Páginas

Mostrando entradas con la etiqueta Piero Trepiccione. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Piero Trepiccione. Mostrar todas las entradas

martes, 5 de noviembre de 2024

Des-orden mundial, migración y comercio / Piero Trepiccione @polis360

 


Las cosas en el concierto internacional de naciones lucen cada vez más complicadas. Las pugnas geopolíticas globales que están alimentando conflictos bélicos en diferentes lugares del planeta han venido poniendo severos límites al comercio internacional y, por consiguiente, vienen alimentando una desaceleración de la economía mundial. Entre las consecuencias, el aumento de las migraciones por recesiones en diferentes lugares.

Ante el reordenamiento de fuerzas políticas globales y los diferentes polos regionales, la cooperación internacional ha venido cediendo terreno al conflicto. La ONU y el multilateralismo ya no se dan abasto ni tienen la suficiente legitimidad para poner coto a la proliferación de acciones autoritarias en el plano global. 

El proteccionismo se abre paso lentamente, pero sin pausa, para ir limitando las rutas comerciales y los intercambios globales. Las narrativas nacionalistas tienden a desmembrar paulatinamente el gran esfuerzo que por décadas se alimentó para abrir las fronteras y la interacción de Estados y ciudadanos.

China, por décadas, creció a un ritmo interanual endemoniado. Promovió la transferencia de tecnología desde los grandes inversionistas privados a sus cuadros nacionales. Ha venido invirtiendo en la apertura de nuevos enlaces comerciales a partir de la llamada “ruta de la seda” e inclusive, tenía proyectado la construcción de un nuevo canal interoceánico en Nicaragua para competir con el de Panamá, pero temas ambientales lo han retrasado y posiblemente, cancelado definitivamente. 

No obstante, desde que asumiera una alineación directa con la Rusia de Putin y una postura anti-occidental, ya su rol de integrador económico comienza a ser cuestionado abiertamente.

Tendencias hacia la desglobalización 

Como ha escrito Moisés Naím, hay fuertes tendencias hacia la desglobalización y aunque la globalización no ha estado exenta de errores que han generado desigualdad y abusos contra la naturaleza del planeta, no es menos cierto que ha facilitado el acceso de mercancías y productos amén de facilitar intercambios culturales y migratorios en alta densidad. Un retroceso puede tener consecuencias terribles para la humanidad entera y llevarnos a escenarios bélicos que habían sido superados por el ordenamiento jurídico internacional.

La India, con la mayor población del planeta y con millones de seres humanos aún sumidos en la pobreza, viene intentando fortalecer sus procesos productivos internos y afianzarse en el comercio mundial. Con los retrocesos desglobalizadores que paulatinamente han venido ganando terreno, tendrá muchas más dificultades para crecer al mismo ritmo que lo hicieron China y Japón en el pasado. 

Además, ante el crecimiento sostenido de su población y la ralentización de su crecimiento económico sumado al nacionalismo exacerbado de su presidente, más el fanatismo religioso, pudieran crear un caldo de cultivo de alto nivel para desatar procesos migratorios que se sumarían a las corrientes actuales, que ya generan extrema preocupación en todo el planeta.

Por ello es necesario retomar la sindéresis. El mundo no puede despachar a la globalización a la ligera. Las corrientes civilizadoras deben promover una mayor equidad global, mayor integración y una mayor concentración en el desarrollo humano para permitir la construcción de un orden mundial que sea un avance y no un retroceso civilizatorio.

https://efectococuyo.com/opinion/des-orden-mundial-migracion-y-comercio/

Invitamos a suscribirse a nuestro Boletín semanal, tanto por Whatsapp como vía correo electrónico, con los más leídos de la semana, Foros realizados, lectura recomendada y nuestra sección de Gastronomía y Salud. A través del correo electrónico anunciamos los Foros por venir de la siguiente semana con los enlaces para participar y siempre acompañamos de documentos importantes, boletines de otras organizaciones e información que normalmente NO publicamos en el Blog.



lunes, 28 de octubre de 2024

Lula, Brics, democracia y geopolítica / Piero Trepiccione @polis360

 


Esta semana ha estado muy cargada de noticias. El veto de Brasil al ingreso de Venezuela en los Brics ha tenido amplio realce. Los niveles de discusión sobre este asunto, especialmente en sectores de la izquierda global, han marcado la pauta. Y sin duda, es una consecuencia del 28 de julio. 

La transparencia absoluta prometida a Lula a través de Celso Amorín por Nicolás Maduro no se cumplió en el lapso anunciado y, en consecuencia, Brasil asume esta postura sorprendente.

Los Brics son sin duda una respuesta a la reconfiguración del orden mundial, particularmente en el ámbito económico, pero con muchas repercusiones políticas. En el escenario internacional se han alineado dos factores fundamentales que están impulsando estos cambios. 

China, por un lado, con su despegue económico-financiero- militar que le da ya un estatus global de superpotencia y con ello, la necesidad de “influir” con más peso en el mar de China meridional, donde necesita hacer valer su rol ante países como Filipinas, Japón, Corea del Sur, Malasia, Tailandia, Vietnam y con la India en la bahía de Bengala; además, de poder controlar y mantener las rutas comerciales con Europa y el Occidente planetario. Por el otro, la federación rusa que apela, a través de Vladimir Putin, a la reivindicación histórica de la influencia geopolítica de la antigua Unión Soviética.

Hiperliderazgo 

En esta reconfiguración del orden mundial la democracia ha venido perdiendo terreno paradójicamente. La denominada “real politik” ha privilegiado la construcción de relaciones diplomáticas y económicas más asentadas en el pragmatismo que en el derecho internacional público y las regulaciones de las organizaciones de la comunidad internacional creadas, fundamentalmente, a partir de la posguerra del segundo gran conflicto bélico mundial. 

En ese nuevo orden mundial que se intenta construir, pareciera que las voces del hiperliderazgo que ejercen determinadas figuras políticas globales es más importante que tener un sistema político comprobadamente democrático.

domingo, 20 de octubre de 2024

Liderazgo para la democracia:¿cómo se come? / Piero Trepiccione @polis360

 


En este siglo XXI la democracia ha venido retrocediendo peligrosamente en todo el planeta. Es una verdad indiscutible y a la vez, muy preocupante. Aunque en los análisis se ha venido haciendo mucho énfasis en la falta de resultados de los gobiernos democráticos y en las distorsiones de las narrativas que se usan para manipular a la opinión pública, hay un factor que no se puede dejar de lado: las carencias del liderazgo para la democracia.

Los liderazgos actuales parecieran más enfocados en el culto a la personalidad, al nominalismo y a la concentración del poder. Si la noción de democracia no es impulsada por quienes ejercen el liderazgo político, económico y social de los países, difícilmente estos podrán consolidar regímenes de características democráticas.

