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10.6.13

El libro

"Cuando volvamos a encontrarnos, recuérdame que te debo una historia" La frase se repetía en su pensamiento mientras recorría la librería. Esperaba hallar su continuación sin saber siquiera que buscaba.
En ese instante justo antes de abandonar el pasillo cruzó su mirada con una mujer que observaba varios libros en el otro extremo del estante. Tras unos segundos siguió caminando aunque ya no iba solo, el rostro de aquella chica le acompañó adherido al pensamiento.
Pasaron unos años y cada vez que se acercaba esa fecha él acudía a la librería con la esperanza de volverla a ver, pero fue en vano.
Una vez mas era 23 de junio, y una vez mas regresaba de su infructuosa búsqueda en medio de la algarabía que precedía a la noche del fuego e inundaba las calles de la ciudad. Se detuvo en la escalerona que descendía hacia la playa, era el mejor lugar para ver las hogueras, a lo largo de la orilla, quemar todos los males.
Y ese día deseoso ya de recuperar su vida y deshacer el hechizo de aquella mirada escribió sobre un trozo de papel la frase con la que empezó todo “Cuando volvamos a encontrarnos, recuérdame que te debo una historia” dispuesto a arrojarla a la hoguera mas cercana, incapaz de cumplir el reto de empezar un libro con ella. Se aproximaba la hora mágica y todos se aprestaban en torno al fuego cuando sintió una mano sobre su hombro. Y al girarse la vio..
- Te recuerdo que me debes una historia - le dijo ella nada más girarse.
- Pero como sabes....¿Quién eres tú? - preguntó él.
- Tu libro.
 
Días después, el vigilante del cementerio lo comentaba en el bar con otras personas - ...como os digo, anoche vi otro libro mas sobre una tumba, y también estaba en blanco! - exclamó

23.4.13

23 de abril

No le gustó lo que vio en el espejo y la realidad cerró los ojos. Entonces el escritor abrió los suyos...
Y nos hizo volar.
 
Dedicado a ti, que escribes, que has escrito, que sueñas, con escribir un libro

25.2.13

Perfección

- Al fin pude encajar las piezas - Suspira al observar como el iPad penetra hasta escucharse el click y encaja perfectamente en el móvil, que a su vez se ensambla al ebook, sonando la señal de que la operación fue un éxito. El smartphone es el siguiente en unirse, y tras el, el portátil espera su turno. Sobre la mesa la pantalla del reloj aguarda con su tiempo impaciente por formar parte de ello, y esperando en el suelo la LCD contiene su plasma hasta ser encajada en la multipantalla integral.
Ya solo le falta saber donde va el ser humano, todo está tan perfectamente encajado que igual hasta sobra.

12.2.13

Ese algo...

Por un instante su conciencia se negó a coger aquel sobre. Nunca había poseído nada en sus cientodos años, precisamente eso era lo único que tenía, tiempo. Pero desde que le conoció sentía algo que no sabría explicar muy bien, y ahora que él no estaba ese algo hacía que por primera vez en su vida el tiempo fuera una carga más que una compañía. El viernes, concretamente a las 20:40 el asteróide pasaría por la Tierra a recogerlo, y le parecía inmensamente lejano ese momento. Observando aquel sobre, recordaba cuando vivía en el anfiteatro como las personas de la fábrica, el día que salían con un sobre así de ella, iban muy contentas por lo que contenía en su interior, y lo mal que lo pasó cuando hallando uno trató de devolverlo. Le dijeron cosas horribles e hicieron pasar un calvario tras una ventana de barras de metal.
No, no lo cogería, se había jurado que no volvería a coger ningún sobre que encontrase, pero entonces pensó que allí, en el interior de aquella caja de cartón no había nadie más que ellos dos, así que nadie podría decirle cosas horribles ni encerrarla. Dudó un poco, pero por fin se inclinó y lo cogió, y al acercarlo pudo leer claramente su nombre, Momo, escrito en el sobre. Lo giró para abrirlo, y entonces pudo ver en el reverso escrito el suyo, El Principito.
¡Una carta! - se dijo asimismo emocionada. Ahora solo quería tiempo para leerla.

