1.1.09

LA TETA DE LA POESÍA




A Paco Sevilla



Alguien decide ser poeta de por vida. Anular el resto de las opciones y empeñarse en ello. Creo que fue algo innato o de otra reencarnación. Salió del vientre materno y empezó a reír desconcertando a todos pues no era el guión premeditado para un bebé. Ya desde ese momento la teta se repliega y su boca se separa de la leche que se enfanga hasta hacer un pecho sin balcones. El muro se va tallando para aislar a ese niño que se viste por la cabeza y deja sus genitales como espigas al sol. Entonces se escapa lejos y merodea calles surcadas por fantasmas decapitados y almas en pena. Él se detiene para escucharles y le dice a una chica con mirada al suelo que no lo piense más. Y deja de hacerlo, agradecida. Los muertos salieron del cementerio y se desnudaron para cederle su vestuario de mortaja. No desecha nada. El verano se desespera con aquel hombrecillo con botas de soldado abatido y abrigo ajado. Entra en los bares y lo echan, luego lo admiten, de nuevo, para volverlo a sacar, con más violencia. Grita, se esconde en los baños y allí le llora a un mosquito su soledad. Invita a los indigentes a su buhardilla y se quedan allí. Se quiere ir lejos y está clavado. Mira con desprecio a la clase media que le atropella, escupe y pasa por encima. Quema noches enteras persiguiendo a la próxima mujer que le impedirá escribir. Se enamora de sí mismo y se asesina por la espalda. Desespera cuando no tiene un cigarro para hacer ese poema que le encumbrará. No entiende nada pero lo sabe todo. Dibujó desde la placenta su camino. Aguarda a su madre, quien le cuida en el silencio, sin comprender por qué le salió poeta, con la cantidad de senderos que hubiera podido seguir para llegar a nada. Fran besa su teléfono, que es el rostro de esa mujer que reza, y le dice te quiero, te quiero, para perderse en el eco de la noche. La esquina propicia para hacerle un quiebro.



Francisco José Sevilla ha sido galardonado con el Premio Ojo Crítico de Poesía 2008 de Radio Nacional por su poemario 120 páginas sin lluvia

Fotografía: Paco Sevilla entrega a Roger Wolfe La travesía del hombre barco donde le dedica el poema nº 14

Texto y foto: José R. Huidobro

24.8.08

LA MORFINA QUE NO CREA HÁBITO

En “Cine drogado” María Velasco parte de la consideración de que todo cine, con independencia de su género, es por naturaleza fantástico. Como dijo Artaud, referente fundamental de este ensayo, si el cine no está hecho para traducir los sueños o todo aquello que en la vida despierta se emparenta con ellos, no existe. Veneno inofensivo, virus del subconsciente, nirvana sentimental que sublima el vicio. Es en el arte y el cerebro donde se cometen los mayores pecados: la desintoxicación de la falsa realidad en la que vivimos.

María Velasco (Burgos, 1984) nos presenta este ensayo publicado por la Colección Soma de Ediciones Amargord las películas que han abordado la temática de las drogas. Evidentemente no están todas pero sí las suficientes (El hombre del brazo de oro, El pico, Easy Reader, Trainspotting, la atrabilaria Arrebato, etc.) para poder pensar sin prejuicios el cine y la ebriedad.

El cine, afirma en la introducción, quiere ser una droga. Desde la invención del cinematógrafo se ha disertado ampliamente sobre sus efectos hipnóticos en la percepción y en la conciencia del espectador. El medio cinematográfico podría llegar a ser esa Piedra Filosofal a la que se refiere Burroughs: “una morfina que no cree hábito”.

“Hay que estar ebrio. Nada más”, de lo que sea, decía Baudelaire en “Los paraísos artificiales”, “de vino, de poesía o de virtud”. Se puede estar ebrio de imágenes. Las grandes películas son, como las drogas, un viaje al otro lado del
espejo del que, a veces, quisiéramos no regresar, pero no podemos quedar atrapados porque no estamos hechos de la materia de los sueños.

Se han hecho cientos de películas sobre droga; algunos consideran el “cine drogado” un subgénero propio. Tomando solo, por ejemplo, las cintas sobre ácido lisérgico, las llamadas “head movies” podría escribirse una copiosa historia del cine. El propósito de este libro, sostiene Velasco, es más humilde: meditar algunos aspectos de las drogas a través del cine (ciertas películas asequibles, más o menos recientes). Aportar críticas que más que pensar los films, los utilizan para pensar sobre el cine, las drogas, y las drogas y el cine.

En la actualidad cuesta pensar que el cine y la droga fueron considerados, en un tiempo, sacras artes. El consumo que de las imágenes se hace en nuestra sociedad es igual al de las substancias sintéticas (drogadicción electrónica y química). “Lo gregario, lo múltiple y lo fragmentario, soldado por la velocidad del consumo, es nuestro gran estupefaciente social”.

¿Se instalarán las drogas y el cine, definitivamente, del lado del poder, del lado de la evasión? ¿O cumplirán con su cometido inicial, salvarnos, golpeando por debajo del intelecto, de una indigestión de sentido común? Es su cometido,la función que se ha atribuido a las drogas desde lo antiguo, desintoxicarnos de la dolencia general que nos provoca la falsa realidad en que vivimos.

María Velasco González (Burgos, 1984) es licenciada en Comunicación audiovisual por la Universidad Complutense y ha estudiado Dramaturgia en la Real Escuela de Arte Dramático de Madrid. Actualmente es redactora jefe de la revista Generación XXI y escribe crítica de cine para publicaciones como el libro Estrenos (Ediciones J.C). Ha recibido galardones en este género y el premio "Solidaridad obrera" de relato breve por Amor versus transporte público. Le interesa el arte, en general, como sismógrafo de nuestra sociedad. Su texto teatral "Peso neto ochenta gramos, peso escurrido cincuenta y seis, capacidad ochenta y cinco mililitros" fue llevado a escena en 2006.