Los líderes políticos no solo tienen como fin el reconocimiento público y la búsqueda del apoyo popular sino también, promover la cultura de la democracia como elemento intrínseco para generar los equilibrios necesarios en las disputas por el poder y en el ejercicio del gobierno.

La noción reflexionada por el teólogo jesuita Pedro Trigo de “hermano adversario”, en la persona primero es hermana y luego adversaria define una interesante forma de ver las posibilidades de consolidar tipos de liderazgo que sean más constructivos y menos polarizantes. Liderazgos asociados más al interés general de las poblaciones que a los intereses particulares de partidos y grupos económicos. Este formato sería muy interesante y sustancial para relanzar la democracia a nivel global.

Pero para ello, necesariamente se deben activar con mucha fuerza los elementos formativos en diferentes ámbitos. Las universidades, las escuelas, los centros de formación en general, adicionalmente, espacios gremiales, sindicales, sociales, campesinos, productivos, entre otros, deberían servir de marco para consolidar la incidencia para un liderazgo en función de promover y fortalecer la democracia.

Tarea urgente

Estamos en un siglo marcado por el comienzo de la era digital. Los impactos de las multiplataformas de comunicación no se están haciendo esperar en diferentes ámbitos, incluido el ejercicio de la política. Aunque pareciera que la tendencia apunta más hacia el individualismo y las formas autocráticas del poder, la reacción del liderazgo para la democracia no se puede permitir el lujo de seguir perdiendo terreno.

martes, 15 de octubre de 2024

El liderazgo Ancelotti: ¿modelo para la política? / Piero Trepiccione @polis360

 


Carlo Ancelotti es uno de los entrenadores más exitosos en la historia del fútbol mundial. Su palmarés como entrenador está distribuido por las principales ligas de Europa y también como jugador, se destacó por ser un mediocampista de recia pegada y control del balón.

Actualmente es el director técnico del equipo que más seguidores tiene en el planeta fútbol, el Real Madrid, el más ganador de torneos internacionales y uno de los clubes más complejos de dirigir precisamente por sus características. En 2014 escribió un libro “el liderazgo tranquilo” que es una caracterización de su forma de dirigir, de ejercer el liderazgo en un deporte donde los fanatismos y la búsqueda de resultados es algo tan determinante para el éxito o fracaso de cualquier misión.

Una de las características esenciales que describe Ancelotti como un elemento necesario para el éxito es la configuración de “un equipo”. Independientemente que deba gestionar “egos” y personalidades tan disímiles en un club como el Real Madrid donde se concentran siempre estrellas de primer nivel, la visión de jugar en conjunto y sacar el máximo provecho posible es algo demasiado relevante para incorporar al liderazgo.

El denominado “rock and roll” como esencia del liderazgo es algo que no se debe dejar de lado en el estilo de Ancelotti. Este aspecto se refiere a los “resultados en concreto”, a la búsqueda permanente de los goles y las victorias. En este formato no importa tanto “jugar bonito” y dar muchos pases para mover el balón por toda la cancha, sino concentrarse en dos o tres pases que aprovechen la velocidad de los delanteros y puedan sorprender al adversario. Es decir, la utilización de un esquema táctico para potenciar los resultados concretos que son los que desea todo fanático del futbol, especialmente, de un cuadro con una historia ganadora permanente.

¿Qué tiene que ver?

Un tercer aspecto crucial en el “modelo Ancelotti” es el ejercicio de la vocería. Corta, directa, enfocada y por, sobre todo, respetuosa. Este exjugador de balompié y entrenador de larga trayectoria hace mucho énfasis en esto: el respeto hacia el adversario con la utilización de palabras claves y diplomáticas que describen realidades sin ofender o maltratar a quien comparte contigo un juego tan apasionante como la vida misma. Y vaya que no es fácil hacer esto en una industria que basa sus éxitos financieros en la estimulación de las diferencias y la exacerbación del fanatismo para apuntalar mejor los procesos de mercadotecnia.

Y ustedes se estarán preguntando desde el principio qué tiene que ver esto con la política. El fútbol es un deporte, por cierto, el más popular y extendido del planeta, contrario a ésta que cada vez recibe fuertes rechazos populares ante el desprestigio que confronta en muchos lugares del mundo; no obstante, un modelo de liderazgo como el que representa Ancelotti en su gestión diaria al frente del Real Madrid, verdaderamente puede tener una interesante conexión, siempre y cuando, los líderes actuales puedan incorporar esos tres elementos esenciales que configuran el denominado “liderazgo tranquilo”.

martes, 8 de octubre de 2024

La nominalización de la política / Piero Trepiccione @polis360

 


Obviamente a lo largo de la historia el peso del liderazgo ha sido clave en la conducción de procesos políticos. No obstante, con la aparición de la figura de los partidos políticos modernos y las olas democratizadoras, la concepción de una “estructura” o “maquinaria partidista” comenzó a tener una determinación demasiado importante con el transcurrir de las décadas de buena parte del siglo XX y comenzando el XXI.

En muchos países, cuando de elecciones se trataba, la población generalmente emitía su voto, basando su análisis, más en aspectos ideológicos o de apego partidista que del carisma de los líderes. De manera tal, que la influencia de los partidos políticos en cuanto a mensaje, organización y direccionalidad estratégica era clave para ganar una elección en un sistema político de rasgos democráticos.

Con la aparición de la era digital, los cambios no se han hecho esperar. El impacto de las multiplataformas de comunicación que nos brinda la tecnología en la actualidad han incidido fuertemente en los cambios actitudinales hacia la política y los políticos en general. Tanto así se manifiesta el fenómeno, que hoy en día, estamos en presencia de una “nominalización” de la política donde los nombres de los líderes y las narrativas que promueven son mucho más importantes que las maquinarias partidistas que otrora copaban la escena casi sin contrapesos.

No quiero decir con esto que las organizaciones políticas no tengan ya importancia en cualquier proceso electoral o acción de articulación para fines públicos. Es bueno aclararlo. Lo que quiero significar a partir del análisis de lo que viene ocurriendo en muchos países de carácter democrático y también en los autoritarios, es que proporcionalmente, ha cambiado la ecuación.

Aunque los partidos siguen siendo claves en la organización y direccionamiento estratégico de los procesos, ya no tienen el mismo peso determinante en los resultados electorales que hace unos diez años atrás. Son múltiples los ejemplos que tenemos alrededor del mundo para soportar este análisis. Javier Milei, Nayib Bukele, Emmanuel Macron, Pedro Sánchez, Gabriel Boric, Daniel Noboa, Volodimir Zelensky, Giorgia Meloni, entre muchos otros, nos muestran que las narrativas y el carisma personal se ha venido imponiendo paulatinamente.

martes, 1 de octubre de 2024

El algoritmo de la democracia / Piero Trepiccione @polis360

 


En plena era digital y con todas las posibilidades que brindan las multiplataformas de comunicación instantáneas, la democracia va en retroceso y con fuerte desventaja en la generación de información. Observamos a diario como los mensajes promotores de odio y de exacerbación de las diferencias se hacen protagonistas en las diferentes redes sociales. Las consecuencias de este fenómeno no se hacen esperar. Millones y millones de seres humanos dudan más acerca de la eficacia de las reglas de la democracia para resolver los conflictos que se multiplican por todas partes.

