Lleva mucho tiempo colgada, lo raro es que en mis anteriores paseos por esta calle no me fijara en ella. Evidentemente alguien la puso cuando ya no la usaba o bien la encontró con su pátina de vejez en algún lado y creyó que era un buen elemento decorativo.
Oporto sigue teniendo su punto de decrepitud en algunos sitios, a pesar de que en los últimos cinco años ha mejorado mucho en este aspecto. Mucho.