Cine Drogado
María Velasco González
Dibujo de portada: Variación sobre el ojo-globo de Odilon Redon,
de María Torrón Santamaría.
Fotografía de solapa: María Teresa González Muñoz
Diseño y maquetación: EN LÍNEA
Colección SOMA
Directores de la colección: Javier Esteban y José Carlos Aguirre
Ediciones Amargord
ISBN: 978-84-87302-930

23.8.08

Reseña sobre Cine Drogado de María Velasco



Fotograma de El hombre del brazo de oro



Guillermo Arróniz López
El librepensador


Cuando en el entramado de un ensayo se citan, en armonía, a Charles Baudelaire, Erich Fromm, Terenci Moix, Gus Van Sant, Antonin Aratud, Arthur Rimbaud, Pedro Almodóvar, Thomas de Quincey y Woody Allen, entre otros, ya resulta evidente que estamos frente a un libro de cultura en sentido amplio que parte de la documentación necesaria para mantener nuestra atención.

Cine Drogado, de María Velasco, autora teatral y redactora jefe, así como crítico de cine, es un buen ensayo sobre cine, y en concreto sobre el celuloide rodado tomando como centro universal las drogas, sus efectos, su juicio y su situación en la sociedad contemporánea. Sobre unas líneas maestras que mezclan la literatura, la filosofía, la psicología y la técnica cinematográfica, se analizan muy diversas obras, desde Easy Rider a El Pico, o desde Saving Grace (El jardín de la alegría) hasta Arrebato; o, por ser un estudio de amplias miras desde sus limitadas páginas, también desde María llena eres de gracia a La vendedora de rosas. La exigente exégeta sabe valorar cada detalle de la técnica, del uso de la cámara o de las interpretaciones, pero no parece encumbrar plenamente casi ninguna cinta, encontrando puntos flacos y comerciales que desvirtúan parte de los trabajos; como si se quedasen cortos, incapaces de redondear el celuloide, de hacer un uso absoluto de sus posibilidades (algo que no suele perdonar la escritora, especialmente tratándose de la utilización de la imagen). Con todo no desmonta cruelmente ninguna película ni entra en críticas feroces, le bastan ligeros apuntes para ponderar el peso de cada una.

El libro, breve pero muy intenso, provoca la necesidad y el deseo de ver por uno mismo todas aquellas películas, antiguas y modernas, que per se no habrían levantado el interés del lector; y en esto resulta un magnífico ensayo. María Velasco, sin embargo, no realiza concesiones, no atiende a las reclamaciones de ningún público: expone sus ideas sin pudor, con la seguridad de saber que tiene conocimiento y perspectiva para construir sólidamente su opinión sin esperar parabienes de nadie.

La editorial Amargord, con tendencia al mundo ebrio, ha dado la alternativa a la autora con acierto y en el libro se agradecen los carteles de películas mencionadas que tienen (a pesar del blanco y negro) un valor adicional que completa la obra.

17.8.08

EDICIONES AMARGORD HACE MORDER EL POLVO A BOCCANERA

La colección Los Orfebres de Ediciones Amargord recupera la obra “Polvo para morder” del último Premio Casa de América de Poesía Americana Jorge Boccanera. Editada por primera vez en 1986 se instala en una instancia extrema y refleja la imagen de la derrota por excelencia. Una poética que arde y un yo poético que pone el cuerpo y busca en el polvo esas palabras preciosas que la belleza no cesa de entregarle.


El poeta argentino Jorge Boccanera, Premio de Casa de América de Poesía Americana 2008, rescata en la colección Los Orfebres de Ediciones Amargord una de sus obras emblemáticas “Polvo para morder” publicada por primera vez en 1986. Es una de las figuras poéticas atraídas al agujero negro de una editorial en entredicho por su falta de compromiso con los derechos de autor. Como paradoja de la derrota a la que parece abocado su editor, José Mª de la Quintana, queda el polvo como alimento y este acierto para el lector si lo encontrara en el círculo de la distribución.

El trabajo simbólico en la poética de Jorge Bocannera, sostiene Laura Yasan en el prólogo, es una ruta de doble carril que nos permite viajar a toda velocidad de lo fantástico a lo cotidiano y de lo cotidiano a lo fantástico, sobre un discurso que denota siempre un mensaje comprometido que se va completando conforme el texto avanza.


Oración para un extranjero

La primera parte del libro: “Oración para un extranjero”, trabaja una unidad temática que horada el exilio, lo increpa y pone en escena el primer elemento, una vieja fotografía en blanco y negro de un hombre sentado en la mesa de un bar. Será ese hombre, el extranjero, el desdoblado, el paria, la silueta que el poeta perseguirá, para llenarla de contenido y sentido.

Sobre la trilogía: extranjero, gallos ciegos y la ausencia se constituye una poética del desarraigo, donde la oración, según cita de Yasan, en lugar de seguir su camino letárgico, se eleva enriquecida de metáforas luminosas, estridentes, coloridas y vitales. Y se destacan contra la soledad imágenes furiosas, dolorosas, “labios de pólvora mojada” y “baldazos de odio hirviendo”.

Polvo para morder

La segunda parte, titulada “Polvo para morder” comienza con el largo poema “Marimba”, un poema que avanza verdaderamente a galope tendido. En este desfile asombroso, la mirada de Jorge Boccanera es precisa y veloz como un bisturí que llega al nervio, al instante. Pero el sentido del poema no se queda en el mero inventario sino que dialoga con otros poetas y se compromete.

En el poema que titula el libro su sentido nos es desvelado; es el trabajo mismo del poeta: la palabra/ como una copa rota donde morder el polvo/ y otras veces un agua/ de alumbrar.

Polvo de palabras, poemas para morder, la palabra como materia, la materia como imagen, la imagen como pensamiento. Un libro que “da lumbre en la noche del mundo”. Un trabajo de construcción, de simbologías y significados donde el poeta cuestiona, inquiere, denuncia y demanda. Tal vez los contratos inexistentes de los poetas que, como él, mordieron el polvo en Amargord.