Ya la vieja dicotomía entre izquierda y derecha no nos sirve para explicar este cambio de rumbo que se aprovecha de las redes sociales para resonar con mucha más fuerza. En el debate global entre democracia y autoritarismo, proyectos políticos de diferentes signos ideológicos y ubicados a ambos lados del espectro, pero interesados en cortar con los contrapesos institucionales utilizando las narrativas de la democracia, usan indiscriminadamente los mensajes de descalificación y de odio que buscan apartar del camino a potenciales adversarios políticos. En esta estratégica controversia, la categoría “adversario” desaparece o se minimiza en las disputas por el poder dando paso a una categoría de guerra denominada “enemigo”.

En virtud de ello, los algoritmos potencian los mensajes de odio y destrucción que por su estilo “amarillista” son más eficientes para captar la atención de los públicos globales. Allí la democracia ha ido quedando en desventaja porque los algoritmos no reproducen sus mensajes con la intensidad que se requeriría en estos tiempos digitales. Esta “particularidad” viene acentuando la severidad de las disputas por el poder que ya han perdido su apego a los mecanismos habituales estipulados por las leyes nacionales; convirtiéndose, en verdaderas “guerras híbridas” que fortalecen al autoritarismo y a las nuevas formas de opresión violadoras masivas de derechos humanos.

La democracia ha quedado en desventaja. Algo que parece una enorme contradicción a sabiendas que bajo su manto es donde se han desarrollado con una extraordinaria velocidad, las grandes invenciones tecnológicas que han facilitado los procesos de comunicación en todo el planeta. Las disputas por el poder y los intereses creados alrededor de ellas, pagan con más facilidad la multiplicación de los algoritmos para clasificar como enemigos y terroristas a quienes otrora fungían como adversarios. Vale decir, usan no solo las invenciones tecnológicas desarrolladas gracias a los ambientes de libertad económica y de pensamiento promovidos por gobiernos democráticos, sino también, las nefastas herramientas de propaganda sistematizadas y aplicadas con alevosa maestría, por el genio maléfico de estos sistemas en el mundo moderno, Joseph Goebbels.

Esta combinación es una especie de cóctel mortífero para desacreditar a la democracia con “sutilezas no tan sutiles”. Si no logramos reconfigurar los algoritmos en favor de la democracia y sus valores, cada día tendremos gobiernos más autoritarios. Tendremos menos contrapesos institucionales, menos alternancia en el poder y menos derechos humanos. La ecuación es simple. Los algoritmos deben concentrarse en reproducir los valores esenciales de la convivencia pacífica y democrática. En la medida en que se logren desnudar las macabras intenciones de la siembra del odio en redes sociales en favor de la polarización y el fanatismo exacerbado, más claramente las poblaciones podrán desactivar las estrategias de siembra de las formas autoritarias de gobierno.

El algoritmo de la democracia es algo que debe ser construido colectivamente. Una especie de wiki-algoritmo que se convierta en un contrapeso internacional contra las mafias oscuras de intereses que quieren “privatizar” los gobiernos para dar rienda suelta a las aspiraciones personalistas y grupales en desmedro de las grandes mayorías poblacionales. “Escribe que algo queda”, decía el gran Kotepa Delgado, hoy día, en las redes sociales debemos escribir siempre para contribuir al sano debate de las ideas, siempre, desde el ejercicio de la democracia, sin caer presa de los llamamientos al odio y las descalificaciones.

https://efectococuyo.com/opinion/el-algoritmo-de-la-democracia/

Invitamos a suscribirse a nuestro Boletín semanal, tanto por Whatsapp como vía correo electrónico, con los más leídos de la semana, Foros realizados, lectura recomendada y nuestra sección de Gastronomía y Salud. A través del correo electrónico anunciamos los Foros por venir de la siguiente semana con los enlaces para participar y siempre acompañamos de documentos importantes, boletines de otras organizaciones e información que normalmente NO publicamos en el Blog.



domingo, 22 de septiembre de 2024

La democracia de la posverdad / Piero Trepiccione @polis360



Parece mentira, pero cada día que pasa, los líderes políticos dicen más mentiras. Este fenómeno ocurre en pleno siglo XXI donde se ha dado el mayor y más rápido desarrollo de las multiplataformas instantáneas de comunicación, que, se supone, permiten corroborar si lo que se dice está apegado realmente a la verdad, en cuestión de minutos y en algunos casos, segundos.

Estas mentiras se multiplican por doquier hasta que se van convirtiendo en verdad; más bien, en posverdad. Con ellas, muchos gobernantes y aspirantes a serlo, fortalecen narrativas que, en lugar de ganar apoyos políticos, generan fanatismos similares o peores a los del mundo deportivo o religioso. Este factor deriva en un deterioro constante de la democracia, porque va sustituyendo la libre discusión de las ideas por los fanatismos generalizados y el apego dogmático a lo que digan los líderes. La democracia va muriendo en tanto y cuanto, proliferen las posverdades que tienen raíces muy emocionales y para nada, científicas.

Si el fanatismo va ganando terreno en el ejercicio de la política se debe fundamentalmente a la proliferación de posverdades. De mentiras orquestadas y manipuladas por sofisticados laboratorios de información quienes, con ayuda de determinados “influencers de opinión” divulgan a mansalva temáticas sin ninguna base de racionalidad, pero si, con una apelación clave a los sentimientos y emociones de las personas. La apelación al miedo, a la vanidad, a la culpa, al amor, al nacionalismo, entre otros, provocan actitudes “irracionales y despersonalizadas” cuyas consecuencias son terribles para la convivencia democrática y la sana práctica de los contrapesos institucionales.  

Decir, por ejemplo, que los haitianos se “comen a las mascotas de los vecinos” sin presentar pruebas contundentes para demostrar la aseveración es una vulgar estrategia de construcción de una posverdad para alcanzar fines electorales. O, aseverar que “todos los musulmanes están violando mujeres hindúes” es una forma de contraponer a un pueblo contra otro con fines dramáticamente políticos.

Las consecuencias de este tipo de posverdades terminan siendo demasiado criminales y destructivas; en no pocas oportunidades, hasta causantes de atroces genocidios. Recordemos a la Alemania nazi en contra de los judíos y más recientemente, el intento de exterminio en Ruanda en la década de los noventa, cuando el gobierno hegemónico Hutu trató de desaparecer a la población de origen Tutsi.

