martes, 15 de septiembre de 2020
Tú que el mundo veías de otro
forma,
que portabas el
sol en la mirada,
descubriendo la luz bajo la
sombra
y en lugar de la roca, la
montaña.
Que un atisbo de verde era una
hoja
remontando la indócil catarata
y bastaba el empeño de una gota
para igualar el mar y la
borrasca.
Tú que siempre contabas las
estrellas
encumbrada en el viento,
que hacías
del amor la primavera.
Donde quiera que estés somos
aquellos
que elegimos querernos
en la cumbre del cielo y de la
tierra. ©
"Tú" - Del libro de la vida (siempre)
Fue increíble y maravilloso llegar aquí contigo.
Volveremos a compartir otro cielo.