Jorge Boccanera (Bahía Blanca, Argentina, 1952) escribió varios libros de poesía publicados en Argentina, Costa Rica, México, Chile, España y Paraguay ; entre ellos Los espantapájaros suicidas (1974), Contraseña (Premio Casa de las Américas, 1976), Noticias de una mujer cualquiera (1976), Música de fagot y piernas de Victoria (Premio Nacional de Poesía Joven de México, 1979), Los ojos del pájaro quemado (1980), Polvo para morder (1986), Sordomuda (1991), Bestias en un hotel de paso (2002).

Algunas de sus compilaciones son Antología personal, Marimba, Zona de tolerancia y Servicios de insomnio. .

En mayo de 2008 ganó el VIII Premio Casa de América de Poesía Americana con su obra "Palma Real"



Polvo para morder
Jorge Boccanera
Prólogo: Laura Yasan
Datos de portada: motivo etrusco
Diseño y maquetación: Martina Abud
Colección: Los orfebres
Director de colección: Rodrigo Galarza
Ediciones Amargord
ISBN: 84-87302-73-2




VI

Lluvia,
somos dos extranjeros,
mi nombre como el tuyo es una travesía,
un deambular por puertas cerradas para siempre.


La gente entra en mi sueño como por otra casa
y tus breves colores se deshacen contra el olvido,
pero ya lo sabemos,
no hay nada que tratar con su navaja,
nada que preguntar en sus regiones.


Lluvia,
somos dos extranjeros,
nos separa una herida.


(De oración para un extranjero)



I

A veces la palabra
como una copa rota donde morder el polvo
y otras veces un agua
de alumbrar.

Asomada a los cielos, la palabra,
es un tambor de polvo deshecho al primer golpe.
remando en el infierno, la palabra,
es un agua posible sobre un manto de cólera.


Entonces, la palabra,
¿polvo, para morder en la oscuridad?
¿Agua, para alumbrar este cuerpo callado?


III


Bésale las piernas a la poesía
aunque diga que no que aquí nos pueden ver.
Bésale las palabras, hurga su lengua hasta
que abra los brazos y diga ¡Santo Dios!
o hasta que santodios abra los brazos de escándalo.
Bésale a la poesía a la loba
aunque diga que no que hay mucha gente que aquí
nos pueden ver. Bésale las piernas las palabras
hasta que no de más, hasta que pida más
hasta que cante.


(De Polvo para morder)


Poemas publicados en Polvo para morder de Jorgen Boccanera en Ediciones Amargord

10.8.08

Capítulo 0 de La búsqueda, primera novela de Jorgelina E. Rodríguez

Una novela sobre la ayahuasca,un vértigo continuo respira a través de estas páginas volcánicas escritas desde dentro de esta sustancia enteogénica, alabada por los últimos investigadores y que Jorgelina E. Rodríguez hace llegar hasta sus últimas consecuencias con una resolución final reveladora de nuevos caminos para el espíritu.

Me presento, mi nombre es U.
Teniendo en cuenta que me refiero a mí mismo mediante una vocal, podemos decir que, por el momento, carezco de nombre propio. Cualquiera puede ser U.
Vale aclarar que yo, junto con el resto de los habitantes de estas páginas, puedo existir o no en la vida real, eso no importa. Yo soy un símbolo. Un ladrillo más en una sociedad positivista que se derrumba buscando nuevos paradigmas que resuelvan las falencias de la ciencia, nuestra joven y todavía torpe religión.
Soy un ladrillo podrido.
Podríamos decir que soy un psiquiatra que en la actualidad experimenta con lo que llaman “enteógenos”. Algunos dirán que son alucinógenos. Otros verán en esta droga un camino en la búsqueda de uno mismo. Los enteógenos me guían, en reiteradas experiencias, hacia lo teleológico.
A esa unidad que desde distintas disciplinas y religiones se desea alcanzar, yo he intentado, en un tortuoso viaje, aproximarse.
Incursioné en el Alto Perú con chamanes, que regidos por la idea que sostiene que la verdad se encuentra en uno mismo, realizan en la actualidad “curaciones” con ayahuasca.
Experimento en mí esta suerte de “curaciones”.
Las incursiones que realizo me transportan en una inconstante indistinción entre pasado, presente y futuro. Respiro un presente colmado de sinestesias.
Yo, con mis brebajes, me enajeno en una maraña en la que cada quien, en diversas escalas, es dueño de su destino. La ayahuasca es la fórmula mágica en mi viaje. La pócima milenaria bebida por los chamanes latinoamericanos en su búsqueda de la verdad. Con la ayahuasca, la culpa, el duelo, el egoísmo, el dolor, la muerte, la posesión, el poder, el deseo ferviente de trascendencia, el engaño, la vejez, el amor, la hipocresía y la justicia devienen en sintaxis bien lograda.
En mis ensoñaciones, los pájaros me hablan. Ellos, que tienen pico, no esgrimen palabras. Solamente, se dirigen a mí, en la intimidad de mi alma, para marcarme que el silencio no es tan precioso como preciso.
En silencio, entonces, me cuentan de la contemplación, de la pasividad, y me permiten percibir la bella cadencia del pensamiento.
Yo, paciente, los escucho.


