Conviene darse cuenta de que la meditación no es un remedio rápido; de hecho, no es un remedio en absoluto. No basta con practicarla durante algún tiempo y luego detenernos. Es como comer: no comemos durante unas pocas semanas para luego no hacerlo más en la vida, sino que comemos con regularidad. Del mismo modo, practicamos la meditación con regularidad y, al igual que la buena comida, un día pasa a formar parte de nuestra dieta vital. Suryacitta