michael Meyers destructor y sanguinario que al Leatherface original.

Destacaría varias cosas de esta nueva adaptación y una de ellas es el tándem protagonista formado por Melody y su hermana Lila. Me gusta la química entre ambas e introducen el trauma de una de ellas lo cual me ha parecido interesante, ya que en este tipo de películas no se suele dar desarrollo prácticamente a ningún personaje. También una escena magnifica por su crudeza, brutalidad y gore, broma incluida, del autobús. Es ver a Leatherface en todo su esplendor, que es justo lo que hemos venido a ver aquí. Y para terminar hacer mención a su magnífico final con la escena impactante de rigor y terminando con la maravillosa recreación de su baile icónico con su motosierra.  

En resumen, estamos ante un más que disfrutable slasher reboot de la saga que muestra a un Leatherface sin contemplaciones donde le veremos más salvaje, sanguinario y psycokiller que nunca. Una película de terror muy disfrutable y de lo mejor que se ha estrenado del género en este 2022. Es la tercera vez que la veo este año y con eso ya puedo aclarar lo mucho que me ha gustado y la disfruto con cada visionado. Larga vida a la saga de La matanza de Texas.

HOUSE OF DARKNESS, Neil LaBute

 

HOUSE OF DARKNESS

Neil LaBute

Terror

2022

 

 SINOPSIS:

Justin Long y Kate Bosworth protagonizan este seductor thriller del director Neil LaBute (The Wicker Man). Conduciendo a su casa después de haber quedado en un bar local, un jugador piensa que su bella y misteriosa cita será otro ligue (levante) casual. Mientras se conocen, su flirteo se vuelve caliente y sinestro en partes iguales, creando una atmósfera tensa y espeluznante…como cruzarte a tu ex en una farmacia…

 

 

OPINIÓN PERSONAL:

A los amantes del género no nos impulsa el fervor de ver películas de terror simplemente por ser el mes de octubre, pero sí que nos lo tomamos como una especie de celebración al propio género tan denostado como suele ser costumbre. Para ello y buscando algún título más actual y de no tanta relevancia como otros estrenos, encontré esta cinta protagonizada por Justin Long, y ya era argumento más que suficiente para desear verla.

Está dirigida por Neil LaBute, que es un director al que tenía algo perdido desde hacía años y cuyas referencias se inician muy al comienzo de su carrera con Amigos y vecinos o Persiguiendo a Betty.

Si me hubiese fijado en el poster promocional de la película me habría dado cuenta de que es excesivamente revelador tanto por la silueta de la protagonista como por los colmillos, pero apenas me fije y por el tándem protagonista me arriesgue a disfrutar de una peli más de terror sin reparar en ningún tipo de información adicional.

 

La premisa es sencilla, el personaje de Justin Long acompaña a su cita a su casa, que se encuentra en mitad de la nada y muy lejos de la ciudad, en mitad del campo donde habita el silencio más absoluto y en medio de la inmensidad de la oscuridad.

Ya desde el principio Long, empieza a escuchar cosas que no están realmente ocurriendo y Bosworth mantiene en todo momento una actitud tan misteriosa como extraña. Hay un cierto coqueteo a veces algo delirante por lo pomposo y ridículo que llega a resultar en alguna escena pero como espectador eres completamente consciente de que son simples preliminares del horror que llegará por acontecer.

 

Su duración no llega a los noventa minutos de promedio y pese a ello tiene una primera mitad que se hace muy densa y a la que le falta algo de ritmo, pese a que si logra crear una buena atmósfera donde la incertidumbre impera. Pese a todo, no se intenta engañar al espectador que sabe perfectamente hacia donde se encamina la historia, o al menos lo vislumbra.

Un gran acierto ha sido elegir el elenco actoral donde sobresalen especialmente Long y Gia Crovatin, todo un descubrimiento. Lástima que Lucy Walters ocupe tan poco espacio en la historia.