Capítulo 0 de La búsqueda, publicado en la Colección SOMA de Ediciones Amargord


Sobre La Búsqueda

La Búsqueda fue escrita en dos momentos y continentes diferentes.
Comenzó a deletrearse en Rosario, Argentina, cuando trabajaba como psicóloga en un neuropsiquiátrico. Allí conocí a un grupo de psiquiatras que experimentaban con ayahuasca. Un chamán del Alto Perú viajaba hasta Rosario y revelaba los secretos de su cultura, mitología, creencias en las curaciones del “alma” a través de la planta “milagrosa”. Me hice puro oídos de los relatos de los médicos en sus experiencias que realizaban en un bosque a las afueras de Rosario.
Viviendo en Madrid, sus relatos y especialmente los de un hombre que fue censurado y expulsado de la comunidad científica por no atenerse a la medicina tradicional y comunicar en los medios lo que él creía que podía ser la ventana a otro tipo de inconciente, las letras se tejieron en su historia con la poética que la vieja metrópolis impone y la incorporación de cuestiones que afectan a la mayoría de los seres humanos: el poder, el prestigio, la locura, el amor, los misterios de la vida para descubrir los de la muerte.
Los viajes aparecen como lo onírico puro. Ora caer en el propio infierno, ora arrastrarse entre las alas de un dios que hasta lo más insignificante torna sublime. La pócima transforma mágicamente al ser humano en un hombre que se piensa. El medio hombre es quien no se plantea cual es el motivo de su existencia.
Allí los seres verdes hablan, los pájaros esputan verdades a los vientos, el ser es un interrogante. Descubrirse es el reto. Claro está que no es para todos…¿Acaso te atreves?

Jorgelina E. Rodríguez



Jorgelina E. Rodríguez nació en Rosario, Santa Fé, Argentina en 1973. Estudió psicología en la U.N.R. Licenciada en Madrid. Trabaja desde hace 8 años en psicosis y clínica general, especializándose en psicosis, adicciones, etc. Investiga sobre estos temas. Estudió filosofía oriental y occidental y parapsicología. La búsqueda es su primera novela publicada.


La búsqueda
Jorgelina E. Rodríguez
Colección SOMA
Ediciones Amargord
Directores de colección: Javier Esteban y José Carlos Aguirre
Fotografía de portada: Nana Nauwala
Diseño y maquetación: EN LÍNEA
ISBN: 978- 84-87302-99-2

4.7.08

RAFAEL R.VALCÁRCEL TRASPASA LA FRONTERA DEL PAPEL EN SU LIBRO "OTRAS PALABRAS"

Acaba de aparecer, publicado por Amargord Ediciones, el libro “Otras palabras”, una obra del escritor peruano Rafael R. Valcárcel que reúne 28 historias que transcurren en contextos normales, cotidianos, donde lo peculiar radica en la forma en cómo los personajes se relacionan con la realidad que los rodea; como lo hace el propio autor.

Sin miedo a experimentar, e introduciéndose en la óptica de uno de sus personajes, Rafael R. Valcárcel hace del libro un relato más: El Relato Número 28, que se hace presente al leer la reseña del libro premiado por la Institución Iberoletras en 2003. Ese libro en particular, escrito por Victoria Gaos Celaya, es una novela futurista que transcurre en 2008 y tiene como protagonista a Rafael R. Valcárcel, un hombre que se cuestiona sobre el área que puede abarcar la ficción literaria en un libro. Todos dan por sentado que va desde que empieza la historia que se narra hasta su punto final. El protagonista decide romper esos límites, no sólo abarcando todo el libro, sino saliendo incluso de él. Se inventa personajes que redactan las críticas, el prólogo y la cita previa a la dedicatoria. Además, crea una institución, Iberoletras, que lo premia. A todo ese envoltorio fantástico lo denomina el Relato número 28, con el que cierra su obra Otras Palabras.

Se podría decir —aventurándonos un poco— que el autor rompe con el “realismo mágico” de décadas anteriores para introducirse en la “realidad individual fantástica”, donde lo singular radica principalmente en la visión del personaje y no en el contexto, que sigue siendo el mismo que palpamos todos.

De los relatos incluidos en “Otras Palabras” los lectores podrán encontrar 22 en el libro y otros 5 adicionales en la página web www.iberoletras.com/op.html en forma de reseñas. Además, está el Relato Número 28 que engloba todo el libro. Sin embargo, ese relato-envoltorio no es en absoluto la historia principal, sino simplemente una manera de mostrar el ambiente en que se desarrollan sus relatos: un mundo cotidianamente real bajo la óptica singular de sus protagonistas o de las personas que los rodean.

Rafael R. Valcárcel consigue así llamar la atención del lector de forma sensible, haciéndole difícil distinguir la línea entre lo supuestamente ficticio y lo real.



Prólogo Otras Palabras


En todas las ocasiones que me solicitaron escribir un prólogo, me ha sido indiferente leer la obra literaria sin estar impresa en el interior de un libro. Un texto vale por lo que dice y no por su soporte. En este caso, me produjo un sinsabor. Aprecié cada uno de los relatos. Me sedujeron. Quedé plenamente satisfecho. Sin embargo, en una conversación posterior con el autor, me habló del Relato número 28. En el manuscrito que me hizo llegar sólo había 22.

Al explicarme ese relato, me nació decirle que lo omitiera. Quise argumentarle mis razones, pero, mientras las elaboraba mentalmente, supe que estaba contradiciendo a la esencia del arte. Descubrí que era un relato excelente y, mejor aún, que era coherente con todos los que conformaban Otras Palabras. Esas historias hablan de personas que dieron a su entorno un halo fantástico.

Le invito a sumergirse en la realidad de cada uno de los personajes, incluyendo la del propio autor. Para eso, le sugiero leer hasta el último de los relatos que figuran en el índice.

Esteban Fernández Dragó



Rafael R. Valcárcel

Nació en Arequipa, Perú, el 26 de agosto de 1970.

Más que un escritor, Rafael R. Valcárcel es una persona cuya vocación es contar historias, mostrando preferencia por las que no dejan indiferente al receptor, induciéndolo a cuestionarse de forma indirecta, mientras disfruta, sin sentirse destinatario de un mensaje. Para ello, ha experimentado, principalmente, con el vídeo y las letras; preocupándose siempre por emplear el género adecuado para transmitir mejor una idea.