En estos casos que concluyeron en genocidios, la construcción de posverdades sirvió para “justificar el odio” y proceder con la irracionalidad desatada de unos contra otros. Desde algunos medios de comunicación se enviaban mensajes señalando al otro pueblo de prácticas inhumanas, canibalismo, violación y tortura de niños y mujeres, entre otros temas sin ningún soporte real; solo la emoción y el odio. Imagínense ustedes entonces, el gran riesgo que corre la democracia actual con la amenaza de la utilización de posverdades.

En el debate global entre democracia y autoritarismo es necesario desnudar con creces la proliferación de posverdades. Aunque las maquinarias comunicacionales y estratégicas son demasiado sofisticadas, el mundo actual, no puede darse el lujo de perder esta batalla. En las últimas décadas, geopolíticamente, naciones que tienen gobiernos abiertamente autoritarios, han logrado impulsar brechas de apoyo popular a las democracias.

Especialmente los jóvenes de hoy tienen serias dudas acerca de la factibilidad de los sistemas políticos democráticos; estas dudas, si bien tienen algún soporte en el mal desempeño que muchos gobiernos han tenido en materia de resultados concretos en economía y bienestar social, también son catapultadas por cajas de resonancia comunicacionales orientadas y promovidas estratégicamente, por gobiernos que no les importa la voluntad general de las poblaciones sino sus avances geopolíticos y geoestratégicos globales. La democracia de la posverdad puede convertirse en un verdadero boomerang que impacte nuestro modo de vivir en libertad.

https://efectococuyo.com/opinion/la-democracia-de-la-posverdad/

Invitamos a suscribirse a nuestro Boletín semanal, tanto por Whatsapp como vía correo electrónico, con los más leídos de la semana, Foros realizados, lectura recomendada y nuestra sección de Gastronomía y Salud. A través del correo electrónico anunciamos los Foros por venir de la siguiente semana con los enlaces para participar y siempre acompañamos de documentos importantes, boletines de otras organizaciones e información que normalmente NO publicamos en el Blog.



martes, 17 de septiembre de 2024

Venezuela: entre la verdad y la posverdad / Piero Trepiccione @polis360

 


Los venezolanos y las venezolanas dieron una demostración fehaciente de su apego a los valores esenciales de la democracia el pasado 28 de julio. Desde muy temprano, millones de personas acudieron a los diferentes centros de votación esparcidos por todo el territorio nacional y en las pocas sedes consulares habilitadas para el voto en el exterior.

Inclusive, en algunas localidades, desde la noche anterior, se formaron filas de personas que deseaban votar de primero al abrirse los centros a la mañana siguiente. Una jornada extraordinaria que mostró el talante democrático de un pueblo enmarcado en una crisis con consecuencias demoledoras en materia de migración. Esta es una gran verdad porque la vimos y la vivimos en directo.

Jornada histórica

Anterior a esa jornada histórica del 28 de julio, vivimos enmarcados en un cronograma electoral demasiado restrictivo. Con jornadas de inscripción y reubicación de votantes muy limitadas tanto de tiempo, como de información pública y puntos de acceso para ello, especialmente en las sedes diplomáticas del exterior.

En paralelo, un acceso a medios de comunicación tradicionales tanto públicos como privados muy desequilibrados en cuanto a candidaturas. Amén de algunas restricciones de movilización que tuvieron en particular, las fuerzas políticas aglutinadas en la denominada Plataforma Unitaria y su candidato Edmundo González Urrutia.

Estos hechos públicos y notorios para toda la población venezolana que no obstante a ello, se concentró pacíficamente en muchos lugares del país para poder escuchar los planteamientos políticos de sus candidatos. Y, aun así, participó masivamente en términos cívicos. Esta es otra gran verdad que vivimos en vivo y directo los venezolanos sin cuentos de caminos.

Tensión e incertidumbre

Al final de la extraordinaria jornada cívica del domingo 28 de julio, la esperanza aglutinada en un país despolarizado en sus bases, se comenzó a convertir en tensión e incertidumbre. Las autoridades electorales, a quienes por ley les corresponde coordinar el proceso y anunciar resultados transparentes con base al total de actas procesadas, no lo hicieron así.

Se hizo un anuncio con 80% de las actas escrutadas y transmitidas según el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso, pero no se publicó el resultado desagregado para poder juramentar y acreditar al candidato ganador, evento que se hizo rápidamente el lunes 29 en horas del mediodía sin esperar el boletín definitivo que contemplase 100% de las actas escrutadas. El mismo Amoroso anunció un hackeo del sistema que impidió la transmisión del resultado por centro de votación; no obstante, a ese anuncio, se proclamó al ganador. Verdad vista por todos y todas.

martes, 10 de septiembre de 2024

Sistemática electoral: una clave de la democracia / Piero Trepiccione @polis360

 


Mucho se habla de democracia en todo el planeta, pero muy poco sobre las formas de traducir la voluntad popular en poder político representativo. Algo contradictorio sabiendo que la participación política y pública requiere herramientas y mecanismos que aseguren correctamente lo que expresa el elector.

Todo ese conjunto se refleja en la sistemática electoral que, con el paso de los años, se ha venido estudiando paulatinamente para tratar de “encausar” lo más correctamente posible, la voluntad de la gente.

Los sistemas electorales son diversos. Según la caracterización del sistema político y la tradición electoral de cada país en particular, se reflejan en sus mecanismos. Esta diferenciación opera con diferencias más marcadas si se comparan regímenes parlamentarios con presidencialistas, pero también y con el paso de las décadas, se han acentuado regímenes con características híbridas que comportan también muchas especificidades en sus procedimientos electorales.

No obstante, a esas diferencias y particularidades, la sistemática electoral trata de reflejar, al menos en teoría, lo mejor posible en términos representativos de la composición ideológica y el espectro de simpatías políticas que en un momento determinado, caracterizan a una sociedad.

Representatividad

Vale decir que, si hay 5% de seguidores del partido A, 23% de seguidores del partido B, 16% del partido C y un resto de seguidores de diferentes partidos adicionales, el sistema electoral más adecuado es el que refleje esas proporciones en términos de representación parlamentaria. Eso quiere decir, que ninguna visión ideológica o partidaria por más pequeña que sea se quede sin su representación equivalente al porcentaje de apoyo que recibe en el voto popular. Obviamente, eso referido a los escaños parlamentarios.

Cuando se trata de elecciones para cargos ejecutivos, es decir, presidentes, gobernadores o alcaldes, la sistemática electoral con el paso de los años ha procurado impulsar las denominadas cadenas de legitimidad. Por ello, en las últimas décadas se han acentuado las elecciones de doble vuelta electoral para garantizar un apoyo político más sólido a quien resulte vencedor en los comicios; también, en algunos países, se ha optado por establecer porcentajes mínimos de apoyo o porcentajes de diferencia entre el primero y segundo lugar justamente para fortalecer el piso político del ganador.

martes, 3 de septiembre de 2024

Bukele y la alternancia / Piero Trepiccione @polis360

 


Nayib Bukele acaba de anunciar a su país y al mundo que no buscará una segunda reelección presidencial.