El gran error para mí en esta propuesta está en su guión y su estructura. Comienzan con el título de “Once upon a time” como si de un cuento o fábula se tratase pero no terminan de compactar el concepto que pretenden hacer. Tienen todos los elementos para crear algo realmente bueno y terminan siendo complacientes con una historia a medio hacer. En su segunda mitad, la narración va cogiendo el ritmo y el peso adecuados pero para cuando el espectador empieza a sentirse cómodo con lo que está viendo, termina siendo testigo de los últimos minutos de la cinta.

 

En resumen, estamos ante una historia que podría haber sido mucho mejor en su propuesta de haber sido más ambiciosa. Quiere ser muchas cosas y termina estando a medio camino de todas ellas, sin llegar a encontrar muy bien su lugar. Cumple de forma muy justita gracias en parte al buen hacer de sus actores y a la ambientación de inspiración gótica actual que tan bien luce. No aporta nada nuevo al género de terror vampírico, simplemente anotando una historia de entretenimiento más.

LA PEOR PERSONA DEL MUNDO, Joachim Trier

 

LA PEOR PERSONA DEL MUNDO

Verdens verste menneske

Joachim Trier

Drama

2021

 

SINOPSIS:

Julie está a punto de entrar en la treintena y su vida es un completo caos existencial. Su novio Aksel, un exitoso escritor de cómics, no termina de completarla como ella querría. Una noche se cuela en una fiesta y conoce a un desconocido. Esto le abrirá una nueva puerta de caos y opciones vitales a las que enfrentarse.

 

 

OPINIÓN PERSONAL:

Dos días después de su visionado, aún sigo profundamente sobrecogida por el impacto que ha tenido en mí esta obra de Joachim Trier, director y coautor del guión. Sigo completamente embelesada por la complejidad de todo cuanto su trama quiere abarcar y cautivada por el arrebatador personaje de Julie.  

A veces exponemos a las películas como un mero producto de entretenimiento y evasión, pero en este caso estamos hablando de algo muy distinto. Hablamos de una cinta que se eleva sobre el resto, y lo hace porque hace un retrato de la vida contemplándola a través de una mirada melancólica pero con la sabiduría de quien conoce la belleza que se esconde en los pequeños momentos.

Reconozco que me ha roto por dentro y desecho por completo. Pocas veces he encontrado una pieza audiovisual tan perfecta de principio a fin donde se nos habla con tanta pasión y profundidad de lo que es la vida.

Trier aborda la narración como si de una novela se tratase a través de doce capítulos, con su prólogo y correspondiente epilogo. No es un elemento escogido al azar ni caprichoso, están perfectamente delimitados y tienen un sentido lógico sobre aquello que quiere contar. A su modo termina su trilogía Oslo, tras Reprise (2006) y Oslo, August 31st (2011).

 

Durante la temporada de premios cosecho numerosas nominaciones entre los cuales se encuentra dos codiciadas nominaciones a los Oscars como Mejor película internacional y Mejor guión original.

¿De que habla esta película? De todo. De la identidad individual, de qué somos y que queremos ser. El deseo de querer experimentar y conocer que es lo que nos estamos perdiendo y como respondemos ante estímulos que nos eran desconocidos. Pero también veremos como es lo que significa vivir en la cotidianidad y lo que se renuncia con ello. Las consecuencias por las decisiones que tomamos y las que dejamos de tomar. Hay todo un camino de descubrimiento sobre uno mismo y sobre estar cansado de fingir que todo va bien. Se nos muestra un eterno conflicto consigo misma en el personaje de Julie, mostrándonos en todo momento su ambivalencia, que llega a sentirse espectadora de su propia vida desempeñando un papel secundario en la misma.