Obras impresas publicadas: El Sudmundo de Máycol (Perú, 1995), Era cibernética (Perú, 1997), El Che romero (Bolivia, 2001), Me gustas, y no me gustas poco, me gustas mucho. (Bolivia, 2002).

Actualmente escribe los relatos que NoCuentos.com envía mensualmente a sus más de 17.500 usuarios. Ellos se registran al leer sus historias.

Obras audiovisuales:Reforma Laboral (España, 1997), Palabras de Otros (España, 1996).



Otras Palabras
Autor: Rafael R. Valcárcel
Diseño y Maquetación: Leire Mayendía
Foto de solapa: María Pía Hidalgo
Ediciones Amargord
ISBN: 978-84-87302-96-1

1.7.08

DEJEN QUE LA PALABRA LES BUSQUE

Al Rihla (El viaje) supone un itinerario por los principales lugares de espiritualidad que su autor (Luis Luna, 1975) ha recorrido. Sin intenciones descriptivas, el poemario pretende ser, más bien, una exteriorización de aquello que persiste cuando se ha superado toda religión y se analiza sólo el componente espiritual inherente a toda civilización. El extranjero da cabida al silencio como sonido necesario. No es lo que está escrito en el papel. Estamos ante la disolución sufí.

Luis Luna (Madrid, 1975) acaba de publicar Al-Rihla (El viaje) en la colección Helado de Mamey de Ediciones Amargord: un itinerario por los principales lugares de espiritualidad recorridos por el poeta.

El libro arranca con una cita de Avempace dedicada a los solitarios que los sufíes designan con el nombre de extranjeros, ya que aunque vivan en sus propios países o entre sus compañeros y vecinos, en realidad son extranjeros en sus ideas, pues se han marchado con sus pensamientos (…) que para ellos son sus patrias.

Sin intenciones descriptivas, Al-Rihla pretende ser, más bien, una exteriorización de aquello que persiste cuando se ha superado toda religión y se analiza sólo el componente espiritual inherente a toda civilización: ese impulso de unión con un Todo intuido a través de la naturaleza, de las distintas tradiciones, de los documentos literarios y artísticos. A partir de ese bagaje, del paseo como ritual místico el autor levanta un andamiaje textual conducente a la disolución.

Para alcanzar ese estado de vacuidad el lenguaje se va haciendo cada vez más denso, más intrincado y, a la vez, más despojado. Se rechaza todo artificio, dando entrada al silencio como parte fundamental, como sonido necesario.

El viaje

El libro arranca Extramuros a través de un viaje que se adentra en Siria. Sucesivas paradas en el Zoco “La palabra esperada/ derrota/ la experiencia/ perfila los matices/ delimita sus sombras”, La Gran Mezquita de los Omeyas: Aquí/ la luz/ recibe nombres/ que exceden/ el lenguaje y el Desierto (Traza/ sobre la arena/ palabras/ para que sólo el viento/ las pronuncie).

Derviches ahonda en la fuerza del círculo - Dejen que la palabra/ les busque/y les penetre/ que sea ella/ quien inicie su giro-. Para encontrar su lugar en el Éufrates: El discurso de todo lo que fluye/ se olvida y se disgrega/ en el lecho del río. En Meteora escucha el lenguaje de la cera (descubre ese murmullo/ de la llama y el aire./ Su cifrada sintaxis).

Prosigue Al-Rihla en “Mensajes en el muro”: Introduce/ un pequeño fragmento/ de papel/ en el muro/ como homenaje al intersticio; Kyos “Las campanas predican la memoria. Cada vibración, cada movimiento propicia un nuevo entorno que se interna despacio en cada cuerpo y lo conmueve. Es esa su armonía". Culmina en Montserrat: La certeza no buscas. Ni el centro, ni la linde. Dejas que el nombre tuyo en la mirada se diluya. Cuando todo el silencio ha sido asimilado lo exterior deja de tener sentido, ya no hay alrededor sino que, de algún modo todo está dentro, intramuros.

Una vez allí puede contemplarse el Todo y la parte, y en esa escisión comprender la juntura, la sensación de re-unión experimentada y vivida sin subterfugios, expresada, como dirían los sufíes, a través del lenguaje y la gramática, de ese collar de la paloma que representa cada serie, cada texto.

Entonces el lenguaje/ Las sílabas de la calcinación.



Luis Luna (Madrid, 1975). Su obra se desarrolla tanto en gallego como en castellano. Junto a Óscar Curieses ha publicado los poemarios Hidroemas (2000) e Ignicións (2002) en la editorial Acef. En castellano ha publicado Cuaderno del Guardabosque (Amargord, 2007). Su obra ha sido recogida también en numerosas publicaciones periódicas y aparece en libros colectivos y antologías como salida de emergencia o Todo es poesía menos la poesía. Interesado en el campo visual –especialmente el mail-art y las instalaciones en la naturaleza-, ha podido mostrar sus propuestas en eventos como la I Bienal de Arte Contemporáneo Cabo de Gata-Níjar (Almería). Ha organizado algunos espectáculos escénicos y participado en numerosos proyectos interdisciplinares junto a otros creadores como Concha Jerez, Guillermo Rodríguez, Aleksandra Mir, María Vielva o Carlos de Gredos y colectivos como Máquinas de coser o nosomoscómodos producciones.


Poemas pertenecientes a Al-Rihla de Luis Luna (Colección Helado de Mamey, Ediciones Amargord)


Traza
líneas en el aire.
Estudia
la arquitectura
de su soledad.



Contemplo dos muchachos
que ríen bajo el sol.
Ellos no saben
de los símbolos de la divinidad
del lenguaje que escribe el sudor en su cuerpo.



Aquí
la luz
recibe nombres
que exceden
el lenguaje.



Donde nací
el agua
impone nombres.
La arena que ahora toco
otorga identidad.



En cantos verticales
la piedra
recita su plegaria.
Se yergue
hacia la transparencia.



Desde esa perspectiva
el muro
no es lugar
sino un estado
nacido en la ceguera.