31.1.13

Miradas de silencio

A veces tenía la convicción de que alguien le estaba observando. Pero ello no le distraía de su trabajo, aunque si le inquietaba. Esa mañana, sintió aquella mirada de nuevo acechándole, pero esta vez y rompiendo con la disciplina de días anteriores, giró su cabeza y lo que vio le hizo palidecer por momentos, casi pierde el sentido de la orientación y está a punto de caer pero de repente se dio cuenta de la situación. Su vida pasó como un rayo por su mente, desde su cautiverio hasta que tomó conciencia de la palabra libertad cuando logró escapar. Y allí estaba, suspendido en aquel momento, observando aquellos ojos que lo miraban fijamente.
Al otro lado de la ventana, el hombre pasaba los días mirando aquél pajarillo desde la penumbra de la celda, como iba construyendo su nido. Pero esa mañana vio como se quedó suspendido en el aire, moviendo sus alas, mirándolo fijamente.
 

22.1.13

La volea y el revés


El secreto está en la muñeca. ¿Recuerdas aquél verano? Ponías tu mano sobre la mia y al levantar el brazo para la volea nuestras miradas se cruzaban en esa latitud y longitud de tiempo detenido. La de veces que fallaba, ya ni me acuerdo, para que volvieran a cruzarse, y entonces me volvías a decir que el secreto estaba en la muñeca, hasta que un día supe que no se hallaba allí.
Y a la mañana siguiente volvías a insistir con la muñeca, de nada sirvió que me las cortara para hacerte ver que allí dentro solo había tendones y sangre. Y de nada ha servido que te desvele, después de mi muerte, donde estaba el secreto, porque al verme llegar, corazón en mano, a tu encuentro, el tuyo dejó de latir.

14.1.13

Teatro

- Y ahora sólo puedo decir: adiós amor, adiós.
- ¿Qué dices? o más bien ¿Qué haces con tantos gestos?
- Se llama teatro - Respondió Momo sin perder la concentración mirándolo fijamente.
- ¿ Y eso que es? - Insistió el Principito mientras la observaba atónito como repetía una y otra vez la misma frase.
- Yo vine al mundo en uno - dijo ella haciendo un alto en su interpretación - y es todo aquello que tú quieras ser.
- Eso lo inventé yo antes que tú - y le señaló la caja de cartón - dentro de ella puedes ser todo aquello que quiero que seas, y se llama imaginación.
- El teatro la interpreta, el teatro interpreta la imaginación - Añadió ella con énfasis - Y ahora sólo puedo decir: adiós amor, adiós - Exclamó, volviendo a recitar la frase mirándolo a los ojos.
- Has dicho amor. ¿Eso es teatro o imaginación?

26.12.12

Para siempre

He ejercido muchas profesiones a lo largo de mi vida, he sido sonrisadora, piruetadora, burbujante, arlequina, espantapárejadora, bella dormilante, afrodiente y hasta lunallenadora, incluso una vez hice de periodicadora, y en todas ellas siempre quietante, hasta que el cansancio me vencía y lamentablemente terminaba en la calle. Pero harta de esa vida, de rambla en plaza, observada, vigilada, ignorada, burlada e incluso acosada por alguna autoridad papelaria, hallé en un pequeño parque aquello que tanto había buscado, un pedestal vacío. Desde que me subí a el dejé de agotarme, de luchar, de madrugar, de contar monedas, mi cuerpo se marmolizó y por fin pude ejercer la profesión que tanto anhelé: Estatua. Ya para siempre.


17.12.12

La descarga

Nunca había deseado tanto estar de vuelta, regresar al mismo lugar y volver a sentir la eternidad alrededor. La mesa quieta, como las demás cosas quietas, me miran ciegamente como la primera vez. Regresé atraído por la belleza inexplicable de lo vacío, por los infinitos ritmos del silencio, pero sobre todo poniendo fin a una búsqueda que comenzó años atrás, en el instante en que me creí libre. Fue entonces cuando descubrí que la libertad no era un sueño, sino una aplicación. Pregunté y pregunté y siempre me remitían a la misma acción: descargar. Y eso hice con la última persona que dio esa respuesta, descargué todo el cargador sobre ella. Lamento el tiempo que tardé en comprenderlo, porque hubiera regresado mucho antes aquí, a mi celda, donde la libertad si es un sueño.