Muy bien por él, ya que uno de los elementos claves de la democracia es precisamente la alternancia en el poder que permite una oxigenación constante de los sistemas políticos y al mismo tiempo, una consolidación de una “burocracia de Estado” que garantiza cierta continuidad en la atención de las demandas ciudadanas, amén de programas y políticas públicas.

Esperemos que sea un anuncio sincero y que luego no venga acompañado de alguna “sorpresa”, como muchas veces nos acostumbran a dar ciertos mandatarios, que, ante la imposibilidad de seguir en el poder, lanzan a sus esposas o hijos para continuar, tras bastidores, seguir manejando los hilos.

Si hay algo que ha afectado severamente el desarrollo pleno de la democracia es la falta de alternancia en el poder. Y este, particularmente, ha sido un tema que ha trascendido los polos de la ideología. Desde la izquierda y la derecha se ha acentuado la práctica nefasta de permanecer en el poder por largo tiempo, usando todo tipo de triquiñuelas para burlar los mecanismos institucionales creados por la democracia para impedirlo.

Cuando una misma figura de liderazgo político se empeña constantemente por permanecer en el poder, los caminos de la democracia comienzan a torcerse. Ya no es lo mismo competir en igualdad de condiciones, como lo establece un principio básico de la democracia para dilucidar quién se queda en el poder, sino que se van deteriorando los mecanismos institucionales que facilitan la oxigenación del sistema y la sostenibilidad de los contrapesos necesarios para garantizar los equilibrios.

Sirva de ejemplo

En el debate global acerca de la configuración de un nuevo orden mundial hay que introducir con mucha fuerza, desde ámbitos académicos, populares, comunitarios, entre otros, la necesidad de fortalecer la alternancia en los sistemas políticos actuales. No puede ser, que, ante la crisis actual del multilateralismo, figuras tan anacrónicas y espeluznantes como las de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua, puedan marcar el rumbo de su propio país y más grave aún, opinar y apoyar todo tipo de desmanes y desviaciones de mandatarios que cada vez se vuelven más autoritarios en el ejercicio del poder.

Las tantas veces criticadas conductas de reyes medievales que ejercían el poder sin ningún tipo de límites ni morales ni legales, son copiadas ahora por “reyezuelos” que además tienen la desfachatez de poner de cabeza el orden internacional con sus “justificaciones” traídas de los cabellos.

Un nuevo orden mundial no se puede construir de esa manera. Pretender volver al Medioevo cuando los mandatarios no permitían la alternancia en el poder o lo hacían con normas extraordinariamente personalistas, es un retroceso sin parangón en nuestra historia universal.

domingo, 25 de agosto de 2024

La posverdad es poderosa, pero no tanto / Piero Trepiccione @polis360

  


El mundo actual se debate entre “lo que es”, es decir, la realidad y “lo que nos quieren hacer creer” , es decir, las mentiras sistemáticamente dichas para que puedan parecer “posverdades”.

Esto no es nada nuevo porque, generalmente, quienes ostentan el poder y carecen de legitimidad, han promovido desinformación y falsedades para mantenerlo. En regímenes con claras señales de autoritarismo y restricciones de libertades públicas es mucho más común el fenómeno que, en sistemas políticos democráticos, donde la posibilidad de hacer contrastes informativos es mucho mayor; aunque no se esté exento del todo.

El problema es que en el mundo de hoy estamos enmarcados en la era digital y esta ha permitido como nunca antes, un flujo de información instantánea que, en la mayoría de los casos, es casi imposible de “controlar” como en efecto se hace con muchos medios tradicionales de comunicación.

Patas cortas

Hay que tener muy claro que las nuevas multiplataformas que nos ofrece esta era digital han tenido grandes impactos en el ejercicio de la política y en el comportamiento electoral de la ciudadanía que ahora es menos “partidaria” en términos ideológicos y más abierta a conectarse con narrativas integradoras.

Por ello, las posverdades son realmente poderosas. Independientemente del flujo de datos que puedan contraponerse a las “versiones interesadas” y basadas en la mentira, pero con un componente emocional y partidario muy fuerte, pueden llegar a copar espacios de opinión y respaldo político importantes; pero, como toda mentira, sus “patas” se quedan cortas y se pueden convertir en un verdadero boomerang que deteriore aún más, la escasez de legitimidad de quien o quienes la promuevan.

“Miente, pero miente descaradamente”, “una mentira dicha mil veces se convierte en verdad, (posverdad)”, “¿Sabes cómo es la mejor forma de mantener el poder? Mintiendo”, “mintiendo, ganas”, son estas, algunas de las frases más emblemáticas de algunos genios de la propaganda global en la historia.

Hoy en día, se han sumado poderosas herramientas que fortalecen este esquema grotesco de funcionamiento de muchos líderes en todo el planeta. Este fenómeno ha venido socavando a la democracia en muchos lugares y, en paralelo, fortaleciendo regímenes y líderes con características autocráticas y de una concentración del poder casi similar a la peor época de las monarquías medievales.

Defensas automáticas

Paradójicamente, producen un alineamiento incompresible de muchos sectores intelectuales acostumbrados al método científico para explicar la realidad. Si, es algo extraño, pero es un fenómeno que alimenta las posverdades. Si un gobierno de derecha está montando en la olla un cúmulo de “posverdades” y yo soy liberal, las defiendo. Esto es ya algo recurrente.

martes, 20 de agosto de 2024

Venezuela: ¿dónde puede estar la esperanza? / Piero Trepiccione @polis360

 


Después de la extraordinaria jornada del 28 de julio, nos encontramos en un punto muerto. Un país que veía la elección presidencial como un mecanismo estelar para salir de los duros años de la polarización y encontrar un camino consensuado para apuntalar todos a un mismo horizonte; nuevamente, se ha frustrado. Y de qué manera, además.

Luego de esa jornada, más bien la incertidumbre es la protagonista del momento. Aunque existen intentos importantes de países como Brasil y Colombia para destrancar el juego de diversas maneras, hasta ahora, todo ha sido infructuoso.

Las posiciones lucen totalmente irreconciliables de momento. Más bien, hemos retrocedido estos días a estadios de polarización política que se habían desvanecido en los últimos tiempos. La concentración en el deseo de cambio caracterizó a la sociedad venezolana desde mediados de 2023 hasta la propia jornada del 28 de julio. No obstante, no se ha materializado en reacomodos institucionales de poder como se manifiesta en la realidad.

¿Cómo se aborda la negociación?

¿Cómo abordar entonces, una negociación que trascienda las posiciones cerradas de los actores políticos en litigio? No puede ser a partir de una “ganancia de tiempo” de quien ostenta el poder para seguir manteniéndolo aun a costa de la legitimidad perdida. O, por el contrario, a quienes apuestan por aplicar aquella máxima asociada a la canción del grupo Abba “el ganador se lo lleva todo” sin aceptar el peso proporcional de apoyo popular que tienen los actuales factores de poder en Venezuela, que temen por su futuro y el de sus familias.