Reconocerse ahí: en el brazo o la piedra, en el tacto difuso y su estremecimiento. Y no decirlo nunca. Dejar sólo que sea.



Florece ahí sobre el resuello y la animalidad, sobre el grito y la podre, sobre la indiferencia. Y no digas lo frágil. Ni la luz. Que el velo continúe.




Al-Rihla (El viaje)
Luis Luna
Diseño y maquetación: María Trueba
Fotografía de portada: Rosario Alba
Fotografía de solapa: Guillermo Rodríguez
Colección: Helado de Mamey
Director de colección: Francisco J. Sevilla
Ediciones Amargord
ISBN: 978-84-87302-75-6

28.6.08

EL DEDO QUE SE CLAVA EN LA ESPINA

El corazón más feo del mundo, segundo libro de Óscar Aguado publicado por Amargord, ahonda, entre otros temas, en el desamor, a través de un discurso irreverente, que de algún modo pareciera amortiguar el dolor dotándolo de una belleza inusual en la nueva poesía española.

El corazón más feo del mundo, es el segundo poemario publicado por Amargord de uno de los poetas con más seguidores en las calles donde abundan los artistas sin consagrar. Previamente presentó El Arco iris de un Anticuario, que en realidad era su primera obra escrita, aunque no editada pues antes salió a la luz Yo fui el negro que escribió la biblia, Primer premio Nacional de Poesía Joven de la Universidad Popular "José Hierro" 2005.

Sostiene Francisco José Sevilla en el prólogo que el corazón más feo del mundo obedece a Córdoba, por el brazo tatuado de un tal Julián, cuando en una tarde sin nubes muestra un tatú a Óscar, signo que es tatuaje de 1 corazón, y que representa el corazón más feo del mundo, relato de 1 desamor y otras desventuras. “Soy el dedo/ que se clava en la espina/ y la rompe/ lo que queda dentro/ es mi dolor/ y me lo quedo”

El poemario viene introducido por un cuento en el que un rey pide a su esclavo darle su mano, orden que acata cortándosela con un cuchillo que emplea después para extraer su corazón cuando el monarca también se lo exige.

Dice Gonzalo Escarpa de Óscar Aguado que es Bartleby el escribiente, Ismael, Tristam Shandy, Alberto Caeiro. También Arturo Carrera y Boccanera y, además, Parra. Que él sabe que al ser tantos es una carta que contiene la verdad de las plantas.

Es difícil no encontrar un toque de ternura cruel en los poemas de Óscar Aguado y dejarse llevar por todos esos recuerdos de lecturas y películas vistas que se han colado por sus versos. El viaje de Alvin Straight en una segadora buscando a su hermano hace escalas para visitar a Momo, al ladrón Fendetestas, Ignatius Reilly, Señor Chinasky o al defensa del Atlético de Bilbao Argote que centra al área para que los hermanos Vicario rematen a Santiago Nasar.

El discurso irreverente de Óscar Aguado es uno de los más atractivos de la poesía española. Bardo errante que mama los versos en los templos de la poesía. Desde Córdoba a Leganés pasando por Lavapiés o el Raval de Barcelona.

El poeta siamés de Aguado, Paco Sevilla, dice de su hermano en la bohemia que aterriza en la ninguna parte de un poema, trascendiéndolo todo gracias a una mística realizable con solo mirar, personal filtro de la realidad del presente sucesivo, recreador de universos.




Óscar Aguado nació en Córdoba en 1977. Antologado por Ignacio Elguero en
'Periféricos'(U.P José Hierro 2004) por Gonzalo Escarpa en “Todo es poesía menos la
poesía”(Editorial Eneida 2004) proximamente aparecerá en “Jovenes poetas en la casa
del libro” (Editorial Hiperión). Sus libros publicados son “Yo fui el negro que
escribió la biblia” (Premio nacional de poesíajoven U.P José Hierro 2005 en
Universidad Popular 2005,”El arco iris de un anticuario” (Amargord ediciones
2006). En este año 2008 también aparecerá en formato libro disco “Barro” en la
editorial Grupo artístico 8.



Si te ahogaras te salvaría
porque hinchada estás más fea
si te quemaras te salvaría
por no recoger tus cenizas
si te aplastara un tren te salvaría
porque soñé cruzar las vías de tu mano
si te cayeras de un cuarto piso te salvaría
porque siempre juré demostrarte que podía volar
ahora
por mí
puedes morirte.



Qué rato me haces pasar cuando te quitas las bragas y pones tu culo en movimiento saltan muros los caracoles y aquí yo el espacio entre dos comas de alcohol me peino a raya los huevos y te dejo a ti dos míseras palabras que nunca llegarán a calar tu huerto de tristezas
te extiendes sobre ese río anciano que son tus curvas de leche me invitas a que pasemos supongo que soy un niño que laborea entre tus piernas y no tiene más remedio que erigirse rey por ley divina que erigirse esclavo por amor al arte que despejar la selva y abrir boca
así el perro aprenderá de la gata y el niño de la mujer condenado a correrme por la boca a que expongas tu miedo a un diablillo que no saca consecuencias saca poemas y te los extiende sobre la frente para que te quemes para que alargues la mano y cojas la piedra que tiraste al edén.



