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martes, octubre 26, 2010

 

Querida R.

Qué encuentro tan inesperado. Sobreponerme a él ha sido más fácil de lo que podría pensar. También he notado que me ponía un poco blanda: nada que la determinación no pueda inhibir. He sacado la careta de aquí no pasa nada, la de la sonrisa falsa y la verborrea. Magnifica careta, por cierto.

Pero que conste que no te he sonreído: eso era enseñar los dientes.

Que te vaya bien.

B.

miércoles, octubre 20, 2010

 

Querida B.

No se lo cuentes a nadie, pero se jodió el Zen. He mirado en los cajones, en los armarios, en la cocina: no hay repuesto. NO-PUE-DE-SER. Pues sí. La hemos fastidiado y de qué forma.

Como en el cuartito del corazón no se ve un carajo, ni te cuento la de cardenales. Que si un golpe en la espinilla, que si un picaporte en la espalda.

O encontramos la puta ventana o esto va muy mal. Buscar a tientas sus contornos va dejando los dedos que ni te cuento.

¿Podrías darte una vuelta por los chinos cuando vuelvas a casa? Tráete un Zen así redondo, de casco grueso. Sí, el que había era algo tosco pero, joder, alumbraba, alumbraba. Hasta daba para bordar soles y vaquitas de esas que se ven en los anuncios.

Es algo urgente, pero comprendo que, por ahora, tardarás en volver. Te espero aquí sentada, en la oscuridad, canturreando y contando ovejas.

UNA.

martes, octubre 19, 2010

 

Querida R.

Tengo que agradecerte que tu actitud haya sido como una hostia con la mano abierta. Es una forma de hablar, en realidad lo que quiero es decirte que te jodan.

Estoy TAN enfadada por confiar en ti y darte el poder de  que me duela tanto tanto tanto. Estoy TAN enfadada conmigo.

Espero no verte más.

Ah, y que te jodan.

Atentamente,

B.

martes, septiembre 28, 2010

 

Querido J.

Cómo contarte. Que todo se fue al carajo. No era normal una racha tan buena. A. sigue en su línea zen, pero la mía se ha enredado como una hebra de lana demasiado larga.

Ayer hubiera querido que me vieses, porque era la que que te conté una vez y no la que se sentaba en el sillón aferrada al menudo cojín japonés y blanco. Tal como me describí.

J., no me reconozco. Tengo huecos en las manos que había perdido y los ojos se me agrandan por momentos.

Tengo que verte un día: quiero que me veas y darte el abrazo que nunca te di.

Besos (muchos, de abuela),

B.

sábado, septiembre 25, 2010

 

Querida R.

Hola de nuevo. Antes de ayer pasó algo muy desagradable y, en consecuencia, sueño que El Corte Inglés ha organizado una fiesta en la que se les va la mano con el humo y dos dragones negros nos acorralan mientras una horda de clientes corremos presa del pánico entre ambos bicharracos. Fondo blanco, dragones negros y todos vestidos de negro.

¿Crees que pueda ser una señal de que debería aprender a jugar a las damas?

Gracias por tu esperado consejo.

Sin otro particular, te saluda atentamente:

B.

miércoles, septiembre 22, 2010

Querida R.

Estoy enfadada. Mucho. Y algo asustada. Porque no sé por qué lo estoy ni con quién o qué. Hacía tiempo que no se me desordenaba tanto el cuarto de juegos de la cabeza. Y ahora apenas encajan las piezas, de dos en dos, en distintas partes.

El miedo es porque no sé de dónde viene el enfado ni hacia dónde va. Haberme dado cuenta que estaba ahí desde hace días no es que mejore mucho la situación.

De pronto me he visto con los brazos cruzados sobre la cabeza, sobre la cara, en actitud de defensa pero con los puños cerrados para golpear o las manos abiertas para empujar. Y si los bajo… ay si los bajo.

Querida R.: duele tanto que no puedo bajar los brazos para hacer el duelo. No sé cómo sacarlo fuera. No puedo escribirte porque estás cansada y esto no funciona así. No puedo escribirlo porque ya no soy libre ni estoy desatada.

Yo sé que esto lo leerán las otras veintipico letras del abecedario y que ninguna serás tú. Que se entenderá un pito. Que este blog está lleno de desorden como lo soy yo misma, como lo he sido siempre. Que yo no quiero que nadie que no seas tú me pregunte.

Pero este blog también soy yo. Y yo soy ese nombre que tengo escondido y que cuando me salta a la chepa me sacudo a golpes con la mano.

Pss pss sgueme
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