En esta situación pueden ayudar dos fundamentos básicos de la democracia: el pluralismo y la alternancia en el poder. No hay manera de justificar un gobierno democrático sin la posibilidad práctica y concreta de aplicación de estos dos principios básicos. Pero para poder materializarlos se requiere algo de lo cual han pasado muchos años y muchos ataques políticos. El célebre y vilipendiado “Pacto de Punto Fijo”.

La esperanza no se encuentra ni puede ser asociada a aquel evento en particular que marcó un hito extremadamente importante de nuestra historia contemporánea como país. Pero si puede estar claramente enmarcada en un nuevo “pacto de gobernabilidad y gobernanza” que impulse una salida consensuada entre actores políticos nacionales, actores geopolíticos globales y lo más importante, el aval de la legitimidad de origen expresada por el pueblo venezolano.

martes, 13 de agosto de 2024

La clave de la ecuación democrática: los contrapesos / Piero Trepiccione @polis360

 


Cuando Alexis de Tocqueville, quien fuera ministro de relaciones exteriores de Francia, visitó Estados Unidos, quedó altamente impresionado por el funcionamiento de sus instituciones. Tal fue el impacto, que posteriormente escribió su célebre libro “la democracia en América”, todo un referente de la literatura global, para describir teóricamente los aspectos más relevantes de un sistema político que encarne los valores de la democracia.

El mayor de los énfasis que describió Tocqueville en su obra tiene que ver con los contrapesos necesarios en un sistema político para que sea realmente la voluntad general de los ciudadanos, la que predomine por encima de los intereses particulares o individuales. Las instituciones son la clave para limitar los intentos de distorsión que con cierta frecuencia se presentan en los sistemas para alterarlos y facilitar el camino a los liderazgos personalistas.

Tocqueville también alertaba sobre el “individualismo” como un aspecto demasiado peligroso para el ejercicio de la democracia. Sin instituciones con marcos legales sólidos y tradición de espacio republicano, difícilmente se podían consolidar sistemas políticos representativos y equilibrados anclados a todas las corrientes de pensamiento aglutinadas en un determinado país.

Peso unilateral

Doscientos años después, y luego de diferentes oleadas de democracia en la región y el mundo entero, aparecen fenómenos que intentan revertir la institucionalidad necesaria para la democracia, por fuertes acentos individualistas que contribuyen a un peso mucho más unilateral y centralizado en la toma de decisiones en el ámbito público.

La democracia comienza a derivar en autocracia cuando se debilitan los contrapesos. Cuando los diferentes poderes establecidos en las constituciones nacionales son cooptados modernamente para servir exclusivamente al poder ejecutivo y, por ende, a un único líder. Es allí donde la voluntad general queda subsumida a la voluntad de un único líder cuyas narrativas aseguran que se comporta de manera democrática, pero en realidad, sustituir la voz del pueblo por la voz de un único líder, no es para nada un ejercicio de convivencia democrático.

Muy bien que lo ha dicho en reiteradas ocasiones, el intelectual venezolano Moisés Naím, que con las célebres 3P (Polarización, Populismo y Posverdad) se está produciendo una verdadera revolución del autoritarismo a nivel global que está poniendo de rodillas a la democracia. Paradójicamente, esta oleada autoritaria usa las narrativas democráticas para destruirla desde adentro. Es increíble ver los ejercicios de simulación que se llevan a cabo en muchos lugares del planeta para “justificar” la voluntad unipersonal como una herramienta de la democracia.

martes, 6 de agosto de 2024

Venezuela: entre la verdad y la posverdad / Piero Trepiccione @polis360

 


Los venezolanos y las venezolanas dieron una demostración fehaciente de su apego a los valores esenciales de la democracia el pasado 28 de julio. Desde muy temprano, millones de personas acudieron a los diferentes centros de votación esparcidos por todo el territorio nacional y en las pocas sedes consulares habilitadas para el voto en el exterior.

Inclusive, en algunas localidades, desde la noche anterior, se formaron filas de personas que deseaban votar de primero al abrirse los centros a la mañana siguiente. Una jornada extraordinaria que mostró el talante democrático de un pueblo enmarcado en una crisis con consecuencias demoledoras en materia de migración. Esta es una gran verdad porque la vimos y la vivimos en directo.

Jornada histórica

Anterior a esa jornada histórica del 28 de julio, vivimos enmarcados en un cronograma electoral demasiado restrictivo. Con jornadas de inscripción y reubicación de votantes muy limitadas tanto de tiempo, como de información pública y puntos de acceso para ello, especialmente en las sedes diplomáticas del exterior.

En paralelo, un acceso a medios de comunicación tradicionales tanto públicos como privados muy desequilibrados en cuanto a candidaturas. Amén de algunas restricciones de movilización que tuvieron en particular, las fuerzas políticas aglutinadas en la denominada Plataforma Unitaria y su candidato Edmundo González Urrutia.

Estos hechos públicos y notorios para toda la población venezolana que no obstante a ello, se concentró pacíficamente en muchos lugares del país para poder escuchar los planteamientos políticos de sus candidatos. Y, aun así, participó masivamente en términos cívicos. Esta es otra gran verdad que vivimos en vivo y directo los venezolanos sin cuentos de caminos.

Tensión e incertidumbre

Al final de la extraordinaria jornada cívica del domingo 28 de julio, la esperanza aglutinada en un país despolarizado en sus bases, se comenzó a convertir en tensión e incertidumbre. Las autoridades electorales, a quienes por ley les corresponde coordinar el proceso y anunciar resultados transparentes con base al total de actas procesadas, no lo hicieron así.

martes, 30 de julio de 2024

Venezuela: ¿después de la polarización qué? / Piero Trepiccione @polis360

 


Durante los últimos 25 años Venezuela vivió un proceso de polarización política muy acentuado con consecuencias muy duras para la convivencia democrática. El país estuvo dividido en dos partes apegadas a narrativas muy ideologizadas. Este fenómeno destruyó por completo el mínimo consenso necesario para mantener un horizonte común como nación y, a la par, impactó sobremanera la cotidianidad de las personas, tanto en lo económico, como en lo emocional.

Diferentes estudios así nos lo han demostrado en los últimos tiempos: Encovi, Psicodata, Enjuve, los informes económicos de la Cepal y el Banco Interamericano de Desarrollo, ACNUR, FAO, entre muchos otros.

Pero las cosas fueron cambiando los últimos años y pocos lograron detectar un fenómeno que fue apareciendo repentinamente sin avisar: la despolarización política. Las comunidades y las personas se fueron alejando (desconectando) de narrativas ideológicas y se fueron concentrando en sus esfuerzos por vivir y sobrevivir. El odio partidario se fue diluyendo paulatinamente. Ya no se juzgaba al vecino por su afiliación partidista sino por sus formas para surfear la crisis y esto rompió el círculo de la violencia política que, desde los extremos, se impulsó para afianzar tendencias.