Todas las noches
las 21 vidas de tus tres gatos
saltan de mi tejado al tuyo


*Poemas pertenecientes a "El corazón más feo del mundo" de Óscar Aguado, publicado en la colección Helado de Mamey de Ediciones Amargord



El corazón más feo del mundo
Óscar Aguado
Diseño y dibujo de portada: María Trueba
Maquetación: EN LÍNEA
Colección Helado de Mamey
Director de colección: Francisco J. Sevilla
Ediciones Amargord
ISBN: 978-84-87302-84-8

21.6.08

EL MUNDO COMO UNA PIEL : TAMBIÉN COMO UNA HERIDA

Enrique Falcón: creo que vale la pena que la poesía se nos contamine irremediablemente con ese olor a pies

Este breve pero intenso recorrido de diez años por la producción poética del valenciano Enrique Falcón, nos señala una vez más que el poeta ha sacado su palabra a la calle, haciendo de la misma una trinchera para enfrentar la realidad lacerante que nos circunda, siendo uno y todos los hombres del mundo, sobre todo aquellos sostenidos por sus propias carencias: yo bramo en vuestro propio / cordón umbilical. Poesía en carne viva con fusiles que alguna vez redimirán a los desamparados, a los olvidados y a las víctimas del sistema. Porque así como el poeta llama tiempo herido a esta época que nos toca vivir, llegarán otras en que brillará la luz de las tormentas. (Rodrigo Galarza)

Los poemas que conforman “Para un tiempo herido” (Colección Helado de Mamey, Ediciones Amargord) abarcan 10 años de escritura ininterrumpida y están extraídos de los libros siguientes: Los Otros Pobladores (Germanía, 1998); AUTT (Crecida, 2002); Amonal y otros poemas (Idea 2005); La marcha de los 150.000.000 (Eclipsados, 2008); Taberna roja y otros poemas (Baile del Sol, 2008); y Porción del enemigo (material inédito en 2008).

En esta antología poética (1998-2008) caben algunos de los combates espirituales y políticos del autor, estructurados en tres secciones: "Viernes", "Sábado" y "Domingo" (siguiendo los tres últimos días de la Semana Santa cristiana).

Enrique Falcón (Valencia, 1968) concibe la poesía como una de tantas conspiraciones de la vida que lo convierten en un signo del compromiso en medio del mundo, el mismo que ha sido aprovechado por críticos y lectores para catalogar su poesía bajo etiquetas que el autor analiza en su epílogo “Cuatro tesis de mayo”.

Las etiquetas desarmadas por Falcón

Una persona de la comunidad hispana de Jacksonville, en EE.UU, me llamaba “poeta antiglobalización”… Manuel Rico acuñó- creo que por primera vez- el término de poesía “de la conciencia crítica”… Fui uno de los “poetas feroces” que Correyero incluyó en su antología “de poesía radical, marginal y heterodoxa” …me convirtieron la escritura en “poesía de la resistencia”… Lo de “poesía social” me lo he tenido que oír más de quince veces, y otras tantas su eterna e insistente actualización de “nueva poesía social”… Y el colmo se lo lleva aquel crítico literario que nos adscribe a una supuesta “neopoesía social”.

En cualquier caso me suele dar la sensación de que, cuando alguien con un poema mío y con eso de la poesía social (o concienzuda, o radical, o conflictiva, o resistente…), se me acerca también con una carga de- por lo menos- cuatro presupuestos acerca de mi obra. Estos son: ajena a lo íntimo, dirigida a los pobres y a las víctimas de un sistema en verdad injusto, realista y perseguidora de un cambio significativo en las estructuras sociales y políticas de su tiempo. Falcón desmonta cada una de ellas.

Mi maestro Roque Dalton denunciaba la presuposición de que la poesía fuera un “vaso santo” que no debiera mancharse con el imperialismo, la tortura o la miseria cotidiana de los sin voz y los sin rostro. Yo creo que vale la pena (y mucho) que la poesía se nos contamine irremediablemente con ese olor a pies (de realidades supuestamente ajenas tanto a la materia de un poema como a nuestro macdonalizado cuartito íntimo), que la poesía se nos contamine con ese vuelco de mostaza, con el crimen nuestro de todos los días.

En la carta de presentación que figura en sus escritos, su tarea de poeta aparece como la argamasa constitutiva de alguien que, de manera sustantiva y no adventicia, es miembro de la Comunidad de Vida Cristiana «Ignacio Ellacuría», del colectivo «Teuladí» de apoyo en prisión y de la Asociación de Vecinos del Barrio del Cristo de su ciudad. Desde allí escribe y firma esta antología dedicada a José Mª “Pepo” Olmos que dio su vida por los más pobres en el barrio limeño de “El Agustino”.

Falcón, sostiene, no escribe para los pobres, ni para los presos (hay más encarcelados que lectores de poesía). Escribe para aquellos que están todavía posibilitados para acercarse a los muchos ningunos que sortean las cunetas de nuestro tiempo. Por ejemplo, y entre muchos/as vosotros mismos.



AMONAL PARA UNA FOSA COMÚN

Uno se desnuda al paso
cuerpo añico adentro de las tardes tontas,
y se mira en las estatuas
compadece en sus masacres
todo cuanto hiciera sin salida.
Así uno se desnuda, se despoja de muertos
y ventila el cuarto
con un suave saludo de desaparecido.
Vamos a decir que no ocurriera
que no están vivos todavía
y ocupando despachos y brindando en sus fiestas
por todos los muertos felices.
Vamos a decir que ya han perdido,
que se les tira palomas en todos los zoológicos,
comenzando sus caras
a no ser demasiado,
a cubrirse de helechos y a vengarse de las víctimas.
Uno se desnuda y enloquecen los trajes
al saber del aullido de los presos, las fosas,
- al
esqueleto amarillo
ya podéis odiarlo.


RENDICIÓN DE LA LENGUA

"tampoco los muertos estarán seguros
ante el enemigo, si éste triunfa"

(Walter Benjamin: Illuminationen,
ed. Th. W. Adorno, 1961)


De triunfar la vida
ha de arañarnos la cara y las palabras
si el mundo es mundo y piel de mundo
y no este hombre al que así tumbaron
los fusiles y el hambre en una tarde corta.
De triunfar, su sed
habría de pegarse a nosotros como un muslo tenso
en mitad de la cara, a mitad justo del mundo
donde tiemblan las palabras en sus ascos de altamar.
Así habrían de vencernos
su sed y el hambre, el tajo de la voz
en su puñal de miedo,
hasta poder reventarnos
cualquier aviso de la boca
(en el medio del incendio
con que la lengua dejó de resistirse).
Porque el mundo es mundo y piel de mundo
y no este hombre y no esta rabia,
de triunfar la vida
habrá de desmayarnos, así, los ojos
y ponerlos en rodillas: la luz de las tormentas.


