La villa de Kogelo se ha convertido en el epicentro de África desde que Barack Obama fue elegido como nuevo presidente de los Estados Unidos de América. El motivo es que allí nació Hussein Onyango Obama, abuelo del mandatario americano, y reside la tercera tercera esposa de éste, Sarah Obama. El gobierno keniata quiere aprovechar el tirón mediático y está vendiendo Kogelo como si de una atracción turística se tratase, con el fin de atraer a visitantes estadounidenses interesados en conocer los orígenes de su presidente. Incluso está programada la construcción de un museo dedicado exclusivamente a Obama.
Pese al boom mediático de Kogelo y su presidencial descendiente, lo cierto es que el continente negro ha dado a luz grandes celebridades, especialmente a lo que al mundo del deporte se refiere. El pueblo Igbo es el más fértil en este aspecto y ha alumbrado al Obama del baloncesto, Emeka Okafor, actual jugador de los Bobcats; o a los futbolistas Nwankwo Kanu y Jay-Jay Okocha.
El pueblo Igbo, entre otras cosas, fundó la ciudad nigeriana de Aba. Ciudad natal de los hermanos Uche, Ikechukwu y Kalu. El primero es el menor y hace tiempo que viene llamando la atención con sus notables actuaciones tanto en Segunda como en Primera División. Más discreto ha sido el paso por España de Kalu, siempre con la camiseta del Almería, aunque parece que por fin ha llegado su momento de la mano de Hugo Sánchez.
Tras una estéril etapa en el Espanyol, Kalu regresó a España en el 2005 después de haber jugado la Copa UEFA con el Wisla Cracovia y vestido la camiseta del Girondins de Burdeos. Pese a jugar con el Almería en Segunda División, su intención era hacerse un nombre en el fútbol español y convertirse en “el mejor jugador extranjero en España”. Su objetivo todavía queda muy lejos, pero desde que Hugo Sánchez ocupó el banquillo del Almería parece que Kalu por fin va a luchar por su sueño.
En su primer año en el Almería pasó inadvertido por culpa de las lesiones, aunque sus goles fueron clave para lograr el ascenso. En Primera División no mejoró su imagen y apenas logró anotar dos goles. Su futuro en el club se puso en entredicho y la situación empeoró cuando Gonzalo Arconada decidió reconvertirlo en centrocampista, donde no pudo explotar sus virtudes. Paradójicamente, con Nigeria acostumbra a jugar como centrocampista ante la sobredosis de delanteros de las Super Águilas y se ha ganado la confianza de Berti Vogts.
Kalu, a sus 27 años, era una desesperante promesa para los aficionados del Almería, que comenzaban a perder la paciencia. Sin embargo, con la llegada de Hugo Sánchez al banquillo de estadio Juegos del Mediterráneo todo ha cambiado. El nigeriano se ha liberado y, seguramente aleccionado por un maestro del gol como Hugo, se ha convertido en un killer del área, como así lo avalan sus números. En los tres últimos partidos ha anotado cuatro goles, que han significado cinco puntos más en el casillero del Almería.
El delantero no duda en señalar a Hugo Sánchez como el principal culpable de su metamorfosis. Y por si alguien dudaba de la gratitud del nigeriano hacia su técnico no tuvo más que ver el abrazo en el que se fundieron después de que Kalu marcara su gol ante el Athletic de Bilbao el pasado domingo. Hugo Sánchez ha liberado a Kalu Uche de la jaula de desconfianza en la que estaba encerrado y ha devuelto la sonrisa a Almería. El poderío Igbo late de nuevo en el fútbol europeo.