Ben Suspiro con impaciencia cuando hizo girar su carrito de compras a través de la tienda de abarrotes de la esquina de su apartamento. Lanzo uno cuantos artículos al azar dentro de su carro, con los ojos constantemente escaneando todo, teniendo en cuenta todo y todos lo que estaba en torno a él.
Necesitaba algo para satisfacer su deseo. Nada en su carro lo iba a hacer. Tenía hambre, pero no era de comida.
En cambio, había ido a fuera en busca de algo que realmente podría comer. Pero hasta ahora nada, ni nadie lograba captar su atención mientras rodaba el carro a través de los pasillos, merodeando.
Moviéndose por el pasillo de la farmacia fue que recordó que necesitaba vitamina C, agarrando una botella de su habitual marca. Un paquete familiar cercano le llamo la atención. Vitaminas de los picapiedra. Ben se acordó que tomaba esas cuando era niño. Su hermana mayor solía burlarse de él porque se negaba a comerse las que tenían forma de Dino, la mascota dinosaurio de los picapiedra. El recuerdo lo hizo reír en voz baja. Ahora tenían vitaminas o suplementos de calcio en forma de gomitas. Joder, Si Ben tuviera niños ni siquiera sabría cual comprar. Era mucho más sencillo cuando él era un niño. Sacudió la cabeza y volvió a su anterior tarea.
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