La peor persona del mundo es ante todo un drama existencial. Y lo hace retratando con una espléndida naturalidad, no hay anticipo en lo que desea mostrar ni impostura. Nos muestra el amor, la vida y la muerte de una forma tan nítida y como se relacionan entre sí. La pérdida, el reencuentro, las relaciones como pareja, como afrontamos el futuro, el deseo (o no) de tener hijos, la atracción, la enfermedad. El estar perdido el encontrarse y perderse de nuevo. Tropezar una y otra vez. Qué manera tan magistral de condensar todo lo que nos cuestionamos sobre nuestra existencia en apenas dos horas de metraje. Y de qué modo y con que maestría está filmado. Trier que ya demostró su buen hacer en Thelma, aquí vuelve a filmar con un gusto exquisito en la dirección mostrándonos recursos muy originales en cuanto al planteamiento de algunas escenas como la del “momento pausa” o el “delirio de las setas” con la complejidad que supone rodar y plantearse algo así y donde sin apenas diálogo, solo el ambiental, logra emocionar al espectador mimetizándose con el sentir de su protagonista fusionándose con la belleza que logra retratar de Oslo.

 

También nos habla de la pasión por las cosas y como nos aburrimos de las mismas. ¿Qué nos apasiona?, que es lo que deseamos hacer es algo que se condensa perfectamente en ese prólogo narrado en tercera persona por su protagonista con voz en off. Quiere ser doctora, después psicóloga, luego se da cuenta de que es un ser muy visual y ansia ser fotógrafa, pero termina trabajando en una librería y después como proceso lógico de estar rodeada de libros, quiere escribir. Son apenas tres minutos en los que nos hacemos una idea perfecta del acercamiento y deconstrucción del personaje principal. Aquí Julie contrae una profunda decepción consigo misma, donde mantiene inquietudes que intentaba reprimir a la vez que necesita imperiosamente obtener el control de su vida.

Algo que no deja de preguntarse es cuando comienza la vida de verdad. No dejaba de pensar en la famosa frase de John Lennon, sobre que la vida es aquello que pasa mientras estás haciendo otros planes. Pues justo en esto se podría resumir a la perfección el sentimiento de Julie sobre tener la sensación constante de estar siempre esperando algo.

La película también habla del amor, de las experiencias amorosas en sus diversas etapas. Fundamentalmente  en la que mantiene con el artista del comic donde demuestra su inexperiencia e inseguridad en la relación de pareja, y con el desconocido que encuentra en la boda, donde hallara el anhelo, el deseo y esa novedosa sensación de tener con alguien momentos que nos conectan con lo que significa estar vivo y que luego serán recordadas en el paso de los años con una excesiva y dolorosa nostalgia.

 

Julie siente un impulso irrefrenable de iniciar una búsqueda constante fuera de su realidad presente. Lo que está viviendo le es ajeno, insuficiente y necesita de esa abstracción y de una búsqueda hacia algo nuevo con lo que pueda sentir.

Trier quiere hacer un reflejo de que lo cotidiano también puede ser extraordinario.

Hay tres momentos en la película que me parecen claves para entender la evolución y transformación de Julie y que cinematográficamente son oro puro: el primero es ese paseo después de la presentación en completo silencio mientras observa la vida a través de las ventanas. Ahí conecta con esa inquietud anterior a la que he hecho mención antes sobre sentir que se pierde algo y que la vida está sucediendo en otro lugar. El segundo es ese viaje delirante de la ingesta de setas, donde es interesante descifrar que es aquello que ve y cómo podemos ver sus miedos y preocupaciones hechas realidad en ese momento de alucinación. Y por último ese reencuentro con el escritor de comic y todo lo que ello supone. Ver cómo observa esa puesta de sol a modo de despedida es simplemente catártico.

Siento que es una película generacional que abarca en si a varias, no saber quiénes somos ni que hacemos en realidad. Esa sensación de pérdida constante y de no saber exactamente que hacemos.

En resumen, estamos ante una de esas obras que metería en una lista de películas que ver al menos una vez en la vida. Por lo que cuenta, por como lo hace y porque es el reflejo de cuando el cine se convierte en arte, en pura belleza que traspasa la pantalla y sentimos como sonreímos a la vez que se nos empaña la mirada. Una absoluta obra maestra y la película que encabeza mi ranking de lo mejor que he visto este año. Absolutamente imprescindible.