29.11.12

Palabras de papel

 
El Principito estaba orgulloso con su nuevo smartphone, nunca las yemas de sus dedos habían trabajado tanto. No cesaba de mirarlo ni de escribir, pero se detuvo un momento al ver a Momo escribir con un bolígrafo sobre una hoja de papel.
 - ¿Aún usas ese sistema?  ¿Sabes? Puedo escribir una carta aquí y las palabras vuelan en 0`4 segundos a cualquier parte del mundo! - Dijo él con convicción.
- Sí, pero las palabras están presas, uniformes e inertes aunque táctiles carecen de tacto, de vida. Y además no vuelan, solo se descomponen y vuelven a recomponerse millones de veces - Respondió ella - En cambio las mias si pueden sentir lo que es volar.
Y cogió la hoja y en apenas unos segundos la transformó en un avión de papel que lanzó al aire con fuerza.
- Ahora las palabras si están volando.
 
El avión va hacia el cielo Pepi. A ti 

13.10.12

El beso

¿Has visto alguna vez las alas de la luna? - Le preguntó Momo al Principito - No, no tiene - respondió éste sonriendo.
¡Claro que sí! Es solo que las mueve muy rápido. ¿El B-612 no tiene?
Mira Momo, ya llega la noche pero el día no se va - Dijo desviando la atención hacia la Tierra - ven, asomate para ver el choque!
¿Pero no sabes lo que sucede realmente? - Contestó ella algo contrariada - Lo que está haciendo es esperarla.
¿Para qué?
Para besarse en el horizonte

2.10.12

Al escribir...

Al escribir la palabra amar vi que contenía la palabra mar. Y entonces entendí porque es un concepto tan profundo.
 

27.8.12

Miradas

Ver,
cada vez
que abres los ojos,
hasta que se cierran,
cada vez,
cada...ver.

10.7.12

Magia

¿Sabes, Momo? - dijo El Principito - esa ventana parece como si nos tuviera en su punto de mira.
Sí - respondió ella - y creo que en cuanto amanezca la luz nos disparará.
¡Entonces detengámos el tiempo!
Ya lo hacemos, somos libros.

Elcuentacuentos Generación Kindle y Nuncajamás, la contienen

3.7.12

Verano

Las lágrimas salieron corriendo mientras su cuerpo permanecía inmóvil, quieto como las piedras quietas que no podían apartar su vista, ya sin ojos, de él. Alrededor la imprudencia danza feliz de forma acalorada, no lejos de tu cuerpo la ilusión de tantos años es obligada a desalojar los sueños rápidamente, y el eco de la ira se propaga como las llamas.
La gente apunta a la gente, y mas gente llega, se va, pero nadie repara en ti, río seco, ya sin lágrimas.

Elcuentacuentos 

29.5.12

Microvuelo

No hay nada como un buen principio. Eran las 00:00 Comenzaba un nuevo día y desde la terraza se asoma la noche, mientras un avión parecía un lápiz trazando un renglón bajo la luna, el último de su cuaderno de viaje. Lo vi descender hasta detenerse en el final del microrelato. Y entonces todas las palabras fueron saliendo de su interior. No hay nada mejor que ellas para escribir.

20.3.12

La llave

No estoy en peligro. Yo soy el peligro. Siento que el mal está dentro de mi y pronto escapará a mi control. Trato de encontrar la llave, el miedo suena en silencio y no puedo vencer la rigidéz que atenaza mis movimientos. Se acerca, es demasiado tarde, mis ojos no pueden ver nada, sus manos se deslizan por ellos mientras acarician mi cuerpo y sus labios humedecen mi lengua reseca al compás de sus dedos que golpean suavemente mis vacíos.
Escucho a los demás, en un acorde in crescendo de libertad que retumba por toda la sala en una vorágine de placer. Temo que se acerca el momento y no temo por mi sino por todos.
.
Ella notó en ese instante que fallaba una llave del oboe, no lograría la nota deseada, y se acercaba por el pentagrama su turno. La batuta pareció percatarse de ello y porfió por apuntarle directamente, todo parecía perdido, hasta que llegado el momento acercó sus labios y la música se abrió paso en el concierto de la Primavera.