Proceso silencioso

La elección de este 28 de julio se enmarca en este proceso silencioso de despolarización política. Si bien es cierto la polarización electoral entre los diferentes actores políticos está presente, los venezolanos no se han enganchado ni se han relacionado con la campaña desde el punto de vista ideológico, sino con la ecuación situacional y emocional. Esto, naturalmente, tendrá consecuencias que marcarán el rumbo del país a partir del día 29 de julio de este año.

Si un país se ha desideologizado, el comportamiento del liderazgo político debe ajustarse a ello. Los meses sucesivos deben acoplarse a esta nueva realidad. Y, aunque es normal que se produzcan fuertes resistencias en sentido contrario, difícilmente estas puedan poner trabas insalvables a la necesidad de fortalecer procesos de negociación que reinstitucionalicen la vida pública del país y la convivencia de factores de poder con visiones diferentes.

La sociedad desde abajo así lo está demandando y para ello, la búsqueda de resultados concretos y efectivos en las acciones de gobierno será clave para el reimpulso del desarrollo del país.

A partir del 29 de julio no se puede improvisar ni nadie en particular se podrá imponer desde su óptica personal o grupal. El clima de opinión pública tendrá una influencia determinante en las negociaciones que deben surgir a partir del resultado electoral y, aunque la geopolítica global muestre sus dientes e intereses en Venezuela, difícilmente un liderazgo que intente saltarse este marco, tendrá posibilidades de apoyos sólidos en lo interno.

lunes, 22 de julio de 2024

Venezuela: el mayor de los desafíos / Piero Trepiccione @polis360

 


Queda apenas una semana para la elección presidencial en Venezuela. El 28 de julio será la culminación de un cronograma electoral de alta complejidad y resonancia continental. Ese día, los venezolanos decidirán entre la continuidad de Nicolás Maduro Moros, actual presidente y candidato a su segundo intento de reelección y Edmundo González Urrutia, candidato de la plataforma unitaria opositora.

El resto de las opciones presentadas, según las distintas encuestadoras, no tienen una figuración importante en la intención de voto al menos hasta ahora.

Estas elecciones quizás sean las más monitoreadas desde la región en los últimos años. El impacto migratorio y económico provocado por la situación en el país es demasiado alto y con aristas importantes. El propio conflicto político interno que se extiende desde principios de este siglo, ha trascendido las fronteras locales.

Inclusive, el formato de elección y los inconvenientes que se han presentado han demandado la atención de agencias internacionales. Y demás no está decir, los intereses geopolíticos que, tras bastidores, confluyen en el caso, en una época que está deslizando una especie de nuevo orden o ¿desorden? mundial.

Una novedad en este proceso ha sido la participación de la oposición mayoritaria con su propio candidato. Esto no ocurría desde el 2013 cuando, tras la muerte de Hugo Chávez en el ejercicio de la presidencia, se convocaron elecciones anticipadas en abril de ese año, resultando ganador por estrecho margen Maduro Moros frente a Henrique Capriles en un controvertido proceso comicial.

En 2018, por diversas razones y en el climax de un ambiente de polarización, se promovió la abstención y se dio inicio a un convulsionado periodo de alta tensión política cuyas consecuencias las sentimos aún hoy día.

¿Qué pasará el 29?

El clima de semi competitividad o baja competitividad electoral con el cual se desenvuelve este proceso en particular, consecuencia de una deriva autoritaria y una siembra de desconfianza entre los diferentes actores políticos nacionales y con interferencia geopolítica internacional, ha hecho que sea una campaña atípica amén de las grandes expectativas que se han suscitado sobre ella; abriéndose un gran desafío en relación a la posibilidad de un proceso de negociación entre actores políticos que pueda dar viabilidad institucional a una nueva correlación de fuerzas populares.

lunes, 15 de julio de 2024

28-J: ¿maquinaria versus espontaneidad? / Piero Trepiccione @polis360

 


El 28 de julio de 2024 promete ser desde ya una fecha emblemática. Los comicios presidenciales pautados para ese día en Venezuela hacen converger múltiples opiniones, variables y corrientes cuyas consecuencias se pueden perder de vista.

Un debate de trasfondo que ha caracterizado el cronograma electoral tiene que ver con el peso decisivo que tendrá en el resultado final, tanto la maquinaria electoral como la espontaneidad que pueda expresarse en las urnas. Y aunque esta tensión no es nueva ni exclusiva de una elección, sí que reviste ciertas particularidades cuando hablamos del caso venezolano.

En el pasado reciente, el peso de las maquinarias electorales era mucho mayor que el denominado voto espontáneo. Las movilizaciones partidarias ideológicamente hablando, eran la mayor fuente de votos que podían obtener los diferentes candidatos y partidos. Tanto así de arraigado estaba este fenómeno, que durante buena parte del siglo XX y hasta inicios de este, las agrupaciones partidistas marcaban las tendencias victoriosas en los procesos comiciales; no obstante, con el inicio de la era digital, esta realidad ha ido cambiando drásticamente.

Ya son muchas las elecciones alrededor del mundo que han sido ganadas por líderes que carecían de maquinarias partidistas cuando entraron en carrera comicial, pero gracia a sus narrativas y mercadeo en las multiplataformas de comunicación, lograron ganarse amplios respaldos que los catapultaron a la victoria.

Aunque en Venezuela las más de dos décadas de polarización y conflicto político marcaron un aislamiento de las nuevas tendencias políticas globales, este proceso del 28 de julio y el reencuentro en el terreno electoral de las fuerzas psuvistas que controlan el poder y las fuerzas mayoritarias del planeta opositor, se puede considerar una verdadera prueba de fuego entre el voto partidario y el voto silvestre.

martes, 9 de julio de 2024

La era digital y la campaña electoral venezolana / Piero Trepiccione @polis360

 


Cuando Barack Obama ganó por primera vez la elección presidencial en los Estados Unidos en 2008, todavía reinaba el escepticismo sobre la posibilidad de que alguien con sus orígenes, pudiera hacerlo en una nación con una tradición muy circunscrita a ciertos parámetros de raza.

Pero hubo algo que influyó de manera determinante y se superpuso a los prejuicios históricos. El matrimonio que se estableció a primera vista entre la personalidad de Obama y los jóvenes talentos de California, que estaban comenzando a revolucionar el mundo con la aparición de la era digital y las nuevas multiplataformas de comunicación.

El correo electrónico y las formas de establecer “comunidades virtuales” por donde circulaba la información, trascendiendo a los medios tradicionales, les dio un vuelco a las formas de hacer campañas políticas y desarrollar nuevas narrativas entre los electores y los líderes. Así, el carisma de Obama pudo superar las barreras porque encontró la forma de ser oído.

