sábado, 13 de mayo de 2017

Plaza de la Trinidad

Fotografía de Manolo Cabello

Ayer

La plaza de la Trinidad es una plaza estratégica del casco histórico de Ubrique, es el lazo de unión entre la calle Botica, la calle de Los Solano, la calle Toledo y la calle Nevada.
Al final de la plaza de la Trinidad, donde están los azulejos sevillanos que recuerdan al Beato Diego José de Cádiz, hubo una pequeña capilla dedicada a la advocación de san Ildefonso de Toledo, (que era el titular del convento de Capuchinos en el siglo XVIII).
La plaza de la Trinidad ha sido siempre lugar de referencia para muchos ubriqueños. El hecho de que existieran varias casas solariegas en la plaza ha hecho que familias muy conocidas del pueblo vivieran aquí. En la casa con el número tres se alojó doña Frasquita Larrea, la escritora madre de Fernán Caballero, durante su estancia en Ubrique, en verano de 1824.
Doña Frasquita describió en su diario tanto el pueblo como el ambiente de la época, y es un relato magnífico y fresco, que nos explica muchos detalles de la época.
En la misma casa vivió la familia Romero Romero. El pequeño Luis fue el niño que con trece años escribió una redacción escolar que fue publicada en Blanco y Negro en 1931.

Fotografía publicada por Pedro Pablo García en Ubrique en el recuerdo

Fotografía gentileza de Esperanza Cabello y publicada en Ubrique en el recuerdo

Hoy

Actualmente (abril 2016) hay obras en la plaza, pues se ha demolido el edificio antiguo que vemos a la derecha de la imagen. Con él se han demolido los posibles restos de una sinagoga que daba al corralete.
El aparcamiento de vehículos sigue siendo uno de los principales problemas de la plaza, pues apenas se puede caminar, ni los vecinos entrar con facilidad en sus casas.