Por Ander Barroso.-
No tengo ningún problema en reconocer que Pep Guardiola es un brillante entrenador que se ha ganado el respeto de todo el barcelonismo en sus primeros meses al mando del Barcelona. No sólo ha vuelto a colocar al equipo blaugrana en lo más alto, sino que también ha conseguido que en el Camp Nou reine un ambiente de gran orgullo.
Ahora mismo, este Barca es imbatible. Al menos, en España. Tiene la Liga en el bolsillo, puesto que esta vez ni un milagro daría el título liguero al Real Madrid. En la Champions puede pasar cualquier cosa y por tanto, no cuenta con una vitola de favorita tan exagerada. Aunque también está en la lista de candidatos.
Guardiola cuenta con la mejor plantilla del mundo, en la que sus piezas importantes atraviesan un gran momento. El gran mérito del técnico culé es el haberse ganado la confianza del vestuario con tanta elegancia y eso tiene su porqué. Ha sido futbolista y sabe mejor que nadie cómo tiene que tratar con sus pupilos.
Es un empollón del fútbol y prepara los partidos tan bien como cualquier otro entrenador. Y lo más importante, ahora el entrenador es el que manda en el vestuario blaugrana, no como en un pasado reciente.
Obviamente, el Barca tiene la mejor plantilla que se recuerda en mucho tiempo y va de record en record. Cuenta con el defensa más en forma del momento, Rafa Márquez, el centro del campo soñado con Xavi como gran líder y una delantera perfecta, dónde Leo Messi destaca por encima de los demás.
En definitiva, que el Barca vuelve a vivir días de glorias y puede que el éxito de los de Guardiola vaya para rato, siempre y cuando Pep mantenga su puesto. Algo que no peligra, porque la trayectoria del actual técnico blaugrana no entiende de fracasos. El éxito es parte de su forma de ser.