Operación Fontán N.
Esta aventura comienza ya en 2011, cuando después de repetir
la Ruben-Solis y escalar en este lugar tan magnífico, descubrimos unas cuerdas
fijas, medio podridas por el tiempo duro de alta montaña, y en ese mismo
instante tanto mi compañero como yo sentimos que nos pica el niki, vamos, que
huele a vía potente… Después de enterarnos de quién era ese boceto, le
comentamos el asunto y bueno, el “calamar” nunca dejo ver las cartas y respecto
al ofrecimiento de ayuda al reequipamiento de la Ruben-Solis tampoco hubo
respuesta. Recuerdo que cuando colgué el reportaje le comente algo así como:
-Fredo, y ese camino que dejaste sin acabar?? Y él me contesto algo así como:
-Ya te daré yo camino ya… No tuve oportunidad de hablar con el del tema y todo
el asunto se quedo ahí, en la despensa de los sueños que uno guarda en el
invierno, para ver si con la marcha de las últimas nieves pueden cumplirse. Recibí
la triste noticia del accidente y algo
se me trastocó dentro. Yo no le conocía apenas, un par de conversaciones y
haberle conocido en el propio terreno de aventura de este lobo de la montaña,
Ubiña. Era una de esas personas que
marcan… En ese momento comenzó a gestarse en mi cabeza una línea en el Fontán,
bien acabando lo que hacía 10 años el había comenzado, o trazando otra nueva ruta.
Al fin el 30 de Septiembre, después de dar dos porteos a la
cueva con cuerdas, agua y demás material fungible nos encaminamos hacia la
forqueta del Portillin, con el último y pesado cargamento hacia el objetivo.
Creo que todo aquel que haya contemplado esa pared sabrá que sin ser nada
excepcional ni de grandes dimensiones(apenas 200m de su base a la cumbre)
ofrece al escalador un escenario increíble de acrobacias y fe en lo a veces podrido
y a veces compacto de su estructura.
Durante los porteos
Aproximacion, 30 de septiembre.
Comenzamos a escalar sobre las 5 de la tarde, y llegamos a la segunda reunión.
Reuniones con 2 spits cada una. Bajamos dejando fijado todo para el día
siguiente y descansamos en la cueva con una noche espectacular de luna llena y
mar de nubes.
Primeros largos
Largo 1
Comienzo del L2
El reloj marca aproximadamente las 8 de la mañana y la pereza no
existe al contemplar el día que nos espera! Motivación, café y Jumar son el
desayuno de la mañana.
El segundo día de escalada (1-oct) llegamos hasta el último
punto alcanzado por Fredo, el final del “diedro Gris” encontrando otro par de
spits con algo de peor pinta. En este punto la pared ofrece tan solo dos
salidas lógicas, a la derecha y a la izquierda, la primera opción fue la que
escogimos desde el punto en que nos encontrábamos, que no coincidia con la idea que traiamos de casa. La salida por la izquierda
nos llevaría mucho mas material, y
no era que la cosa abundara asi que creímos que la mejor opción para encontrar un
camino más fácil para la escalada libre seria a la derecha. Al final nos
quedamos a la mitad de lo que sería el L4 y nos retiramos a la cueva después de
10h en pared.
la "Cueva los Llobos"
L3 el "Diedro Gris"
L4, "la travesia"
La jornada del 2 de octubre comenzó con un frio amanecer y
una niebla que amenazaba tapando a la reina del macizo. La pereza aparecía en
forma de heridas de guerra en las manos y cansancio.
Vuelta al desayuno, motivación,
café… jumar… y de nuevo al punto más alto alcanzado la tarde anterior. Después de
pelearnos con un techo y montar reunión (2 bolt´s) comienza mi compañero en el
siguiente largo… y la niebla hace presencia.
La visita de Andrés y Castañón junto con el infalible ojo de mi padre,
que no se perdió ni los subtítulos, ayudaron con apoyo moral y alguna risa que
otra con la que quitar tensión en momentos en que los nervios están a flor de
piel. La siguiente reu quedo con un clavo y un spit. El siguiente largo
transcurre primero por una chimenea para dar al “diedro de Salida”. Llegamos a
la arista sobre las 7:30 de la tarde después de otras 10h en pared, cansados y algo
mojados por la lluvia que empezaba a caer, pero contentos de haber podido
subirnos por aquí, y sobre todo recordando a Fredo el grande, y firmando con su
nombre en estas montañas, en esta pared del Fontán. Esta noche ya bajamos al
refu a dormir, después de un pateo entre la niebla y la oscuridad de la noche
llegamos oyendo la gaita de Kako al Meicín. Que mejor que una gaita para
señalar el camino a dos lobos perdidos entre la niebla y entre la adrenalina
que aun corría por las venas.
Trabayando en el L4
Comienzo del L5
Ultimo largo
"Diedro de salida"
El día 3 de octubre volvimos para bajar el resto del
material y quitar los 2 primeros largos que habían quedado fijados. El sol nos
dejo contemplar de nuevo la pared, con la que tengo una relación intima, por
las vivencias y la buena experiencia que me ha aportado esos 4 días que jamás se
viven con tanta intensidad en la vida diaria. Después de esto volver a la civilización
siempre es duro pero no hay remedio!
Foto de cumbre
Continuará. Un saludo Alfredo
Enhorabuena por ese pedazo curro a la vez de ser un gran homenaje, saludos ;).
ResponderEliminar¡¡¡No te conocía Francisco!!! Gracias...ya pille ese blog tan guapo que te curras...me lo apunto para tenerte controlado...
EliminarUn saludo y haber cuando nos volvemos a encontrar y charlar...