* Poemas pertenecientes al libro de Enrique Falcón "Para un tiempo herido (antología poética 1998-2008)


Enrique Falcón (Valencia, 1968) ha publicado hasta la fecha los libros de poesía El día que me llamé Pushkin (Ediciones del Ayuntamiento de Sevilla, 1992; Premio ‘Antonio Machado’ de Poesía); La marcha de 150.000.000: 'El Saqueo' (Rialp, Madrid, 1994: accésit Premio ‘Adonais’ de Poesía); La marcha de 150.000.000: 'El Saqueo' y 'Los Otros Pobladores' (Germania, Valencia, 1998; Premio ‘Ojo Crítico’ de Poesía); AUTT (Crecida, Huelva, 2002); Nueve poemas (Universitat de Valencia, 2003); Amonal (Ediciones Idea, Tenerife, 2005); El amor, la ira (Ediciones del 4 de Agosto, Logroño, 2006); los cantos definitivos del libro-poema La marcha de 150.000.000: 'El Saqueo', 'Los Otros Pobladores', 'Para los que aún viven', 'La caída de Dios' y 'Canción de E' (Eclipsados, Zaragoza, 2008); y Taberna roja, y otros poemas (Ediciones Baile del Sol, Tenerife, 2008). Hasta 1994 formó parte del equipo crítico «Alicia bajo Cero», responsable del libro Poesía y Poder (Ediciones Bajo Cero, Valencia, 1997). Miembro del consejo de redacción de la extinta revista “Lunas Rojas”, ha coordinado los volúmenes No doblar las rodillas: siete proyectos críticos en la poesía española reciente (Universidad de Chile, Santiago, 2002), Once poetas críticos en la poesía española reciente (Baile del Sol, Tenerife, 2007) y Poesía y desorden (Contratiempos, Madrid, 2007).



Para un tiempo herido
(Antología poética 1998-2008)
Enrique Falcón
Colección Helado de Mamey
Ediciones Amargord
Director de colección: Rodrigo Galarza
Diseño de portada: Francisco J. Sevilla
ISBN: 978-84-87302-77-0




Sobre la reciente antología poética de Enrique Falcón(texto de presentación del libro de E. Falcón en la Sala Youkali, Madrid 14 de junio, 2008)

19.6.08

VIGILIA POÉTICA EN EL CENTRO DE POESÍA JOSÉ HIERRO



Seis horas de poesía, música y sorpresas. Y un nuevo escenario: la sede de la Fundación Centro de Poesía José Hierro. La noche del 20 al 21 de junio volverá a desvelar a los amantes del arte de los versos que se acerquen a festejar la cercana noche de San Juan. La Vigilia Poética 2008 prepara una noche dedicada a la poesía y en la que colaboran más de un centenar de personas. “Vienen muchos colectivos literarios, además de gente de nuestros talleres”. Tacha Romero, directora de la fundación, confía en que “acuda tanta gente como otros años”. Y no son pocos los que se acercan a escuchar las letras que se recitan. “A lo largo de toda la noche pueden pasar 500 ó 600 personas”. Y entre verso y verso, muchas sorpresas. “Este año, para el momento culminante, a las doce de la noche, tenemos preparada una paella para todos los que asistan”. Ya se comienza a convertir en una tradición que se repite año tras año. Y ya son seis.

La fiesta se iniciará a las nueve de la noche y planean que se extienda hasta las tres de la madrugada. “Este año hemos preparado proyecciones con poemas y con la trayectoria del centro”, explica Romero. Y otra novedad: “Se recitarán versos en lengua de signos”. Y además de la actuación del cantautor Luis Emilio Batallán, la noche tendrá otro punto fuerte: “Entregaremos el III Premio de Poesía Margarita Hierro”, que ha sido fallado por unanimidad a favor de Jesús Urceloy. La obra ganadora, Diciembre, podrá ser escuchada en la voz del poeta madrileño que dará un recital. Asistirá Pepe Viyuela, ganador del último certamen que le entregará el testigo en persona.


Musicando a poetas gallegos

“Es un cantautor famosísimo, con mucho reconocimiento”. Las palabras de Tacha Romero desprenden admiración hacia Luis Emilio Batallán (Santiago, 1948), que será el encargado de poner sonidos a la Vigilia Poética. “Ha musicado a los poetas gallegos de siempre: a Rosalía de Castro, a Celso Emilio Ferreiro…”. El cantautor ya prepara el repertorio que presentará en el José Hierro, al que le une una relación muy próxima. “Ya había asistido a un acto que organizaron hace algunos años en San Sebastián de los Reyes, con Joaquín Sabina”, dice Batallán.

En su compilación de temas son habituales los nombres de Rosalía de Castro o Ramón Cabanillas, poetas nacidos en su tierra natal y a cuyos versos ha puesto música. Pero también ha optado por trascender las fronteras de su comunidad y apostar por otros escritores como “Jaime Gil de Biedma, que no es nada fácil. No toda la buena poesía se puede musicar”. Se confiesa fan de este arte. “Hay una relación muy íntima entre ambos”. No tiene dificultades para ponerle notas a las rimas. “Las palabras ya tienen musicalidad, suele ser bastante sencillo, aunque hay otros poetas que tienen más dificultad. Depende de lo que inspire emocionalmente”. No escribe poesía, pero sí ha colaborado con autores y ha puesto notas a múltiples poemas que podrán ser escuchados en la vigilia de 2008.


La Vigilia Poética tendrá lugar el viernes 20 de junio, que se celebrará en la nueva sede de la Fundación Centro de Poesía José Hierro, el la calle José Hierro, 7, de Getafe (Madrid).