La lista podría continuar pero con estos nombres ya tenemos suficiente.
Se trata de zonas de escalada, que se encuentran en esa franja paralela al eje principal del Pirineo; el Prepirineo. Cada una posee su carácter particular, desde las más exigentes y comprometidas a las más asequibles y deportivas. A veces la grandiosidad de sus paredes, nos atrae de tal manera que no nos deja descubrir algunos rincones que pueden llenar muchos días de escalada. De alguno de esos rincones surgen crestas impresionantes que también constituyen "caminos afilados" aunque no conduzcan a ninguna cima.
Huyamos de tópicos y disfrutemos de algunos tesoros en forma de cresta que esconde el Prepirineo. Estos son solo tres ejemplos, perfectas para iniciarse en este tipo de escalada, con tus compañeros o, porque no, acompañado de un guía:
Cresta Xivatos en Collegats. V/A0 (150 m.)
En la imagen escalando la variante de entrada de 6a.
Vía sencilla, con ambiente, corta aproximación y fácil descenso.
Ideal para medio día.
Este tío escalaba en "solo integral" y bajaba con"salto base".
Ultimo largo.
Reseña en la "Guía de Escalada de Collegats".
Cresta del Pic de Gelis en Sant Llorenç de Montgai.
V, 330 m.
Equilibrio, agua y roca.
En los alrededores del Congost de Montrebei se esconde una arista espectacular.
Cresta Urquiza-Olmo V, D, 600 m.
El ambiente de la aproximación.
Curiosamente para llegar al comienzo de la cresta, hay que descender hasta el pantano de Canelles.
Maniobras técnicas de cuerda para facilitar el paso entre dos agujas al segundo de cuerda.
Reducen tiempo pero aumentan la emoción.
Largo espectacular siguiendo el filo casi perfecto.
Inesperado, sorprendente y profundo rápel .
Parte final de la cresta para llegar a la Hermita de Santa Quiteria.