Acabo de darme cuenta. Ya no han vuelto a aparecer pelusas en mi ombligo. Esas que guardabas con tanto mimo en el pequeño monedero verde. Esas que me enseñabas a veces como un tesoro. Y lo peor es que no me acuerdo de cuándo dejé de buscarlas. Quiero pensar que se han ido contigo. Que están bien. Solo espero que algún día puedan perdonarme. Diles que lo siento, por favor. Que lo siento mucho.
Las pelusas de tu ombligo están tristes, no encuentran calor en otro ombligo, lloran y te echan de menos, pero no te preocupes, harán amigos entre la pelusa de debajo de la cama.
ResponderEliminar1 beso pelusa!
Me gustan estos oasis de ternura =)
ResponderEliminarSe fueron, pero no con ella, sino a un hombligo más cálido, junto con las aves, ahí abajo, a África o a algún ambiente tan cálido como aquel. Tranquilo, en marzo volverán.
ResponderEliminarUna lagrimita de crista para tí, que a esas les gusta el frío y no se escapará hasta que vuelvan las pelusas
Iba a comentar algo y me perdí en el hombligo con hache de Julieta...
ResponderEliminarLo sientes por las pelusas o por ella.. Yo diria que las pelusas poco les importa, solo echaran de menos el calor.
ResponderEliminarSaludos y sonrisas gaseosas :D
Ve abriendo el gas sí.
ResponderEliminarMe uno a la cámara, para matar las pelusas, los recuedos, los besos... y todo muerto... todito
Un beso