12.3.12

La vida es bella

- Siempre he creído en los números. En las ecuaciones y la lógica que conducen a la razón.
- Y yo, pero... ¿Has extendido alguna vez los brazos y dado vueltas y vueltas muy muy rápido?
- Lo hice una vez en una espiral pero terminé reducido a ceros concéntricos, una sucesión de leyes físicas.
- Eso me sucedió a mi también, pero hoy sentí que podía escapar de ese mundo, mi rigidéz se desvaneció mientras giraba y todo el infinito pareció caber en ese momento, mis articulaciones se deformaban y en lugar de generar operaciones creaba sueños.
- Pero eso es imposible, el infinito en si mismo no cabe en ningún sitio, como sigas diciendo esas cosas te van a restar. Y ¿qué es eso de soñar? Los números no pueden soñar.
- Mírame bien, ya no soy un número.
- Sabes que los números no tenemos ojos, estás diciendo cosas irracionales y terminarán por borrarte de la pizarra para siempre.
- ¡Pero mira que eres número! Ya no estoy en la pizarra, vuelo por la habitación, giré tanto ese día que logré liberarme de la racionalidad y convertirme en música. Cierra tu mente y gira, gira...


If ...elicidades! :)   Elcuentacuentos

10.3.12

La escapada

- Lo conseguimos, pero aquí se acaba el camino.
- ¿Quieres volver atrás?
- ¿Atrás? ¿y que me despellejen viva y retuerzan mis entrañas hasta sacarme la última gota de mi sangre? ¿Quieres tú?
- ¿Y que me metan en el horno crematorio? No, prefiero saltar. Mírala, está allí, al otro lado, es la primavera.
- Saltemos 

6.3.12

Un arcoíris especial

Era el arcoíris más bonito que había visto nunca. La luz se abría paso entre el silencio, que se colaba a hurtadillas por las rendijas de la ventana, dejando, como en el cuento, una estela de puntitos hasta donde las palabras terminaban y comenzaba la música. Sobre la pared, la sombra de los árboles, antes muertos, recobraban la vida danzando ya libre de hojas, que sobre el patio navegaban sobre los charcos. Sus manos, que tantas notas robaron al violín, se posaron suavemente sobre la mesa, y le habló entonces de su arcoíris especial.
Esa mañana, tras los días de lluvia, ella creyó ver el más bonito que había visto nunca cuando, al despertar, se asomó a la ventana. Cuando bajó corriendo en su busca encontroselo buscando algo en la alacena. Quiso decirle lo que había visto o mas bien intentó describirselo, pero entonces él le pidió silencio, como cuando guardaba un secreto que estuviera a punto de desvelar. Ella guardó silencio mientras observaba como iba cogiendo unos pequeños frasquitos de cristal y una vez los tuvo todos le hizo un gesto de seguirle. Y en ese momento se hallaban.
La música surgía por si sola, mientras uno a uno iba abriéndolos y al tacto trazando un arco de sabor sobre el viejo tablón de madera. El rojo del azafrán fue el primero, la cúrcuma anaranjaba el siguiente trazo, hasta dar paso a la canela, que se tornó verde cuando la menta entró en escena. Pero entonces movió sus brazos como si tocara el violín, diciendo "esta por Bach" y trazó un arco azul, azul de Prusia, su especia favorita.
Su ceguera le impedió ver el que ya se difuminaba por el cielo, pero su imaginación nunca estuvo ciega. Y allí, al otro lado de la mesa, se dejó caer sobre la silla, sintiendo esa complicidad que le transmitía su presencia.
Pero a ella le pudo mas la curiosidad y le preguntó por ese último frasco, algo mas grande que los demás, que había dejado sin abrir.
- Un arcoíris no estaría completo sin tu color favorito - le dijo.
- ¡El morado! - gritó ella abriéndolo rápidamente - ¡Moras! - añadió sonriendo, para fundirse con él a continuación en un abrazo entrañable - Gracias abuelo, es el arcoíris más bonito que he visto nunca.