Surfeando obstáculos

Luego de esa campaña en particular, alrededor del planeta entero, muchos ejemplos han aparecido por doquier, tanto, que ya las formas tradicionales de comunicarse con los electores han variado demasiado y los impactos políticos no se han hecho esperar. Líderes sin partidos o poco conocidos que se activaron vía redes sociales y terminan siendo presidentes, gobernadores, alcaldes o parlamentarios causando revuelo e interacciones a gran escala en las multiplataformas, llegando al poder en tales circunstancias.

Aunque éste ha sido un fenómeno global que está impactando la política, en Venezuela, con las características especiales que nos han acompañado durante las últimas dos décadas, pudiéramos decir, que esta es la primera campaña electoral donde las herramientas que ofrece la era digital, están siendo utilizadas en su totalidad para “surfear” cualquier cantidad de obstáculos y limitaciones que ofrecen los medios tradicionales de comunicación.

Youtube, Whatsapp, X (antigua Twitter), Instagram, Tik Tok, Telegram, entre otras, permiten la puesta en escena de las narrativas electorales de esta campaña recién estrenada formalmente este simbólico 4 de julio y que llevará al día “D”, en este caso el próximo 28 de julio.

¿Qué tantos impactos políticos nos ofrecerán las herramientas de la era digital en esta campaña electoral tan particular? Los venezolanos y venezolanas estamos siendo testigos de excepción por vez primera en la actual magnitud, de narrativas que reúnen características poco tradicionales y amoldadas a la temporalidad reducida que brindan estas plataformas.

martes, 2 de julio de 2024

Venezuela en clave 28-J: retorno a la esencia / Piero Trepiccione @polis360

 


El 28 de julio es más que una fecha electoral. Existe una confluencia de factores que pueden dar lugares a distintos escenarios para la Venezuela de los próximos años. Uno de ellos, tiene que ver con volver a la esencia de lo que significa la convivencia democrática en un sistema político: poder dilucidar las diferencias ideológicas y pragmáticas en elecciones competitivas y libres, donde cada adversario respete los resultados y contribuya a la gobernabilidad nacional.

En 2018 se quebró la esencia de la competitividad electoral en Venezuela. Un importante sector de la oposición política no participó en aquella elección, aumentando considerablemente el porcentaje de abstención, comparativamente hablando, con el histórico del país, en las últimas décadas.

En esta elección del 28 de julio, con muchas dificultades y restricciones innecesarias, amén de la judicialización en el sistema político, tal como nos lo muestra el cronograma electoral institucional que se lleva a cabo hasta ahora, al menos, se ha dado un indicador importante.

Todas las fuerzas políticas del país agrupadas en el Psuv y sus aliados, la Plataforma Unitaria que agrupa a los partidos históricos de la oposición, más el liderazgo vencedor de la elección primaria del 22 de octubre pasado y las llamadas fuerzas opositoras disidentes, tienen sus respectivos candidatos y están participando con sus propuestas y recorridos por todo el territorio nacional.

El mundo involucrado

Y aunque vivimos en un escenario donde la elección reviste características semi-competitivas como lo han reflejado muchos analistas, los resultados de ahora en adelante pueden provocar una vuelta sistemática a la esencia misma de la democracia, en la que se garantice el respeto a la participación a todos los factores políticos involucrados en la marcha de los asuntos públicos del país. Que Tirios y Troyanos reconozcan los resultados, es una tarea en la que múltiples países y agencias diplomáticas están involucradas en el caso Venezuela.

Obviamente, no pueden faltar las dudas y certezas sobre este escenario de probabilidades. Ante un clima de exacerbación verbal y restricciones de derechos en la contienda electoral, los actores políticos, en muchos casos, al menos narrativamente, marchan en la dirección contraria. Pero, también es muy cierto, que las fuerzas de las circunstancias actúan desde la trastienda y a veces directamente, para incidir en las decisiones racionales de quienes disputan el poder.

Y las circunstancias en la Venezuela de mediados de 2024 son especialmente particulares y complejas.  A ningún actor político, incluido el alto gobierno, aun en su intento de reelección, le conviene pasar a escenarios de mayor complejidad política. La primera consecuencia de ello sería un aumento exponencial de la complejidad económica del país.

Tendríamos una especie de “complejidad al cuadrado” difícilmente sostenible en el tiempo con la anuencia de los países de la región y de la geopolítica global. Adicional a ello y no es un factor menor, es el tema de la despolarización que caracteriza a la población venezolana de estos días.

lunes, 24 de junio de 2024

Buenos días, Vietnam / Piero Trepiccione @polis360

 


En 1987 recorrió el mundo de las salas de cine la película Buenos días, Vietnam, protagonizada nada más y nada menos que por el ya fallecido Robin Williams. En ella se reflejaban aspectos importantes de lo que fue una guerra televisada y seguida en todo el planeta durante los años 60 y 70, con mucha atención, pero también, con muestras de repudio por el cúmulo de imágenes tenebrosas que surgían a partir de las escenas de guerra que a diario involucraban muertes.

Vietnam, un país lejano y poco conocido en el Occidente, se convirtió en un nombre repetido hasta el cansancio por las sociedades que cuestionaban una guerra sin sentido y con consecuencias catastróficas.

Hoy día, después de aquellas terribles escenas que dieron origen a múltiples películas, Vietnam vuelve a estar en el centro de la atención global. Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa, ha sido recibido con honores por las autoridades de esta nación asiática. En su visita, el mandatario ruso trata de recomponer relaciones internacionales y un sector del planeta se ha escandalizado por el recibimiento especial que se le ha hecho y los acuerdos políticos, económicos y militares que se han suscrito en esta oportunidad.

Obviamente, Putin se la está jugando con el conflicto en Ucrania. Militarmente la resistencia que ha tenido por parte de ese pueblo más el apoyo de buena parte del Occidente a Kiev, tanto con armas como con recursos económicos, le ha debilitado en su influencia geopolítica internacional, dependiendo más de los chinos en su articulación financiera y militar para poder surfear su carrera geopolítica y geoestratégica global.

Por eso Vietnam y Corea del Norte muestran sus movimientos como peso pluma en el tablero internacional, para ser contrapoder y no un apéndice de la nueva superpotencia china.

Pragmatismo estratégico

Pero existen otras aristas con el tema vietnamita. Este país también recibió por todo lo alto en 2023 al presidente de Estados Unidos, Joe Biden y al poco tiempo celebró muchos acuerdos comerciales. De hecho, hoy día, es el país favorito que recibe cuantiosas inversiones internacionales de compañías que anteriormente estaban establecidas en la República Popular China. Pero frente al drástico cambio geopolítico que ésta ha experimentado en los últimos años y su actitud frente a Ucrania y Gaza, Hanói es la mayor competidora de Beijing en materia comercial.

Los vietnamitas desde hace mucho tiempo, especialmente desde la recomposición de su relación diplomática con el país con el que estuvieron en guerra durante muchos años, los Estados Unidos, han fijado su política exterior con una marca de pragmatismo estratégico.